jueves, 19 de enero de 2023

Skyclad - The Wayward Sons of Mother Earth (1991 Noise Records)


1. Sky Beneath My Feet (5:41)
2. Trance Dance (a Dreamtime Walkabout) (5:29)
3. A Minute's Piece (1:10)
4. The Widdershins Jig (3:40)
5. Our Dying Island (7:07)
6. Intro: Pagan Man (1:00)
7. The Cradle Will Fall (6:26)
8. Skyclad (5:01)
9. Moongleam and Meadowsweet (4:35)
10. Terminus (6:38)

Afronto esta reseña como una especie de deuda personal con este álbum, en particular, y con esta banda, en general, ya que no pude ver lo que realmente había aquí en su día. Supe de ellos en su momento de mayor popularidad, se podría decir, a mediados de los 90, con la edición de trabajos como “Prince of the Poverty Line" y “The Silent Whales of Lunar Sea". Nada amigo yo de bailes y demás tonadillas folclóricas, no fui quien de ver mucho más que unos Mägo de Oz, versión británica y con más dignidad intelectual, pero no lo suficiente para captar mi interés en aquella época. Poco sabía yo de Sabbat o Satanmediados de los 90, más allá de su existencia, y pronto enterré a Skyclad en un lugar recóndito al que tardé mucho en volver. Un par de años más tarde, caería en mis manos un escasamente interesante “Old Rope" que tampoco hizo mucho por cambiar mi idea original. La presencia de “The Widdershins Jig" y una versión en directo de la homónima “Skyclad” no consiguieron sacarme de mi error y finalmente los di por imposibles hasta hace apenas un par de años. 

Y ahí fue donde entraron de nuevo en juego Satan y Sabbat. Habiendo ambos crecido de forma exponencial en mi orden de prioridades durante la última década, no podía creer que algo salido de las mismas mentes pudiera ser un absoluto despojo de excrementos malolientes. Así que, con una pinza cubriendo mi notorio apéndice nasal, me dispuse a darles una nueva oportunidad, 20 años después de haberlos desechado “definitivamente". Cómo es lógico, comencé por aquí, el lugar más próximo a lo que a mí me resultaba familiar. En el fondo, el recuerdo de la doble S (Satan/Sabbat) andaba muy cerca y no hacía ni un año que Pariah habían entrado en desbandada y que Walkyer abandonaba la nave nodriza. Algo de ello tenía que quedar por aquí... 

No sé qué cojones me taponaba a mí los oídos 25 años atrás para no saber verlo. Recordaba, en primer lugar, que los temas de estos primigenios Skyclad sonaban regular tirando a mal... seré gilipollas. “The Wayward Sons of Mother Earth" suena de cojones. Con total seguridad, a mediados de los 90 yo carecía de mi entrenamiento auditivo actual, pero de ahí a decir que esto suena mal... Más bien todo lo contrario, el trabajo técnico de Kevin Ridley (futuro guitarrista y vocalista de la banda, por cierto) es verdaderamente excelente. Nada que envidiar a lo que podía hacer un Andy Sneap por aquellos tiempos. Es más, suena bastante mejor que “Mourning Has Broken", editado sólo seis meses antes. Y es que, no lo olvidemos, Steve Ramsey, Graeme English y Martin Walkyer de tontos no tienen un pelo. Con potencia, cuerpo, nitidez y un puntito justo de crudeza, retiene buena parte de la sequedad thrash de Pariah y Sabbat, con algo de calidez heavymetalera. Lo veo con un equilibrio bastante logrado entre el heavy más tradicional de corte británico y aquel thrash tan áspero de la Noise a finales de los 80.

Musicalmente, Skyclad todavía se encontraban aquí en el período de tanteo y no se lanzaban de lleno a la piscina folk. En gran medida, “The Wayward Sons of Mother Earth" es un álbum de thrash metal. Bastante controlado, de buen nivel instrumental, como cabe esperar de músicos consumados como estos y con una trayectoria ya dilatada a estas alturas, que no da muestras muy claras del sonido que los haría populares, salvo en la mencionada “Widdershins Jig" y, quizás, en “Moongleam and Meadowsweet". La primera es la que menos me gusta de todas (la segunda me gusta más), aunque comprendo que resulte la más familiar para sus seguidores. Al menos, aquí es donde pueden reconocer con más claridad el futuro sonido de la banda. Su talante es marcadamente folklórico y es la única en la que domina ese violín que luego se convertiría en una de sus señas de identidad más evidentes. Sólo que a mí el folk metal no me atrae lo más mínimo. Tengo que decir que, en un sólo tema, tampoco me trastorna especialmente. Lo que tengo claro es que, siendo esta canción mi primera exposición a los Skyclad iniciales en su día, comprendo porqué no les hice mucho caso. 

