jueves, 26 de septiembre de 2024

El thrash de los 90: tras los negros efluvios de Metallica

Los que me conocen o aquellos que al menos me han leído alguna vez, saben de sobra que no soy el mayor fan de Metallica. No me molesto lo más mínimo en ocultarlo. Sí, ya sé que para algunos son más grandes que la vida misma, pero a mí me aburren, chico, no lo puedo evitar. Obviamente, me gustan, y mucho, “Kill ‘Em All” y “Ride the Lighting", pero su discografía posterior se me hace, muy a título personal, relativamente prescindible. Es decir, podría vivir perfectamente sin todo lo grabado por Metallica del ’86 en adelante. Ahora bien, los años me han llevado a entender que esto es cosa mía y que Metallica, con cada paso que daban, marcaban tendencia. No me cabe la menor duda de que hay un antes y un después de cada nueva edición de los de San Francisco y que, cada vez que sacaban un nuevo LP, ponían la escena patas arriba. En agosto de 1991 lo volvieron a hacer. Salía a escena su “Metallica" y abrían, ya no sólo el thrash, sino el metal en general, al público masivo. De repente, teníamos a Metallica en todas las emisoras de radio y televisiones del mundo y aquel “álbum negro” llegó a vender la friolera de 30 millones de copias. Como es lógico, sus colegas vivieron todo aquello con envidia y, como dijo Scott Ian en su momento y hace poco nos recordó Lost, “todos buscaban su propio “black album"”. En su momento, repudié la mayoría de esos trabajos. Ahora, 30 años después, creo que ya estoy preparado para revisitarlos con otros oídos. Veamos qué ocurrió con el thrash metal tras aquella revolución provocada por los cuatro hombres de negro hace más de tres décadas…


Como veis, arranco con Xentrix por una cuestión puramente cronológica ya que estos fueron los primeros en seguir el rastro de Metallica. Reconozco que ni me había dignado a escuchar “Kin" hasta hace unas pocas semanas. Pareciéndome Xentrix siempre una banda de segunda fila, nunca me había planteado ni darle un tiento a su intento groove-comercialoide. Básicamente, asumí desde un primer momento que poco tenían que ofrecer tras su interesante dupla de arranque. Hoy en día los tengo aún en mejor consideración que en su momento y tanto “Shattered Existence" como “For Whose Advantage?” son trabajos que visito con cierta frecuencia, así que, no hace mucho y en plena revisión de estas historias noventeras, se me dio por tantear su tentativa comercial… y ni tan mal. Lo cierto es que los tíos eran una banda jodidamente sólida, con unos músicos más que competentes y una propuesta muy interesante. Su gran defecto fue siempre el de mirar demasiado hacia otros, en concreto a Metallica, y aquí se les ve el plumero sin ningún tipo de disimulo. Obviamente, no tenían detrás a Bob Rock, con lo que la producción de Mark Flannery no va a pegar el hostiazo de la del canadiense (ninguna lo hace), pero este “Kin" se nos presenta como una versión muy apta y algo más cañera del archiconocido homónimo de Metallica. Heavy/thrash muy rítmico, pesado, con riffs contundentes y una batería simplificada, pero efectiva. Es decir, básicamente los recursos que hicieron un éxito del “black album", con algo menos de pegada, aunque con un puntito melódico heavy de tradición británica que les aporta bastante elegancia. Lo menos positivo, quizás, cierta falta de variedad (no habría venido mal algún tema más movido) y una baladita, “No More Time", que, además de hacerse un poco larga, no termina de tocar la patata como debería. Claro está, el fantasma de “Nothing Else Matters" y “The Unforgiven" planeaba por aquí. Con sus defectos, no es un mal trabajo y está entre lo más interesante que dio esta hornada de discos de thrash accesible y “evolucionado".


Testament - The Ritual (Atlantic Records, mayo de 1992)

“The Ritual", en cambio, es un álbum que manejo casi desde el primer día gracias a “Electric Crown", una de las mejores canciones de thrash melódico y comercial que te puedas echar a la cara. Este single de Testament tenía un gancho descomunal y me volvió loco cuando vi por primera vez el vídeo en la MTV en el verano del ’94. El álbum ya tenía entonces un par de añitos, pero yo nunca había tenido acceso a la MTV y, por extensión, a vídeos de heavy metal hasta aquel momento. Y si la canción me gustó, ya ni os cuento aquel maravilloso guitarrista que le robaba el protagonismo al resto de sus compañeros. ¡Madre del amor hermoso, qué despliegue de Alex Skolnick! El hombre aquí está realmente sembrado. Cada canción nos regala un impresionante solo del muchacho del mechón cano y se erige sin ningún tipo de discusión, como el mejor seis cuerdas de todo el estilo, con permiso del que viene justo debajo. Ya no por destreza técnica, que igual también, sino porque me parece difícil encontrar a otro con su arrolladora personalidad. Es agarrar una púa y saber que es él quien toca. Ahora bien, ojalá todo el álbum aguantara al nivel de su tema de entrada, pero siento decir que no es así. Una tras otra van cayendo, hasta once en un total de 55 minutos, canciones con poquita variedad en patrones rítmicos y recursos, más allá de las siempre pegadizas líneas vocales de Chuck Billy y, como decía, los estratosféricos arreglos de guitarra de Skolnick. Fuera de estos dos detalles, Eric Peterson está más apagado que nunca, Louie Clemente tan limitado como siempre y un gran bajista como Greg Christian prácticamente desaparecido. Aquí creo que salió muy mal parado de la producción de un Tony Platt que igual debería haberle pegado una buena escucha a lo que Michael Rosen había hecho con ellos un par de años antes. Me entretiene y me gusta porque me encantan Testament y es un placer escuchar a Skolnick por última vez con la banda hasta su vuelta en 2005, pero no está al nivel de ninguno de sus cuatro trabajos anteriores. Eso sí, se volvieron a salir con la balada, “Return to Serenity”. No había banda de thrash mejor que ellos en ese ámbito.


