Helloïse - Polarity (1986 WEA)

1. Polarity (6:04)

2. Destination (4:25)

3. Give It Up (2:32)

4. En la Línea de Fuego (1:16)

5. In the Line of Fire (4:48)

6. Helloïse (4:31)

7. See Tomorrow (3:30)

8. Pool of Confusion (3:37)

9. So Close to Love (4:37)

10. Sole Survivor (3:54)

Como asumo que la inmensa mayoría habéis llegado rebotados aquí desde el Portal, voy a dar por supuesto que estáis al tanto de la existencia estos holandeses, pero, si no es el caso, aquí os dejo la reseña que hice de su álbum de debut hace un par de años (eso siempre y cuando el Portal vuelva a la vida, ya que está otra vez fuera de combate...).

Helloïse - Cosmogony

Fue nuestro amigo y colaborador Rob Jalford el que, en una mención de estas casuales a santo de un vídeo de Hexx, creo recordar y si no, que me corrija, salpicó cierto día el nombre de estos cinco muchachotes de Rotterdam. Ello me llevó, movido por mi habitual curiosidad, a tantear la música de una banda que me traía al recuerdo a nuestro peculiar Tino Casal, por razones evidentes, me parece. Curiosamente, compañeros de sello...

A decir verdad, a la primera que me pinché ese “Cosmogony" me quedé con ojiplático, me pilló con la guardia baja. Sin haber oído hablar de ellos en mi puñetera vida, me topé con una banda sorprendentemente profesional. Algo que, investigando un poco, no debería extrañar del todo teniendo en cuenta que dos de sus miembros venían ya de debutar con Highway Chile en el ‘83. Ante todo, con un sonido exuberante fruto de sus grabaciones con un tal John Sonneveld que entonces tampoco me sonaba de nada, pronto comprobé que estaba también tras las espectaculares producciones de sus compatriotas Vengeance. En segundo lugar, la voz de un Stan Verbraak realmente imponente. Veamos, no es exactamente el tipo de cantante heavy ultra gritón a lo Halford o Kiske que te deja boquiabierto con sus alaridos a las primeras de cambio. Sin embargo, es un vocalista que exuda una confianza insultante. Con un tono de barítono robusto, masculino, poderoso, que ataca los versos y alarga las vocales con suficiencia y, encima, resulta bastante personal. Me preguntas a quién suena y tampoco te lo sabría decir. A ver, un aire a Ralph Scheepers puede que se dé, pero mucho más comedido y bajo control. Un poquito de Dio también le noto, aunque sin su característico rugido. Algo de Dickinson, pero mucho menos operístico. Un poquito de Kiske en sus momentos de relax… Vamos, que tiene un rasgo distintivo y eso es algo que me gusta. Os digo, hoy en día me pinchas esta banda y te garantizo que, en cuanto este tipo abre la boca, sé perfectamente quiénes son. Y, por último, unos músicos muy a la altura. Es decir, aquí no hay ningún virtuoso, todos están al servicio del conjunto, pero estos tipos tocan de putísima madre, empastados, sin fisuras. Tanto en su debut, como en este segundo, y por largos años último, "Polarity", vas a escuchar una banda perfectamente engrasada. Con rodaje, bien ensayada… he visto vídeos en directo y os garantizo que no se trata de artificios de estudio de un tipo, el tal Sonneveld, que sabe muy bien lo que hace. Todo suena potente, pulcro, nítido... El bajo tiene presencia, la batería percute con contundencia, las guitarras, sin ser un desmadre, suenan con cuerpo, marcan músculo y Verbraak, lo dicho, se mueve con soltura sobre estas composiciones. Susurra cuando el tema lo pide y vocifera cuando es oportuno. Sin ser el puto Rob Halford, es un tío con total control sobre sus facultades. Muchas veces es más importante conocerte y saber hasta dónde puedes llegar, que hacer el ridículo poniéndote en evidencia por encima de tus posibilidades.

Ahora, concretamente, ¿qué nos ofrecen Helloïse en su segundo largo? Mentiría si no os dijera que me gusta más el debut, pero, ojo, que este segundo álbum también es un artefacto de cuidado. De nuevo, tras una portada bastante “cósmica" encontramos un álbum de power metal melódico de mucho nivel. No siendo yo un amante del estilo, reconozco que estos tipos sí que me llegan. Quizás porque no se pierden en esa misma sobredosis de alegría y velocidad tan habitual en bandas del estilo. Son melódicos, no lo niego, y hasta irradian cierto positivismo, pero nunca pierdo de vista que esto es una banda de heavy metal puro y duro. Con algún que otro guiño hard y perfecto conocimiento de la tradición británica y, seguramente, también escandinava (no puedo dejar de ponerlos de vez en cuando en la órbita de 220 Volt, Pretty Maids y los Europe pre-"The Final Countdown").

