jueves, 7 de diciembre de 2023

Taake - Nattestid... (1999 Wounded Love Records)

1. Nattestid ser porten vid I (5:55)
2. Nattestid ser porten vid II (5:34)
3. Nattestid ser porten vid III (4:31)
4. Nattestid ser porten vid IV (4:35)
5. Nattestid ser porten vid V (4:10)
6. Nattestid ser porten vid VI (7:33)
7. Nattestid ser porten vid VII (9:37)

A finales de los 90 el black metal noruego y, por extensión, casi cualquier otro, parecía visto para sentencia, como alguno de sus protagonistas, que ya estaba entre rejas. Seguro, iban surgiendo algunas bandas como Keep of Kalessin, AeternusCarpathian Forest o Kampfar que nos hacían mantener cierta esperanza, pero los golpes propinados a los sufridos seguidores por vacas sagradas como Satyricon, Mayhem o, e menor medida, Emperor fueron tan duros que muchos empezábamos a perder la fe en una posible recuperación. Desde el primer momento, el black metal fue un estilo por naturaleza inconformista y destinado a no complacer al oyente, pero, de ahí, a sacar auténticas bazofias como “Grand Declaration of War" o “Rebel Extravaganza”, hay una distancia considerable. Precisamente, en aquel mismo momento de incertidumbre y desorientación, aparecieron como de la nada Taake, más bien Hoest, para dar un soplo de (familiar) aire fresco a una escena de aquella agonizante. 

En funcionamiento desde 1993 bajo el apelativo de Thule, poco supimos de ellos los mortales comunes hasta la edición de este exuberante “Nattestid ser porten vid" en 1999, cuando ya empezaban a quedar lejos los años dorado del estilo. Que duda cabe, un par de demos salieron en el 93 y 94 como Thule, y otra demo y un EP ya como Taake en en el 95 y 96, respectivamente, todos empaquetados juntitos años más tarde por la alemana Perverted Taste. Para ser sinceros, no es que Hoest irrumpiera con nada verdaderamente novedoso y justamente creo es ahí es donde está buena parte de su gracia. Con una propuesta en apariencia vetusta y arcaica, al menos para los estándares que se manejaban dentro del estilo a finales de los 90, Taake se presentaban en sociedad con un álbum que, tranquilamente, podría haber salido en 1995. 

Si Satyricon se metían en terrenos industriales y rockeros, Emperor se dejaban seducir por lo técnico y progresivo, Darkthrone sonaban cada vez más aburguesados, Immortal más mainstream y Mayhem... bueno, aún me cuesta describir aquella atrocidad que nos entregaron Mayhem con el cambio de milenio, estos discípulos aventajados echaban la mirada atrás, a los años en los que ellos mismos arrancaban, y nos regalaban una joyita que, a primera vista, no parecía más que rendir un sincero tributo a aquellos que les habían servido de influencia. Ahí estaban guiños a la épica folklórica de Satyricon, un poco del misticismo cósmico de Emperor, más que un recuerdo a la opulencia de los primeros Borknagar y, sí, también algo del espíritu garajero de Darkthrone, aunque de esto menos, por mucho que un iluminado los tildara de poco más que de clones en el Portal del Metal en su día. Aún con trabajos posteriores tiene un pase, pero en este “Nattestid ser porten vid”, tirando a poquito poco, colegas. La influencia estaba ahí, sin embargo, Taake no se limitaban a ser un mero "döppelganger" de ninguno de ellos y menos de las locas aventuras de Gylve y Ted...

No, más bien, los siete temas sin título de este “Nattestid ser porten vid” ("Por la noche la puerta parece ancha”) apuntan en otra dirección. Una más sutil, civilizada, sentida y nostálgica. No, Taake no tenían mucho que ver con Darkthrone en estos primeros compases de su carrera profesional, no más, al menos, que con cualquier otra banda noruega. Es más, me recuerdan antes a otras muchas. Es que ya ese riff que arranca su primera parte no deja lugar a dudas. Taake, niebla en noruego, se van a situar en el lado emocional y evocador del estilo. Es black metal noruego, sin lugar a dudas, crudo, pantanoso, oscuro, sin embargo, esas melodías, esas voces a coro, su solemne ambientación... muchos detalles aluden a la épica de bandas como Enslaved, Borknagar, Kampfar, Helheim o Satyricon. Seis minutos de black metal noruego compuesto con mucho mimo, seguramente después  de otros tantos años (desde su formación en 1993) de concienzudo estudio y respetuosa reverencia. Difícilmente podríamos considerarlo algo medianamente original a finales de los 90 cuando otros muchos, ya antes, habían transitado estos mismos parajes. 