Megadeth - Countdown to Extinction (Capitol Records, julio de 1992)

“Countdown to Extinction" sí que fue uno de esos álbumes claves para traerme hasta aquí. No sé si fue en el ‘93 o ’94 cuando me lo compré a raíz de flipar a base de bien con “Angry Again" en la B.S.O. de “El Último Gran Héroe" y los convirtió en una de mis bandas favoritas por aquel entonces. Y “Youthanasia", justo después, no hizo más que confirmar esa sensación. Siempre he lamentado que Mustaine haya vivido su carrera a través de la comparación con Metallica pues el cabrón tiene una trayectoria envidiable por sus propios méritos. Tras una obra maestra como “Rust in Peace", era complicado dar el siguiente paso y Dave, que de tonto no tiene un pelo, supo ver lo que le había funcionado a sus ex el año anterior y lo adaptó a su particular visión. Nadie podría escuchar “Countdown to Extinction" y decir que suena abiertamente al “negro", aunque supongo que el enfoque general tiene bastante en común. Apoyándose en un line-up cada vez más consolidado, Dave conseguía armar una colección de canciones que seguían derrochando nivel técnico, pero alardeaban de un potencial radiable tremendo. No en vano, varias fueron singles de éxito en aquel curso 92-93 y catapultaron a “Countdown to Extinction" hasta el disco de platino, todo un logro para una banda de metal ochentero en aquellos tiempos. “Skin O' My Teeth”, “Foreclosure of a Dream", “Sweating Bullets", “Countdown to Extinction" y, por supuesto, la mítica “Symphony of Destruction", son ya clásicos del heavy metal por derecho propio y definieron la identidad de Megadeth con absoluta contundencia en los 90. Sin duda, este fue el álbum que los convirtió en una banda definitivamente grande y en una de las pocas que salieron victoriosas en aquella dura transición de los 80 a los 90 para hacerse aún más fuertes… y sigue sonando igual de bien 32 años después gracias a otra tremenda producción de Max Norman. Sobre la portada de Hugh Syme, poco que decir, sencillamente sublime.


Exodus - Force of Habit (Capitol Records, agosto de 1992)

Sin ser el desastre que vaticina su portada, “Force of Habit" es una clara muestra de alguno de los peores vicios de su tiempo. Aunque hay temas realmente potentes, carece de cierto enfoque lógico, hay experimentos verdaderamente absurdos (lo de las versiones de Rolling Stones y Elvis Costello es para nota) y se hace eterno… ¡Qué puta manía de alargar los discos en exceso! Esto fue una costumbre de principios de los 90 a raíz de la imposición del CD, pero no sé por qué coño llegaron a pensar todas estas bandas que un álbum de 68 minutos podía ser razonable. ¡No, no lo es y que alguien haga el favor de explicárselo a Steve Harris! Al final, nos podríamos quedar con un muy buen trabajo de unos 40 minutos si le quitaran la media hora que le sobra, pero no es menos cierto que Exodus ya tenían cierta tendencia a extenderse un poquito más de la cuenta puesto que, tanto “Fabulous Disaster", como “Impact Is Imminent", rondan los 50 minutos, algo poco habitual en una banda de thrash como ellos. Con todo, tenemos una curiosa ensalada de historias, unas más interesantes que otras. Dominan los buenos números de thrash metal rítmico y pesado, bastante más lentos de lo que venía siendo habitual en Exodus, pero bien escritos e interpretados: “Thorn in My Side", “Me, Myself and I", “Force of Habit”, “One Foot in the Grave”, “Climb Before the Fall"… Con virtuosas guitarras de Gary Holt y Rick Hunolt y un “Zetro" que canta mejor que nunca. No se olvidan de su buen thrash de toda la vida en “Fuel for the Fire”, “Count Your Blessings", muy buenas ambas, y unas “When it Rains it Pours" y “Feeding Time at the Zoo" bastante más flojillas. Luego, los experimentos. “A Good Day to Die” es el primer recuerdo que tengo de Exodus gracias a su videoclip y siempre me ha gustado con ese aire sureño y polvoriento que emana. Resulta una mezcla bastante interesante y le queda guay a la canción. “Architect of Pain" es un buen tema de 11 minutazos de doom muy sabbathiano con algún que otro toque épico que no está nada mal, aunque nos cueste imaginar a Exodus pisando estos territorios. Y luego esas dos versiones que no pintan lo más mínimo. Como digo, es un LP que, con un poco de tijera, habría quedado mucho más compensado y no dejaría esa sensación de inconsistencia porque, en realidad, no está tan mal y tiene una producción cojonuda de Chris Tsangarides. Eso sí, pedía un cambio de portada a gritos, sólo hace falta compararla con la de Megadeth que está justo encima.


Flotsam and Jetsam - Cuatro (MCA Records, octubre de 1992)

Lo de Flotsam and Jetsam siempre ha sido un poco jodido de encasillar. Claro está, son una banda de speed/thrash, pero cada álbum es de su padre y de su madre, al menos en su etapa clásica. Quizás, entre todos los de su generación, ellos fueron los que menos miedo tuvieron a experimentar y quizás precisamente por eso, fueron de los que vinieron con una mezcla más convincente. “Cuatro" es de esos trabajos que, en su momento, me pasaron totalmente inadvertidos y que ha ido ganando enteros con el tiempo. Se trata de un álbum trabajado, con un sonido excelente por obra y gracia de Neil Kernon y muy valiente. En este cuarto álbum, Flotsam and Jetsam aparecían con una amalgama de thrash metal, groove y ciertos detalles alternativos que, extrañamente, resulta bastante lograda. Yo, que suelo tener auténticas dificultades con estas maniobras de “bajada de pantalones", en cambio, me veo disfrutando con bastante tranquilidad de esas “Natural Enemies", “Swatting at Flies", “The Message", “Wading through the Darkness"… El mayor problema que le veo, como a otros compañeros de generación en esta etapa, es la falta de variedad. El mirar hacia adelante, olvidándote de donde vienes y, por tanto, sin regalar algún trallazo de buen thrash para que tus fans no olviden lo bueno que eres. Puede no ser, ni de lejos, un “Doomsday for the Deceiver” o un “No Place for Disgrace", pero creo que se encuentra entre lo más serio que salió en esta fase experimental y, sin duda, lo veo más currado que su anterior "When the Storm Comes Down", a pesar de ser menos "thrash". Sabiendo a lo que se viene, se puede hasta pasar un buen rato.


Kreator - Renewal (Noise Records, octubre de 1992)

Kreator sí que me dejaron a cuadros en esta fase. Cierto es que escuché este álbum a hechos consumados después de “Coma of Souls" y hasta creo que después de “Cause for Conflict", que de aquella me gustaba bastante más que ahora, pero reconozco que esto no me lo esperaba. Quizás es porque son alemanes y allí el estilo es muy grande, pero, en lugar de Metallica, donde posó Petrozza su mirada fue en la música industrial. Y está claro que la movida le molaba porque se pasó buena parte de los 90 tonteando con ella. Lo siento en el corazón, pero lo mejor que puedo decir de “Renewal" es que nadie más tomó este camino (salvo quizás Fear Factory)… e igual fue por un buen motivo. Eso sí, personal, suena, no lo voy negar. A mí es que este rollo tan frío y deshumanizado de la música industrial no me va lo más mínimo y, en consecuencia, el intento de "renovación" de Kreator nunca ha conseguido engancharme. El tema-título es un pepinaco y con razón se sigue manteniendo en su set-list, porque es muy bueno, pero el resto siempre me ha parecido bastante desagradable. Para empezar, la producción no me gusta. Las guitarras suenan secas y durante los solos las rítmicas casi ni se escuchan. La batería, muy apagada (particularmente ese tono de caja me horroriza) y Mille canta peor que nunca, seguramente porque desnudaron su voz para hacerla más sonar más cruda, pero la historia no cuaja. Mille se parte la voz, pero el tipo no canta. Hay cuestiones que requieren trabajo de estudio y esta es una de ellas. No es que el conjunto suene particularmente mal, sólo es que, viniendo de un trallazo como “Coma of Souls", esto palidece en comparación. Muy regulín aquí Tom Morris con la pasta que se debió gastar de aquella Noise Records en ellos, aunque él haría lo que le pidieron. La verdad es que aquellos años fueron muy irregulares para Kreator y creo que hasta su resurrección con “Violent Revolution” no fueron capaces de levantar cabeza. Para otros su etapa industrial, para mí, a día de hoy, no. Me voy directamente a por “Extreme Aggression" y, muy especialmente, “Coma of Souls".


