martes, 2 de abril de 2024

Los 10 del Dictador para... singles de la NWOBHM 2ª parte

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas... a tomar por culo. Regreso al Futuro II está de puta madre, El Imperio Contrataca se merienda a Una Nueva Esperanza (aka. La Guerra de las Galaxias de toda la vida), el Padrino II es una una obra maestra y Terminator II es brutal. Aquí se deja caer de nuevo stalker213 para demostrarnos que algunas segundas partes no tienen nada que envidiar a sus predecesoras... esperemos que no sea la última. A ver qué cojones ha rescatado esta vez del abismo de la NWOBHM para nosotros...

1. Iona - Don't Cry For The Innocent (1982 Loco Records) 230€

Volvemos a encontrárnoslo una vez más. Es así. Resulta tedioso, pero mediante la obra de estos galeses, volvemos a estrellarnos contra la sofocante realidad que apunta a lo absurdo del número de bandas que podrían haber grabado un disco memorable y se quedaron perdidas, pero ya no por el camino, sino por las cunetas colindantes a las primeras curvas del mismo.

De veras que resulta inexplicable, pero lo vuelvo a intentar de todos modos: ¿cómo puede esta gente escribir estos dos temas y no llevar su legado a algo más? ¿Cómo? Sí, joder. Es una razón de peso; la inesperada muerte de su percusionista en 1984 muy probablemente tuvo algo que ver, aunque previamente al fatídico desenlace ya algunos sellos (Virgin, sin ir más lejos) desecharon la posibilidad de firmarlos cuando el talento indudablemente estaba ahí. De modo que insisto, ¿qué mierdas fue lo que pasó ahí? Obvio. Demasiadas bandas sonando igual en un lapso de tiempo ultra comprimido y una efervescencia brutal que dificultaba hasta el extremo el poder destacar, pero, ¿era impensable que estando MUY enfocados hubieran escrito 4 o 5 temazos más y de ese modo parir un clásico? Nunca lo sabremos, pero la magnitud de la tragedia para el melómano/coleccionista es incalculable. Aunque no queda ahí la cosa, ya que incluso en septiembre del ’82, el single del que hablamos, llegó a auparse hasta el Nº2 de la lista del popular Melody Maker (dando cobertura en aquel mes nada menos que a gente como Tom Verlaine de los seminales Television o a los nunca suficientemente ponderados Blue Öyster Cult). Pero como fuera que el destino estaba sellado para los de Pontypool, el fin de su historia estaba más cercano que otra cosa.

No obstante, al margen de la demo grabada el año anterior (la cual constaba únicamente de otro par de cortes), aquí tenemos el testimonio de unos tipos cuyo talento y buen gusto para la composición son palmarios, lógicamente, sin dejar de tener en cuenta que no pasaban por ser nada más que unos aficionados sin más bagaje que otra banda anterior llamada GBH que, como podéis imaginar, nada tenía que ver con las leyendas del Punk.

Como todo buen single que se precie de serlo, los dos temas presentan potencia, melodía y buenas ideas bien ejecutadas. Especialmente el primero, dinámico y memorable hasta decir basta. Excelentes guitarras, correctos coros y estribillos con más ganchos que un jodido buque de pesca. Además la voz de Geoff Smith es bastante de destacar, ya que como hemos repetido en miles de ocasiones, muchas de estas bandas (entonces formadas en el 95% de casos por amateurs) poseen intérpretes que si bien no llegan, suenan tremendamente entrañables, pero como digo, la tubería de este pollo era bastante más que aceptable. Y como de costumbre. ¿Cómo no? Las guitarras son el foco central. Muy notables Berry y Williams. En definitiva, un caballito morcillón y ganador.

    

2. Dutchess - Your Love (1981 Blitzkrieg Waxworks VI) 250€

Singles como éste son los que definen como nada más a esta bendita música, estimados jilgueros. ¡Cloacas de papagayo confitadas en su jodida salsa! ¿Quién fue el tarado que inventó las intros? ¿Para qué diablos las necesita nadie cuando uno puede rasgar el telón así de primeras como estos buenos vecinos de La City? ¡Si es que desde el segundo uno la capacidad de este cuarteto londinense queda patente!

