martes, 23 de enero de 2024

Centinex - Hellbrigade (2000 Repulse Records)

1. Towards Devastation (4:30)
2. One with Eternity (3:58)
3. The Eyes of the Dead (4:34)
4. Emperor of Death (4:24)
5. Last Redemption (4:28)
6. Bloodconqueror (4:08)
7. Neverending Hell (4:40)
8. Nightbreeder (4:41)
9. Hellbrigade (3:22)

Centinex es una de esas bandas que llevan modestamente subsistiendo en el underground deathmetalero casi desde el principio de los tiempos, lo que nos sitúa en una primera demo a golpe de 1991 y un más que competente álbum de debut, “Subconscious Lobotomy" en 1992, en plena explosión del sonido Sunlight. Sin embargo, cuando nos ponemos a pensar en grabaciones determinantes de aquella generación, resulta extraño que el nombre de Centinex se le venga a alguien a la cabeza. Los de Hedemora no son de los que consiguieron rápidamente consolidar su carrera (Entombed, Dismember, Grave, Unleashed…), ni de los que desaparecieron acto seguido adquiriendo cierto estatus de culto (God Macabre, Nirvana 2002, Gorement, Excruciate…). Centinex tuvieron la mala fortuna de caer en uno de esos sellos que sufrieron las inclemencias de la industria y desaparecieron a las primeras de cambio, sí, pero, en lugar de llevárselos por delante, decidieron perseverar y reconstruir su carrera desde el terreno independiente lo que, a la postre, les ha condenado a una consideración de eternos segundones que resulta algo injusta con su compromiso inquebrantable para con la causa metálica.  

1993 veía a los de Martin Schulman volver a editar una demo, y de nuevo otra en 1994, la aclamada “Trascend the Dark Chaos”, lo que no es nada habitual. Lo normal es que a un álbum de debut le siga otro, y así sucesivamente. Centinex, en cambio, se vieron obligados a partir de cero por segunda vez en su carrera y volvieron al ruedo cuando la danesa Diehard Music les editó un buen “Reflections" grabado en los Abyss con Peter Tägtren, muy marcado por el espíritu black que dominaba en aquel entonces. Por el medio, ese “Malleus Maleficarum" considerado habitualmente como su segundo LP que no hacía más que recopilar sus dos demos post “Subconscious Lobotomy". No están nada mal estos trabajos de la segunda mitad de los 90, pero yo os confieso que tengo un verdadero problema con la cuestión de la batería programada. En 1995, Joakim Gustavsson dejaba la banda y Martin Schulman decidía seguir adelante programando las baterías... ¿Qué queréis que os diga? Siendo "Reflections” y “Reborn through Flames" dos trabajos más que aceptables de buen death/black metal sueco, con más énfasis en lo primero esta vez, a mí ese sonido tan robotizado me amarga un poco la experiencia. Todo, hasta la llegada de Kennet Englund en 1999...

Con una formación totalmente renovada, a la que se sumaban Johan Jansson de Interment y Jonas Kjellgren de Dellamorte y Carnal Forge (sólo quedaba Kenneth Wiklund desde el 93 al lado de Schulman), Centinex se metían en mayo del 2000 en los Black Lounge Studios para grabar el que sería, a mi entender, el mejor álbum de su carrera. Para masterizar, tuvieron a Peter Tägtren, con lo que la cosa, suponemos, mal del todo no debería sonar. Afortunadamente, sin caer tampoco en los típicos vicios del “sonido Abyss". Veamos, el potencial ya estaba ahí. “Subconscious Lobotomy" era un álbum muy digno, pero dista de ser un clásico de su momento y en 1992 tenía mucho contra lo que competir. Sus trabajos de finales de los 90, como os decía, no estaban nada mal tampoco, pero esto de la batería programada les quitaba mucho lustre. El buen trabajo de guitarras siempre se veía empañado por una percusión muy simplona y con un sonido espantoso. Todo, aún cuando estaban grabados en los Abyss y en los Sunlight, respectivamente. La operación, en última instancia, resultó de lo más sencilla: mete un buen batería como Englund y ya tienes la cosa hecha. Que tampoco es que necesites para esto al puto Neil Peart. Mira tú a Fred Estby o Joakim Sterner, sin ser nada del otro jueves, ahí llevan más de 30 años al frente de Dismember y Necrophobic, nada menos. 