Sacred Reich - Independent (Hollywood Records, febrero de 1993)

Para ser sinceros, Sacred Reich ya habían pegado un cambio tremendo desde su debut a “The American Way", así que aquí la cosa no me parece tan desmadrada como en otros casos del momento, teniendo en cuenta que habían pasado tres años más. Fuera ya de Metal Blade y en manos de una Hollywood Records poco experimentada en terrenos heavies (WWIII y The Scream, básicamente), Sacred Reich tampoco consiguieron subir de categoría. “Ignorance” fue un auténtico trallazo de thrash despiadado, pero ya en “The American Way" se encaminaban hacia un thrash metal con mucho groove y poquita velocidad, anticipándose a la evolución sufrida por muchos de sus colegas a principios de los 90. “Independent" sigue profundizando en esa misma línea de lo que algunos llaman “half-thrash", es decir, un thrash metal descafeinado, sin su mordiente habitual, pero sin nada extraordinario que compense la falta de agresividad. Temas rítmicos, a medio tiempo, que se dejan ir con la corriente, con una producción muy correcta, de todo un Dave Jerden esta vez, ni particularmente limpia, ni con mucho cuerpo... Canciones que, de entrada, no suenan mal, pero que, al cabo de tres o cuatro cortes, se hacen cansinas y repetitivas, tirando de los mismos recursos una y otra vez. Con algún que otro riff pegadizo, solos muy correctos y… poco más, nada que las haga verdaderamente especiales. Eso pasaron a ser Sacred Reich tras su gran debut y, por desgracia, tengo la sensación que ha sido su sino desde entonces. Una banda simplemente mediocre que nunca consiguió levantar cabeza. De esas que engordan el cartel de los festivales sin que nadie tenga una especial ilusión por verlas. Una por la que sólo te mueves si tocan al lado de tu casa, pero que pasas de ir a ver en caso de que te requiera un mínimo de esfuerzo. En eso se convirtieron bien pronto y no creo que se hayan movido de ahí en los últimos 30 años. “Independent", simple y llanamente, pasa “sin más".


Overkill - I Hear Black (Atlantic Records, marzo de 1993)

Buff, me cuesta el cambio a los 90 de Overkill. Tanto como me gustan sus álbumes de los 80, cuando funcionaban como cuarteto, se me atragantan los que vinieron como quinteto a partir de “Horrorscope" (ya la segunda mitad de este me parece bastante tostón). Y, concretamente, “I Hear Black" se me ha hecho siempre indigesto como un bocata de arena. Aquí no veo el punto de personalidad de muchos de sus compañeros y los de “Blitz" y D.D. Verni se fueron abiertamente a por un híbrido Metallica/Pantera que a mí no me termina de convencer. Su música en los 90 es pesada, densa, oscura, con mucha influencia de unos Black Sabbath que entonces se convirtieron en la banda a reivindicar, curiosamente, mientras ellos mismos pasaban uno de sus peores momentos de popularidad. A mí este rollo de “tipos duros" por el que optaron Overkill en aquellos años no me va mucho y “I Hear Black” es un álbum que se me hace larguísimo, aún a pesar de que sus 52 minutos se queden lejos de los 57 de “Sound of White Noise" o de los 68 de “Force of Habit". Y eso que no empieza mal la cosa con una “Dreaming in Columbian" bastante dinámica, con recuerdos a sus años thrashers y una muy buena producción de Alex Perialas. Pero no deja de ser un espejismo. De ahí en adelante empieza una sucesión de ladrillazos densos como una tonelada de hormigón, repletos de riffs que parecen reciclados de "Sad but True". Tempos lentos, ritmos perezosos, oscuridad a raudales y un "Blitz" que se empeña en sacar actitud a relucir, pero que aburre a las piedras. Y la cosa no levanta un poco el ánimo hasta unas "The Weight of the World" y "Just Like You" que ya llegan demasiado tarde. Sinceramente, extraño a esos Overkill dinámicos y enérgicos de sus cuatro primeros trabajos, obras clave para entender el thrash metal americano, y esta nueva versión que quisieron ofrecer en la nueva década no me resulta en ningún momento atractiva. Fui capaz de reconectar con ellos brevemente en el siguiente "W.F.O.", pero la retahíla de trabajos posteriores que editaron siguiendo la estela de este "I Hear Black" terminaron por hacerme perder el interés en la banda. Muy aburrido, si os digo la verdad.


Anthrax - Sound of White Noise (Elektra Records, mayo de 1993)

Junto a Megadeth, los grandes triunfadores de esta lista. Estuvo muy honesto Scott Ian al reconocer que en aquel momento todos iban a por su “black album" personal, pero, en realidad, a ellos no les hizo falta copiar a Metallica… tenían demasiada clase para eso. Es más, tuvieron mucho acierto al saber reinventarse. Las cosas no iban bien con Belladona y decidieron buscar un reemplazo adecuado en un John Bush que no dejó pasar su tren por segunda vez (en el ’83 ya le habían ofrecido ser el frontman de los propios Metallica) y demostró ser la elección perfecta: trabajador, buen tipo, buen compositor y excelente vocalista. Musicalmente, la asociación también funcionó y Anthrax se mostraron ante todo el mundo como una versión renovada, todavía muy cañera, pero al mismo tiempo moderna y el público les dio su aprobación lanzándolos hasta el disco de oro sólo dos meses después de su edición. “Sound of White Noise" es, objetivamente, un gran trabajo. Variado, compensado, con singles muy gancheros (en palabras del mismísimo James Hetfield, “Only" es una canción perfecta) al que sólo le podemos hacer un par de reproches algo subjetivos. Como la mayoría de los discos de la época, se hace algo largo. No es lo del “Force of Habit", pero esta cerca de la horita, por lo que yo habría metido algo de tijera y tengo bien claro donde: “This Is not an Exit", que cierra el álbum y encima no me parece gran cosa. Creo que pocas veces he llegado hasta ahí en estos treinta años. El diseño visual es horroroso. Ya no sólo la portada, que es sosísima, todo el libreto es un espanto, aunque esto también era tendencia en la época. Ya sabéis, años 90, hay que pasar de los dibujos molones y poner fotos feas y montajes digitales que en poco tiempo se veían lamentablemente anticuados. Y, lo más injusto de todo, ya no suenan como los Anthrax de 1987, pero claro, era otra banda, otra época y no se puede decir que los de Queens no acertaran con el cambio… ya no puedo hablar en los mismos términos de “Stomp 442". Un album que ha resistido el test del tiempo.