Y apuntamos de igual modo a esta gente en la lista de pobretes que ya desde sus inicios arranca con palos en las ruedas, dado que lógicamente su nombre era Duchess, hasta que un deficiente mental lo planchó hasta tres veces mal en su single de estreno (portada y ambas galletas), no dejando otra salida a los pollos que tirar millas bajo el nombre de Dutchess, que por otra parte los distinguió dentro el circuito de alguna que otra banda con el mismo nombre. Sí, amigos. Como suele decirse, no hay mal que por bien no venga.

No obstante, las bromas se acaban tan pronto como la música hace acto de presencia. Y es que cuando alguien entra a un estudio con los colmillos afilados, esto es palpable prácticamente desde el principio. La maquinaria se aprecia perfectamente engrasada en todos los frentes. Una sección rítmica muy compacta (muy fiables Wilson y Dallaco) da la consistencia necesaria para que el show de “Dave Wild” Kilminster (hasta donde yo sé, nada que ver con “El capitán verrugas”) luzca y no poco. A pocos sonará el nombre de este tipo, aunque si os digo que hizo las veces de Dave Gilmour en el Dark Side of the Moon Live Tour de 2006 con Roger Waters, lo mismo no hacen falta más datos para hablar de su solvencia. Aunque, sí claro, aquí todavía era un mamarracho de apenas 20 palos y no era el hacha que es hoy, pero las maneras están ahí indudablemente. Y de igual modo, el papel de Martin Boyd al micro es fenomenal. Absolutamente nada que reprochar.

El tema de la cara A es el as ganador, como es de imaginar. Un temazo de esos que enganchan con un estribillo de los que se clavan y unos solos de Kilminster que ponen de manifiesto la necesidad de conocer este ítem. “Dead and Gone”, en cambio, se arranca más desafiante y revoltosa. Y si bien, en su totalidad, se muestra con algo menos de punch que “Your Love”, resulta del todo impepinable comprender como la categoría de esta gente fue infinitamente mayor que su legado. Cloacas erectas de pájaro garantizadas para amantes del sonido NWOBHM, os digo.


3. JJ’s Powerhouse - Running For the Line (1983 Sillysybin Records) 150€

Directamente escupidos desde el condado de Lancashire recibimos a JJ Cox y sus esbirros, al punto que otra de esas bandas con las que hoy día muchos “expertos” nos llenamos la boca diciendo que son la leche, pero que hasta que no llegó Internet nadie sabía ni que existían, salvo por los cuatros gatos que en el ’83 pillaron su 7” en Sillysybin Records (auto-producido, lógicamente). Aunque la historia se remonta bastante antes. Nada menos a que hasta mediados de los 70's, cuando todavía el engendro no se llamaba ni así.

En efecto, Quad fueron dando bandazos durante años (con bastante éxito a nivel local, dicho sea de paso), girando por mil y un pubs de mala muerte e incluso llegando a telonear a unos tales Saxon. Y si bien la oportunidad de inmortalizar su música en vinilo no llegó hasta que ya se llamaron JJ’s Powerhouse (los dos temas fueron paridos siendo aún Quad), éste no sería sino el último aliento de la banda, fuera del par de estertores que aún le quedaban en el pecho al bueno de Cox. Primero con los también recomendables White Heat en el ’84 (y ojito, porque este single, aunque no mejor, se paga más que el que estamos tratando) y ya en las postrimerías de la misma década con Panik Attak (horroroso monicker), cuyo primer sencillo no sería sino éste mismo “Running For the Line” (no os hagáis ilusiones porque éste también se paga y muy bien), que así quedó bautizado tras un fallo de imprenta, siendo el título original “Heading For the Line”. Claro queda pues, que la fortuna no estuvo con ellos ni tan siquiera desde el principio. Aunque todo esto no es óbice para ver sin dificultad como el talento estaba ahí. A raudales diría incluso. Pero como todos sabemos, una precaria producción puede llegar a opacar unas maravillosas composiciones, lo mismo que una impecable puede llegar a obrar milagros con otras más discretas.

Las influencias es absurdo comentarlas. ¿Qué duda cabe? Diamond Head, Demon, Metallica y los sospechosos habituales de toda la vida, aunque eso no quita que los dos cortes son, por derecho propio, de una calidad y frescura incontestables. Especialmente el de la cara A, que muestra a las claras como indudablemente JJ es la estrella del percal, así como un pequeño y entrañable Guitar Hero que bajo ningún concepto podía quedar ignorado en esta modesta antología.

