Los 10 del Dictador para... 1986

Esta vez sí, Metallica se quedan fuera y aún hay algún suplente gque va por delante de ellos en la lista de espera. Año controvertido donde los haya, 1986 fue en el momento en que más de uno se pasó de rosca. La industria giró definitivamente su mirada hacia los melenudos y muchos, cegados por el brillo de los focos, se dejaron seducir por las tendencias de moda en busca del éxito masivo. El paso de los años nos ha demostrado que aquel punto de inflexión también dejó grandes trabajos, pero se requirió algo de tiempo para digerirlos. Por otro lado, la panda de animales que hacía su irrupción el curso anterior seguía con paso firme y llevaba su brutalidad hasta nuevos extremos inimaginables sólo un par de años atrás. La brecha entre unos y otros se hacía cada vez mas grande...

1. Iron Maiden - Somewhere in Time (EMI)

Iron Maiden regresaban, aunque nunca se habían ido del todo, iniciando esa hábil costumbre de cubrir parones con álbumes en directo. Así los fans los seguían teniendo presentes. 1985 había sido un año agotador y Bruce Dickinson exigía a Steve Harris un descanso. A la vuelta, Bruce estaba fuera mentalmente. Por primera vez en años, no traía nada de material y se limitaba a cantar las canciones compuestas por otros. Adrian Smith daba un paso al frente y firmaba tres temas, mientras que el resto eran obra de Harris. Quizás eso motivó también el cambio de aires. En 1986, la recepción hacia “Somewhere in Time" fue bastante tibia y el “run run” alcanzó hasta principios de los 90, que es cuando yo tuve conocimiento de causa. Aún de aquella, se le consideraba un álbum menor de la banda y, hasta cierto punto, una maniobra comercial mal enfocada. Todavía recuerdo un especial de la Heavy Rock de principios de los 90 en el que le dieron 3 puntos sobre 6 posibles… Nunca lo entendí del todo y yo no veía más que a mis queridos Iron Maiden de siempre con un ligero barniz de modernidad. Al final, en aquella época siempre fueron muy hábiles para adaptar el sonido de la banda al nuevo concepto que manejaban... o quizás era al revés,  pero funcionaba. En este caso, un trasfondo futurista muy inspirado en “Blade Runner", servía como cimiento para unas canciones de sonido vanguardista, con teclados y sintetizadores que, en esencia, no eran tan diferentes a lo que era habitual en la banda. Este es de esos trabajos a los que el tiempo ha puesto en su lugar y hoy en día es un favorito de los seguidores de la banda. Para mí, un verdadero placer que me permite disfrutar de muchas de las menos habituales ya que ha sido unos de los grandes ignorados de cara al directo. Un discazo, con mi solo favorito del genial Adrian Smith en “Stranger in a Strange Land" y una portada verdaderamente acojonante, de las mejores de Riggs.

2. Megadeth - Peace Sells… but Who's Buying? (Capitol Records)

Aquí Mustaine dio un puñetazo sobre la mesa y por fin consiguió reivindicarse, aunque se pasara media vida frustrado por no alcanzar nunca el éxito de sus ex. Que más da, con cada nuevo trabajo los vapuleaba musicalmente, por mucho que su cuenta corriente no creciera a la misma velocidad. Si me preguntáis a mí, “Peace Sells...” deja a su competidor directo, “Master of Puppets", en pañales y el único defecto que le consigo encontrar es esa inútil “I Ain't Superstitious". Volvemos a mí fijación con esto de las versiones, pero no entiendo cómo consiguieron colarse Nancy Sinatra, Willie Dixon y Sex Pistols en los tres primeros LP's del pelirrojo. Era, con diferencia, lo peor que allí podíamos encontrar porque la otras siete son una puta pasada. Rápidas, precisas, furiosas, oscuras... nadie había conseguido llevar el thrash metal tan lejos técnicamente en 1986 como Mustaine, Poland, Ellefson y Samuelson, si exceptuamos a Watchtower y su extraterrestre “Energetic Disassembly” de 1985. Megadeth se complicaban la vida, nunca innecesariamente y, aún así, conseguían sonar agresivos como pocos. Esa portada habla por sí sola, apocalíptica, desoladora, incendiaria... me encanta ese tono rojizo post-nuclear que la domina y la producción de Randy Burns abrasa. ¡Qué mal le hicieron esas remasterizaciones posteriores que le arrebataron buena parte de su garra! Aquí las guitarras quemaban y Mustaine, aún con sus limitaciones vocales, escupía sus líneas con un desprecio ofensivo. Megadeth nunca hicieron tanto daño como aquí. Uno de los mejores álbumes del thrash metal. 