Una introducción bastante inquietante conduce al tema-título, igual que ocurría con su primer “Cosmogony". Corte rápido, intenso, con una batería verdaderamente demoledora de Ernst Van Ee (la introducción a lo “Painkiller" está muy guapa) y un Stan Verbraak que lidera la banda con autoridad. Al estribillo puede que le falte un poquito de fuerza, pero el cambio en el puente previo es cojonudo. Como os comentaba antes, llama la atención esa producción de John Sonneveld, poderosísima, muy bien balanceada y verdaderamente cristalina. Escuchad toda la sección en torno a los solos porque es acojonante. La bajada de tempo previa, los dibujos que hace el bajo, las dobles melodías de guitarra, los cambios de ritmo… esto está grabado realmente de maravilla y, si no, decidme cuántos álbumes de bandas underground suenan así a golpe de 1986. Es más, cuántos discos producidos por nombres grandes no exhiben la misma calidad de sonido que estos holandeses. A ver, que un poco de truco tiene la cosa. No hay que dejar de tener en cuenta que es WEA el sello que lo edita y que lo graban en los míticos Wisseloord de Hilversum en los que aquel mismo año se dejaba para la posteridad todo un “Somewhere in Time", sin ir más lejos…

“Destination" es más tranquilita. Heavy metal melódico, con aires hard, que tampoco anda muy lejos de unos Dokken o unos Scorpions, sin llegar a meterse nunca en el terreno de ninguno de ellos. Ya os decía que Helloïse no suenan abiertamente a nadie y que, aunque siempre derrochan melodía, nunca dejamos de pensar en ellos como banda de heavy metal.

“Give It Up" me parece de las mejores, quizás también porque es de las más heavies. Poderosa, épica e intensa, es empujada por la apasionada interpretación de Stan Verbraak desde el primer momento atacando las frases con muchísima fuerza, sobre todo en su estupendo estribillo. La cara A se cierra con una breve instrumental, curiosamente titulada “En la Línea de Fuego" (con tilde y todo), seguramente por el uso de una guitarra española, que lleva a la que puede ser la mejor de todas, “In the Line of Fire" (no es coña, comparten nombre). Iniciada a capella por Verbraak, hecho que demuestra su solvencia, se trata de una composición vigorosa, rítmica y perfectamente llevada por la banda a nivel instrumental. El estribillo convence plenamente y los juegos vocales en su desarrollo central vuelven a dejar sensación de vocalista grande. Muy bien también la batería de Van Ee acompañando el solo de Ben Blaauw y los “fire" de Verbraak en el último tercio. Tema que deja sensación de satisfacción.

Que estamos ante un disco bien trabajado es algo que resulta evidente con “Helloïse” al darle la vuelta al vinilo. Buena introducción épica y curioso desarrollo instrumental combinando acústicas y eléctricas con bajo y batería. Muy Maiden resulta toda la estructura del puente y hacia el estribillo, en una sutil influencia que no deja de estar ahí. “See Tomorrow", amago de single, quizás es la que más frío me deja en este “Polarity". Intento comercial, un poco como aquella “For a Moment” de “Cosmogony”, pero sin su puntito de genialidad. No termino de cogerle el punto y el estribillo no me llega del todo. Mejor pasar a la siguiente…

“Pool of Confusion" vuelve a ser de las mejores pisando ligeramente el acelerador con auténtica elegancia. Queda claro que estos tipos nunca se desmelenan. Pueden subir y bajar el ritmo como se les antoje, pero lo hacen siempre de forma muy controlada. Quien busque desenfreno metálico aquí no lo va a encontrar. Sigue la baladita de turno, “So Close to Love", sentida, muy bien desarrollada y con un Verbraak que transmite. La final “Sole Survivor" remata con un aire un poco festivo y ligero un álbum que resulta muy completo de principio a fin, sin grandes altibajos, exceptuando quizás la discreta “See Tomorrow" y esta última que, sin estar mal, tampoco es un fin de fiesta a la altura. Detalles ambos que ponen este “Polarity" un peldaño por debajo de su debut, “Cosmogony", que era un pepinazo de principio a fin.

La pregunta ahora es, ¿cómo diablos después de editar un debut como “Cosmogony" en 1985 (sólo un año después de “Red, Hot and Heavy" y a la par que "Walls of Jericho", lo que lo convierte en uno de los primerísimos álbumes de power metal) y este segundo en 1986, Helloïse no se convirtieron en referencia obligatoria del estilo en Europa? Algo raro le pasó a estos tipos tras "Polarity". Se ve que giraron por Europa abriendo para bandas gordas como Motörhead, Def Leppard, Whitesnake o Y&T, pero se fueron diluyendo y, en 1988, Stan Verbraak, Marshell Remeeus y Arjan Boogerds desaparecieron de la escena hasta su retorno a finales de los 90. Ernst Van Ee se unió a los Vengeance de Arjen Lucassen y después a los progresivos Threnody y Ben Blaauw, por su parte, colaboró con una recua de bandas que no merece la pena citar por su irrelevancia. Pero, de Helloïse, nada más hasta 1998 cuando volvieron con un más que digno “A Time and a Place for Everthing", sucedido por un aún mejor “Fata Morgana" en 2001 y, de nuevo, silencio…

Con todo, otro buen álbum de una banda recomendadísima de heavy/power metal “a la europea” que se las apaña para no caer en el lado empalagoso del estilo, meter la caña justa y necesaria y resultar épico, elegante y memorable a partes iguales. No vas a fallar con esta dupla que sacaron entre el '85 y '86, a mí se me pusieron a tiro a buen precio y no lo dudé, así que, si se te presenta la oportunidad, yo no lo dudaría ni por un instante. Es difícil acertar más en lo que respecta a power metal melódico europeo de mediados de los 80. Sorprendentemente buenos, aunque no hayas oído hablar de ellos en tu puta vida. 

7,5/10