La historia es que, desde los primeros segundos de “Towards Devastation", se va a notar una diferencia abismal. Si aquellas percusiones monótonas y poco imaginativas de “Reflections” y “Reborn through Flames" se limitaban a seguir como podían unas composiciones muy basadas en buenos riffs de guitarra, ahora Kennet Englund empuja todo hasta un nuevo nivel. La dinámica es otra, aumenta la velocidad, los cambios de ritmo resultan más naturales y, sobre todo, el kit de batería suena mucho más orgánico. ¿Realmente Centinex no tenían a un tipo como este a mano entre 1995 y 1999? ¿No había una mejor opción que programar las baterías, y no muy bien, precisamente? Conozco casos de bandas que, al no encontrar un buen batería por su zona, se veían obligadas a actuar en directo con el condenado “maquinillo", pero al menos tenían la decencia de contratar a un músico de sesión para las grabaciones. ¡Anda que no debe haber tipos en Suecia que te toquen esto con la punta del nabo! Así las cosas, “Reflections” y “Reborn through Flames" tenían un ligero aire amateur que aquí borran de un plumazo a las primeras de cambio.

Los buenos riffs y melodías de Kenneth Wiklund y Jonas Kjellgren fueron la base del sonido de Centinex desde su reaparición en 1997. Atrás quedaba aquel rollito old school de “Subconscious Lobotomy". En el año 2000, Centinex eran una maquinaria bien engrasada de death metal, con un regustillo blacker, bastante melodía y, sí, todavía algo del ramalazo old school a lo Dismember. Centinex vendrían tendiendo un puente muy interesante entre la primera generación de bandas suecas y aquellos que dominaron la escena a mediados de los 90, un poco a la manera de Unanimated, pero más brutos.

La producción de la propia banda en los Black Lounge de Kjellgren es un pepinazo. Suena cañera, orgánica, oscura y con cuerpo. No demasiado limpia ni muy guarra. La verdad es que Kjellgren, que de aquella arrancaba con los populares, aunque no muy interesantes, Carnal Forge, da bastante en el clavo con “Hellbrigade". Define lo suficiente para poder apreciar esas melodías de guitarra, pero tiene la suficiente contundencia y crudeza para evitar que caigan presas del estéril sonido Gotebörg que se había propagado como la peste a finales del pasado milenio. Es decir, Centinex hacían, en cierta manera, algo que podríamos definir como death metal melódico, sin sonar en ningún momento modernos ni amanerados, mezclando con bastante tino la esencia del primer death metal sueco con algo de black y la melodía propia de las bandas de mediados de los 90. Con lo que al final acabamos con un híbrido muy interesante que no suena muy lejos de lo que otros como Unanimated o Necrophobic llevaban tanteando unos años. 

Esa base clara de death metal, bastante influencia black, mucha melodía en las guitarras y velocidades considerables dominan las “One with Eternity", “The Eyes of the Dead", “Emperor of Death", “Hellbrigade".... Teclados muy ocasionales y hasta alguna que otra voz en limpio de un tal Jocke Hall que no queda mal. Incluso en una accesible “Last Redemption" bordean peligrosamente el melodeath sin llegar a pringarse el todo. Afortunadamente, las guitarras conservan parte de esa herrumbre sueca que les sigue aportando cierto pedigree. “Hellbrigade" viene siendo como un compendio perfectamente hilvanado de las diferentes tendencias que dominaron la escena sueca a lo largo de los 90. Se las apaña para sonar relativamente cerca de bandas tan dispares como Dismember, Dissection y At the Gates sin resultar en ningún momento incoherentes, ofreciendo una versión del death metal melódico que puedes decir que te gusta sin abochornarte.

A pesar de que “Hellbrigade” era un álbum verdaderamente notable de esta buena banda, tampoco sirvió para consolidar su posición como seguramente merecían. Muchos de los de su quinta que, a la larga, tuvieron una carrera tan estable y longeva como ellos, acabaron convirtiéndose en referentes del estilo. En cambio, Centinex, con el revés sufrido tras su debut y unos pasos algo dubitativos en aquella determinante década de los 90, perdieron la oportunidad de dejar una huella imborrable entre los amantes del sonido sueco, entre los que me encuentro, que duda cabe. También hay que decirlo, el hecho de tardar tanto tiempo en editar un álbum bien armado como este y que, encima,  saliera con Repulse Records, tampoco ayudó. Fue un CD al que todos aquí tuvimos fácil acceso en su día, teniendo en cuenta que salió con un sello madrileño, pero dudo yo mucho que tuviera un verdadero impacto a nivel europeo como podrían haber tenido desde una plataforma más poderosa. Las cosas como son, no fueron Centinex nunca una banda con mucha suerte en el apartado discográfico y no siento que tuvieran la oportunidad de trabajar con un sello en condiciones hasta que firmaron con Candlelight un par de años después. 