Segunda parte y las mismas claves. La lacerante voz de Hoest comandando unas composiciones minuciosamente labradas, con una instrumentación exquisita y un sonido... bueno, dejémoslo en aceptable en esa ocasión. Como mandaban los cánones, Taake recurrieron al bueno de Pytten, casi fuera de circulación a estas alturas... decir que el veterano noruego no tuvo su mejor día me parece ser algo generoso. Las guitarras tienen crudeza y cuerpo, no están mal, he escuchado cosas mucho peores de bandas muy cercanas. Hoest, sin duda, es un vocalista con presencia, más de lo que pueden decir otros colegas de escena, y hasta se puede escuchar el bajo a ratitos, pero, ¿qué coño les pasó con la batería? La mezcla no me suena muy equilibrada y, en más de una ocasión, nos perderemos lo que anda haciendo, muy bien, por cierto, un casi inédito Frostein “Tundra" Arctander, al que no conocemos más que de unos modestos Frostmoon de finales de los 90. Particularmente, en el cuarto corte, instrumental, la percusión es creativa, variada y muy bien interpretada, sólo que nos tendremos que esforzar más de lo necesario para escuchar con atención su más que cumplidor desempeño. Soy el primero en comprender y aceptar las particularidades del sonido del black metal, en general, y del noruego, en particular, pero no creo que fuesen Taake precisamente los más beneficiados ocultando sus facultades tras una producción de bajo perfil. Y, el siguiente, “Over Bjoergvin graater himerik" (“El cielo llora sobre Bergen") no hace más que confirmar mis sospechas con sus cuidadas prestaciones técnicas. Crudo, sí, auténtico, también, comprometido, por supuesto, pero con buen sonido. También es cierto que, como todo buen álbum de black metal, esto gana mucho a un volumen considerable...

Por estas latitudes se mueven todos y cada uno de los siete cortes que componen “Nattestid ser porten vid" a lo largo de 42 de los mejores minutos que dio el black metal a finales de los 90. Momento en que el estilo estaba bajo mínimos y aún lejos del ligero repunte que experimentó a principios del nuevo milenio. Taake abanderaron durante un tiempo una tercera generación de bandas de black metal destinadas a reflotar el género en años venideros. Pienso en Watain, Primordial, Drudkh, Nehëmah, Graven, Shining, Nargaroth, Baptism, Judas Iscariot, Tsjuder, Horna, Sargeist, Satanic Warmaster y todos aquellos que me dieron tantas horas de negro placer hará un par de décadas. Por desgracia, a la mayoría de ellos el fuelle les duró poco y la cosa no se extendió más allá de dos o tres discos. 

No me quiero despedir sin hacer una mención especial a la séptima parte de esta elegía al black metal noruego. La composición más larga del álbum y, sin duda, una de las más trabajadas en la obra de esta hombre... al menos, mientras seguí su carrera con atención, cosa que dejé de hacer tras un buen “Noregs Vaapen” en 2011. También influye que, por aquella época, yo me empezara a desconectar de las novedades del estilo, pero que los siguiera durante tantos años es indicativo de hasta qué punto me gustaba la banda. Casi 10 minutos de grandioso black metal noruego para clausurar un álbum así como realmente se merece. Riffs jodidamente memorables al alcance de pocos en el estilo (creo que sólo he escuchado sacar melodías de este calibre a Satyr), sentidos cánticos narrando heroicas gestas vikingas, Tundra empujando la composición con su incansable percutir (parece que uno se va acostumbrando al sonido de batería, aunque agradecería que Pytten le hubiera hecho algo más de justicia) y una instrumentación minuciosa a pesar de su aparente sencillez. Taake cogieron todo el legado de la segunda ola, lo agitaron en una coctelera y consiguieron irrumpir en la escena con una aportación propia que resultaba al mismo tiempo respetuosa con sus influencias y totalmente genuina y personal. Por ello creo que no debemos olvidar la forma en la que consiguieron poner de nuevo a Noruega en el mapa del black metal en un momento en el que parecía que habían cedido el testigo a otras escenas secundarias.

