Warlord a pesar de lanzar un EP de gran calidad, “Deliver Us”, en 1983 y haber firmado con Metal Blade Records, no eran una banda. Eran un trío: el guitarrista y líder William J Tsamis ('Destroyer'), el batería Mark Zonder ('Thunderchild') y la teclista Diane Kornarens ('Sentinel'). De hecho, no había tocado en directo como tal. Para remediarlo, el guitarrista y líder, William J. Tsamis con el apoyo del batería Mark Zonder deciden reclutar como bajista a Dave Watry (bautizado como 'Archangel') y un nuevo vocalista Rick Cunningham ('Damien King II') que sustituyó al primer rey “Damien”, Jack Rucker. Con la banda formada alquilan The Raymond Theatre de California y filman una especie de falso directo, tocando por primera vez como banda. En realidad un falso directo, una sucesión de clips sin público donde hay playback, insertando declaraciones de Watry, Zonder y Tsamis para que vayamos conociéndolos mejor.
Tocaron los temas que formarían
su primer LP, "And The Cannons Of Destruction Have Begun...", una
mezcla de los mejores temas del EP junto con otros nuevos que habían sacado en
un single "Lost And Lonely Days" / "Aliens" unos meses
antes y “Soliloquy”. Aquella actuación fue filmada por unos chicos de la
escuela de cine y con ella se hizo un VHS del mismo nombre. De hecho, el
concepto era que el LP fuera la banda sonora de aquel film, sobra decir que aquello
fue un fracaso. La formación no acabó de asentarse, ante la falta de un
cantante con garantías y las desavenencias de Tsamis y Zonder, Warlord expira
en 1986 para disgusto de Brian Slagel
de Metal Blade que había apostado
por ellos.
Las malas decisiones y la falta
de una formación estable con un frontman de garantías truncaron la carrera de
unos Warlord que podrían haber sido una de las mejores bandas de heavy metal
épico. Atípica porque dotaron a su sonido de unas melodías cautivadoras que
sabían compensar con la épica. Como muestra quedaron el EP y sobre todo esta
“banda sonora” de nombre rimbombante "And The Cannons Of Destruction Have
Begun..."
Comienza con “Begining”, narración breve que
nos introduce en el universo y la grandeza de Warlord para asaltarnos con uno
de sus viejos temas…“Lucifer’s Hammer”. Una oda de fantasía de destrucción con
trasfondo del bien y el mal, una excusa perfecta para disfrutar del despliegue
de Tsamis a las seis cuerdas y la solidez de Zonder a los parches. Tema que
destila esa aura mágico-mitológica de bandas europeas como los primeros Rainbow y le añade unos teclados
sutiles. Un ejemplo de que Warlord no era una banda al estilo USA, con voces
rudas, velocidad en los parches y sangre de batalla. De hecho, Omen, con los que compartían sello,
parecían encontrarse en un mundo opuesto.
“Lost And Lonely Days” es una
muestra de su gusto por la carga melódica y al mismo tiempo queriendo sacar
emoción. Era uno de los nuevos temas creados para el LP y con el que pensaban
entrarían en el público y posiblemente en las radios. Tsamis desarrolla una
parte solista emotiva y es respaldado por las teclas de Kornarens con mucho
acierto. Un corte de los que se disfruta como plato secundario y que no tenía
el suficiente impacto para ser un single.
“Black Mass”. Otra vieja conocida
del EP, remozada y con mejor cuerpo sonoro. Un riff nos atrae a esta oscuridad
que podría emanar de Black Sabbath.
Un tema oscuro, vuelve Lucifer y los demonios. El tema marcha con un peso
poderoso y tiene una parte solista de Tsamis destacable como es la tónica en
todos los cortes. Warlord podría haber sido la banda de Tsamis si hubiera
encontrado un cantante solvente en ejecución y en directo. Damien King II
muestra buenas facultades pero con un estilo estético demasiado cercano al glam y no me extraña que durase poco en el trono. Con diferencia me
parece el punto más débil del grupo. A pesar de ello, temas como Black Mass,
son un cañón.
Ahora toca tema profundo, “Soliloquy”.
Alejado de la épica. Soledades y tristezas muy bien gestionadas por una banda
que sabe moverse en el embrujo, golpear con misticismo y también tocar a la
penas del alma. La parte solista de Tsamis sigue siendo para enmarcar. Que un
guitarrista con esta capacidad para darle color y sentimientos a su guitarra no
tuviera un sitio y una carrera acorde con su calidad en el heavy metal es de
injusticia divina.