Curiosamente, no me preocupé yo más de lo que hicieron estos tipos a partir de este momento, hasta su más reciente “Redeeming Filth" de 2014 con el que ponían fin a una pausa de 8 años (Schulman estuvo dedicado a Demonical de 2006 a 2014) y en el que recuperaban, para mí sorpresa, un sonido mucho más cercano al de su primera etapa de principios de los 90 que a estos álbumes más melódicos en torno al cambio de milenio. Tampoco me pareció mucho mejor que cualquier otra banda de sonido retro old school de estas que abundan a día de hoy. Muy correcto, por supuesto, pero, si de verdad alguna vez sentís curiosidad por el nombre de Centinex, yo acudiría directamente a este cojonudo “Hellbrigade" que se acerca ya al cuarto de siglo de edad... ¡Qué viejo me hago, joder!

8/10

6 comentarios:

  1. ¿Cómo sería capaz el Dave Rotten de fichar a esta peña? Desde luego aquí se apuntó un tanto de cojones. Y no sólo eso, el anterior también se lo editó. Cosas curiosas... Tan repudiados estaban en Suecia que no había nadie, ni tan siquiera un sellito modestito que apostara por ellos. Después de su paso por los de Candlelight parece que se han asentado con los polacos de Agonia.

    Ya te comenté que me lo pillé cuando salió y, por alguna razón, no me enganchó mucho. Es de estos trabajos que mejoran como el buen vino, con los años, y aquí pasa mucho eso. Suena cojonudo en pleno 2024. Potente, afilado y con una batería que es una delicia. Ya es difícil escuchar bateras como estas. Supernaturales y parece que con poquitos efectos. No da la sensación de haber triggers, ni historias raras. Una batería muy humana.

    Coincido en lo que dices de la pobre distribución que seguro que tuvo. Repulse Records no creo que lo moviera en condiciones. Aquí en España, para los que estábamos metidos en el rollo, el que quiso se enteró, pero fuera, a mí me da que no. Debió pasar muy desapercibido. De hecho, tras este álbum se piraron y ficharon por los ingleses de Candlelight. También hay que decir que, hasta entonces, parece que nunca encontraron una disquera adecuada. Cambiaban casi a cada disco.

    Yo creo que hay un dato muy esclarecedor: Sacaron su primer disco en 1992 y después desaparecieron hasta el 96. Mucho tiempo, Witch. El caballo se les marchó. Una pena porque aquí había una muy buena banda. Con melodía, maneras, con gusto y hasta por momentos casi sinfónica. Funden bien un Death/Black o Black/Death, como se prefiera... Ahí están los Dissection muy claros fundiéndose a la perfección con el Death sueco... La de "Last Redemption" me parece un temazo..

    Buen rescate este, tío. Un cerveza por este Hellbrigade!

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    1. Ya lo comento por ahí en la reseña, Lost. Centinex tuvieron el infortunio de caer en Underground Records, un sello con apenas un puñado de ediciones que desapareció al poco tiempo. Ya ves, el debut de Sorcery, otra banda que se separó acto seguido, un par de EP's y el Subconscious Lobotomy. Lo normal es que Centinex se hubieran separado igual que otros tantos que no vieron futuro tras su álbum de debut. Los propios Sorcery, Epitaph, God Macabre (que no llegaron ni a verlo salir), Utumno, Excruciate, Gorement... eso era lo lógico para Centinex, pero Schulman no temió volver al underground y empezar otra vez de cero con un buen par de demos. La mayoría no harían eso, habrían desistido. Ahí está el secreto de los cuatro años entre Subconscious Lobotomy y Malleus Maleficarum, que ni siquiera era un nuevo álbum en sentido estricto, sino la recopilación de las demos Under the Blackened Sky y Trascend the Dark Chaos.