3. Accept - Russian Roulette (RCA)

Nunca me explicaré qué coño le pasa a la gente con “Russian Roulette". ¿Es que están sordos? Vale que ya no tenía el efecto sorpresa de “Restless and Wild", pero es que este LP es prácticamente perfecto. A ver quién es el guapo que le encuentra algún defecto. El nivel de madurez de los de Solingen a estas alturas era insultante. Ya habían acudido a todos los lugares oportunos y estaban de vuelta. La banda está exultante, la composición es exuberante, pero al mismo tiempo es efectiva. Cada riff de guitarra, cada sólo, cada coro, cada estribillo… está en su sitio y emociona. ¿Podría citar algún tema malo? Mentiría, son todos la hostia. La entrada con “T.V. War" es apabullante (a mí me gusta más que “Fast as a Shark"). “Monster Man" tiene un riff inolvidable y su estribillo me produce escalofríos (¡cómo suenan los coros de Baltes, Hoffman, Kaufmann y Fischer… no se puede ser más macho!). Y así todas hasta el final, con “Stand Tight": “Russian Roulette", “It's Hard to Find a Way", “Aiming High"… hasta me estoy poniendo nervioso. ¡Qué discazo, por Dios! Y menudo sonidón, mejorando lo ya inmejorable. Era esta una banda en estado de gracia que acabó haciendo caso a las voces menos adecuadas y se traicionó a sí misma. Si con “Russian Roulette” no llegaban a lo más alto, nada lo conseguiría y después darían un paso en falso con “Eat the Heat". Aquí dejaron un broche de oro a una trayectoria impecable durante los 80.

4. Fates Warning - Awaken the Guardian (Metal Blade Records)

Ya os he comentado muchas veces cuantísimo me gusta esta banda, una de las más injustamente tratadas del metal americano, a la que ni siquiera se le reconoció el mérito cuando editaron uno de los mejores álbumes de heavy metal melódico de todos los tiempos. Para eso aún faltaban unos añitos y aquí todavía eran un hueso algo duro de roer. Con una propuesta algo inaccesible, Fates Warning dejaban junto a John Arch dos de las piedras angulares del metal progresivo para los años venideros. Desde los casi seis minutos de “The Sorceress" hasta los ocho pasados de “Exodus", “Awaken the Guardian" reta al oyente con sus continuos cambios de ritmo, sus complejas percusiones y esas acrobacias de un John Arch que desaparecería de la faz de la tierra durante los siguientes 25 años. Y no es coña, nada volvió a grabar hasta su reaparición, con sus cuerdas vocales prácticamente intactas, en 2011 junto a Jim Matheos en el estupendo “Sympathetic Resonance". ¡Qué vocalista se perdió el mundo del heavy metal con su prematura retirada! Una vez superados los primeros obstáculos y cuando se entra al trapo a lo que esta gente se trae entre manos, no queda nada más que el puro deleite. Recomiendo una inmersión total por sus oscuros pasajes y sus ensoñadoras atmósferas para, de verdad, apreciar todas las dimensiones de lo qué ofrecen. Entiendo que Fates Warning puedan no ser una banda para la audiencia masiva, pero nunca he llegado a comprender como el público que aceptó sin reservas a Dream Theater años después, ignoró vilmente lo que Matheos y compañía llevaban haciendo desde mediados de los 80. Una verdadera obra de arte… y esa preciosa portada de Ioannis, también. 

