Metal al día: Cloven Hoof - The Heathen Cross (2024 High Roller Records)

 

1. Benediction (0:47)
2. Redeemer (3:52)
3. Do What Thou Wilt (4:02)
4. Last Man Standing (4:19)
5. Darkest Before The Dawn (4:38)
6. Vendetta (3:47)
7. Curse Of The Gypsy (4:47)
8. Frost And Fire(4:26)
9. Sabbat Stones (5:33)
10. The Summoning (6:04)

El pasado 31 mayo salía, bajo el sello High Roller Records, un nuevo trabajo de Cloven Hoof, llamado “Heathen Cross”. La banda de NWOBHM de los 80 en la que queda como único representante de sus miembros originales el bajista Lee Payne. Es ley de vida que si comenzaste a finales de los 70 después de 45 años no quede ni la salud ni las ganas para continuar por un camino carente de éxito y fortuna. Payne se resiste al desánimo y retoma la actividad compositiva de Cloven Hoof en 2006 muy alejado del estilo clásico de la banda, rodeándose de jóvenes músicos desconocidos, obteniendo un resultado muy discreto. Endereza el rumbo reclutando un antiguo compañero de la banda al micro, Russ North y lo que podría haber sido una nueva etapa más que digna de la banda se quedó en nada. Cuando North deja Cloven Hoof se adentran en un estilo heavy power de resultado poco más que correcto a lo largo de varios Lps, en este último “Heathen Cross” la novedad está en que a las voces esta Harry “Tyrant” Conklin de Jag Panzer. Este fichaje y la promesa de volver a un sonido clásico han sido los motivos principales para darle una oportunidad a unos Cloven Hoof que fueron una joya maldita con discos como “Dominator” (1988) o “A Sultan’s Ransom” (1989) y una banda poco atractiva en esta nueva etapa en los 2000.

“Heathen Cross” es un trabajo de heavy power totalmente invadido por el espíritu de su nuevo cantante Conklin por lo que en muchos momentos recuerda innegablemente a Jag Panzer, esa deriva de los Cloven Hoof, o mejor dicho, el proyecto de Payne, que venían de ser una banda de Wolverhampton, Inglaterra, es cuando menos curiosa. Con esto advierto que lo que encontramos aquí no es una banda de heavy clásico de los 80 queriendo sonar al estilo vintage, sino que tenemos una banda remozada que suena a heavy power del que se puede hacer hoy día con una producción potente y sobre todo donde la voz del tirano lo salpica todo, para bien y para mal. Entraríamos en el eterno debate de aferrarse al nombre y su legado, este es otro caso más donde Cloven Hoof son los de los 80 y estos del 2000 son otra cosa.

Otro punto que me hizo darle una escucha al disco fue su portada creada por Alexander von Wieding que tiene un rollo a comic de épocas pasadas, sus tumbas y estilo oscuro.

El trabajo comienza con una intro tipo órgano de iglesia y coros celestiales, “Benediction”, lo mejor es que es corta y da paso a un enchufado Conklin en “Redeemer” con un sonido muy Judas y unos agudos de aúpa. La base rítmica muerde con un bajo de Payne muy protagonista como no podía ser menos. Dobles guitarras de Chris Coss y Luke Hatton, todo suena muy afilado y con un Conklin muy potente. Es buen comienzo con sabor a heavy clásico de toda la vida.

“Do What You Wilt” entra en liza un hard heavy potente con teclados de Chris Dando muy protagonistas. Es una nueva versión que sacaron en su recopilatorio “The Definitive Part Two”. Sonido oscuro, que recordará a unos Rainbow más vigorosos, Conklin sigue con su recital y la banda se muestra sólida.

“Last Man Standing” fue single y es posiblemente de lo más flojo del disco. Es un tema muy potente, con un sonido muy grueso y groove. Conklin canta mucho con las tripas y la verdad que es un tema con un exceso de anabolizantes, para mi gusto muy machacón.

