lunes, 25 de marzo de 2024

Tribulation - Down Below (2018 Century Media)

1. The Lament (5:39)
2. Nightbound (5:29)
3. Lady Death (3:24)
4. Subterranea (5:24)
5. Purgatorio (3:40)
6. Cries from the Underworld (5:11)
7. Lacrimosa (6:31)
8. The World (3:55)
9. Here Be Dragons (7:27)

Mi relación con Tribulation no ha sido siempre la más fluida a pesar de estar al tanto de su existencia casi desde el primer día. Cuando debutaron con un estruendoso “The Horror" en 2009 me cogieron en pleno revival deathmetalero. Me hice con él y pronto caí presa de ese frenético cruce entre los antiguos Entombed y los Carcass de su época intermedia. Death metal sin concesión directo a la yugular que nos hacía volver a 1991. Lo que no esperábamos fue lo que vino después. Un segundo trabajo mucho más ecléctico que no supe muy bien donde encasillar, hasta el punto de que no recuerdo haber escuchado nunca enteros sus 75 minutazos, y un tercer álbum en 2015 en el que se nos ofrecían como una banda totalmente nueva, sin nada que ver con aquella que había irrumpido en la escena sólo seis años atrás. 

Ese yo escéptico y empeñado en no dar excesivo crédito a todo lo que causa mucho revuelo, decidió entonces pasar de ellos. Perfectamente consciente del barullo armado en torno a “The Children of the Night" (muchos de mis colegas estaban en plena fiebre con la banda), quise dármelas de digno e ignorar el hype. Tribulation habían cambiado radicalmente y se habían subido al mismo tren arrancado poco antes por Ghost e In Solitude, sólo que ellos conservaron un último lazo que les unía con el death metal, la voz. Decidí darle la espalda al fenómeno y, cuando salió este “Down Below" tampoco le hice mucho más caso. La gente estaba alucinando con ellos y yo mantuve mi indiferencia convencido de que no eran para tanto. Todo, hasta que me lo tomé con un poco más de calma y cierto día me puse aquel “The Children of the Night" con una mentalidad más abierta y sin esperar nada a cambio. Y lo que cambio fue mi opinión, vaya si cambió...

Como comentaba, la idea no era completamente original y otros como Ghost e In Solitude ya habían tanteado este mismo sonido de metal vintage, con guitarras de baja ganancia e inspiración gótica. Pero no gótica en plan metal gótico noventero, sino gótica en plan original, conectando con el rock gótico de los 80 y más atrás para airear influencias del cine expresionista de los años 20 y de la literatura romántica del XIX. Y si Ghost e In Solitude no fueron capaces de darle respuesta al melón que abrieron, unos porque porque cayeron presa del mainstream y los otros porque tomaron la determinación de no hacerlo separándose, Tribulation sí se las apañaron para editar un sucesor para “The Children of the Night" que no sólo era digno de este, sino que hasta lo mejoraba en ciertos aspectos que habían quedado por pulir en su álbum de reinvención de 2015.

Es cierto, “Down Below", por primera vez en su carrera, no llegaba para romper con su pasado, sino para seguir construyendo desde lo ya hecho. En lugar de poner de nuevo patas arriba su sonido, Tribulation expandían esa fórmula que por fin les había dado la notoriedad buscada, que los había llevado a las filas de unos de los sellos líderes de la escena y que los había puesto en boca de todo el personal. Habían encontrado su sonido, su personalidad propia, el nicho en el que eran los únicos en su especie... ¿Para qué volver a buscar una nueva cara si algo funcionaba a la perfección? Buena prueba de todo esto es que, 9 años después de aquel “The Children of the Night" y tras la remodelación de la mitad de su line-up, siguen en la actualidad moviéndose en las mismas coordenadas, haciendo los retoques necesarios para no quedarse estancados. 

Por tanto, “Down Below” es un álbum totalmente continuista con “The Children of the Night". El mayor cambio viene de mano de su nuevo batería, Oscar Leander de los detestables Deathstars (que vendrían siendo la versión sueca de Rammstein), que ocupaba el puesto del huido Jakob Ljunberg y se convertía ya en el tercer batería que pasaba por la formación. Musicalmente, “The Lament" bien podría haber figurado en “The Children of the Night". Es el mismo metal apolillado con su mirada puesta en el rock de los 70 (hay bastante de Blue Öyster Cult por aquí y por allá), el post-punk y el rock gótico de principios de los 80, todo pasado por el tamiz de unos “chavales" de 30 años que se han pasado su adolescencia tocando en bandas de black y death metal. La impresión que dejan Tribulation a estas alturas es la de ser una banda madura, con un sonido plenamente definido (y propio), que bebe de muchas fuentes diferentes, pero que, sobre todo, sabe componer una canción, algo que tampoco pueden decir muchas bandas. Se puede tocar muy bien, se puede tener una producción del copón, pero componer una canción en condiciones no está al alcance de todo el mundo. El tema fluye con parsimonia, arranca con una melodía de guitarra tranquilita y tiene una pegada tremenda. Puede no ser un ganador instantáneo como sí eran “Strange Gateways Beckon" o “Melancholia", pero se va madurando con más calma y tiene una sección progresiva en su parte central verdaderamente exquisita. Estos Tribulation, de death metal ya no conservan más que la voz de un Johannes Andersson que suena muy, muy cerca de Jon Nödtveidt, aunque musicalmente no tengan nada que ver con Dissection. También es cierto que, sin ese detalle, no serían mucho más que otra banda de heavy metal con toques retro, de esas que pululan por la escena, y este residuo extremo les aporta un puntito de singularidad muy bienvenida. 

