2. Til the End of Time (4:11)
3. Lonely Nights (4:05)
4. One Day Closer (4:24)
5. Anything You Need (3:46)
6. (There Will Be) Magic Tonight (5:37)
7. Loving You (3:31)
8. Please Don't Leave Me Behind (4:22)
En los libros del looserismo
universal, el caso de High Spirits debería de ocupar un par de líneas bien documentadas, con pie de página y todos los juguetes necesarios para intentar
aproximarse a una banda que lleva una década vagando por el desierto, todo
producto de un derroche de mala suerte y malas decisiones que es digno de
estudio.
En una dinámica que ejemplifica a la perfección mi delirio y el excesivo
tiempo libre que tenía para entonces, cada vez que High Spirits sacaba un nuevo
disco, allá que iba enjabonado de ilusión presto a escucharlo. Todo empujado
por una necesidad que se queda a medio camino entre la nostalgia y la necedad,
dado que fueron casi diez años deseando encontrarme una continuación, o mejor
aún, una evolución del glorioso “Another Night” del 2011. Ya hablare de él más
adelante. El punto es que la respuesta de la banda ante esa ilusión fue meterme
una seguidilla de puñetazos en la cara que harían que el mismísimo Ivan Drago
se replantease una serie de cuestiones. Esos golpes vinieron en forma de disco y se llamaron “You are here”
(2014), “Motivator” (2016) y “Hard To Stop” (2020). Uno terrible, el otro flojo
y el otro más o menos decente.
Llegado a ese punto, incluso llegué a preguntarme: ¿acaso nosotros como
escuchas estamos cometiendo un error al pretender que una banda o un músico
cumpla nuestras expectativas? Los
reproches en plan “ya no suenan igual”,
“no innovan”, “se repiten más que el ajo” son moneda común en nuestro repertorio.
Pero como no hay culo que nos venga bien, también criticamos y se nos cae el
mundo a pedazos cuando cambian de sonido, meten otros estilos, otras
influencias. Se crea un círculo vicioso un poco tóxico del que sé que es
difícil salir.
Al punto al que intento llegar es que High Spirits y su creador místico
conceptual ideólogo cósmico, Chris Black, se paseaba desnudo en ese lote de
bandas que no paraban de decepcionarme a cada entrega más clónica y carente de
alma y sangre. Y todo esto se debe a que cuando yo conocí su debut, estuvieron
semanas quitando los pedacitos de cerebro que dejé pegados a la pared luego de
la explosión que tuvo lugar cuando sonó aquel “Another Night” por primera vez.
A mí me gusta contextualizar las cosas y he de recordar que era el año 2011, un
momento en el que considero que el panorama estaba supremamente vivo y pujante,
sobre todo con bandas clásicas que se arrancaron la sonda intravenosa y
vivieron su segunda y hasta tercera juventud con buenos discos. Los ejemplos
que se me vienen a la mente mientras escribo esto son Accept con aquel “Blood
To The Nations”, Saxon iba a sacar el “Call To Arms”, los enormes Tygers of Pan
Tang creo que sacarían un tiempo después el “Ambush”. El “The Final Frontier”
de Maiden no me gusta, pero se puede mencionar. Ya luego hay bandas que se
regocijaron publicando mierda a dos manos, como Manowar con sus regrabaciones
rancias que nadie pidió. Y otro lote de agrupaciones que no aprovecharían el
revival del estilo de buena forma, como Loudness, Diamond Head, o el pobre
Steve Grimmett, que en este libro de looserismo universal tiene un capítulo
entero para él sólo. Y así como estos, bien sabe usted que hubo varios más que
se subieron tarde a la ola y ciertamente la cagaron, según como se lo vea. Caso
contrario, otros que sí supieron hacerlo a la perfección fueron los inevitables
Satan, claro está. Mi punto es que en aquella época que comprende el 2010-13 usted podía ver que había una competencia feroz por montarse en esa nueva ola propiciada
por una serie de fenómenos como las redes sociales, videos cada vez más
trabajados en YouTube y una nueva generación de gente joven que veía cómo el
estilo parecía modernizarse a sus necesidades.
Y como no podía ser de otra manera, en ese contexto también salieron muchas
bandas nuevas que estampaban su calidad en trabajos más que dignos y entre
ellos tuvimos a Chris Black y sus High Spirits, que en 2011 tras una serie de
demos, sale a caminar por la ciudad en pleno insomnio crónico, hace gala de sus
nulos dotes fotogénicos y se mete al estudio a grabar un “Another Night” que,
discúlpeme usted lo reiterativo, será por la predisposición que tenía en aquel
momento de tanta bonanza heavymetalera
o por mera ilusión, pero me encantó. Me fascino como con tan poco y sin
inventar nada, sólo con buenas intenciones y mucha energía, se podía hacer algo
nuevo que enganchase como lo viejo. Y en base a ese recuerdo, insistí con los
discos siguientes y el tabique roto que tengo es una muestra más que clara de
cómo me fue. Sin embargo, casi sin enterarme, el aquí reseñado “Safe On The Other Side” estaba anunciado y como el humano es el único animal que se
tropieza con la misma piedra cuatro veces, allá que fui. Pero no me caí, me
mantuve de pie, así que tome esta extraña sorpresa y me vine corriendo a
escribir esto antes que mi hypemómetro bajase.