Annihilator - Set the World on Fire (Roadrunner Records, agosto de 1993)

Os aseguro que en los años 90 era un fan de la hostia de Annihilator. Desde que me encontré en el verano del '94 una cinta del “Alice in Hell” en una tienda de segunda mano a las afueras de Dublín, me convertí en un acérrimo de la correrías de Jeff Waters. Tanto, que seguí fielmente todas y cada una de sus ediciones hasta la llegada de Dave Padden a principios de los 2000 y ya no pude continuar. “Remains", por ejemplo, ya supuso un duro golpe en 1997 y es aún hoy el día en que no consigo imaginar qué coño estaba pensando Jeff cuando escogió el sonido de guitarras de “Waking the Fury". Incluso un álbum como “Criteria for a Black Widow", que me hizo bastante ilusión en su momento porque suponía el retorno del añorado Randy Rampage, se me desinfló con el paso de tiempo. En aquel entonces, este “Set the World on Fire" me parecía el bicho raro de su discografía. Tampoco llegaba a entender qué hacía ahí metido este ensayo hard después de una auténtica maravilla tech-thrash como había sido “Never, Neverland”, por lo que renegué de él en un principio. Como en muchos otros casos, los años me fueron dando otra perspectiva y al final conseguí apreciar lo bueno que ofrecía. Claro está, el tema-título ya era en su día un favorito para casi todos y, conforme va avanzando el trabajo, nos vamos encontrando algunos cortes bastante sólidos como “No Zone", “Bats in the Belfry", “Knight Jumps Queen” o “Brain Dance”, más allá de esas letras verdaderamente absurdas que empezaban a ser especialidad de Jeff y compañía. Por otra parte, se veía un trabajo ambicioso, con una producción excelente y Aaron Randall tenía, seguramente, la mejor voz que había pasado hasta entonces por la banda, pero poco lo diferenciaba del típico cantante de hair metal de principios de los 90. Y aquí está el gran problema, por mucho que me guste el hard rock, que lo hace, lo sabéis, no empasta con la banda de speed/thrash que deberían ser Annihilator. Lo de estos canadienses es el frenesí técnico, el riffeo incansable, la velocidad, la urgencia y, aunque canciones como “Snake in the Grass", “Phoenix Rising" o “Sounds Good to Me", pueden no ser necesariamente malas, no son lo que queremos encontrar en un álbum de la banda. No yo, al menos, y por eso “Set the World on Fire" suele ser el álbum favorito de los seguidores menos habituales. Inconsistencia será, por tanto, la palabra que definirá la carrera de Annihilator de aquí en adelante. Otra vez, el mayor cumplido que se le puede hacer aquí a Jeff es el de ir a su bola, el de olvidarse de las tendencias del momento y fijarse justamente en una música que ya no estaba de moda... y mal del todo tampoco le fue ya que esto lo convirtió en una celebridad en Japón a mediados de los 90... otra cosa ya fueron EEUU y Europa. Irregular en el mejor de los casos.


Coroner - Grin (Noise Records, septiembre de 1993)

Coroner siempre han ido un poco por libre y no sé hasta qué punto se les puede meter en este saco, pero lo cierto es que siempre me ha costado digerir este “Grin"… y soy muy fan de todo lo que vino antes, no os vayáis a creer. Sin embargo, como con muchas bandas de este rollo técnico y progresivo, tengo la impresión de que aquí la cosa se les fue un poco de las manos y perdieron ese foco metálico que a mí me gusta y me mantiene enganchado. A ratos repetitivo, un poco inconexo, deshumanizado, con temas que incluso llegan a crisparme un poco los nervios como “Internal Conflicts”... Luego, la producción de la propia banda junto a Gerhard Wölfle (Running Wild, Letter X, Fair Warning, Pink Cream 69...) tampoco hace mucho por mí, molestándome particularmente un sonido de caja plano, irritante, y unos bombos muy disparados y con poco cuerpo. Asumo de nuevo también que las bandas de thrash metal técnico optaban por unos parámetros técnicos muy clínicos, con un punto digitalizado, pero aquí la cosa no me convence cómo suena y carece del empaque de cualquiera de sus cuatro trabajos anteriores. Metal tan vanguardista que hasta llego a ver una influencia decisiva para lo que bandas de corte industrial como Rammstein o sus compatriotas Samael estarían haciendo poco después y eso es algo que no me gusta. Sin duda, de nuevo, adelantados a su tiempo, sólo que lo anticipado esta vez no me va… ¿Y si os digo que en “Caveat (to the Coming)” me suenan hasta a nu-metal, antes siquiera de que este existiera? De la raruna “Serpent Moves" me quedo con su buen solo y de “Status: Still Thinking" ya no sé muy bien qué destacar. Supongo que tiene unas atmósferas interesantes y el riffeo principal no está mal, pero es que Ron Royce parece que rapea a ratos. Esta vez es demasiado y no consigo ya seguir a Coroner en “Grin", aunque no dejo de reconocer su papel pionero y su exuberante nivel técnico. Seguro que para algunos vuelve a ser una genialidad innovadora… yo prefiero irme a escuchar “No More Color".


Sepultura - Chaos A.D. (Roadrunner Records, septiembre de 1993)

Buff, voy a hacer un análisis totalmente diferente del que habría hecho en 1994. Si a mediados de los 90 tenía a Sepultura y a este trabajo como una referencia inevitable, hoy no lo necesito para nada en mi vida. Hace años hasta me deshice de la copia que tenía en vinilo por un importe bastante considerable. En el fondo, no deja de ser un buen álbum de groove/thrash con algún tema potente (“Refuse/Resist", “Territory", “Slave New World", “Biotech Is Godzilla”) y mucha novedad que deja atrás lo hecho hasta “Arise". Adiós a ese furibundo thrash metal de raíces death, estos nuevos Sepultura apostaban por un estilo moderno, ecléctico, con mucha presencia del hardcore, dejes industriales e influencias tribales. Yo entiendo que esto era renovarse o morir y que a ellos les sirvió para convertirse en una de las bandas de moda de mediados de los 90. Aquello cogió a un impresionable chaval de 14 años con la guardia baja, hoy poco impacto tiene ya en este veterano de 44. No niego que algo se puede remover de forma puntual fruto de la nostalgia, pero siento mayor el peso de lo que estaba por venir, cosa que de verdad aborrezco (“Roots"), que de lo que Sepultura ya estaban superando a estas alturas. De “Chaos A.D.” rescato, por supuesto, otra excelente portada de Michael Whelan, una buena producción de Andy Wallace y algún corte como “Slave New World", pero este ya no es un álbum que me parezca relevante. Como en el caso de Coroner, prefiero pinchar “Beneath the Remains" en su lugar.