    

4. Ricochet - Double B Side (1980 Heavy Rock Records) 225€

Inicialmente bautizados como Thorazin no tan al final de los 70s, practicando entonces el típico rock progresivo con tintes lisérgicos de la época, estos pillos procedentes de las West Midlands (Birmingham muy probablemente) se sacan de la manga en 1980 este efervescente “Double B Side” y consecuentemente las reacciones a nivel local son inmediatas, aunque ya la historia que sigue la sabemos de sobra. Algún que otro concierto fuera de su condado, una breve razzia sobre tierras alemanas y otro ignoto siete pulgadas para el recuerdo de los viejos del lugar.

No obstante, aquí el relato no cambia y sigue el curso de los acontecimientos de prácticamente todas las antiguallas que estamos rescatando, siendo irremediablemente otra pieza de coleccionista para el aficionado. Como podemos todos imaginar, cuando en su día Heavy Rock (impagable el logo de este sello, ¡cojones de almizclero a las finas hierbas con verdurita glaseada!) saca una tirada 500 copias de este sencillo, alguien debió pensar que eran más de las necesarias y que a ver como coño se las iban a sacar todas de encima, pero 42 años después la insoportable lógica nos muestra cómo efectivamente eran poquísimas y de ahí el precio que alcanza hoy el cacharro si es que alguien se halla en la tesitura de querer adquirir una copia para su colección privada.

Del título se desprende que los tipos eran unos cachondos, así como dando a entender que aquí no hay single y que ambas caras son de relleno, pero nada más lejos de la realidad, estimados guacamayos tropicales con virulenta apoplejía hipofisaria. Nada de eso, os digo, porque desde que “Midas Light” sale propulsada cual encabronado reguero de pólvora, la gloria inmarcesible de la NWOBHM vuelve a reinar alzando con orgullo su fatal puño of steel. Y es que la calidad se les cae de los bolsillos... ¡Y una vez más! Quiero destacar esto, por favor, atendedme, jerbos de mis entretelas: la exuberancia de esta calidad, ya no sorprende en lo mínimo por la ingente cantidad de gemas preciosas que hoy podemos encontrar y reúnen este denominador común que nos dice que como eran ingleses y tocaban en una banda de rock de finales de los 70's pues tenían que ser buenos y ya. ¡Pero es que no! ¡No! Porque hay que intentar hacer el ejercicio de poner las cosas en su contexto y comprender que no es tan normal pertenecer a una banducha amateur de tres al cuarto y tocar el bajo como lo hacía The Finn. Y esto lo podemos aplicar exactamente igual a las guitarras de Dave Gough, que a camino entre el Heavy Rock con sabor a asfalto y ciertas limaduras con aroma a jazz demuestran que el potencial de esta banda era alto. Y es que encima Sewell canta bien y con mucha convicción.

La cara A es un bombazo, de eso no hay duda. Pero es que la B, aunque no tan inmediatamente memorable, pone de nuevo a las claras la insultante suficiencia de los pollastres. Así como en medio de un fiestón donde imperan el desmadre y el despiporre padre, ese tono de guasa y dejadez sigue mostrándonos el oficio y la clase innata de estos hijos de un tiempo que jamás volverá. Sin duda otro de los indispensables del rollo.

    

5. Hammerhead - Time Will Tell (1981 Linden Sounds Records) 100€

Después de dejar atrás otros proyectos fallidos como 8 Hertz, Bitter Harvest, Judas (Hahhaah… Hay que tenerlos cuadrados, colega) o Destroyer, no sería hasta 1977 (fecha muy respetable, por cierto) cuando vieran la luz estos sensacionales Hammerhead, directamente escupidos desde Workington, en el condado de Cumbria. ¡Casi tocando ya a Escocia! De modo que no hace falta siquiera empezar a ilustrar como esta gente no tuvo las cosas fáciles.

Eso sí, no son necesarios ni tan solo unos segundos para advertir como aquí no estamos lidiando con unos jovenzuelos inexpertos, sino muchísimo antes unos profesionales que conocían bien su oficio y que tenían sus herramientas afiladas como el que más. El tema título pone las cartas boca arriba ipsofacto y os digo, malandrines, que aquí no existe nada reprochable más allá de una modesta producción, como es lógico y muy razonable. A su manera, aquí lo que tenemos son unas microlegends de la escena, al punto que una de las formaciones de más talento de entre los batallones de infantería de la NWOBHM. Y es que Brian Hodgson es un kraken de pecera, pero un kraken al fin y al cabo. Qué buen gusto el de este tipo escribiendo música.

