Los 10 del Dictador para... Swedish black/death metal

Si el black metal noruego representa la cara de una moneda, el black metal sueco sería la cruz. Seguro, menos mediático, sin la misma influencia y, sin duda, menos diverso, las bandas suecas, en cambio, tenían una identidad común mucho más definida y un sonido más uniforme. Unas escorando hacia el black metal, otras con un residuo más death, una vez te pones una banda sueca, no resulta difícil trazar cierta conexión entre casi todas ellas. Para mi caso concreto, casi tan relevante como la escena de sus vecinos noruegos, es conocida la rivalidad surgida en ocasiones entre ellos, con descalificaciones y amenazas de muerte incluidas. Algunos, como Dissection, en cambio, llegaron a dedicar su álbum de debut al entonces recientemente fallecido Euronymous. Con la salvedad del “Opus Nocturne" de Marduk (que escuché poco después) y el “Welcome My Last Chapter” de Vinterland (de este no tuve noticias en su día), recuerdo el instante preciso en que estos álbumes vieron la luz del día, con lo que, os podéis imaginar, los tengo grabados a fuego desde la adolescencia. Aquí está la lista de aquellos que yo considero más determinantes, aunque, como siempre, más de uno tendréis los vuestros propios...

1. Dissection - Storm of the Light's Bane (1995 Nuclear Blast Records)

Como siempre, hay una referencia ineludible, ese al que todos recurren cuando hay que definir un género. Ese álbum sería "Storm of the Light's Bane" y la banda, sin el menor atisbo de duda, Dissection. Lo comentaba hace bien poco en el programa de Mendoza, es raro el chaval de mi quinta que no entró al mundillo por esta puerta o, al menos, la tiene como una de aquellas más importantes que alguna vez llegó a cruzar. En mi caso, no fue el primer álbum de black metal que tuve entre manos. Antes llegaron otros, como Immortal, Samael, Mayhem o Emperor, pero que no os quepa duda que sí fue uno de los más trascendentales. Una de esas puertas que cruzas para nunca más volver atrás. El mismo instante en que escuché “Storm of the Light's Bane" sabía que mi vida cambiaría y que nunca volvería a ver la música de la misma manera que hasta entonces. Lo cierto es que se trata del álbum perfecto para hacerlo. Lo tiene todo para volarle la cabeza a un chaval de 15 años y lo raro era que no lo consiguiera con la mayoría de nosotros: una portada totalmente irresistible con todos los tópicos soñados por un muchacho amante de lo extremo; una producción oscura y fría a la par que potente y cristalina; dosis perfectamente equilibradas de maldad, velocidad, gancho y melodía... Joder, hasta tiene un puto single “radiable", “Where Dead Angels Lie", que dista de ser lo mejor del álbum, pero incide en su relativa accesibilidad. Jon Nödtveidt dio en la puta diana con todo, pero la cagó estrepitosamente poco después. No sé ni siquiera si mencionar el hecho... Cuando todos esperábamos un tercer álbum en 1997 que los convirtiera en los amos de la escena, Jon Nödtveidt decidía que ya había probado casi todo y que lo único que le restaba era emular a Faust y a Vikernes segando una vida inocente. La cosa acabó como era de esperar, con Jon en la cárcel (durante siete miserables años, sale muy barato matar a alguien en Suecia, claro está) y la carrera de Dissection yéndose al traste. Sinceramente, lamento bastante más esto segundo que lo primero. Si Nödtveidt era un desequilibrado que quiso tirar su vida por el desagüe y, de paso, acabar con la de un pobre hombre que no hizo nada más que cruzarse con el tipo inadecuado, allá él. Siento mucha más compasión por la víctima que por el verdugo. Sin embargo, siempre he tenido una curiosidad genuina por saber qué nos deparaba su tercer álbum para 1997... y me resisto a pensar que fuera un “Reinkaos” de mierda. Pero así es la historia y nada podemos hacer ya para cambiarla. Como sabéis, Jon decidió por su cuenta que también había tenido suficiente en 2006... Lo que queda atrás, es un verdadera obra maestra digna de un pequeño genio de 20 años, “Storm of the Light's Bane”. Siempre imitada, nunca igualada.

