Wolf - The Black Flame (2006 Century Media)

 

1. I Will Kill Again (4:59)
2. At The Graveyard (4:25)
3. Black Magic (5:19)
4. The Bite (5:07)
5. Make Friends with your Nightmares (5:10)
6. Demon (5:03)
7. The Dead (4:23)
8. Seize the Night (4:08)
9. Steelwinged Savage Reaper (3:09)
10. Children of the Black Flame (5:50)

En el nuevo siglo todo estaba inventado. El ruido había llegado a todos los confines. El heavy metal sobrevivió de su extinción en la década de los 90 a base de mezcolanzas, hurgar en el extremo y por tozudez, por mucho que quieran echarnos o que nos muramos, unos cuantos nos decidimos resistir hasta que el cuerpo aguante, a contracorriente. En este espíritu de resistencia en el género surgió un movimiento, la New Wave Of Traditional Heavy Metal (NWOTHM), en clara referencia a la mítica NWOBHM.

Una etiqueta imperfecta pero mejor que muchas otras, sin que sirva de precedente, para englobar a bandas que decidieron emular a los héroes clásicos del heavy metal de los 80, es decir los heavys de pura cepa británica, Iron Maiden o Saxon y otros hijos de la Gran Bretaña como Judas Priest o Motörhead. Si a esto le añadimos algún “ente” heavy nacido en Dinamarca como Mercyful Fate o afilado en Alemania como Accept o incluso en los States, tenemos los cimientos de la NWOTHM. Por el 2008 esta etiqueta empezó a usarse y a ser manoseada por todos. Las bandas de jóvenes emulando a sus mayores salieron como las setas. Emergieron del underground, es decir de tocar en su barrio. Al primero que se le puso la etiqueta como bandera al viento, fue a Enforcer. Los suecos aparecieron como punta de lanza de un movimiento que hizo mover melenas y manos cornudas pero con pies en el suelo porque sin negar su éxito este no fue masivo, la “ola” se quedó en ola del Mar Menor, nada comparable con el tsunami de unos Judas Priest o Iron Maiden.

Suecia fue la cuna de la NWOTHM a la par que Canadá (es lo que tiene internet que une lugares distantes), a los mencionados Enforcer, se unieron Steelwing, Ambush, RAM o los canadienses Cauldron, Skull Fist, Striker…pero yo vengo a hablar de los Wolf, suecos también, cuya andadura por este reino clásico fue anterior a todos ellos. El debut larga duración de los “lobos” data del 1999. Para cuando el meollo NWOTHM estaba en su momento álgido, Wolf llevaban una década haciendo kilómetros de mástil.

El origen de Wolf es Niklas Stålvind. Niklas no encajaba en el panorama de Orebro donde surgió Wolf en 1995. En aquel momento el ambiente estaba plagado de pop-rock, hardcore, punk, thrash o death. Ni rastro de heavy clásico de finales de los 70/comienzos de los 80 que le apasionaba. En ese ambiente el guitarrista busca otros locos que unirse a su propuesta y encuentra el bajo de Mikael Goding, así surgen Wolf. Niklas es el espíritu, el líder, guitarra y vocalista de la formación. A pesar de su amor por lo clásico, suenan actuales sin forzar una producción retro pero huyendo de sampleados u otras moderneces. Y antes de la que a algún lumbrera se le ocurriera el nombrecito NWOTHM allá por el 2008, ellos había dado un puñetazo en la mesa un par de años antes con “The Black Flame”, el cuarto zarpazo del lobo.

La primera dentellada, “I Will Kill Again”, contundente con todas las reminiscencias clásicas del heavy. Tema que se sustenta en un riff principal de mano de Niklas que nos lleva en volandas hasta un estribillo contundente, en la parte media a un cambio de ritmo donde las guitarras se entretejen, Niklas y Johannes Losbäck se unen, para volver al riff principal. Las guitarras predominan, la base rítmica, el bajo del mencionado Goding y la batería de Tobias R. Kellgren se deja notar pero con vocación de zapadores y gregarios.

Siguiendo la temática de muerte y oscuridad, heavys a tope, Wolf siguen el camino con “At The Graveyard”, poderosos y contundentes. Siguen su oda guitarrística con sabor a Maiden o Accept por mencionar algunos, queriendo sonar más expresivos. Niklas vocalmente se desenvuelve muy bien sin llegar a ser un top pero con los recursos suficientes para sacar buena nota.

Sin meterse en problemas siguen por el camino recto, los riffs siguen destacando en “Black Magic” o “The Bite”, Wolf suenan muy compactos y bien armados, al galope, melenas al viento, disfrute efectivo de 1º de heavy. La producción les beneficia bastante y no es tan artificiosa o saturada como otras bandas del nuevo milenio.

Con tintes a melodía de Serie B, “Make Friends with your Nightmares” es un tema de heavy y tachuelas, esta vez con aire demencial y pesadillesco. Sin perder un ápice de energía y sonando aguerridos, “Demon” sigue mostrando unas guitarras que tienen mucha escuela por momentos a los padres Sabbath.

“The Dead” con un riff más grueso y aniquilador, Niklas saca más versiones de su voz, el pasaje instrumental nos hace viajar a otro lugar. Wolf suenan algo distintos, tal vez sea porque es único tema donde han participado en la composición los cuatro integrantes. “Seize the Night”, es de esos temas donde se nota cierto agotamiento, es intenso pero más plano.

Para resurgir y llegar directos como un zarpazo power, “Steelwinged Savage Reaper”, caña, velocidad y con sabor a Saxon o Judas. Sirenas policiales, cabalgada gozosa y a todo gas. ¿Este no debería haber sido el cierre del trabajo? No, que queda la que da título.

“Children of the Black Flame” echa el cierre, mantiene esta energía arrolladora, riffs y guitarras impregnándolo todo. Granito guitarrero.

Un notable para este disco cargado de energía, oscuridad y heavy clásico para amantes de las épocas pretéritas pero con un tamiz más actual en el sonido. Un trabajo sólido que se alimenta de las raíces del género. El riff como armazón granítico, es el protagonista. Por poner un pero tal vez no hay tanta brillantez en las partes solistas como en la rítmicas, algunos cambios de ritmo no enriquecen lo temas.

A pesar de estos detalles, Wolf son grandes, sin ocupar la primera fila merecen un huequito en todo metal heart. Lástima que tras este LP, Mikael Goding abandonase la banda dejando solo a Niklas. Los cambios de formación y la repetición de ideas acabarían por dejar a la banda un pasito atrás, además que el movimiento NWOTHM perdió fuelle. Pero dejaron perlas como ésta, disfrútenla amigos.