Una vez más, la fórmula usada es la de lanzar la cabellería en la cara A y amarrar un pelo en la B, pero que nadie se alarme más de lo necesario: “Lonely Man” es excelente se la mire por donde se mire e incluso diría que es la que más me gusta de las dos. Las guitarras de Hodgson y Elliott son de primera y la voz del primero nada desdeñable, debo destacar. Realmente me repito más que los ajos, pero este nivel de profundidad y complejidad me causan una considerable admiración. De modo particular, me flipan la segunda parte del tema y la calidad inusitada de esas guitarras que no hacen sino hablarnos de la extraordinaria clase de esta gente, además del incuestionable gusto de Hodgson a las seis cuerdas.

Lamentablemente su historia se ha escrito desde la modestia y al margen de un par de demos antaño, de su cinto no penden más que tres álbumes (grabados ya en este milenio) y casi que lo más grande que alcanzaron fue telonear a Budgie, pero que el árbol no nos tape el bosque, cuervos deluxe: aquí tenemos un pedazo de banda para disfrutar como un vino de los buenos, buenos.

 

6. Slowtrain - Ronnie (1980 Spirit Records) 125€

La historia de estos mocitos del sur de Londres resulta tan absurda como cautivadora. Poco o nada se sabe de Slowtrain, más que por el nombre de sus integrantes (sin aparente actividad fuera de este mismo proyecto) o procedencia. Sin mucho más feedback que esa parca, aunque evocadora portada, aquí básicamente aquello a lo que podemos ceñirnos es a la maravillosa naturaleza de su música y una vez más (¿cómo no?) a interpelarnos cómo unos tipos que son capaces de entregar estos dos excelentes temas, no lo son de sostener su actividad en el tiempo y haber dejados escritos, ni que fuera, un puñado de temas extra. Quiero decir: tú no pares dos composiciones notablemente buenas y por los designios de los dioses, tu mente se seca y no eres capaz de escribir nada más. Naturalmente que no. Ciertos obstáculos debieron cruzarse en el camino de estos muchachos, porque de lo que estoy plenamente seguro es que no hablamos de cuatro colegas que se juntaron una semana en un garaje ensayando, propiciando estos dos maravillosos temas, y a la siguiente plegaron y se fueron a ocupar su tiempo haciendo ganchillo o criando gusanos de seda.

No obstante, la incertidumbre se disipa cuando la música nos ocupa y si debo escoger uno de los dos temas, lo hago con el de la cara A con los ojos cerrados. “Just One Way”, como es aparente, responde mucho antes a las coordenadas NWOBHM que todos conocemos y esperamos. Himnos energéticos de juventud y ambición descontrolados, sustentados bajo un sólido armazón de buenas guitarras. Cortito y al pié. Ahora bien, justo como anticipaba, es “Ronnie” el corte que se me clava en el cerebelo y me hace volver con frecuencia al siete pulgadas de Slowtrain. Es cierto que nada va más allá la excelencia. El perfil es medio, cuando no tirando a bajo –por las pretensiones, digo- pero amigos, aquí apesta a magia, indeed. De una guisa así un poco a lo “Strange World”, esta misteriosa y ensoñadora “Ronnie” te gana por la confianza con la que Twohill entrega sus versos y fundamentalmente por la calidad y el feeling que chisporroten los dedos de Dave Ross, especialmente a partir de 02:00. E insisto: cuando hablo de magia, no lo hago de talento puro y menos todavía, técnica. Sino antes de esa sensación que invade a uno cuando escucha algo y sin saber por qué, siente como se le erizan los pelos del cogote.

Posiblemente el más modesto del ránking, aunque no por ello menos relevante. Tampoco olvidemos que hablamos de un ítem que hasta el advenimiento de Internet no fue de dominio general, ni tan solo entre los coleccionistas de mayor avidez. De modo, que no digamos el resto. Recomendadísimo.

    

7. Stormchild - Rockin’ Steady (1982 Serpent Records)

Y aquí tenemos otro Santo Grial perdido del movimiento, tal como si fuera la última faja en la que se le escapó el pis al Rey Arturo. De veras, asombra infinitamente el hecho de cómo gente con semejantes capacidades no hallaran los medios de alargar su actividad en el tiempo, pero así es como sucede las más de la veces. Que una banda termine triunfando o siquiera vivir de su obra se antoja algo más que un milagro y así lo atestigua la corta existencia de estos buenos vecinos de Bolton, condado de Lancashire, la información de los cuales, como ustedes podrán imaginar, es salvajemente exigua. Probablemente no estamparon más de 200 copias y lo más probable es que ni queden la mitad sobre la tierra. Y de ésas, difícil es encontrar una con la portada.