Sucesivas ofertas consolidaron la carrera de la banda hasta el punto de hacerme pensar en cierto momento que estaban a punto de dar el salto al siguiente nivel tras otro gran “Hordalands Doedskad" (“Canto de la muerte de Hordaland") en 2003. Sin embargo, su proyección se truncó ahí, no consiguieron subir ese peldaño y se fueron instalando en cierto conformismo que los acabó haciendo cada vez menos interesantes, a mis ojos al menos. No sé si por la falta de ofertas, cosa que me extrañaría, o directamente porque Hoest no se planteaba horizontes más ambiciosos, Taake tomaron el camino conocido que les ofrecía un sello de discreta exposición de su país como Dark Essence, lo que, a la postre, dejó estancada su carrera en este punto. Taake lo tuvieron a su alcance, pero no pudieron, o no quisieron, culminar la jugada y al final nos quedamos con la historia de una gran banda que pudo ser y no fue. Sí, seguimos teniendo a Taake por ahí casi un cuarto siglo después, pero cualquiera de los de mi quinta os podrá decir que estos noruegos se quedaron lejos de lo que esperábamos de ellos en su día. 

Con todo, su primera trilogía me sigue pareciendo esencial para comprender por dónde se movió el black metal después de sus años de gloria de mediados de los 90 y para conocer a una de las bandas que le devolvió su dignidad al estilo en el cambio de milenio. No puedes decir que te gusta el black metal sin darle una oportunidad a "Nattestid...", "...Bjoergvin..." y "...Doedskvad", como se les conocía por aquel entonces. 

9/10

10 comentarios:

  1. Hola Witch, gran reseña como siempre.

    Ojo que ya le tomé el gusto a esto, jaja.

    Hablando en serio, esto está muy bueno. Estoy en este momento mientras escribo escuchando la séptima parte y es bestial. El clima que se crea en cada parte es tremendo. Arreglos épicos y riffs agresivos pero con gracia.

    La voz es muy buena. La producción que es algo que me venía costando ya no me asombra. Quizás como marcas la batería no se luzca mucho, pero prestando atención se entiende todo lo que hace.

    En cuanto pueda voy a ponerme con esa trilogía. Uno ya me habías recomendado, no recuerdo cuál, pero lo tengo agendado para escuchar.

    Y de paso le voy a pegar una escucha a esas bandas que nombras.

    Saludos Witch, nos estamos leyendo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A este paso te vas a acabar haciendo un blacker de tomo y lomo... Y mira que soy consciente de que la producción de este supone cierto reto. Cuando salió el álbum, yo estaba muy acostumbrado a escuchar guarradas y no me pareció algo tan llamativo, pero ahora que estoy mayor, me doy cuenta que el resultado era mejorable, jajaja. Y más cuando no creo que fuera intención de Hoest sonar de esta manera, algo que me parece obvio al escuchar el segundo ...Bjoergvin..., que tiene bastante mejor producción. Mira que soy admirador de Pytten, pero no me parece, ni de lejos, uno de sus mayores aciertos este álbum.

      Musicalmente, me sigue pareciendo fantástico, no obstante. Lo escucho 25 años después y sigo encontrando un maravilloso ejemplo tardío de black metal noruego. Ya digo que esta trilogía inicial de Taake me parece lo mejor que salió allí desde la irrupción del estilo a mediados y hasta la reciente eclosión de Djevel, que me han llevado últimamente a recuperar este sonido. No puedo hablar igual de lo que vino después, aunque creo que Noregs Vaapen también es un gran trabajo. El último Et hav av avstand no me terminó de convencer, por ejemplo.

      Esa lista que meto por ahí fue en buena medida lo que más escuchaba a principios de los 2000. Hay un poco de todo. Desde black bastante crudo como Graven o Baptism, al black metal depresivo y técnico de Shining. Un poco para todos los gustos. Si te gusta lo extremo, te recomendaría particularmente a Tsjuder y su Demonic Possession que vendría siendo la otra alternativa noruega de aquellos años...

      Eliminar
    2. Es increíble Witch, te confieso que hasta yo estoy asombrado, jaja. Al irme metiendo de a poco con el tema del sonido que era lo que más me costaba me fui acostumbrando o entrenando el oído para este tipo de bandas. Porque al gustarme el death metal era lo que me faltaba asimilar, porque era evidente que lo extremo no era un problema. Y todo eso en uno o dos meses máximo que fue cuando empezamos a charlar sobre el tema.

      De esa lista le di una probada a Kampfar, un disco que según Spotify es del '97, una portada como de hielo o algo así, no me preguntes el nombre, jaja. Es tremendo ese disco. No tan agresivo pero con unos climas que te dan ganas de agarrar tu hacha y salir a la batalla, jaja. Lo encontré muy épico. Igual siempre hablando de primeras escuchas. Hasta ahora el único que tengo bien digerido es el debut de Borknagar que te contaba la otra vez. Que pedazo de disco.