2. Sacramentum - Far Away from the Sun (1996 Adipocere Records)

Y lo también inevitable, si hay un absoluto rey del asunto, hay otro que vive eternamente a su sombra y aquí siempre tendremos al relativamente incomprendido “Far Away from the Sun", incluso por mí en primera instancia... Erróneamente considerado por muchos como poco más que una mera copia de “Storm of the Light's Bane", “Far Away from the Sun" es una auténtica joya por derecho propio y una que hoy en día incluso goza de mejor consideración que el anterior a criterio de muchos. No soy uno de ellos, pero llevo flipando con esta banda desde la segunda mitad de los 90 y, esto lo tuve siempre claro, nunca los consideré unos simples imitadores de Dissection. Que recibieron su influencia, no me cabe duda, pero la suya era una propuesta realmente singular que se asemejaba más a la de Nödtveidt en forma que en fondo. Sólo un apunte, “Storm of the Light's Bane" sale en noviembre de 1995, pero esto se graba hacia junio del mismo año, 6 meses antes, ojo, pero, por la inoperancia de su sello, no salió hasta casi un año después. Cierto que es que Adipocere no tenía ni por asomo el músculo de Nuclear Blast, pero... ¿Habría corrido esto mejor suerte si le hubieran tomado la delantera a Dissection? Obviamente, no fue así y “Far Away from the Sun" ha vivido siempre con ese inmerecido sambenito. Yo creo que, en buena medida, su considerable parecido también viene dado por haber sido grabado en el mismo estudio, Unisound, con una diferencia de apenas tres meses. Y, claro está, la portada de Wåhlin tampoco ayuda a establecer una distancia clara entre ambos. La duda sobre cuánto de todo esto es coincidencia y cuánto influencia, queda ahí sin resolver. Lo que me queda claro es que algo tiene que a la gente le cuesta. No se trata de esa digestión fácil de un “Storm...”. Yo tardé algo de tiempo en verle toda su genialidad y tengo colegas que nunca lo han conseguido. Barroco, complejo, trabajado y tremendamente atmosférico (lo que no quiere decir falto de violencia), “Far Away from the Sun" supone uno de esos retos que, sin duda, han pasado el test del tiempo. Una verdadera joya que merece cada segundo de esfuerzo invertida en apreciarla.

3. Vinterland - Welcome My Last Chapter (1996 No Fashion Records)

No alcanzo a comprender cómo cojones se me pudo pasar esto en 1996. Enamorado de Dissection, ávido de black metal y muy al tanto de las ediciones de No Fashion Records ya en aquel entonces, no encontré en su día una simple mención a Vinterland en cualquiera de mis fuentes habituales. A saber, la Grind Zone, mis colegas metaleros y la parroquia que habitualmente se congregaba en El Bronx (la tienda de metal de la ciudad). Sea como fuere, estuve totalmente ajeno a la existencia de “Welcome My Last Chapter" (también conocido como “Wings of Sorrow", tal como reza el canto de alguna edición) hasta su oportunísima reedición en vinilo por parte de la catalana Temple of Darkness hace ahora unos 10 años. Una vez supe de su existencia, casi no me lo podía creer. Como de la nada, un álbum realmente impresionante grabado por Dan Swanö en 1995 y editado en 1996 por mi queridísima No Fashion Records... Ya su azulada portada y la cuidada tipografía plateada nos ponen tras la pista adecuada, “Welcome My Last Chapter" también se va a situar cerca en espíritu y sonido a “Storm of the Light's Bane". Encontrarse con algo así, tantos años después y con semejante calidad, es casi un sueño hecho realidad para todo coleccionista en busca de joyas preciadas. Y mi esfuerzo me costó hacerme con él, no vayáis a pensar. Sin embargo, tampoco nos encontramos en este caso ante unos simples clones de Dissection. Sigue siendo el mismo tipo de black/death, es melódico, frío y distante, pero lejos de ese sustrato heavy tan tradicional de Nödtveidt. Aquí prima la tristeza, la melancolía, hasta un tono levemente depresivo que se podía escuchar en los primerísimos Katatonia de “Dance of December Souls”... ojo, grabado también con Swanö un par de años atrás. Si te seduce la perspectiva de una aproximación menos violenta a este sonido tan característico, tienes en “Welcome My Last Chapter" una cita ineludible.

