jueves, 16 de noviembre de 2023

Metal al día: Mānbryne - Interregnum: O Pr​ó​bie Wiary I Jarzmie Zw​ą​tpienia (2023 Malignant Voices/Terratur Possessions)

1. Piach i niepamięć (07:17)
2. Suma wszystkich strat (08:08)
3. Po trupach ku niebu (06:31)
4. Grzechy ojców (07:54)
5. Bezkrólewie (01:45)
6. Pierwszy kamień (07:55)

La relación del hombre con dios es una cosa tan compleja que ha abarcado la imaginación de toda clase de artistas a lo largo de los distintos momentos y épocas por las que ha pasado nuestra existencia. Desde un sumerio tallando soles en piedra lo mejor que puede, hasta Murillo pintando la mismísima Inmaculada Concepción. Lo divino, la fascinación por acercarse a lo que nunca vamos a poder entender, está tan dentro de nosotros que ya hasta parece caer en lo banal, en lo mundano.

A lo que quiero llegar es que, si actualmente nos parece completamente normal que hayan existido ilustrados, académicos o simples curiosos que han dedicado alegremente su vida a intentar desenmarañar los secretos de ese vínculo tan extraño entre el hombre y su divino creador, entonces pienso que no es de extrañar que esa obsesión vital haya migrado a otras disciplinas que intenten aproximarse a esas respuestas. Y sin ir más lejos, en el disco aquí reseñado hay dos de esas disciplinas que se manosean las nalgas en ferviente abrazo sin ningún tipo de pudor ni complejo, como son el cine y la música.

Mānbryne es una banda que ha entendido a la perfección todo lo anterior. Le bastó un disco, como lo fue su debut “Heilsweg”, para posicionarse rápidamente como una potencia emergente en el concurrido bacanal de enfermos mentales que es la escena polaca, lo cual por sí sólo tiene muchísimo mérito. Pero si nos vamos a su concepto, a su intención o propósito como banda, que es lo que realmente me engancha y con lo que me termino quedando a la larga, nos topamos con algo realmente sobresaliente. Y no es que lo que hacen sea precisamente original, tampoco vamos a venir a mentir. Pero aquí lo que nos interesa son las formas, y Mānbryne desde el minuto cero ha demostrado tener una sensibilidad especial, una clase magistral para hilar con sutileza temas tan complejos y de tanto calado emocional, como puede ser la ya citada relación del hombre con su Dios, una obsesión temática que hará las veces de pivote central para darle rienda suelta a todo lo demás.

Dos años después de aquel debut, el grupo nos presentó este “Interregnum” a bombo y platillo, con una portada engañosamente austera -ya comentaré por qué- y un concepto que prometía meter aún más el dedo en la llaga. Como el disco pasado, sí, pero con sus diferencias. Hay que entender que si el “Heilsweg” buscaba arremeter contra nuestra paz mental sobando temas como el tormento carnal y la imposibilidad de salvación ante un Dios frío, lejano y expectante, en este “Interregnum” la cosa baja dos cambios. El primer spoiler viene con el título “Interregnum: O pr​ó​bie wiary i jarzmie zw​ą​tpienia”, que se traduce como “Interregno: De la prueba de fe y el yugo de la duda”. El segundo spoiler viene con la portada, la cual comentaba que era engañosamente sencilla, pero es que la banda, en otra muestra de su prodigiosa elegancia, sólo le basta con una imagen y un título para sugerirle al oyente por dónde van los tiros. El interregno es la ausencia de orden, de poder, de soberano. Y si la portada es un trono vacío, olvidado, mugriento, carcomido por las ratas… Todos los caminos apuntan a que el disco es un estudio sobre la cruel ausencia de Dios y su desesperante silencio cuando el hombre de a pie se empeña en buscarlo.

Como dije al comienzo, estos temas son parte de la fascinación y desesperación del hombre. Y Mānbryne lo toma, lo jala por los pelos y lo hace suyo. Toma toda esta desesperación,  estos sollozos del alma y lo transforma en música. Le da una nueva dimensión, una profundidad mayor a lo que vendría siendo los sentimientos más desoladores del ser humano. Como comentaba, si el “Heilsweg” es un trabajo más arremetedor y agresivo para con las convicciones religiosas, este “Interregnum” se centra más en lo vital y en las dudas de fe que corroen el alma del tipo común hasta dejarlo vacío, desamparado ante la imposibilidad de alcanzar el beneplácito celestial o de tener la certeza de que dicha cosa siquiera exista. Todo esto nos da como resultado un disco triste, angustioso y oscuro, pero a la vez sumamente agresivo, melódico, brutal, con un excelente trabajo en composición que sabe cómo y cuándo sonar salvaje o melancólico. Todo coronado por una voz del averno que interpreta ese personaje, ese hombre que bien podemos ser tú o yo, mirando con impotencia ese trono vacío, el cual representa ese rincón de nuestra fe, ese recoveco de nuestra naturaleza humana que busca, hasta sin darnos cuenta, creer en algo.