      Luego fui pisando los otros discos y me han gustado, pero necesito sentarme con tiempo porque todos tienen muchos detalles. No son discos que uno se pone de fondo y van pasando, así no me dicen nada. El tema es sentarse tranquilo a darle una buena escucha y descubrir lo que encierra cada disco.

      Lo que si voy notando es que la mayoría de las bandas mutan rápidamente hacia otros estilos o en todo caso hacia otros sonidos. Cosa que no sucede en otros géneros. Es como que si te gusta una banda le tenés que pegar una escucha disco por disco porque no sabés con qué te podés encontrar. Eso es bueno y malo a la vez. Le aporta variedad a la banda pero a veces un cambio de ese tipo es difícil de asimilar para el oyente. De lo que fui pisando me ha gustado mucho Enslaved. Me refiero al progreso de su carrera. Ya en el disco Frost se nota que tienen nivel, pero después ese giro hacia lo progresivo me ha maravillado. Si bien entiendo que para el blacker más true quizás sea una desgracia, jajaja.

      Le di un toque a estos Tsjuder. No están mal, pero se me hacen muy monótonos. Ya es brutalidad pura, sin magia o climas estupendos como en los otros casos. Es un poco quizás a lo que sería el brutal death. No soy tan de ese palo. No me jode escucharlo pero me aburre un poco.

      Después me voy a poner con Djevel, que cuando vi una reseña acá no estaba metido en esto del black y no le di importancia.

      Saludos Witch

      Eliminar
    3. Grocriaz, ya lo decía Bart Simpson: "las mejores bandas están con Satanás", jaja. Siéntate y disfruta de la maldad hecha música 😉.

      Eliminar
    4. Maiestas, gracias por tu comentario. Gran reflexión de unos de los pensadores modernos más influyentes, jajajaja. Que lujo The Simpsons. Por ahora vengo bien, redescubriendo un mundo musical que en mis años de juventud no pude afrontar porque siempre me costó ese sonido lo-fi. Entonces en ese momento me incliné por el death metal. Así que ahora disfrutando de esta revancha, jajaja. Saludos.

      Eliminar
    5. Al final te vas a acabar haciendo un blacker de pura cepa, Grocriaz... Hombre, pues yo reconozco que la producción de este Nattestid... ya no es tan accesible. Por eso mismo te recomendé antes el siguiente. Aquí suena todo como un poco empantanado, la batería no se distingue particularmente bien y a las guitarras les puede faltar cierta definición. Yo tengo claro que no es de los mayores aciertos de Pytten, pero hay producciones suyas realmente peculiares. El Anthems de Emperor, que es un álbum que me encanta, también tiene un sonido particular que yo puedo entender que a muchos no les convenza. También es cierto que el black noruego es así, cada uno suena como le viene en gana...

      Tsjuder es una banda bastante bestia. Yo los seguí en sus tres primeros trabajos, hasta Desert Northern Hell, y siempre se situaron en el extremo animal del estilo, muy influenciados por los primeros Immortal. Entiendo que se puedan hacer una banda algo densa. Eso sí, sus álbumes suenan muy contundentes, no particularmente limpios, pero muy potentes.

      Enslaved es una banda de mucha calidad. Ya un álbum como Vikingligr Veldi, con un Ibar Bjornsson de 16 años, mostraba a unos músicos muy hábiles y ambiciosos. Frost es quizás su trabajo más convencional desde la perspectiva del black metal y el que mejor encaja en los patrones del estilo. A lo largo de los años, han ido cambiando bastante de sonido y mientras yo estuve al tanto de sus evoluciones, no tienen dos trabajos que suenen igual. Esta es una característica bastante habitual en el black noruego, no tanto en el sueco.

      A este respecto, yo tengo una de mis teorías poco fundadas. Tengo la impresión de que en su mayoría, las bandas noruegas estaban formadas por chavales artísticamente inquietos que pasaron por esto del black metal como parte de una etapa juvenil para luego ir moviéndose hacia otros géneros y formas de expresión. En Noruega no hay una tradición hard y heavy con verdadera solera y tengo la impresión de que los músicos no eran lo que comúnmente podemos entender como "metaleros", salvo casos concretos que, de hecho, son los que han seguido vinculados al estilo a lo largo de sus carreras. El caso de Suecia es diferente, allí el heavy metal tiene mucha fuerza desde principios de los 80 y creo que es algo que forma parte del sustrato básico de muchos chicos. Escuchaban heavy metal desde críos y me parece que resulta mucho más habitual encontrar bandas formadas por muchachos que antes del black metal pasaron por el heavy y el thrash. Que tienen un bagaje metalero previo y, al final, eso se nota. Yo mismo recuerdo en mis años mozos, muchos fans del black metal que poco tiempo después dejaron de escucharlo. Los que veníamos del heavy y el thrash, aquí seguimos.