Otro nuevo tema, “Aliens” con el
que podrían haber lanzado como primera opción para promocionar este LP. Tiene
un riff muy atractivo, muy en la onda NWOBHM.
Alienígenas, los extraterrestres están aquí. Fantasía y heavy metal. En la
extensa parte solista tenemos un guiño a la música medieval que me pregunto si
se hizo mediante teclados. Es un tema sorprendente, con un Zonder canónico en
la batería, remates agudos en la voz para provocar epicidad y todo arropando a un
Tsamis enorme.
“MCMLXXXIV”. Introducción
instrumental que deja un poso melancólico que sirve de antesala al tema más
rápido del disco, “Child Of The Damned”. Puro heavy, a la carrera, con un riff
protagonista y un Zonder que suena implacable a los parches. Los puños están en
lo alto y junto con "Deliver Us" que cierra, el disco llega a lo más alto. El corte suena
mucho más potente y demoledor que en el EP. Un acero de la mejor calidad golpeado
en la forja.
“Deliver Us From Evil/End”. Para
cerrar, rezamos para la batalla. Un himno cristiano que podría haber entonado
un templario. Galopante y de una épica emocionante. Tsamis está inmenso en el
riff y comandando a unos chicos que le acompañan a la misma batalla. Todo se
disipa en una guitarra que nos recuerda a los trovadores medievales que
cantaban las gestas.
Warlord, es una banda de culto.
Extinguida, efímera, de épica fugacidad. Pero más allá de su valor, a pesar de
haber sacado un puñado de canciones a las que aferrarse, esta su condición de rara avis en aquellos años. De ser los
primeros en hacer algo, de adelantados a su tiempo y que no se entendió en los
primeros ochenta. Que tampoco supieron vender Tsamis y Zonder, que ellos eran
una banda que aunaba melodías con riffs con sabor británico habiendo nacido en
Los Ángeles, con un gusto por la fantasía heroica pero sin ir acelerados o con
un cantante agresivo. Sí, ese micro está
lleno de reyes destronados, que no estuvieron a la altura. Pero no fueron los
reyes los únicos culpables, malas decisiones y sobre todo la falta real de una
banda sólida.
La muestra casi única de su mejor
legado esta en este LP, esta banda sonora, los
cañones de destrucción que pretendía ser la presentación de Warlord al Mundo
entero quedó en algo poco llamativo y con carencia de medios. Tal vez ni la
escena ni ellos estaban preparados, el público no sabía dónde meterlos y
tampoco tuvieron mucha oportunidad de llegar a mucha gente. Tras la separación,
el genio de Tsamis sufrió un golpe duro con la pérdida de su padre y dejó la
música, abrazó la religión y se hizo profesor de universidad.
“And The Cannons Of Destruction
Have Begun...” es un puñado de grandes canciones, unas poderosas y épicas,
otras melódicas y melancólicas. Destacan las guitarras de Tsamis en los riffs,
los solos y en la creación de las melodías, una sólida base rítmica y una voz
que se amoldó a los distintos estados anímicos del álbum. Una obra única que
aunó un sonido europeo melódico de rock duro y heavy con la ideología power
emergente en USA.
9/10
Hola BurnRain.
ResponderEliminarEscuché dos temas y me da la impresión que las deficiencias no les hacen lograr sus intenciones. Es que me parece que lo que ofrecen tiene mucho para celebrar y además en aquella época donde se podían atrever arriesgar. Igual no es real lo que escucho desde internet y lo que tienes es mejor pero desde la red el sonido tiene muchas carencias.
Lo seguiré escuchando y te comento...
Escucha las últimas Gustav sino te llega pues otra vez será... Eres un hueso duro de roer.