Sin el menor margen de error, estamos hablando de dos temas notables. El talento es incontestable, como lo son las guitarras de Harwood, aunque esto, amigos, tampoco nos va a pillar por sorpresa, ya que según parece a los críos en Inglaterra se les da una guitarra en lugar de un biberón; excelentes. La voz de Ian Bridge, igualmente, suena inspirada y el resto no le va a la zaga. Hablamos sin duda de una formación que sabía lo que se traía entre manos, si bien los teclados a veces parece como que entran con calzador, pero cojones, ¡es la época! Y una en la que todavía era palpable el reino de terror instaurado por el bigotón Jon Lord; se les perdona ¿Qué duda cabe?

Como ya viene siendo habitual, abordamos un artefacto que hasta que no empezaron a abundar aquellos primeros bootlegs noventeros, ya en CD, no conocía ni su puta madre. Por aclarar la magnitud del asunto, es que ni se ha llegado a concretar una sola venta en la mayor plataforma de compraventa de música en Internet, aunque eso sí: no fueran ustedes a preocuparse más de lo necesario… Ya que en la misma, tienen a disposición una copia disponible por el módico precio de casi 3000 Euros; y sí, amigos, ahí no sobra un solo cero.

    

8. Lautrec - Mean Gasoline (1980 Street Tunes Records) 850€

No está documentado que Laurence Archer, uno de los guitarras de Lautrec, tuviera ningún padrastro en las uñas que le dificultara tocar su instrumento, pero sí que tenía uno, con brazos y patas, que agarrado al micro, se canturreaba aquello de “Mean, mean gasoline”, y es que no veas cómo se las gastaba Reuben Archer. Su presencia es poderosa y carismática, aunque no terminan ahí las cartas ganadoras de esta interesante, aunque fugaz, banda de Bristol que de buen principio nació llamándose Thriller y de igual modo murió para convertirse en otra criatura, mucho más domesticada, de nombre Stampede, también con los Archer al frente.

Vaya por delante el cómo, una vez más, estamos versando sobre otra codiciada antigualla que va buscadísima entre los aficionados; y como de costumbre, por pleno derecho. Ya que la calidad de ambos temas está más que contrastada desde el primer segundo. Y para predicar con el ejemplo, ahí echa a andar presto y desafiante el tema título, con esos inconfundibles aromas a Heavy/Rock de carretera y Saxon en definitiva. Excelente el corte por donde se lo encare. Las guitarras, como ya todos sabemos, ganadoras. Por la B “Shout Out the Lights” podría traernos a la memoria a los primeros Diamond Head, pero nada más lejos, pollos. Lautrec navegan por aguas menos revoltosas, aunque no por ello menos sexys. Aquí yo aprecio cositas que recuerdan a Whitesnake, aunque también a otros affaires menos celebrados, aunque no por ello menos sabrosos, como Samson o Sledgehammer.

Como apuntaba al principio, su historia fue breve antes de mutar a Stampede, aunque aún podrán contar a sus nietos como antaño llegaron telonear a Saxon y según parece, también a Girlschool. Como sea, el nombre de Lautrec no se desvanece de la memoria colectiva y menos todavía el precio de su único single.


9. Big Daisy - Footprints On the Water (1980 Ellie Jay Records) 800€

Lichfield, ubicada en el condado de Staffordshire, no debió ser ni por asomo el epicentro de la movida NWOBHM, aunque no por ello dejó de aportar soldaditos a la causa y para dar fe de ello gente del área como Bashful Alley ("Running Blind" Ep, 1983) o Steel ("Rock Out" Ep, 1981), donde incluso llegó a tocar un hermano de Fox, fueron buena prueba de ello. No obstante, Big Daisy me parecen lo más atractivo del pack, no ya por su originalidad, que fue poca, sino bastante antes por su notoria calidad y ya de modo más personal, su arriesgadísimo approach emulando nada menos que a sus incontestables majestades Rush. Ahí es nada.