“Nightbound" sigue en esa misma línea. Melodías de guitarra muy pegadizas, ritmos siempre contenidos y mucho esfuerzo de composición. Se nota que esta es una banda a la que poco le importa ya sonar extremos, técnicos o lo que sea. Muy poco preocupados se les ve por esos vicios habituales en la escena metalera y “Lady Death" vuelve a ser otra evidencia. Otra canción con mucho gancho, muy bien escrita y fantásticamente grabada. Breve, tres minutitos, un rock bastante estándar con cobertura metalera y un halo perenne de oscuridad. “Subterranea" pone fin a una primera mitad muy volcada en cuajar una propuesta digerible con una canción más densa, profunda y siniestra. Casi tema-título por la cantidad de veces que repiten lo de “Down Below", se trata de un corte más complejo y, sin duda alguna, el menos accesible hasta el momento. Más pesada, más oscura y más, hasta cierto punto, extrema, no descuida las claves del sonido Tribulation. Heavy-rock muy clásico, fuerte influencia gótica y voces guturales. ¿Metal gótico? Podría ser, pero muy lejos de aquel que padecimos en la segunda mitad de los 90. Es metal y es gótico, pero no el que la mayoría recordamos con cierto desdén. 

“Purgatorio" es una instrumental que hace las veces de bisagra entre las dos mitades y que nos podría recordar las típicas bandas sonoras de Danny Elfman para Tim Burton. No deja de ser un interludio que conduce a “Cries from the Underworld", otra de las composiciones más fuertes de “Down Below", que acierta donde lo hizo “The Lament” al comienzo. Melodías de guitarra irresistibles, una parte central sosegada y un final más intenso con Adam Zaars y Jonathan Hultén enredándose en una batalla de melodías y solos como las grandes parejas guitarreras del pasado, pero a su manera, buscando la emoción antes que la técnica. 

“Lacrimosa" parece querer conservar parte de la furia de antaño, pero al final tampoco se la ve tan preocupada por conseguirlo, y nos encamina hacia un desarrollo realmente bien llevado con un cambio de ritmo inesperado, una embaucadoras melodías y un teclado muy a lo “cine de la Hammer". “The World" es perturbadora con su aire contemplativo y etéreo. Apenas distinguirás riffs de guitarra y, aún así, el tema fluye con una facilidad pasmosa. Engancha y no suelta. Y, para rematar, las más larga “Here Be Dragons" que, con sus progresivos siete minutos y medio, culmina un álbum así de trabajado como es menester, con un temazo y con ganas de escuchar más. Aquí radica una de las grandes virtudes de este “Down Below” sobre “The Children of the Night". Mientras su álbum de 2015 se alargaba en exceso hasta unos extenuantes 58 minutos, aquí Tribulation dejan la faena en unos idóneos 46, con ocho temas y un interludio instrumental que cierra perfectamente la cara A. La sensación a la hora de escuchar esto en vinilo es plena. No parecen haber dejado nada a la improvisación, todo está perfectamente madurado, se lo han currado, lo han hecho todo conscientemente y lo han empaquetado para regalo. Así da gusto y no hace más que dejarte con ganas de volver a pincharlo. 

El balance final es que Tribulation han repetido la jugada de “The Children of the Night" y han conseguido cortar los flecos que sobraban. La duración se ha moderado y la producción es aún mejor. Decía un poco más arriba que su “nuevo" sonido no era nada que no hubiéramos escuchado antes y, para los que disfrutamos del “Sister" de In Solitude hace ahora 11 años, no nos debería extrañar leer el nombre de Martin “Konie” Ehrencrona en los créditos, que cuaja aquí un trabajo de producción verdaderamente perfecto. Natural, pero con fuerza. Limpio, pero con cuerpo. Retro, pero actual...

A pesar de mi escepticismo inicial, Tribulation me han acabado convirtiendo a su causa. No me ha quedado otro remedio que rendirme a la evidencia, son una de las mejores bandas del panorama actual y sus EP’s más recientes y último largo hasta la fecha, “Where the Gloom Becomes Sound", no hacen más que refrendarlo. Pueden haber perdido el impacto de la novedad y quizás ese último álbum no suena tan fresco, pero su material sigue siendo sofisticado, creativo y personal. Si alguien me preguntase por una banda del momento que de verdad aportase algo especial y al mismo tiempo consiguiera sonar genuina, el nombre de Tribulation se me vendría rápidamente a la cabeza. Aquí va mi recomendación, por tanto.