No, precisamente lo que me atrae de “The Wayward Sons of Mother Earth" es su carácter de rareza en la trayectoria de Skyclad. El mero hecho de que no suene como sus trabajos posteriores, por mucho que sí comparta cierta identidad en común... básicamente por la voz de Martin Walkyer. Insisto, “The Wayward Sons of Mother Earth" es, en su mayor parte, un álbum de thrash metal. Ciertamente comedido y bajo control, si se quiere, pero no se me ocurre otra descripción más acertada para “Sky Beneath My Feet", “Trance Dance (A Dreamtime Walkabout)”, “Skyclad”..., canciones furiosas, rápidas, precisas, agresivas... Nada muy lejos de lo que se podría esperar de un álbum de thrash metal europeo en 1991. Hasta los más bestias del lugar como Sodom y Kreator venían de esfuerzos maduros como “Agent Orange” y “Coma of Souls", por lo que no percibo yo mucha menos bilis escupida por estos cuatro en su álbum de debut. Vale que las letras poco de thrash tienen, pero tampoco las de Sabbat. No veo yo esta lírica de Walkyer ni remotamente lejos de “Dreamweaver". Y es cierto que se nota un tufillo pagano impregnándolo todo, pero tampoco lo es menos que era parte del encanto singular de Sabbat. Y, de nuevo, aunque me repita, nunca se dejan llevar por el espíritu trovadoresco más allá de “The Widdershins Jig"... y la jodía, a base de escucharla, hasta me ha acabado gustando. 

Por tanto, en términos generales, “The Wayward Sons of Mother Earth" es un cojonudísimo álbum de thrash, con mucha raíz heavy (no olvidemos de que hay dos “Satan" por aquí y eso pesa) y un barniz pagano bastante superficial. Llego a añorar la dualidad Ramsey/Tippins en esta nueva etapa, pero no se puede decir en ningún momento que Steve Ramsey haya descuidado esas labores de las que tan minuciosamente se encarga aquí en solitario... y bien pronto se buscó un aliado en Dave Pugh para el también recomendable, aunque no tanto, “A Burnt Offering for the Bone Idol". En la cojonuda “Our Dying Island” ni le echo de menos un compañero...

Si en alguna suenan particularmente inspirados es en la impresionante “Cradle Will Fall" que, sin mucho miramiento, me atrevo a proclamar como uno de los mejores temas del thrash europeo de principios de los 90 y presenta a Martin Walkyer brillando como en sus mejores tiempos en Sabbat con su britanica y poética versión de Tom G. Warrior. Sin ser un tío con unas aptitudes excepcionales, me parece uno de los vocalistas más singulares del metal británico, a lo que se suma su extraordinaria habilidad para lanzar un mensaje con un nivel de erudición muy superior a la media. Un tipo realmente interesante este... 

Por todo, hace un par de años me vi forzado a enmendar mi error inicial y hacerme con esta dupla de trabajos que tan oportunamente nos hizo llegar Noise Records allá por principios de los 90. Y ahora que tengo la oportunidad de darle un poco publicidad a través de esta humilde plataforma, hacer cierta justicia con un álbum que considero relativamente olvidado y hasta ignorado dentro de la trayectoria de la banda. Como en todo divorcio, pongo en una balanza aquello de lo que fueron capaces los antiguos aliados ahora por separado y, en esta particular contienda, me decanto claramente por Martin Walkyer, habida cuenta del monumental fracaso que supuso el “Mourning Has Broken” de sus ex-compañeros. Así que, ya sabéis, aquellos que hayáis sentido alguna vez curiosidad por esta gente y no seáis mucho de gaitas y bailes regionales, este es el lugar adecuado para probar con ellos. Y, si os gustan Satan y Sabbat, ya ni os cuento... Por cierto, ¿soy sólo yo, o esa portada está chulísima?