5. Queensrÿche - Rage for Order (EMI America)

Creo que Queensrÿche tardaron un poco en explotar definitivamente. Aunque adoro toda su producción ochentera, no sería hasta “Operation: Mindcrime" cuando desarrollarían todo su potencial y, en esta particular contienda progresiva de 1986, creo que el primer premio se lo llevaron, por un estrechísimo margen, Fates Warning. Eso sí, Tate y DeGarmo daban un paso decidido hacia la genialidad más absoluta y aquí se separaban definitivamente de la manada. Con un espíritu marcadamente futurista, como sus admirados Maiden, “Rage for Order" es una verdadera delicatessen progresiva que derrocha elegancia hasta haciendo versiones. Qué poquito me gusta ese género y qué brillante es el “I’m Gonna Get Close to You" de Lisa Dal Bello, aunque ya la original tenía su encanto, a pesar de estar totalmente fuera de coordenadas metálicas. Y qué bien la trasladan los ‘Ryche a su terreno. Hasta para eso son buenos. La producción en esta ocasión, a diferencia de “The Warning", es impresionante, algo que le deben a Neil Kernon, y la banda está verdaderamente clarividente. Suenan progresivos, elegantes, sofisticados, atrevidos, pero consiguen no perder nunca su inigualable oído melódico para dar en la diana con maravillas como “Walk in the Shadows", “I Dream in Infrared”, “The Killing Words", “Surgical Strike", “London”… Puede que lleve algo de tiempo cogerle el punto, yo mismo tardé unos añitos desde que lo escuché por primera vez a mediados de los 90, pero, una vez entras aquí, nunca más volverás a salir. No hay banda (y vocalista) más elegante en el mundo del heavy metal. 

6. Crimson Glory - Crimson Glory (Par Records)

Y si de delicatessen progresivas hablamos, con el debut de Crimson Glory completamos mi tríada definitiva. Ya desde que era un crío me quedé intrigado con estos fulanos que lucían esas máscaras plateadas en las fotos promocionales y con ese pedazo de nombre… Crimson Glory... ¡Joder, qué bien suena! En cuanto los escuché, ya es que flipé. Los más puramente metálicos entre los tres grandes, Crimson Glory tenían sus raíces mucho más hundidas en el power metal americano y a veces parecían una banda de Metal Blade, pero los tíos eran muy grandes. Tan alto como volaron bien pronto, se hostiaron con su tercer álbum, “Strange and Beautiful", que tenía mucho más de extraño que de bello. Y mira que lo he intentado con ese, pero no vale ni para los Malditos. Este debut, grabado en los Morrisound Studios, es una auténtica pasada, uno de mis favoritos en la historia del heavy metal americano. Realmente sobresaliente. Desde la épica “Valhalla” hasta la siniestra “Lost Reflection” no tiene desperdicio. Poderoso, oscuro, delicado, dramático… “Crimson Glory" ofrece todo lo que puedes esperar de un álbum de heavy metal en grandes dosis y en buena parte se lo deben al impresionante despliegue vocal de Jon “Midnight" McDonald, una de las gargantas más privilegiadas que dio el estilo, aunque un tío excéntrico como él solo. Aún les alcanzaría el fuelle para otra maravilla un par de años más tarde y de la que os hablaré en el 88. Unos imprescindibles de este híbrido entre power y progresivo.

7. Metal Church - The Dark (Elektra)

Otra auténtica debilidad y es que 1986 me parece un verdadero añazo. El debut era un discazo, pero su cara B aflojaba un poquitín. “The Dark" apretaba los dientes hasta el último minuto o es que alguien se atreve a decir que “Western Alliance" no es un pepinazo. Metal Church recibían por fin algo de reconocimiento a sus muchos años de servicio (devotos desde 1980) y Elektra ponía su maquinaria al servicio de los de Seattle: Mark Dodson para una producción de categoría y gira con Metallica durante el tour de “Master of Puppets". ¿Qué podía fallar? El álbum no funcionó nada mal, sin embargo, Metal Church nunca llegaron a romper del todo. Potencial no les faltaba, ese híbrido de heavy, power y thrash metal a mí me parece irresistible, pero puede que los dejase un poco en terreno de nadie. Demasiado heavies por los amantes de lo melódico, un poco flojos para los thrashers. A mí me la sopla, “The Dark" es un pedazo de LP con una colección de temas tremenda, una portada icónica y un vocalista súper carismático, quien, por desgracia, abandonaría la banda tras su edición… aunque no es que Mike Howe fuera un mal reemplazo, precisamente. Independientemente de todo esto, “The Dark" me parece, incuestionablemente, uno de los mejores de 1986.