Metal Church - Hanging in the Balance (Rising Sun, octubre de 1993)

Y casi para cerrar este 1993, mis queridísimos Metal Church, unos tipos que se pasaron las tendencias por el forro… ¡Bendita sea la iglesia del metal! Está claro que esto de las modas no va mucho con ellos y, en su caso, el fantasma groove sólo aparece a cuentagotas ("Hypnotized", por ejemplo), junto con algún guiño alternativo muy bien administrado a lo Alice in Chains (“Little Boy") o Soundgarden (“End of the Age"). En lugar de ceder a los dictados de la industria, los pupilos de Kurdt Vanderhoof, que seguía moviendo los hilos desde la sombra, iban un poco a lo suyo, en busca de sus raíces y traían un álbum que sonaba casi más a hard y heavy clásico que a thrash o power. Lo único que se dejaron para la ocasión fue su contrato con Epic (bueno y el buen gusto... una portadita que no gustaba ni al propio Mike Howe), porque el equipo seguía siendo el mismo desde el genial “Blessing in Disguise", contando además esta vez con la inestimable ayuda de un Paul O'Neill que cuajaba un trabajo con un enfoque muy interesante. Lejos del sonido ruidoso y compacto de los 90, Metal Church y O'Neill optaron por una producción orgánica, bien mezclada y con un sonido de batería muy natural, casi sin artificios de estudio. Es decir, básicamente lo contrario a lo que estaba en boga en 1993 tras imponer Pantera y Terry Date esos parámetros tan artificiales. Cuando casi todo el mundo empezó a suplir sus carencias a base de maquinitas, Metal Church desnudaron su propuesta, la devolvieron a básicos y decidieron confirmarse como banda de heavy metal poniendo el foco en lo que de verdad importaba, la música. Ni poses de matones de barrio, ni pantalones cagados, ni camisas de franela, sólo el buen heavy metal de toda la vida y ahí, para mí, se sacaron de la manga un señor álbum... Sólo que, en 1993, a nadie le importaba ya el heavy metal y la banda reventó un par de años después. El bueno de Mike Howe desapareció de la faz de la tierra presa de sus fantasmas (que se lo llevaron definitivamente en 2021) y el resto replegaron alas hasta que el arzobispo Vanderhoof los llamó de nuevo a capítulo y resucitó a la banda en 1998 hasta el día de hoy, con un breve paréntesis entre 2009 y 2012. ¡Muy bueno y llevaban cinco del tirón!


Pues ya está, para esto ha dado mi radiografía de lo que quedó del thrash metal tras el fenómeno “Metallica". En algunos casos estaréis de acuerdo conmigo, en otros no, lo único que queda claro es que, a este respecto, hay de todo menos unanimidad. En mi opinión, hubo algunos que salieron muy bien parados del experimento, otros no tanto, pero todos se vieron obligados a adaptarse para sobrevivir y pocos fueron los que salvaron los muebles sin sufrir un doloroso descenso a los infiernos. Al infierno igual no, pero unos añitos en el purgatorio sí que pasaron hasta que el nuevo milenio insufló aire a un heavy metal moribundo, gracias a una nueva generación de chavales que volcó su interés en los ídolos de los 80. En 1998 no habría dado crédito a nadie que me viniera diciendo que el thrash metal volvería a estar “de moda" algún día y tres años después estaba otra vez flipando con los entonces flamantes nuevos álbumes de Kreator, Destruction y Sodom. Ver para creer. Todo vuelve, chavales, especialmente aquello que es realmente auténtico y cierto día vimos hasta a los mismísimos Metallica enfundarse otra vez sus chalecos con parches de bandas de la NWOBHM... Está claro que, en esta vida, todo es posible. Bueno, dejó de divagar que esto no me lleva a ningún lado. Eso, que espero no haberos aburrido demasiado ¡Hasta la próxima!

17 comentarios:

  1. De los Anthrax alternativos me gusta bastante más el Vol 8 en el que participan Dimebag y Anselmo poniendo voces y con cosas mas acústicas.
    Con el Chaos A.D estuve enganchado durante muchisimo tiempo pero le veo mas influido por el Hardcore y demás cosas mas callejeras.
    Lo de las maquinas que dices para producir musica pues a ver.Mi profe de clases de producción abomina bastante de toda esa corriente noventera y mas allá del Nu Metal y otros generos.

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    1. Siempre me sorprendes, Harry... ¿De verdad Volume 8 mejor que Sound of White Noise? No lo veo, tío. A mí los Anthrax alternativos post Stomp 442 no me van lo más mínimo y hasta el Whorship Music de 2011, que tampoco es que me vuelva loco, no conseguí recuperar cierto interés en ellos.

      A mí Chaos A.D. se me sostuvo, literalmente, hasta que salió Roots, que es uno de los discos que más abomino en la historia del heavy metal. El bajón que me dio en aquel lejano 1996 alcanzó para llevarse mi admiración por completo y afectar muy negativamente incluso a mi valoración sobre su material previo. Con el tiempo, reconecté con Beneath the Remains, que me parece su mejor álbum, y con Arise, pero nunca consegui resucitar mi opinión sobre Chaos A.D. que es un disco que me ha envejecido muy mal. También diré que me ocurre lo mismo con sus contemporáneos inmediatos: Far Beyond Driven, Burn My Eyes y State of the World Address... álbumes que escuché mucho en aquel momento y nunca más conseguí soportar.

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    2. No no,que el SOWN también me gusta.Lo que quería decir es que el Stomp no lo he escuchado y el Vol 8 lo tengo pork lo cogí en Tallers y por eso el cariño.
      Se me pasó poner que también me gustaban esos Kreator mas alternativos y los escuché un tiempo antes de volver al Pleasure y demás y lo que dices de que le "desnudaron"la voz a Mille también ocurre en el feisimo Hordes ov Chaos

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  2. Hay los 90... voy a hablar sólo de los discos que escuché en su momento (casi todos), pero de los grupos que sí seguía, desde el principio de la discografía vamos.

    Xentrix - Kin; para mí su mejor disco. Lo anterior no tenía la personalidad que tenía este... no sé, para mí pasaron de ser una banda trash del montón a un groove melódico con buenas canciones.

    Kreator - Renewall; a mí si me gustó. Venía de escuchar toda su etapa clásica, y claro, este rompió totalmente con lo anterior, pero para mí es disfrutable y tiene canciones muy buenas.