La portada, de igual modo, tampoco juega a lo seguro, mostrando a la susodicha (Big Daisy) haciendo gala de su prominente muslamen, pero como anticipaba de primeras, para el avezado seguidor de los canadienses, los primeros compases del tema título ya traen consigo aromas del inigualable “2112” y no digamos ya cuando Mervyn Spence (curiosidades de la vida, también vocalista/bajista) abre las tuberías y deja inequívocamente a las claras de qué va aquí la mandanga.

“Footprints On the Water” muestra sin rubores esas trazas características de los Rush clásicos de los 70's (lógicamente, fuera de la longitud kilométrica de sus composiciones), aunque la cara B, con “Fever” por bandera, lo hace más si cabe. De hecho, incluso diría que fusila criminalmente algunos pasajes de la antológica “2112” y más concretamente del pasaje “The Temples of Syrinx”, aunque hablamos de una desfachatez apocada y entrañable que nada de malo tiene al fin y al cabo. Indiscutiblemente, nada tienen que ver Deg Newman con Lifeson o menos Roger Fox con el intocable Peart, aunque con todo y eso, los niveles de competencia son más que aceptables y después de todo, incluso la voz de mascota de Mervyn ‘Spam’ está más que conseguida.

Conseguir una copia física de este sencillo se antoja cuanto menos espinoso. Ahora bien, por más exotismo o curiosidad que suscite el invento, os aseguro que la gente paga su precio principalmente por la innegable calidad de su música antes que por sonar a perico de los palotes o su tía la churrera.

    

10. Spider - Back to the Wall (1977 Pennine Records) 425€

Formados en Liverpool allá por 1976, escuchar a Spider tan solo cinco segundos te trae a la mente otra banda formada en los EEUU poco antes. Obvio. ¡Joder, si es que hasta se hicieron la misma foto apoyaos en un puto muro de ladrillos! Y aunque como todos podemos entender, aquellos finales de los 70's no habían conocido todavía los positivos, aunque nauseabundos, efectos de Internet, a nadie se le escapa que el terremoto que levantaron los flequilludos en el underground desde el segundo uno de partido fue uno de cojones y de los gordos.

Con todo y eso, es de justicia el reconocer como los cuatro matones de Merseyside también reparten su buena estopa, y es que aunque su propuesta nos remite instantáneamente a la de los cheperudos de Queens, yo aprecio un gancho inconfundiblemente británico que irremediablemente les confiere algo más de clase y no tanta abrasión urbana como en el caso de los de Forest Hills.

Indudable, el dichoso tupatutupa está ahí y los graznidos de Colin Harkess remiten al punto a los proferidos por aquel alto gerifalte de Los Cuerpos Extraños de nombre Joey Ramone, aunque vuelvo a insistir, cuando las estrofas cuadriculadas terminan de aterrizar al suelo tal que piezas de Tetris, las guitarras de Harkness y Brice entregan un extra de calidad que a mí me cuesta más ver en sus inspiradores. Aunque claro, ¡nos ha jodido! Nos vamos a poner ahora a comparar el legado de ambas agrupaciones… Pero oye, que aunque estos son los primos del otro lado del charco, cada minuto de este single te sale por 100 Euros al peso, atiende.

Breve, breve y breve. Al pié. Sin complicaciones. Como esos centrales aseaditos que sacan el balón sin aspavientos, aunque solvente y resolutivo, además de con dos.

3 comentarios:

  1. Al margen de cual de las dos partes de estos singles de la NWOBHM fuera mejor (personalmente me quedo con la primera), mi prioridad es felicitar al señor Stalker por una labor que se me queda corta al definirla como arqueológica. Esto ya no es desenterrar pequeñas porciones de arte pretérito, esto es pura espeleología tío. Te has tirado de cabeza a la gruta y te has plantado en los confines de la misma para traernos estos objetos de vuelta a la superficie, jojojooo.

    No tío, en serio, si bien decía más arriba que aquellos singles de la primera parte, en conjunto, los encontré más, como decirlo, más "jevis" , me llegaron a gustar más que esta segunda parte, estaría mintiendo como un bellaco si no dijera que en esta ocasión el asunto no desprende una calidad desbordante. También hay otro factor que hace que me decante más por la primera es que en aquella podía haber escuchado o conocer casi la mitad de grupo de la lista, mientras que en esta ocasión a Hammerhead y para de contar.