4. Necrophobic - Darkside (1997 Black Mark Productions)

Me gusta algo más "The Nocturnal Silence", pero este “Darkside" encaja muchísimo mejor en la etiqueta que hoy nos trae hasta aquí. Necrophobic nunca ha sido la banda más prolífica de la escena y, tras publicar su ya tardío debut en el 93 (teniendo en cuenta que se formaron en el 89), se volvieron a dormir en los laureles. Hasta otoño de 1995 no se volvieron a meter en los Sunlight para grabar grabar nada nuevo y “Darkside" tuvo que esperar a marzo de 1996, cuando David Parland ya había dejado la banda para concentrarse en Dark Funeral (donde aguantaría poco más). Y, aún por encima, la habitualmente poco lúcida Black Mark se tomó casi otro año más en publicarlo con lo que, al final, nos juntamos con casi cuatro años de diferencia entre el debut y su segundo trabajo. Tiempo suficiente para frenar la proyección de cualquiera. Por ese mismo motivo, Necrophobic no terminaron de despegar hasta estos últimos años tras su llegada a Century Media. Aún hoy en día, se lo siguen tomando con una calma pasmosa con sus nueve álbumes en 34 años de carrera, a una media de casi cuatro años entre ediciones, que se dice pronto... La casualidad quiso, no obstante, que sin saber yo mucho de ellos, me encontrara este CD en una tienda de discos madrileña hacia el 97-98, tampoco sabría yo precisar. Como en otros casos, recordaba una entrevista de la Grind Zone a cuento de su “Spawned by Evil", sabía de la conexión con mis entonces aún admirados Dark Funeral y, tras ojear el libreto, vi el nombre de un tal Jon Nödtveidt por ahí colaborando, así que malo no podía ser. La portada de Kristian Wåhlin hizo el resto. Y acerté con la compra a ciegas. Mucho más blackmetalero que el debut, hay riffs de guitarra que tranquilamente podrían aparecer en un “The Secrets of the Black Arts”, sólo que a menor velocidad... también es que el bueno de Joakim Sterner no daba para mucho más. Cierto es que, a estas alturas, Tomas Skogsberg no andaba muy fino y que la producción es mejorable (el sonido de batería me parece que tiene bastante por pulir y no ayuda a cubrir las limitaciones de Sterner como sí hacia en “The Nocturnal Silence"), pero el trabajo de guitarras es soberbio. No en vano, David Parland dejó seis temas compuestos y un solo grabado antes de su marcha. “Darkside" vendría siendo como una versión algo menos melódica y más deathmetalera de “Storm of the Light's Bane", con un punto de la mala baba de Dark Funeral. Para mí es otro imprescindible de esta escena, aunque saliera un poquito tarde.

5. Marduk - Opus Nocturne (1994 Osmose Productions)

En Marduk distingo claramente tres bandas, marcadas por los cambios de vocalista. Confieso que, aunque escuché a mediados de los 90 “Those of the Unlight" y “Opus Nocturne", la imagen que se fijó en mi memoria fue la de la “etapa Legion”, que arrancó en 1996 con “Heaven Shell Burn... When We Are Gathered" y fue también la que viví más de cerca. Por esa misma razón, en cierta manera, olvidé que algún día se preocuparon por algo más que por incendiar la tierra (“Scorched Earth"). Así es. Por alguna razón, la exposición continuada a discos como “Heaven Shall Burn...”, “Nightwing" y, principalmente “Panzer Division Marduk” me hizo perder de vista que estos tíos fueron en su momento una banda de black con bastante cintura y cierto gusto melódico. “Opus Nocturne” tiene tralla, no os vayáis a creer, estos son Marduk, pero aquí también hay melodía, oscuridad, atmósfera y hasta sentimiento. Aquellos Marduk de 1994 eran una banda mucho más variada de lo que serían después y eran capaces de bajar el ritmo con frecuencia para demostrar que sabían hacer algo más que desplegar un blast-beat continuo de media hora, algo que les acabaría dando la fama, seguramente. En “Opus Nocturne", Fredrik Andersson de Allegiance tomaba el puesto a la batería de un Jocke Gothberg que se concentraba únicamente en las voces y subía bastante el nivel de intensidad respecto a “Those of the Unlight", pero la cosa se mantenía bastante controlada y no llegaba a los límites absurdos de un “Panzer Division Marduk". Mucha gente critica el trabajo de producción de Dan Swanö en esta ocasión y, si bien he de reconocer que también me parece mejorable, creo que permite respirar a la perfección todos los instrumentos (escuchando con claridad incluso el bajo en todo momento) y le aporta un plus de autenticidad que luego les arrebataría Peter Tägtren. Posiblemente esta será una opinión poco popular, pero creo que estos fueron los mejores Marduk de toda su carrera y una de las mejores bandas de black metal sueco en su día. Poco me interesan ya después de esto. Genial portada del belga Kris Verwimp, por cierto, aunque no entiendo porque la cambiaron por una más cutre en la reedición.