    Megadeth - Countdown; genios... bajaron revoluciones sin desvestir la música. Aquí se nota la madurez del Mustaine.

    Testament - The ritual. Este se me hace bola. Malo no es, pero a día de hoy no puedo ponérmelo entero y eso, para mis parámetros musicales, es que no pasa el test del tiempo.

    Annihilator - Set the world; genial, aunque pierden el corte speed trash de sus primeros discos, en este muchísimo más melódico, lucen los arreglos y la voz de su nuevo cantante... y ya llevaban unos cuantos... y los que les quedaban.

    Metal Church - Hangning; increible lo de esta gente. Más rápidos, lentos, duros o blandos, todos sus discos tienen algo. A mí de este me gusta todo menos la portada. Pero es que la del anterior, The human factor es para decirle algo a las personas encargadas de "vender" discos por elegir eso como portada.

    Anthrax, Seputura y Overkill, a pesar de escucharlos en su momento, no me gustaron casi nada ninguno. El de Anthrax aún tiene alguna canció suelta, pero se me hacen pesados, letos y densos en extremo.

    Del resto, pues no hablo porque no seguía mucho su trayectoria anterior...

    Saludoes, JC.

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    1. Pues imáginate, JCSG, si ya con los clásicos, a veces, no hay unanimidad, cuanto más con estas etapas marcadas por la controversia... aquí sí que es imposible ponerse de acuerdo, pero también está ahí la gracia del debate. Veamos, coincido con Metal Church y Megadeth, son dos grandes trabajos, sin paliativos. En el primero de los casos incluso un álbum bastante infravalorado en buena medida por una portada de lo más desafortunada, que se ve que fue uno de los factores que llevó a Mike Howe fuera de la banda. Countdown to Extinction, un clásico y punto.

      Coincido de nuevo contigo sobre The Ritual, un disco que comienza tremendo, pero va perdiendo fuelle conforme avanza. Tiene un gran hándicap, prácticamente todos los temas son iguales y después de 50 minutos, como dices, la cosa se acaba haciendo bola. Lo aguanto porque me encantan Testament, pero no dejo de ver su defectos. Con Xentrix, coincidimos a medias. Veo un buen trabajo, mejor de lo que parece de entrada, pero me sigo quedando con For Whose Advantage? claramente. Aún así, lo disfruto.

      Ahora, las discrepancias. Ya lo expliqué arriba, me cuesta ver buena parte de Set the World on Fire como álbum de Annihilator. No digo que sea abiertamente un mal LP, está muy bien producido, Jeff toca muy bien y Aaron Randall sabe cantar... pero yo de esta gente me espero otra cosa. Me gustan como banda de speed/thrash técnico y ahí son imbatibles. Cuando se salen demasiado de ese esquema, ya no juegan al mismo nivel. No son mis Annihilator. Y Renewal... directamente, nunca me ha gustado, desde el primer día. El tema-título está guay, el resto se lo podrían haber ahorrado. Disco que ha envejecido muy mal, en mi opinión.

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  3. Exacto, Witch. Lo leí en una entrevista que le hicieron a Scott Ian de Anthrax donde lo reconoció. Que todos buscaban un Black Album, pero sólo Metallica lo consiguió. No entro en si fue suerte, el poder estar casi un año metidos en un estudio, si alguien los ayudó, ni idea, pero el caso es que Hetfield/Ulrich/Hammet y Newsted pegaron el pelotazo de sus vidas. Este junto con el "Vulgar Display of Power" de Pantera, fueron los dos tótems sagrados que todo dios se puso a copiar. Unos mejor y otros peor... El propio Bobby de Overkill siempre dijo que no les quedó otra. O eso, o irse para casa y buscarse otro curro. Las compañías no querían saber nada de todo lo que oliera a heavy clásico. Así que, la mayoría se pusieron a experimentar.

    Uno que se metió hasta las orejas en todo ese rollo fue el Petrozza de Kreator. Aunque este más al tema industrial. Así que empiezo por el "Renewal", que me parece un disco que se ha desinflado mucho. En su día no me pareció tan malo, pero escuchado hoy se me ha hecho muy aburrido y plano. Le bajo la puntuación.

    Coroner ya son más problemáticos. Como bien dices, banda muy independiente y en su propio universo. Sabes lo que pasa? Que son tan buenos, que todo lo que tocan lo convierten en oro. No me gusta mucho este Grin, si te digo la verdad. es el que menos suena a ellos. Creo que este Grin no funciona, pero como comen aparte... pues nada.

    El de Xentrix lo veo muy digno. Huele al Black Album hasta por las orejas, pero oye, da bien el pego. Tiene un ambientillo oscurillo bastante logrado, mezcla doom/gótica, por momentos, que me hace levantar el pulgar hacia arriba.

    Los Sacred Reich, ni frio ni calor, tampoco soy muy fan. Disco que cubre el expediente, sin más. Tampoco es que arriesguen mucho. Me gusta mucho más el de los Flotsam and Jetsam, que me parece un disco mejor hecho, más logrado y tratando de gustarse. Con más ganas, vamos. Aunque el álbum va perdiendo fuelle... Exodus hacen un buen disco, pero muy raro. Creo que se pierden un poquito, y no concretan nada. Como si quisieran meter muchas movidas y el resultado es como muy bizarro. Tampoco el de Metal Church me hace mucho tilín, también te digo que no es que sean una banda que me vuelvan loco, pero eso sí, suenan convincentes. Se podría decir, que unos se pasaron de experimentales, y otros se quedaron cortos... Continuo en el siguiente....






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    1. Detalle curioso sobre el Kin de Xentrix... Escuchándolo, me vino a la memoria el Bitterness de Desultory por ese deje meláncolico de las melodías de guitarra, así que también le noto cierto toque gótico. Además de la evidente influencia del black album, pero es que Metallica siempre fueron una referencia clara para ellos. Lo que le falta es un poco lo que a la mayoría de discos de esta etapa, algún tema más cañero. Es lo mismo que echo de menos en The Ritual, en el Independent de Sacred Reich, en el Cuatro de Flotsam and Jetsam... ese empeño en instalar todos los temas en un tempo moderado para hacerlos más accesibles.

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  4. Vamos con los puesto de honor:

    Testament lo lograron. De las mejores bandas que supieron combinar todas esas movidas sin perder su personalidad. Bueno, es que la de "Return to Serenity" es para cagarse y mearse. Y después ponerse de rodillas (pero en otro lado, claro..jajajajaj).

    Overkill y su "I Hear Black" yo lo veo bastante bueno. De hecho, me gusta mucho. Le hice un malditos, y no cambio de opinión. Tiene por el medio una par de ellas flojillas, pero en conjunto, lo veo muy digno. Pulgar para arriba.