Y como se dijo anteriormente, la banda sabe entremezclar la música con el cine para plantear su propia forma de entender las cosas. Por ello no quería terminar sin mencionar el uso de las películas de Ingmar Bergman, más precisamente “El Septimo Sello” obra maestra que todos acá conocemos y que por ende es fácil darse cuenta que ese protagonista, Antonius Block, representa todo lo que Mānbryne busca exponernos con este “Interregnum”. Ya en el disco pasado las referencias y el uso de imágenes y texturas de la obra del maestro sueco estaban presentes, pero ahora han decidido apostar por un mensaje mucho más explícito que no hace otra cosa que potenciar un trabajo que ya era maravilloso por sí sólo.

Como conclusión, vemos que Mānbryne se consolida como una de las mejores bandas de Polonia, tierra siempre fértil que nunca decepciona, pero que ha sabido evolucionar para adaptar el sonido de sus bandas para posicionarlas en la vanguardia de los tiempos que corren, tiempos de modernidad, de melodías, bandcamp, lyric videos, de velas en el escenario… Pero que aun así, con todo lo avanzado que creemos estar, seguimos creando trabajos como este “Interregnum” que siguen buscando respuestas para saciar ese sentimiento primigenio y elemental del hombre: la necesidad de creer. Lo cual, 5000 años después, no nos diferencia en nada a aquel sumerio tallando soles en la piedra.

7.5/10

6 comentarios:

  1. Coño, buena reseña... Le veo futuro a este colaborador tuyo. Ojalá no tarde otro año entero para volver a subir algo.

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    1. Sí, lleva buen ritmo, como puedes ver, dos reseñas desde que empezamos... No escribe mal el chaval y, de vez en cuando, recomienda algo interesante...

      Sólo le he pegado una escucha y me ha gustado casi tanto como el anterior. Cuando tenga una opinión más fundada, te comentaré en detalle. Lo que lo veo, en principio, es muy similar, ¿no? Quizás aquí está el único hándicap que le encuentro, que ya no tiene el efecto sorpresa del debut.

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    2. Sí, eso es algo que pasa mucho. Pero mejor eso, que den vueltas sobre lo mismo a que se pongan a hacer ambient o post-algo.

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    3. Cierto, es de agradecer que no saquen los pies del tiesto con algún experimento poco recomendable. De todas formas es un álbum que aún tiene que encontrar su hueco en mi rutina, he estado muy entretenido últimamente con mi tarea de revisionismo histórico. La impresión inicial es que, al menos, es digno heredero de su predecesor. Ahora a ver si no te tiras otro año para traer el siguiente...

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  2. Hombre Mendoza ¿Que tal? ¿Como estás? Pásate más a menudo por aquí, tus aportes siempre son muy interesantes.

    No conocía a estos Manbryne, bueno había oido hablar de ellos hará cosa de un mes pero nunca me había puesto a escucharlos detenidamente y he de decir que me han gustado bastante.

    Van muy en la onda de sus compatriotas Mgla pero más elaborados diria yo, ahí a piñón fijo con blast-beats a todo meter quizás demasiado para mi gusto pero están bien bien.

    Hablando de la escena polaca, que piensas de los actuales Behemoth, se que muchos pensáis que son la mierda, pero a mi me gustan.

    Por último me gustaría unirme a la reflexión que comentas. Yo pienso que el hombre siempre a buscado sentir que formaba parte de algo mucho más grande que él, en definitiva a Dios, la vida eterna, porque realmente lo que más miedo da no es la muerte sino dejar de existir

    Un 8 para el disco y un 10 para la reseña

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    1. Hola Black rose, tanto tiempo, no?

      Pues gracias por tu comentario, espero de verdad dejar caer una reseñita por acá cada quince dias o así. Todo depende de si escucho algo que me de alas para ello.

      Y Behemoth no me gustan. O sea, me gustan hasta el tercer disco que es lo mismo que nada.

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