      Para mí, el verdadero segundo álbum sería Reflections, que aún tuvo cierta repercusión en su día. Aún recuerdo ver reseñas en revistas de la época y 1997 no era un mal momento para un álbum de ese estilo. Pero yo tengo un problema real con lo de la batería programada... anda que no debe haber suecos que te graben eso sin esfuerzo. Ya no me gustan en general, pero encima en el caso de Centinex le da un aire chapucero a las grabaciones que me jode un poco esos dos discos. Y, lo que decía, Reflections estaba grabado en los Abyss, con lo que pudo sonar mucho mejor.

      Después de esto, acabaron cayendo en Repulse... A ver, aquí todos manejábamos sus ediciones, claro está, de hecho los llegamos a entrevistar para el Bloody cuando sacaron el EP Bloodhunt, pero no tengo yo nada claro cuál podía ser su impacto fuera de España. Tú pon álbumes como Reborn through Flames o este Hellbrigade en un sello potente, y la historia podría haber sido otra... o no. Igual ya se les había pasado el arroz y su gran oportunidad la tuvieron a principios de los 90.

      Con todo, en ese 2000 consiguieron sacar un muy buen trabajo, seguramente el más completo de su carrera, pero tampoco llegaron mucho más lejos gracias a él. Sí, seguramente sirvió para acercarles a Candlelight, pero no tengo yo la sensación de que esto supusiera un gran avance. Y eso fue un poco su historia de aquella. Como ya sabes, volvieron en 2014 y han editado otros tres discos con Agonia Records en plan old school. No están mal, pero me suenan como cualquier otra banda retro de las que hay ahora, sin nada especial que aportar. En ese sentido, prefería a Demonical y tampoco entiendo muy bien porque Schulman mantiene ambas bandas en la actualidad con un sonido tan similar. Hasta cierto punto tenía bastante más sentido mantenerlas bien diferenciadas en en enfoque, una más black y melódica y la otra puramente death.

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    2. No, si te leí, Witch. Trataba de corroborar un poco tú exposición. Yo creo que esta gente iban un poco tarde. El 92 era un año un poco tardío para debutar en el Death, si eso le sumas una disquera muy underground, que aún por encima, peta. Apaga y vámonos... Entombed y Dismember se llevaban las atenciones... Igual no se tomaron la banda de manera muy profesional, no sé, digo yo... Este "Hellbrigade" es muy bueno, pero claro, año 2000. Nos ha jodido, tío.. Esto sácamelo en el 90... ya, hombre, y si tal dime la combinación del euromillones, de paso..jajajjajaj

      A veces las bandas no tienen suerte y ya está. Eso de estar en el lugar y momento adecuado... Ya sabes.. Trabajar y después tener la fortuna necesaria.. No deja de ser una pena que gente con calidad se haya quedado por el camino. Estos tipos tenían mimbres y sabían componer temas bien hechos. Es sorprendente lo bien que suena 24 años después. Lo noto retro, pero al mismo tiempo vanguardista. Me llevé un sorpresón, cuando animado por tú intención de reseñarlo, se me dio por pincharlo y, magia, tío... Chapó... Además, tiene mucha melodía que ya sabes que me encanta..

      Bueno, y para cerrar, mi comentario un poco chorra, pero ya sabes que estos híbridos Death/Black no suelen funcionar, en general..jajajjaaj

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    3. A ver, que Centinex tampoco son Dismember ni Entombed. El debut no está nada mal (lo reseñé en el Portal también), pero no es un álbum al nivel de las bandas gordas. Sin embargo, yo creo que fortuna tampoco tuvieron mucha. Underground Records desaparecieron a las primeras de cambio y, por la razón que fuera, no tuvieron ninguna otra oferta para editar un segundo álbum a continuación. Mira tú, Desultory sacaron Into Eternity en el 93 con Metal Blade y luego estaba la francesa Trash Records, que en el 93 aún hizo debutar a Excruciate, Mordicus y Wombbath. Yo que sé, hasta Amorphis sacaron The Karelian Isthmus un mes más tarde que Subconscious Lobotomy. Luego, también está la portada, que era una auténtica basura y seguro que no les hizo ningún favor. No sé, está claro que no estuvieron nunca muy afortunados. Aunque ya ves, ahí los seguimos teniendo 34 años y 11 álbumes después resistiendo. Al final, han tenido una carrera bastante respetable de la que otros no pueden sacar pecho.