    Annihilator "Set the World on Fire". Otro de mis amores. Otro buen ejemplo de cómo sonar bastante modernos sin perder mucho su personalidad. Más blandito, sí, más comercial, también, pero me parecen unas composiciones de mucha calidad. Suenan de lujo y lo más importante, se reconocen. Discazo.

    Anthrax "Sound of White Noise". Caso curioso este, que parecía que habían dado con la tecla con el John Bush, y después de este disco, se convirtieron en un reloj de arena. Pero si habían encontrado la fórmula, macho. No me jodas, tío. Qué le pasó a esta peña? En fin, un expedidente X. Combinación maestra de modernidad y clasicismo, que misteriosamente nunca más encontraron.

    Megadeth "Countdown to Extinction". Masterclass absoluta de cómo hacer un disco de metal moderno. Para mí es obra maestra. Producción de lujo. Sonidazo. Temazos. Variado. Solos. Riffs monumentales. Y, lo más importante, suena contemporáneo como si fuera hecho en 2024. Disco inmortal.

    Y cierro, rompiendo una lanza por el "Chaos AD" de Sepultura. Para mí otra masterclass de como reconvertirse, sin perder brutalidad y sus señas. Es que te has fijado cómo suena este disco? Debe de ser de los álbumes más atronadores que recuerdo. Es difícil sonar más limpio, perfecto, sin perder nada de brillo y un matiz del sonido. Joder, esa "Territory", que parece que la batería va a salir de los altavoces. Puede que ya esté muy sobado y un poco trillado, pero fue un disco seminal y que redefinió el sonido del metal. Eso pocas bandas lo consiguen.

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    1. Si te soy sincero, tío, me extraña que no te gusten Metal Curch. Es más, me cuesta entender que a alguien a quien le gusta el heavy metal, no le vaya esta gente. Para mí son primera división del heavy metal americano. Quizás no en ventas, pero sí en calidad. Pioneros de un estilo, debutan en el 84 con un híbrido entre heavy y thrash que define el power metal americano y hasta 1993 se sacan de la manga cinco discos impecables. Concretamente, su trilogía inicial me parece monumental, sabiendo evolucionar a la perfección y combinando de todo lo que se puede hacer en el metal clásico y bien. Desde trallazos de thrash metal, hasta baladas. Metal Church son una banda muy top, con grandes cantantes, músicos muy solventes y productores de primera fila: Mark Dodson, Terry Date y Paul O'Neill. Y, por supuesto, con una buena colección de clásicos colgada del cinturón. Para mí son quintaesencia de lo que debe ser esta historia.

      De los demás, más o menos ya hemos ido hablando estos meses. I Hear Black me parece un tostonazo, pero es que me aburren mogollón los Overkill groovies. Ya la segunda mitad de Horrorscope se me hace pesadísima y mira que empieza bien el disco con los cuatro o cinco primeros temas.

      Con Chaos A.D. ya no puedo. Con 14 años me encantaba, el otro día me lo puse para preparar esto y no conseguí terminarlo. Para mí Sepultura terminan con Arise. Lo mismo Anthrax, que sacan su último álbum interesante con SOWN.

      Testament me flipan, ya lo sabes, pero The Ritual es muy repetitivo. Electric Crown y Return to Serenity son tremendas, pero el resto hasta me cuesta distinguir las unas de las otras. Con todo, no me disgusta y consigo escucharlo con cierto agrado, pero prefiero abiertamente Souls of Black, que a mí me parece un discazo.

      De Sacred Reich te recomiendo Ignorance, el resto no merece la pena y Coroner hasta Mental Vortex son la leche. Grin me aburre bastante. Annihilator, tema escabroso. No es un mal disco, pero no consigo reconocerlos en la mayoría de las composiciones. The Edge, Sounds Good to Me, Snake in the Grass, Phoenix Rising... no me parecen temas para Annihilator.

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    2. Todo es muy relativo, Witch. Si entramos en el terreno de los gustos, ya conoces el refrán: Sobre gustos no hay nada escrito. De todas formas, yo no he dicho que no me gustaran Metal Church. Comenté que este disco en particular no me hacía mucho tilín. Pero de ahí ha decir que si no te gustan los Metal Church, es que no te gusta el heavy metal me parece una afirmación un poco exagerada. Lo mismo te podría decir con el "Master of Puppets" de Metallica, que es un álbum reconocido por la gran mayoría, y que sale en todas las listas de los mejores discos de thrash de todos los tiempos. Que a ti, entonces, es que no te gusta el thrash. O también el "Black Metal" de Venom, otro trabajo icónico, que según los grandes capos del black noruego, siempre lo nombran como el disco que los inspiró y dio nombre a todo el género, te diría es que entonces no te gusta el black metal.

      Y lo de Sepultura, con su "Chaos AD", tengo que decir que soy muy fan de ellos, desde siempre. Hombre, lógicamente, yo personalmente, me quedo con "Beneath the Remains" y "Arise". Es como si yo te preguntara en relación con W.A.S.P. Con cuál disco te quedas? No creo que me dijeras el "Still Not Black Enough".... "Chaos AD" me parece una evolución de su sonido bastante lograda. Empezaron haciendo un thrash/death muy influenciado por Sodom y Slayer y, poco a poco, fueron labrando su sonido. Metieron ritmos tribales, toques industriales y todo batido, para mí les salió un gran disco. Potente, contundente, con un sonidazo y una gran pegada. "Chaos AD" tiene muchos defectos, pero lo pinchas, tío, y sabes que es ese disco. Tiene un sonido muy personal. Producción de lujo. Es que alguien se puede esperar que fueras encontrar una pieza como "Kaiowas" ahí en medio de un trabajo de Sepultura? Fue un álbum rompedor, que creó escuela. Otra cosa es que no te guste, muy respetable. Pero para mí siempre tiene más valor una banda que revoluciona, que crea algo relativamente nuevo, que otras que sólo le limitan a copiar a otros. Si lo tienes dicho tú en muchas ocasiones: Unos son followers y otros creators....

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    3. No hombre, no comprendiste bien mi frase, Lost. Justamente era a la inversa. Decía que me costaba comprender que a alguien a quien le gustase el heavy metal, no le gustasen Metal Church por el tipo de sonido que encarnan y la actitud decididamente metálica que han tenido siempre. No que si no te gustan Metal Church no te gustan el heavy metal. La comprendiste al revés. Y no es que no me guste Master of Puppets a mí tampoco. De hecho, lo tengo en vinilo hace chorricientos años y puede que hasta sea el primer disco de thrash que escuché, sólo que nunca me ha parecido "para tanto" y se me hace pesadito... Y bueno, tío, respecto a Venom, el "Black Metal", en realidad, no es black metal, jajaja. Más bien es una especie de heavy metal mezclado con punk y rock 'n' roll a lo Motörhead. Otra cosa es la influencia que hayan tenido después, que siempre he pensado que fue más espiritual que puramente musical.