    Sorpresones?. Por supuesto. BIG DAISY. Joder que buenos, con ese aire que se da en la voz a Geddy Lee. Dos temas simplemente maravillosos. Pero espera que esos LAUTREC son de los que más me han gustado, si no los que más, con esa voz cazallosa y un temazo en la más pura linea de Dallas 1 P.M.
    Seguidamente, sin orden de preferencias, ya que todavía debo escucharlos más, me han encantado DUTCHESS, con esos dejes que me recuerdan a lo primero de Schenker (alguien mecionó "magia"? esos intervalos, líneas melódicas de guitarra y un voceras que se expresa con mucho sentimiento me la ponen como un jodido menhir...), JJ´S POWERHOUSE por su potencia y tener mucha de aquella esencia de las grandes bandas de entonces y RICOCHET, porque tiene algunos pequeños trazos a una banda que adoro que eran Tokyo Blade (y también porque el tema está de puta madre).

    .IONA. y HAMMERHEAD a pesar de que sí me han gustado, no lo han hecho al nivel de las bandas que he mencionado anteriormente. Algo parecido me ha pasado con SLOWTRAIN y STORMCHILD, ambos con una calidad fuera de toda duda, pero en ambos casos los teclados los encuentro bastante forzados y con un toque a caballo entre lo progresivo y rock setentero que en algún momento me han recordado a Triana, lo cual no lo digo despectivamente, todo lo contrario.

    Con los que no he podido ha sido con SPIDER. Conozco gente que tienen a Ramones en un pedestal. Yo, por el motivo que sea, ha sido una agrupación que jamás he soportado. Las voces del tipo ese no las aguanto. Su música no me dice absolutamente nada. SPIDER me han recordado demasiado a Ramones, con lo cual se convierten en la oveja negra de este top.
    Qué le vamos a hacer? Pues seguir disfrutando de estos putos LAUTREC y como rezaba Ozzy en su Diary Of A Madman: Flying High Again.
    Un saludo Stalker.

    ResponderEliminar
  2. Igual me pregunto yo. Como es posible, que esta veta no fuera explotada apropiadamente?. Una segunda tanda de estos singles es otra prueba tangente, de todo el potencial de estas Bandas y hablamos no de 2 o 3 Grupos, sino de 20 y no están Tokyo Blade, Jaguar o Witchfinder General. Alguien debe tener la explicación, de que nadie se intereso, de que no vieron el negocio que aquí hubo. Bandas en su tiempo y un estilo naciente que ya había echado raíces, que fue una explosión que recorrió todo el planeta y no paso nada con la mayoría. Increíble. Peor aún, si no fuera por el Internet, nada de esto se hubiera sabido, estaría enterrado en el profundo hoyo del olvido. Quien dijo que la vida es justa. Fueron fusilados sin contemplaciones, es decir la mayor masacre musical en la historia del planeta. En lo personal encuentro esta segunda parte mejor que la primera. Hay más dinamismo, musicalidad, más complejidad en las canciones. Con la excepción de los Spider, ya que no soy fan del Punk puro y mucho menos el comercial, el de la joda, todos aquí están de maravilla. Heavy Metal bien cocinado, el que nos gusta. Poderoso, con sobrada cadencia metalera, ganchero y bien hecho. Gracias Stalker por traer esta segunda ronda de la mejor cerveza que puedes conseguir. La he pasado de maravilla…… otra vez
    Un Saludo

    ResponderEliminar
  3. Es una mina que no te la acabas.

    En la primera remesa me estruje el coco escogiendo y rankeando los 10, pero en esta segunda ya no, porque además de difícil se me antojaba absurdo.

    Lo más absurdo, por eso, es que todavía se me quedaron otros 16 en el tintero de todo lo que cribé (unos 500 singles) cuando monté el primer ranking. De hecho, en este segundo aún metí tres que no estaban en la criba original, porque sencillamente hay ítems que igual de primeras no te calan, pero que tras repetidas escuchas te explota la magia en las narices.

    El drama, en definitiva, es que todavía hay más madera. ¡Mucha más! Cantidad de singles que están documentados, pero no están en La Red, otros incompletos por omisión de alguna de las dos caras (que lógicamente he omitido) y ya el despiporre final tienen que ser los que ya ni siquiera nadie conoce y que tienen que estar sepultados entre las arenas de los tiempos.

    Para esta segunda remesa, contaba ya con una herramienta excelente que recomiendo:
    The N.W.O.B.H.M Encyclopedia.

    ResponderEliminar