6. Dawn - Nær Solen Gar Niþer For Evogher (1994 Necropolis Records)

Tenía más o menos decidido incluir su segundo “Slaughtersun (Crown of the Triarchy)” porque fue un CD que me marcó mucho en mis años mozos, pero ya no tengo nada claro que sea mejor que este debut de impronunciable nombre. Incluso os diría que hoy acudo hasta aquí con más frecuencia en busca de su elaborado y melódico black/death metal que hasta el “Slaughtersun” y también es cierto que aquel lo reseñé en el Portal, así que al final me he decidido por este “Cuando el sol se pone para siempre", para el que Shamaatae de Arckanum escribió algunas letras en sueco antiguo. Otra de esas bandas de death old school que arrancó a principios de los 90 (aunque llevaban en activo de una forma u otra desde el 86), Dawn fueron mutando progresivamente hacia un black metal con mucha melodía y un nivel de elaboración claramente por encima de la media. Muy buenos músicos ellos, ya la elegante acústica que abre “Eyesland" augura algo fuera de lo que era la norma en 1994. Con una pulcrísima producción del amigo Dan Swanö en sus Unisound Studios (Hellspawn de aquella), a la que le puede faltar algo de chicha, “Nær Solen Gar Niþer For Evogher” encarna el lado más intelectual y complejo del estilo. Si Dawn, en cambio, no consiguieron mucha notoriedad en su día, se debe básicamente a dos factores. Primero, la estadounidense Necropolis Records, aunque una habitual de la época con ediciones algunos clásicos de la escena sueca, particularmente, no se trataba del sello con más impacto de su momento. Entre otras cosas, resultaba relativamente complicado encontrar sus trabajos dada su deficiente distribución en Europa, a pesar de que la mayoría de sus ediciones eran de bandas nórdicas. Por otra parte, Dawn, muy a lo Necrophobic, tardaron tres añazos en volver a dar señales de vida y cuatro en editar su segundo álbum, lo que, a mediados de los 90, era un auténtica eternidad y toda posible repercusión inicial, quedó diluida poco después. Yo los repesqué en 1998, como os comentaba antes, pero, en lugar de retomar su carrera, desaparecieron de nuevo casi sin dejar rastro y hasta el día de hoy llevan amenazando con un tercer álbum que no creo que llegue nunca a salir. Independientemente de todo esto, sus tres trabajos de los 90 (dos álbumes y un EP) me parecen verdaderamente imprescindibles.

7. Unanimated - Ancient God of Evil (1995 No Fashion Records)

De los 10 de la lista, Unanimated son los que más tiran al death metal de todos ellos. Pero no penséis en el death de la vieja escuela de unos Dismember o unos Entombed, por mucho que tengan inevitables asociaciones con ellos. No, en Unanimated, auténticos pioneros del death melódico, se observa más de un guiño a lo que se haría popular dentro del sonido Gotebörg, aunque estos tíos eran de Estocolmo. Curiosamente, teniendo claro que lo suyo no encajaba con el sonido de su ciudad, se metieron también en los Unisound de Dan Swanö a grabar este, su segundo álbum, en el que reconocernos a dos caras muy familiares, Richard Cabeza de Dismember y Peter Stjärnvind, de aquella también en Merciless, y más tarde en Entombed, Nifelheim, Krux y un largo etcétera. Este fue otro de esos nombres que recordaba de leer en la Grind Zone y cuando me los encontré en la extinta Madrid Rock allá por el 96 o 97, no sabría deciros, no lo dudé en ningún momento. Gran compra, de nuevo, fiándome ciegamente de aquellos italianos que tan buenos consejos me habían dado. En aquel momento, me llevé un CD que ya en su día me pareció cojonudo y, a la postre, uno que se ha acabado cotizando bastante. “Ancient God of Evil" más allá de de su amenazante título y su maligna apariencia, es un álbum bastante accesible, siempre y cuando se toleren las agonizante voces de Micke Broberg. Muchísima melodía, frecuentes guitarras acústicas, teclados, solos muy, pero que muy melódicos... hay que estirar un poco la límites del género para que “Ancient God of Evil" entre con cierta comodidad en esta etiqueta, pero, con la calidad que derrocha, me la sopla si le llamamos a esto black metal, death melódico o polka checa. Es uno de esos CD's que nunca me cansa y que estoy seguro que gustará a aquellos que se estén acercando con cierta timidez a este mundillo y aún se sientan algo intimidados por propuestas demasiado extremas.