EliminarCuriosa maniobra esta, Burn. Yo creo que este... And the Cannons... es la radiografía del álbum que pudo ser y no fue. ¿En qué momento les pareció lanzar un falso directo una buena opción? Pasó lo inevitable y el álbum fue un fracaso, cuando había madera para un muy buen LP, pero esto suena muy desnudo. El sonido de Warlord pide algo más de producción, rítmicas, voces cuidadas, cierto preciosismo. En cambio, esto suena vacio, inacabado. La guitarra de Tsamis se queda sin acompañamiento en los solos, la voces de Cunningham suenan pobres en las partes en las que debería estar reforzada por unos coros y la batería de Zonder parece grabada con unos micros en un local de ensayo... Esto no será un concierto real, pero yo sí creo que está grabado en directo, sin overdubs, los cuatro instrumentos y la voz a pelo. En un sentido, aporta valía a la banda, no hay duda, pero como LP de debut siempre me ha parecido un movimiento bastante peculiar. Puestos a elegir, confieso que me quedo con el EP. De hecho, lo mejor que aquí encontramos ya estaba allí. No niego que Child of the Damned es una de las mejores canciones de la historia del heavy metal americano. Un auténtico clasicazo que, curiosamente, descubrí gracias a Hammerfall, pero aquí le falta tratamiento. ¿Acaso tiene sentido que suene más potente la versión del EP del 83? Este LP debería ser un paso adelante y no creo que fuera así. Es cierto que tiene cierta consideración de culto, pero yo siempre he pensado de que debería haber sido mucho más, mejor enfocado. No deja de ser una escucha muy recomendable, pero yo no lo subiría de un 7,5 o un 8.
ResponderEliminar¿Me pudieron las injusticias y las ganas? Puede ser, es un disco con muchos puntos que reforzar. El concepto es bastante inocente. Pero tenían lo importante, buenos temas, luego la producción es pobre, tal vez querían asemejar un sonido en directo y no utilizaron coberturas en la voces o los coros. Valoro su intención y hacer algo distinto con el rock duro de los 70, de esos Rainbow o UFO. Atreverse a ir en contra de lo que hacían todos. Tampoco es que fueran tan rompedores pero es cierto que esas melodías y encajarlas en un sonido épico entonces no era algo usual. Yo me quedo con eso y no con los errores que vendrían también por la falta de medios económicos.
EliminarYo tengo claro que quisieron plasmar una versión en básico de las canciones, por supuesto, de ahí el falso directo... Arriesgado, original, contracorriente... todo lo que quieras, pero también equivocado. Seguramente no estaban destinados a triunfar con su estilo igualmente, pero yo creo que su música pedía a gritos un tratamiento "más grande", una producción de verdad. Capas de guitarra, teclados, voces superpuestas... Lo desnudaron todo y aunque la base de las canciones es buena, yo creo que desluce. Se ven más trabajadas las del EP y la voz, a ratos, se queda corta. Algo me recuerdan a los primeros Virgin Steele, pero al menos estos tenían claro que había que sonar lo más grandes posibles, a pesar de sus limitaciones de presupuesto. Sigo pensando que es un álbum muy válido, igualmente.
EliminarUna rareza por todos lados Burn, desde el rimbombante nombre del Álbum, pasando por el rollo del falso Directo, pero con la música de primera, metal épico, con un guitarrista más que capacitado, con feeling, técnica y con melodía. Bill Tsamis, destaca en la creación de los solos y en los épicos riff, con ese sentido heroico, glorioso, mucha sensibilidad para construirlos, especialmente los solos. Es que las canciones suenan a Soundtrack, es decir tiene algo parecido a una secuencia, el intro ya te pone en situación, ninguna canción se parece a la otra, las hay de todo tipo, desde el potencial “hit” en Lost and Lonely Days hasta la poderosa Child of the Damned, es que, realmente hay un gran nivel de composición en todo el disco. Por cierto Burn, la versión del EP de Los Hijos de los Malditos, me gusta más, cantada por Damien King I, https://www.youtube.com/watch?v=pWcGXcbUHVE, para mi mucho mas metalizada y esta es la que aparece en el Metal Blade Vol 1, que incluí en mi lista de los 10 de 1986, suena más afilada, se qué prefieres la de este Álbum, pero es cosa de gustos. La sección rítmica, muy poderosa y para ser una Banda “no” Banda, están muy acoplados con ese teclado bien puesto, dando una atmósfera con profundidad, para realzar el sentido épico de las canciones. Pero y aquí, empiezan los peros, que en realidad son dos: la Voz, que carece de contundencia, es más triste y trágica que otra cosa, no tiene acero y a lo mejor es a propósito, pero prefiere el primer Rey, tiene mayor rango. El segunda pero, es la Producción. Si bien es cierto que muchas veces se siente un vacío cuando entran los solos, hay canciones que si tienen varios tomas de Guitarra y solos doblados en segundas tomas, pero en general el sonido pudo ser mejor, especialmente para acompañar todo este tinglado con altura, pero no pudo ser y este original intento, no llego a donde debería, pero queda el legado. Otra joya ochentera recuperada, para mi disfrute. A pesar de los peros, comparto la nota que le otorgaste.
ResponderEliminarGracias Burn
Un Saludo