8. Racer X - Street Lethal (Shrapnel Records)

No creo que esta sea una elección muy popular, pero me flipan los dos primeros álbumes de Racer X. Ejemplo paradigmático de producto “made in Shrapnel", no puedo más que considerar éste como uno de los mayores aciertos de Mike Varney. Racer X caminaban sobre un delicado equilibrio entre el hard de su Los Ángeles natal, el power metal y el shred que tan de moda estaba poniendo el propio Varney con los virtuosos de su factoría. Aquí, a diferencia de otros proyectos de corte similar más estériles, todo funcionó en una alquimia perfecta. Hasta un vocalista no más que cumplidor como Jeff Martin brillaba sobre unas composiciones tan técnicas como pegadizas. Racer X fueron una banda diseñada para los 80 y conectaron a la perfección con el sentir de la época, sólo que no se hicieron famosos. Y, por encima de todo, estaba un portentoso Paul Gilbert. Un chaval que a sus, entonces, 19 añitos, ya maravillaba a propios y extraños con su depuradísima técnica. Vaya bestia y qué gustazo tenía tocando. No sería con Racer X, pero el tío acabo pegando el pelotazo con Mr. Big poco más tarde y realmente se lo merecía. ¿Te gusta el heavy metal de los 80, con estribillos pegadizos, técnica a raudales y unos solos demenciales? No hay nada mejor que esto. 

9. Slayer - Reign in Blood (Def Jam Recordings)

No os creáis que lo he tenido claro a la hora de escoger estos dos últimos, puesto que hay varias bandas que también se lo merecen (Candlemass, Manilla Road, W.A.S.P., Dark Angel…) y este par me genera ciertas dudas. No porque “Reign in Blood” no sea un discazo como la copa de un pino, pero me da la impresión de que fue uno que sobé tanto en mi adolescencia, que me ha cansado un poquito… y esto no me ha pasado con otros LP's. Y es que Slayer es una de esas bandas que ya no me vuelven tan loco como lo hacían en los 90. Por esa misma razón, desaparecerán de los top hasta 1994 y ni “South of Heaven" ni “Seasons in the Abyss" conseguirán colarse en los de sus respectivos años. De “Reign in Blood” poco se puede decir que no se haya escrito ya, es una bestialidad. Media horita de brutalidad para la historia y uno de los álbumes más trascendentales para el desarrollo del metal extremo. Se podría decir que “Seven Churches", “Reign in Blood" y, al año siguiente, “Scream Bloody Gore" definieron lo que sería el death metal. Por su peso específico, es un álbum que debe estar en esta lista, aunque confieso que no recurro a él ni por asomo como 25 años atrás. Hoy siento una clara preferencia personal por “Hell Awaits" e incluso “Show No Mercy", pero eso no le resta ni un ápice de mérito a uno de los trabajos más violentos de todos los tiempos, por mucho que luego se hayan grabado otros más rápidos o extremos.

10. Judas Priest - Turbo (CBS)

Álbum controvertido como el que más, también dudé si meter otros en su lugar, pero, si tengo que decidir cual he escuchado más de todas esas opciones, la cosa se decanta claramente a favor de “Turbo". Judas Priest movían su base de operaciones a los EEUU a mediados de los 80 y esa influencia se percibe claramente en estas nueve canciones. Quién diga que este LP no suena a glam metal, hard americano o como queráis llamarlo, es que no ha escuchado nunca esas bandas yankees de los 80 o que quiere negar la evidencia. Concretamente, aquí veo con claridad meridiana la influencia de Ratt y su “Out of the Cellar", una banda, a su vez, con mucha influencia de los propios Priest. Sin embargo, y en contra de la opinión de algunos seguidores de la banda, “Turbo" es un discazo. Igual que lo era “Somewhere in Time", que tampoco se libró de recibir palos en su día. Aquí el cambio es más profundo que en Maiden y atrás queda buena parte de la agresividad tradicional de la banda, pero con temazos como “Turbo Lover", “Out in the Cold", “Locked In", “Reckless"... a quién cojones le importa. Y, sinceramente, no se puede decir que canciones como “Rock Hard, Ride Free", que tranquilamente podría estar en este LP, no apuntaran un poco en esta dirección. Con los años, creo que es otro de esos álbumes que se han acabado colocando en el lugar que les correspondía. 

Y esto ha sido todo. Me he dejado fuera varios que me flipan: “Darkness Descends", “Epicus Doomicus Metallicus", “The Deluge", “Inside the Electric Circus", “Doomsday for the Deceiver”, “Trilogy", “Fatal Portrait", “One Foot in Hell”, “The Curse", “Menace to Society", “Ruler of the Wasteland", “Pleasure to Kill", “Metalized", “True as Steel", "Of the Sun + Moon", "Project: Driver", "The Curse"… pfffff, lo raro en esta época era que no salieran discazos cada día del año. La peña estaba sembrada y las obras maestras salían de debajo de las piedras, pero si no, tampoco os dejaría espacio para opinar vosotros y, si me pongo, hago un top 100. Aquí os queda otro gran año de heavy metal y no será el último... ¡Hasta la próxima!