8,5/10

4 comentarios:

  1. Estos Tribulation me parece de las mejores bandas que han salido en los últimos años. Es de estos grupos que tienen algo especial. No sé, gente que no inventan nada pero tienen tanta clase y elegancia que hacen que su música parezca novedosa... Estaba claro que ahí había algo, pero creo que ahora ya no lo encuentro. Desde que se fue la bailarina, el Sr Jonathan Hultén, a mí me falta algo... Ya no encuentro esa necesidad de ir a buscarlos... Ese tío para mí le daba ese toque mágico. Un guitarra muy personal, con una gran imagen en el escenario, mezcla de hombre/mujer, una dualidad andrógina, que unida a esas vestimentas y forma de moverse, a mí, por lo menos, era un reclamo... Era como si fuera la puerta que te conducía con sus bailes a una dimensión de trance y misticismo.. Eso que te pasa a veces, que algo en la mente te hace: ¡Click! Con los Tribulation de ahora no me pasa.. También reconozco que con su disco en solitario no me ha pasado lo mismo, demasiado folk y enfocado a un rollo acústico, pero ojo, me parece un trabajo de calidad... La de "Next Big Day" me parece un temazo... A mí es que este tío (o lo que sea, me da igual) creo que tiene duende. Hay carisma ahí... Espero que no lo hayamos perdido para la causa y vuelva a enchufar esas guitarras...

    Gran disco!

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    1. Ya ves, para ti era un reclamo, para mi precisamente un hándicap. Siempre me dio mucha grima la presencia escénica de Jonathan Hultén y era uno de los factores que me tiraba para atrás de la banda hace unos años. Lo que no quita que considere que sea un buen músico, pero a mí, ni sus pintas, ni sus bailecitos me gustaban.

      Que van a perder sin él, está claro, era buena parte de la personalidad de la banda, pero tampoco han metido a un tronco, no te creas. Joseph Tholl es un gran guitarrista y compositor, además de un cantante muy decente. Fue una parte determinante de Enforcer a partir de Diamonds y también tenía montada una historia bastante chula con Peter Stjarnvind y los tíos de Necrophobic en Black Trip. De hecho, el debut mola mogollón. Habrá que ver cómo encaja en la banda. A mí, de momento, el EP Hamartia me ha gustado, a ver si cuaja en un LP completo. Es lo que te comentaba, en Where the Gloom Becomes Sound está todavía Hultén y a mí ya no me convence tanto como los dos anteriores.

      Yo realmente creo que esta es una de las bandas realmente interesantes de la última década, que no hay tantas, y tampoco veo que se les haya inflado mucho más allá de lo que merecían. Al final, es lo de siempre, una banda con buena imagen, buena música y un toque personal, es normal que sea potenciada por los sellos. Nuestro compromiso es pasar luego un filtro de calidad para que no nos cuelen bazofia por oro. Aquí no creo que sea ese el caso, yo veo una banda de verdad.

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  2. Este disco lo he escuchado alguna que otra vez desde que lo conseguí allá por el 2018 y es muy recomendable por lo original de su sonido. En Suecia se hace muy buena música, los tres primeros de Ghost son magníficos luego ya se perdieron un poco. Estos Tribulation para mi no están a ese nivel, cuestión de gustos, pero reconozco que tienen mucha calidad.
    Lo que más me gusta es la batería, creo que define muy bien el sonido en su conjunto, es una batería más bien de rock que de metal.
    Los In Solitude me los apunto que no los he escuchado nunca, gracias por la info.
    Un 8 le pongo yo.

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    1. In Solitude fue una estupenda banda que empezó como una copia más de Mercyful Fate y fue poco a poco introduciendo diferentes influencias hasta acabar con un toque bastante personal en Sister. Depende de lo que busques. Su debut es heavy metal muy tradicional, como un cruce entre Iron Maiden y Mercyful Fate. En el segundo estas influencias se diluyen un poco y empiezan a aparecer toques más oscuros, referencias extremas y cierta influencia del gótico ochentero. Esto último se hace aún más patente en Sister donde acabaron con una historia bastante propia a caballo entre el heavy metal, el doom y el rock gótico.

      Yo creo que Tribulation tomaron buena nota de su evolución, al igual que del debut de Ghost. Yo a estos últimos diría que los seguí hasta Meliora, pero el único de sus discos por el que sentí cierta devoción fue, en realidad, Opus Eponymous. Me lo compré a su salida, antes de todo el hype, y me gustaba bastante. Confieso que cuando se empezaron a hacer tan famosos, fui perdiendo el interés. Hace unas semanas me lo volví a poner y no me convenció tanto como en su día. Hay cosas que me gustan mucho, otras no tanto.

      Yo creo que Tribulation no están al nivel de popularidad de Ghost, ni por asomo, pero musicalmente yo me quedo con ellos ciegamente, además de que su evolución se me hace mucho más consistente. Hace un tiempo escuché algo de lo que estaban haciendo Ghost hoy en día y realmente quedé horrorizado...

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