8. Dark Funeral - Secrets of the Black Arts (1996 No Fashion Records)

Otro que viene directamente de aquellos años, "The Secrets of the Black Arts" fue todo un acontecimiento para la entonces exigua escena black viguesa, si es que merecía tal consideración. A principios del 96 me lo pincharon un día en El Bronx, aluciné que aquel nivel de agresión y me lo tuve que llevar en su precioso digipak a mi casita. Ahí lo tengo todavía con su acojonante portada de Kristian Wåhlin... En mi puta vida había escuchado un derroche semejante de maldad y de violencia. Esto sigue sonando jodidamente chungo 27 años después y ni los propios Dark Funeral han conseguido acercarse, por muy brutos que fueran sus lanzamientos posteriores. Después de su prometedor EP del 94, la nueva aventura de David “Blackmoon" Parland de Necrophobic se metía en los Unisound Studios con Dan Swanö, pero nuestro amigo sueco, por extraño que parezca, la liaba por completo (según cuenta, porque no controlaba bien su nuevo equipo) y Dark Funeral decidían comenzar de cero con Peter Tägtren en sus Abyss Studios meses después. Afortunadamente, las producciones de Tägtren todavía no eran todas iguales y “The Secrets of the Black Arts" suena como un tiro. Con una combinación de potencia y atmósfera muy jodida de igualar que seguramente lo convierte en el álbum más paradigmático del black metal sueco en dura pugna con “Opus Nocturne". Ahora que menciono a Marduk, os diré que el de Dark Funeral me parece un caso muy similar. Tanto como me gusta esta primera etapa, me causa indiferencia todo lo que hicieron después, aunque en este caso es un hecho que relaciono directamente con la marcha de Parland y la incapacidad de Lord Ahriman de distinguir un buen riff de su agujero del culo... Bueno, igual me he pasado y álbumes como “Vobiscum Satanas" o el más reciente “Where Shadows Forever Reign” tienen cosas interesantes, pero lejos del nivel mostrado en su debut. Otro clásico que lleva conmigo casi tres décadas sin envejecer.

9. Setherial - Nord... (1996 Napalm Records)

Caso calcado a los de Marduk y Dark Funeral, pero aún más sangrante. No me explico cómo Setherial consiguieron grabar esta puta joya, algo así como la respuesta sueca al “In the Nighside Eclipse”, y después convertirse en unos Dark Funeral de marca blanca. Asumo que no mucho después de grabar esto, Lord Mysteriis se topó de bruces con el pelotazo de “The Secrets of the Black Arts" y llegó a la conclusión de que eso era lo que tenían que hacer para petarlo. Podría decir que, en ciertos aspectos, “Nord...” es incluso superior al debut de Dark Funeral si el “Secrets...” no me hubiera pegado tan fuerte en su día y eso es lo único que me ayuda a explicar el cambio de rumbo de Setherial para “Lords of the Nightrealm". Claro está, “Nord...” es una historia mucho más compleja y carece del impacto inmediato del “Secrets...”, aunque justo ahí es donde está gran parte de su valor intrínseco. En estos términos eran una gran banda, como clones de Dark Funeral no pasaban de ser una bastante mediocre y cada nuevo álbum que sacaban era peor que el anterior. “Nord...” es una indiscutible joya de black metal de los 90, muy complejo, retorcido y bien labrado. Como un cruce entre el “In the Nighside Eclipse" y el “Nachthymnen (from the Twilight Kingdom)“ de Abigor, pasado por el tamiz sueco. Los 12 minutos de “In the Still of the Northern Fullmoon" sirven de resumen perfecto para los 33 restantes. Una tormenta sonora de riffs, atareadísimas baterías de Anders “Zathanel" Löfgren, teclados ocasionales, aunque nada invasivos, y delicados pasajes acústicos en un tema que hay casi todo lo que se puede encontrar dentro de black metal y combinado con buen gusto, además. Elementos que contribuían a enriquecer su oferta y se perderían en ediciones posteriores. Siempre he lamentado que no siguieran en esta línea y es bastante llamativo que no me volviera a comprar otro álbum después de “Nord...”, por algo será. La portada no resulta muy vistosa y el logo hecho por Jens Rydén siempre me ha parecido bastante feo, pero la producción de Peter Tägtren es verdaderamente excelente y hace lucir estas seis composiciones a las mil maravillas. Si alguna vez os habéis topado con sus trabajos posteriores y no os han llamado la atención, no dejéis de darle una oportunidad a “Nord...” por ello, se merece vuestra atención.