Para ser honesto, no, este no es el sucesor del “Another Night”. Nunca lo
será y ya acepté que ese disco como tal nunca llegará…. Pero sí es lo mejor
que el tipo ha publicado desde aquel debut, lo cual me parece suficiente para
mencionarlo por acá. “Safe On The Other Side” sabe recrear ese heavy metal
melódico, enérgico y en parte alegre que sabía realizar High Spirits. La
producción logra por fin quitarse encima las manos de la mediocridad insultante
de sus placas anteriores y drena un sonido que vuelve a ser potable, que es
algo que beneficia mucho a este tipo de bandas que practican un heavy metal
melódico con vistas a ser lo más accesible posible. Las letras, siguen siendo
insulsas, pero rememoran temáticas que ya se trabajaron en el debut: los
reencuentros, como evoluciona una amistad a través del tiempo, la pasión
carnal, pero también temas un poco más profundos como puede ser la tristeza por
la persona que ya no está, las dudas de fe o el agobio de vivir en una gran
ciudad.
Sin duda, y como debe ser, lo mejor disco está en su parte estrictamente
musical. Chris Black decide salir de ese estanco compositivo en el que se metió
solo y nuevamente, sin inventar absolutamente nada, te da canciones –salvo un
cover de Europe que meten por el final- que recuperan esa fuerza y esa pujanza
que necesitaban. Todo esto lo logran mediante melodías, guitarrazos que se
cruzan y una batería que deja de sonar a bosta y levanta el conjunto entero. La
primera parte del disco me parece excelente para como estaba el asunto. Y la
segunda mitad, aprueba con lo justo por culpa de unos estribillos facilones que
invitan al suicidio por la pena ajena que producen. Pero he aquí la gran
diferencia en comparación a los discos anteriores: pese a esos fallos, este es
un álbum que logra entretenerte y sacarte una sonrisa. Al menos así lo veo yo.
Y pienso que si se logró eso, es porque algo se hizo bien y si algo se hizo
bien es porque se recuperan un poquito del entusiasmo del debut, que es lo que
creo siempre debió pasar.
En conclusión, mi sensación del “Safe On The Other Side” es positiva,
hasta logró ponerme contento. Eso sí, soy consciente de que a medida que vayan
pasando los meses es cuando descubriré definitivamente si el álbum en cuestión es realmente bueno o es que en este punto de mi relación con High Spirits me
encuentro tan mal que con cualquier mediocridad decente me conformo. No
descarto nada. Por lo pronto, a fecha de hoy sostengo que me parece un buen
trabajo, divertido, sin sobresalto, parejito. Chris Black parece que intenta
recuperar algo de ese vértigo, sorpresa y giros de guion que prometía en sus inicios.
Siempre me quedará un poco la duda de qué hubiese pasado si este señor se
rodeaba de gente de más nivel y empujaban lo bien hecho a otra dimensión. Nunca
lo sabremos. Pero es un poco lo que comentaba al principio: ¿somos injustos al
pretender que un grupo se supere constantemente? Opino que no está mal esperar
cosas. Si me lo permite, utilizaré un ejemplo en términos futbolísticos para
que se me entienda y me voy, lo prometo.
Si usted tiene un delantero espectacular, creo que lo natural sería esperar
muchos goles, pero High Spirits no es un delantero espectacular. Sin embargo,
cuando empezaron apuntaban para eso. Por ende, mi sensación es que estamos ante
ese típico delantero joven o canterano que se le da una oportunidad y la
descose. Todo bien. Y cuando le toca dar el paso de consolidación, se rompe la
rodilla, cae en disciplina, golpea mujeres… Entonces, ahora ya mayorsito logra
tener carrera, sí, pero a años luz de lo que apuntaba en un inicio. Es un
delantero titular de equipo medio tablero en segunda división, pero titular,
sano y feliz. Y deberé conformarme con eso. Espero se haya entendido.
“Safe On The Other Side”, un buen disco y un regreso a la dignidad por
parte de Chris Black y sus nobles High Spirits.
6.5/10
Está bastante bien. Yo más que heavy metal diría que esto es hard rock de los 70 tirando a los 80 porqué huele a UFO y Thin Lizzy por los cuatro costados.
ResponderEliminarTengo sensaciones contradictorias con este disco. Hay canciones que me gustan mucho como Lonely Nights y Magic Tonight, temazo, y otras que no me gustan tanto como Please Dont Leave Me Behind y sobre todo Memories que tiene un estribillo un poco pastelero la verdad, ademas esos coros oooh que mete en algunas canciones creo que están fuera de lugar
Chris Black domina todos los instrumentos, sobre todo la batería. Quizás en la guitarra solista esté un poco limitado.
En resumen el disco empieza bien pero a la mitad aproximadamente se empieza a desinflar pero que bueno vale la pena y creo que puede ganar con las escuchas.
Ese Mendoza, me alegra que presentes Heavy Metal y no es que desprecie tus Reseñas de Black Metal, pero primero es el Heavy. Recuerdo que hiciste varias en El Portal de Bandas poco conocidas, hasta trajiste unas Suecas, Las Afroditas, que particularmente me engancharon, todavía les doy Play. El disco que traes, cumple, es, Heavy Metal, Melódico, aunque faltan Riffs asesinos, las guitarras cumplen, buenas armonías se oyen, buenos cambios, quizás en lo referente a la voz, Chris Black debió o debería buscar un Vocalista más potente, que le dé más fuerza a las canciones, ya que su voz no rompe, es limitada, no puede “ir mas allá”, pero el material aprueba y comparto la nota que le das a los High Spirits. Espero, que esta sea, la primera de muchas que traigas y de paso deberías traer alguna que otra, de las que hiciste en El Portal.
ResponderEliminarFeliz Navidad compatriota
Un Saludo
Complicado que el amigo Black traiga alguien más a cantar a High Spirits, porque básicamente High Spirits es él jeje... Pero tienes razón, totalmente.
EliminarY sobre lo que traiga, depende de si lo que escuche me guste y me da para escribir algo. No importa si es black o proto cumbia. Uno se entega a lo que le.llene el oído. Saludos, siemore serás mi maracucho favorito.