      En Noruega, tras dos o tres álbumes, normalmente todos fueron derivando y experimentando con sonidos muy alejados de sus orígenes. Y creo que en parte se debe a esto. Recalaron en el black porque era lo que pegaba en su entorno en aquella época, pero creo que podrían haberse dedicado a esto, como a componer música electrónica o cualquier forma un poco extrema de expresión musical.

      Eliminar
    6. Bueno, yo con Emperor todavía no pude Witch, jajaja.

      Sabes que el de Taake que me pasaste primero no lo había podido asimilar bien. De entre los 10 que me pasaste era el que "peor" sonaba. Ahora lo estoy escuchando mientras te escribo y es una animalada. Riffs asesinos, cambios de tiempos demenciales. Que buena banda Witch, me compró. Y como se me agudizó el oído en tan poco tiempo, todavía me sorprende, jaja.

      En cuanto a tu teoría, no está nada mal y tiene incluso mucho acierto me parece. Eso explicaría por qué las bandas no pudieron mantener su estilo por mucho tiempo, mutando hacia otros sonidos.

      Eliminar
    7. No deja de ser una teoría como cualquier otra... Me fijé básicamente en gente de mi época que no venía del heavy y el thrash y habían acabado en el black sin saber cómo, casi saltando directamente de la música infantil a Burzum, jajaja. No estoy exagerando, no te creas, a finales de los 90 conocí gente que en su vida se había puesto un álbum de Maiden, Judas, Dio... y te repente eran súper fans de Darkthrone o Satyricon. Ya de aquella, pensaba que no era algo natural, no es un proceso lógico. Con el tiempo, a todos ellos les dejo de interesar también el black metal y acabaron en cosas totalmente diferentes... Los que antes de black metal, ya escuchábamos heavy, thrash o death, aquí seguimos, por norma general. Eso me hizo pensar sobre la deriva de la mayoría de bandas noruegas y establecer cierta relación. Obviamente, aquí entran cuestiones como ambiciones artísticas, tendencias de moda... No sé, pero me parece muy llamativo el caso de unos Ulver: sacan un álbum de black atmosférico, otro de folk y uno de black super guarro, para luego virar hacia la música electrónica, o a saber qué, y nunca mirar atrás. Yo asumo eso de alguien a quien el metal se la trae al pairo y acabó haciendo aquello a mediados de los 90 como pudo haber hecho cualquier otra cosa que le hubiera causado inquietud.

      Eliminar
  2. Qué gran reseña, tío. Siempre me ha tirado más su segundo álbum, pero este "Nattestid..." (que, por cierto, Witch, me agencié en primera edición por 3 miserables euros en la tienda de artículos de segunda mano que hay en Romil, junto con otras 8 o 9 joyas más, todas por el mismo irrisorio precio, allá por 2013) es, como bien apuntas, una negra joya de gran valor.
    Y como suele ser habitual cada vez que te leo, has conseguido que me entren ganas de ponérmelo, cosa que haré mañana de camino al trabajo. ¡Que te dure mucho tiempo este mood de revival blackmetalero!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hombre, yo no se cuánto pagué, pero este me lo compré en CD poco después de su salida y, claro, de aquella sólo existía la edición de Wounded Love. Yo no sé si lo recuerdas, entonces se le conocía únicamente como Nattestid... y el nombre completo empezó a trascender en ediciones posteriores. Siendo consciente de que ...Bjoergvin... puede ser un álbum más completo y, sin duda, mejor grabado, te confieso que tengo un cariño especial por este, por haberlo escuchado en su día y por el momento concreto en que salió. En una época en la que el black metal tradicional estaba bajo mínimos y los grandes referentes le daban la espalda impunemente, Nattestid... fue una boya grandiosa a la que agarrarse. Un álbum que ya sería suficientemente bueno de haber sido editado en 1995, pero que cobró un valor aún mayor en 1999. Y, tú bien lo sabes, en aquellos años, Taake tenían pocos rivales en la escena blackmetalera. Yo recuerdo verlos en Portugal junto con Horna en el 2002 y, literalmente, flipar con ellos... Tanto, como gilipollas me pareció Hoest en persona, jajaja.

      Eliminar