10. Mörk Gryning - Tusen år har gått (1995 No Fashion Records)

Para variar, de Mörk Gryning también supe por la Grind Zone a través de una de las entrevistas más ridículas que recuerdo por aquellas páginas. No mucho más que unos simples quinceañeros al comienzo (Jonas Berndt tenía 13 años cuando arrancó la banda en 1993), aquella sarta de estupideces se explica por su obvia inmadurez. Sin embargo, tan infantiles como resultaban sus declaraciones, madura era su propuesta musical. “Tusen år har gått” es un pedazo de álbum de black metal con melodía, que no necesariamente melódico, con un nivel técnico envidiable para sus edades, y en el que Jonas y Peter Nagy se encargaban solitos de todos los instrumentos bajo las sabias indicaciones del omnipresente Dan Swanö. Minucioso, elaborado, bien compuesto y mejor tocado, con una producción excelente y una claridad en su visión sorprendente, un colega me lo dejó grabado en una cinta poco después y desde aquella lo tuve siempre en gran consideración como uno de los mejores de su generación. Otro me lo dejó en CD un par de años más tarde y, finalmente, me pude hacer con mi propia copia no hace tantos años gracias al advenimiento de Discogs y antes del reciente boom especulativo que también ha afectado al CD. Cuatro álbumes le siguieron, aunque perdiendo interés en cada edición, como muchos de sus contemporáneos. Nunca consiguieron igualar el acierto del debut cuando eran poco más que unos jovenzuelos imberbes (Jonas 16 y Peter 19 por aquel entonces). Sigo disfrutando como un cabrón de él todos estos años después y lo veo casi tan necesario como cualquiera de los anteriores para entender el black metal sueco de mediados de los 90, si os soy sincero. De nuevo, no os lo deberíais perder si os gusta el black metal y, si no, tampoco es un mal lugar para empezar gracias a su alto nivel técnico y a la pulcritud de su sonido. Uno de los primeros grabados con aquel polémico equipo digital con el que Dan Swanö casi se carga el debut de Dark Funeral.

Y esto ha sido todo... tengo la sensación de que esta vez me he enrollado demasiado. Aun con todo, me han quedado muchos fuera que, por cuestiones de formato de la sección, no entraban, pero que tranquilamente podrían haber estado: Lord Belial, Naglfar, Swordmaster, Allegiance, Sorhin, In Aeternum, Arckanum, The Abyss... Pero, una cosa nos debe quedar clara con la mención de todos ellos. Más allá de ciertas particularidades concretas y lejos de la diversidad que escuchábamos en la escena noruega, en Suecia se aprecia de forma diáfana cierta identidad común y, si nos ponemos, hasta un mensaje bastante uniforme. Desde Unanimated a Dark Funeral, por eso de citar los dos extremos que se pueden englobar bajo esta misma etiqueta, se alcanza a vislumbrar un nexo estilístico que me cuesta ver tan definido en sus vecinos de península. Quizás más pendientes unos de otros, quizás más marcados por la personalidad de sus productores, aquí, definitivamente percibo un sonido común que no encuentro de forma tan evidente en Noruega. Nada debería provocar, no obstante, que hagamos de menos a estas bandas que, en general, no parecen tan trascendentales o que han acabado teniendo menos peso específico en la escena a la larga. La simple mención de Emperor, Darkthrone o Burzum hace temblar los cimientos de todo el metal extremo y no creo que ocurra lo mismo con cualquiera de estos diez, con la ilustre excepción de Dissection. Con todo, cualquier persona que se haya sentido alguna vez interesada en este mundillo del black metal, no debería pasar estas bandas por alto y, las cosas como son, puede resultar un reto algo menos exigente para el oído poco entrenado. Ya me contaréis...