“Darkest Before The Dawn” es un elogio a Iron Maiden y al power galopante. Un buen tema de esos que si hiciera la doncella hoy día se nos llenaba la boca. Conklin es un cantante muy versátil y con muchas tablas. Destacable las guitarras que sin ser muy originales dan una dosis de la que gusta al personal. Para disipar dudas este power está más cercano al europeo que al americano.

“Vendetta” sigue el mismo camino que la anterior, más simple y directa, va más al turrón. Exprime el estribillo al máximo. Se echa en falta un poco más de elaboración y luego esa voz grave, medio enlatada que nos invade y sobrevuela todo es horrenda. Me ha recordado a los KK Priest. Tema olvidable.

“Curse Of The Gypsy” transita entre la acústica y el alzamiento poderoso, el tema va mutando y ganando garra. Un buen cambio de ritmo en la parte solista. Luego afronta el final entrando en la oscuridad. Sabor clásico, al maestro Dio con su banda mismamente. El jefe Payne decía de Conklin: "Harry Conklin es un vocalista de talla mundial. Es muy dedicado y muy profesional, y sabíamos que encajaría perfectamente en la banda. Su interpretación vocal en el nuevo álbum eleva a la banda a nuevas cotas, así que estoy deseando que los fans le escuchen. Harry es un cantante asombroso, muy versátil. Puede cantar alto, bajo y siempre con fuerza y pasión. Sabe cómo vivir y vender una canción. Harry es como un actor que cuenta una historia, nadie interpreta mis letras como el Sr. Conklin. No tengo palabras para elogiarle. Deberíamos haber trabajado juntos hace años”.

Gran parte de la personalidad de Conklin sale a relucir en “Frost And Fire”. Caña power donde Conklin se muestra como pez en el agua, contundente y poderoso. El tema tras la parte solista baja revoluciones y para luego volver a acelerarse. Un tema donde las guitarras encuentran su sitio y sirven de equilibrio al torrente de voz. Uno de los temas más logrados donde todo está en su lugar.

“Sabbat Stones” tiene un comienzo muy hard heavy recordando a los Rainbow o los Black Sabbath de la etapa Martin. El estribillo y el riff combinados con los teclados están muy logrados. Es el tema que ha inspirado la portada, magia, ancestrales ritos en la valle del demonio. Sin llegar a ser doom, se intuye ese camino.

“The Summoning” es el tema de cierre y el más extenso, poco más de seis minutos. Es una sucesión de distintas partes y cambios de ritmo. Echan todo lo que tienen, en ocasiones sin mucho sentido. Tienen partes que molan y otras que no tanto. Vuelven las voces graves en off que tampoco me gustan. Hay que tener mucho talento para salir airoso en temas de este tipo que suben y bajan la intensidad, se van adentrando en distintas tesituras. Hay bandas que no están hechas para todo.

No es un disco para enmarcar, da unos cuantos bandazos en estilo, tiene más de un traspié. Payne hablaba de una vuelta al origen de la banda con algunos elementos más actuales y la temática recordará al debut pero el estilo tiene de aquí y de allá, a veces con acierto y otras no tanto, mantienen cierta esencia de NWOBHM. Es salvable porque al micro hay un animal que se come lo que sea hasta al resto de la banda. Si eres fan de Conklin lo disfrutarás, si vas buscando un buen disco de heavy clásico encontrarás algunos temas a los que agarrarte pero otros directamente pueden ir a la papelera. Conklin es un cantante algo excesivo y le cuesta dejar el protagonismo. Tener un cantante tan intenso no se si es adecuado al estilo de Cloven Hoof, prefiero un cantante estilo Russ North que solo volvió a la banda para regrabar antiguas canciones y podría haber sido el comienzo de una nueva etapa de Cloven Hoof. Con Conklin la banda suena descompensada y aunque las guitarras conocen el oficio un poco más de personalidad sería de agradecer. A estos Cloven Hoof les hace falta encontrar un estilo y no olvidarse de las raíces, a veces menos es más, un gran cantante no lo es todo, los estribillos no son la panacea y todo se basa en este rollo en tener buenos riffs, dame un riff y dominaré el mundo.

6/10