      Y no tengo ninguna duda que el Chaos A.D. fue un disco revolucionario, que quede claro. Para nada. Es más, yo lo flipé mucho con él en el 94. Mi cuestión es pura desafección por el paso del tiempo... Simplemente, ya no me va esa mezcla de groove, thrash, hardcore e industrial como cuando tenía 14 años y hoy en día soy incapaz de encontrarlo interesante por mis propias preferencias personales.

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  5. En esto del heavy metal americano, hay tres bandas que, pese a tener unas discografías bastantes buenas y ser verdaderos iconos, no llegaron nunca a "explotar"; Riot, Vicious Rumors y Metal Church... quizás en cada caso sea por una razón diferente; Riot porque cambiaron mucho de cantante y estilo.

    En el caso de los otros dos, porque eran "demasiado heavies" para unos y demasiado blandos para otros... Y también por las desgracias; a todos se les han muerto algún miembro justo cuando estaban a punto... en fin, que han tenido mala suerte.

    Pero los tres tienen algún disco que, para la gente que esté metida en esto, te dirán que es "el mejor disco de heavy metal americano" que se ha hecho.

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    1. Y, curiosamente, cuento con las tres entre mis favoritas. Tengo el total convencimiento de que pocos han hecho heavy metal a ese nivel en EEUU y, por supuesto, que los tres merecían mucho más reconocimiento del que recibieron. Y me permitiría completar el póker de ilustres infravalorados con Savatage... A ver, que Metal Church no dejaron de tener su momentito tras firmar con Elektra (con ayuda de Metallica, según se cuenta), editar The Dark en el '86 y abrir para ellos en la gira de Master of Puppets. Incluso Blessing in Disguise fue un álbum que vendió bastante bien y se llegó a colar en el puesto 75 del Billboard, que no está nada mal, pero es innegable que fue una banda que nunca llegó a romper comercialmente, cuando tenían todo para hacerlo. Como dices tú, JCSG, demasiado heavies para unos y demasiado blandos para los otros, fueron de aquellos que se quedaron dolorosamente en medio de dos tendencias, sin terminar de conectar con ninguna de ellas como los propios Vicious Rumors, Armored Saint, Helstar, Sanctuary o incluso W.A.S.P... todas bandas por las que siento verdadera predilección.

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  6. Ok, Savatage para hacer el "big four", y mención honorífica a Virgin Steele... estos han ido dando más tumbos en su discografía, pero también tienen discos totalmente rompedores y épicos, que ya quisiera Manowar... que estos sí que consiguieron romper en Europa al menos. Porque no recuerdo una gira anunciada de Manowar en USA de estadios...

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    1. Uy, no te metas mucho con el tema Virgin Steele vs. Manowar que cada vez que comento que me gustan más los de David Defeis me cae alguna colleja, jajaja. Lo cierto es que, salvo el debut y Life Among the Ruins, me parece que Virgin Steele tienen una carrera muy sólida hasta finales de los 90, con trabajos realmente destacables como Guardians of the Flame, Noble Savage, los The Marriage Between Heaven and Hell e Invictus. Por desgracia en el nuevo milenio su calidad ha ido declinando progresivamente, pero en sus dos primeras décadas han facturado muy buena música.

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  7. Excelente trabajo Witch, por lo menos para mí es muy ilustrativo. Jamás pensé o mejor dicho, no me había dado cuenta, del manto oscuro que Metallica había arrojado al Thrash. Fue una cuchillada trampera, traicionera, por la espalda. Quiero decir, que no creí que fuera tan extensa. Siempre pensé que la jugada comercial, que fue obra del Management de Metallica, aliados con Bob Rock, quienes los empujaron por todos lados para suavizar la propuesta, para hacerla accesible, cuestión que se ve claramente en el DVD Album Classics, había llegado cuando mucho a Megadeth, pero la lista es larga y con nombres importantes. Algunos triunfaron, oros ofrecieron algo mediocre por no decir malo y otros espantaron a los fans. Pero todos bajaron la velocidad, el tempo acelerado, la rabia que caracterizaba el Thrash, ya era otra cosa. En lo personal me quedo con la “evolución” de Megadeth, Metal Church, Annihilator, Sepultura y Coroner este ultimo experimental y diría innovador, sin ser la gran cosa. Del resto paso, perdieron demasiado, es una bajada de pantalones sin más, perdieron su esencia, no encuentro sus rasgos anteriores o por lo menos no los oigo y todos venían de buenas obras, de discos de primera. En lo personal no le veo nada a Anthrax (demasiado alejados de su ADN), Kreator (por Dios que es esto?), Testament (disco que te cansa, monótono y repetitivo), Exodus, banda en la que nunca le he encontrado genialidad alguna y Xentrix, con esta copia casi descarada del Black Album y ni hablar de Overkill y Sacred Reich, malos, malos. Nunca se me dio por escuchar estos discos de la manera que están aquí, es que solo así, te das cuenta del daño de Metallica al Thrash. Claro se hicieron millonarios, pero la puteada fue grande. Imperdonable.
    Gracias por la ilustración que me has dado Witch, que tela la de esos efluvios negros

    Un Saludo

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    1. Yo supongo que siempre tuve bastante claro que cada paso dado por Metallica cambiaba las reglas del juego dentro del thrash metal. Lo que me ocurre con ellos es que, curiosamente, me suelen gustar más aquellas bandas a las que influyen que su propia música. Es algo que siempre me ha parecido bastante peculiar y que no llego a comprender ni yo mismo. De todas formas, creo que es innegable que, después de cada una de sus ediciones, solía haber un antes y un después. El thrash metal más o menos lo definen con Ride the Lightning. Con Master of Puppets las composiciones se hacen más largas y se busca ampliar horizontes. ...And Justice for All desata las pretensiones técnicas de la inmensa mayoría de la escena y, finalmente, su homónimo del '91 implica la definitiva deriva comercial. Fue Lost el que me dio la idea para hacer esta radiografía de cómo quedó la escena thrash después de este fenómeno con aquella declaración de Scott Ian. Me hizo pensar: lo cierto es que, después del éxito de Metallica, todo el mundo quiso replicarlo de una u otra manera. Los resultados fueron muy desiguales. Algunos salieron muy bien parados, otros creo que no tanto. Algunos mostraron cierta versatilidad, otros quedaron bastante retratados... Está claro que el thrash metal, como tal, desaparece en ese momento y esto sólo pretendía ser un acercamiento a cómo alguna de las bandas clásicas intentó adaptar su sonido en aquel tránsito a los 90. Luego, ya que nos gusten más o menos a cada uno son cuestiones subjetivas. Si ya con los clásicos a veces es difícil ponerse de acuerdo, peor todavía con estos momentos de pura controversia. Lo que para algunos es un auténtico derroche de genialidad, para otros puede ser un bodrio intragable.

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