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  2. A mediados de los 90 un colega me pasó en cassette el Reflections de esta gente. Para mi amigo aquel trabajo era lo más de lo más, y yo que estaba por otros artefactos del tipo Entombed, Grave, Dismember o Morbid Angel, como que sin desagradarme, aquellos Centinex me sabían a poco.
    Unos años más tarde, revolviendo por las tiendas de discos de Barcelona, me encuentro este Hellbrigade a 5 euros y lo pillé junto a otra montaña de CD´s que se venían conmigo. Total, por cinco euros, por malo que fuera tampoco perdía gran cosa. El caso es que al pincharlo me provocó las mismas sensaciones que cuando aquel colega me dejó el Reflections: Agradable- se deja escuchar- está bien- ya lo pincharé...otro año...

    Si no recuerdo mal, y "gracias" al confinamiento que sufrimos con el puto Covid, a Centinex los recuperé de igual forma que a otras muchas bandas que estaban aparcadas hacía casi 20 años. Como decís, no tienen el nivel (ni la suerte) de los más grandes, pero coño!, por otro lado, ¿cómo se me pudo pasar por alto ese regustillo Death/Black de aquel que hablábamos hace poco y que tanto nos mola?. Ciertamente la banda desde Reflections hasta Hellbrigade se mueve en esas coordenadas, aunque con más peso específico en el Death.
    Coincido que éste es su mejor trabajo, el más compacto, completo,mejor producido y encima con el plus de tener un batería de verdad, aunque sinceramente, en trabajos anteriores no supe apreciar que era programada.
    A partir de este trabajo y con un Diabolical Desolation (2002) que no termina de convencerme (muy rollo At The Gates), no encontré la necesidad de continuar siguiéndoles la pista.

    Witch, yo sigo en modo Black (aunque en Barcelona parece que ya estamos en primavera), y ahora estoy dando una escucha al nuevo de Inquisition "Veneration of Medieval....." y me parece un pepinazo de disco. De lo mejor que ha salido este 2024. Por si lo quieres meter en el apartado de novedades y eso...

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    1. Añadido ese anuncio de Inquisition a la sección de novedades correspondiente. La verdad es que suelo consultar siempre la sección "upcoming albums" en metal-archives al hacer la selección de bandas y el mes pasado no vi el de Inquisition por ningún lado. Solventado queda y apuntado para darle yo una escucha con calma porque el primer contacto ha sido bueno.

      Yo también sigo por coordenadas nórdicas. Unos días un poco más black, otros un poco más death... estar revisando alguno de los tops de esos años tampoco me hace cambiar de mood, claro está. De hecho, se avecina alguna cosa más dentro de los confines del estilo, aunque por aquí también está haciendo un tiempo primaveral... para lo que es Galicia al menos, que llevábamos sin ver el sol desde octubre.

      Con Centinex, de nuevo, tenemos una evolución similar, aunque te diré que yo sí que disfruté mucho de este Hellbrigade hace más de 20 años. Otra vez, fue Dani el del Bloody el que me los presentó porque a él le molaban mucho, igual que In Aeternum, y le di bastante cera a este CD en su día. En su caso, tenía casi más mérito porque el era fan de la banda ya de la época de la batería programada e incluso publicamos una entrevista con ellos en el 99 después de editar Bloodhunt. ¿No me digas que no se nota lo de la batería en Reflections y en Reborn through Flames? Y mira que son discos que podían este de puta madre, pero ese detalle los afea mucho. Año 97 y 98, ojo, que aún estaban a tiempo de hacer algo, pero estos tipos, o fueron algo torpes, o no tuvieron mucha suerte.

      Ya con Diabolical Desolation me pasó igual que a ti, pero hace 20 años. Una escucha por encima y comprobé que se habían empapado del virus Gotebörg y encima fuera de hora. A mí además me cogió en plena etapa guarra escuchando toda banda finlandesa, americana, alemana, australiana... que caía en mis manos, así que un álbum de death melódico no me podía interesar menos... y ahí se quedaron hasta Redeeming Filth, que tampoco me pareció nada del otro mundo. Un poco como los Grave de los 2000 en adelante... death old school correcto, sin más.

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