8,5/10

8 comentarios:

  1. A mi no me gusta demasiado el folk metal, este disco tiene pinceladas folk, pero tampoco se diría que es folk metal totalmente. Al principio me ha parecido un truño, pero creo que tiene suficiente calidad como para captar mi atención después de tantos años de escuchas. Se parece mucho a Sabbat, sobre todo el cantante, ¿no es el mismo?
    Decirte que últimamente no escribo mucho pero os leo prácticamente todos los días, tanto lo que poneis aquí como en el portal aunque allí poco se escribe la verdad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, de folk metal, poco tiene este álbum. Hay dos temas en los que tiene una presencia dominante, que son The Widdershins Jig y Moongleam and Meadowsweet, pero por todo lo demás es un trabajo de base thrashmetalera, con algo de melodía y un residuo fuerte heavy. Y sí, claro que el cantante es el mismo, el vocalista es Martin Walkyer, ex-cantante de Sabbat. Skyclad irían abandonando progresivamente este lado agresivo y convirtiéndose en una banda de folk metal, por lo que a mí poco me interesan más allá del segundo álbum, A Burt Offering for the Bone Idol.

      Eliminar
  2. Es increíble que músicos de Satan y demás sagas, hayan encontrado su “acomodo, su zona de confort” en una Banda de Folk Metal, casi que te matas de la risa, aunque aquí, todavía suenan como el más poderoso de los truenos. El veneno que Steve Ramsey traía de Satan tiene total presencia, está intacto. No extraño para nada a su compañero de aventuras en Satan, Pariah y Blind Fury a la hora de trabajar los furiosos Riffs y Solos que te encuentras aquí, esa cadencia metalera, que tanto sabe hacer. Un Disco Heavy-Thrash, mezcla mortal, delicia para nosotros los metaleros. Otro ex Satan en el Bajo, como para terminar de romperlo todo y un Baterista acojonante, de esos que persiguen el riffeo, te dan una sección rítmica de alto nivel, todo esto rematado por la candente e insultante voz de Martin Walkyer . A excepción de dos canciones, este trabajo no tiene nada de Folk, es pura candela, digamos 95% de Heavy-Thrash y 5% de Folk. Como en la canción de apertura, el Violín lo que hizo fue convocar la Guitarra y lo desaparece, no del todo, solo tiene apariciones puntuales.
    Mago de Oz seguro que escucharon este Disco, especialmente Widdershins Jig, trabajando con este estilo a partir, específicamente, del Jesús de Chamberí cinco años después del debut de Skyclad, el debut de Mago no mostraba claramente la dirección que tomarían después.
    Gracias por el descubrimiento Witch, en El Portal leí algo sobre Skyclad, pero al saber de que estaban en la línea del Folk Metal, no me llamaron la atención y eso que fui fan de Mago de Oz un tiempo, del segundo, tercero y cuarto Disco, especialmente del segundo, al que vuelvo muy de vez en cuando, me llamo la atención el uso del Violín y las melodías Celtas, me pareció novedoso en su momento, pero hasta allí.
    Comparto la nota, un fácil y cómodo 8,5.
    Un Saludo



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y, como tú, la inmensa mayoría de los que hayan entrado en contacto con Skyclad, más aún si, como yo, se engancharon a esto en los 90. Es que es imposible disociar a Skyclad del fenómeno folk/pagan metal porque son en buena medida ellos los que lo inician y fijan sus bases. A mí lo que me ha pasado es que, en los últimos años, siendo consciente de lo grandes que son, Satan por un lado y Sabbat por el otro, me parecía increíble que no tuvieran nada interesante. Y lo más sencillo era empezar por lo que estaba más cerca de Pariah y Sabbat, este debut. Te diré que lo que encontré es bastante aproximado a lo que esperaba, un sonido no muy diferente del de Pariah y Sabbat, con algo más de heavy metal y un poco de folk, afortunadamente, en pequeñas dosis, ya que a mí me cansa mucho y aquí lo veo muy bien administrado. El segundo, que reseñaré próximamente en el Portal, tampoco está nada mal, pero me quedo con este por un estrecho margen. Me alegro otra vez de haberte descubierto algo interesante, RockS, para eso estamos. Un abrazo.

      Eliminar
  3. ¡¡Skyclad con el disco menos Skyclad!! Sorpresas te da el Dictador, es entendible que sea este y no lo que fueron pariendo después.
    Sí, Witch, la portada es bonita con su toque tribal, dentro hay buenos músicos que vienen a desnudarse por los dioses paganos, por los antiguos ritos y por la fusión y el misticismo, lo oculto. Era raro. En aquel año 1991 esto era un bicho. Ahora esa mezcla folk nos parecería tímida. Como disco es una continuación logica a Sabbat, ya había un componente "pagano" en aquellos y se materializa en Skyclad cuyo nombre iba dirigido a los dioses olvidados y perseguidos, ese Skyclad se refiere a la desnudez ritual en ciertas ceremonias y no precisamente cristianas. La entrada del componente folk, la viejas canciones surgidas de las tierras brumosas, toda esa película de hombres y mujeres surgidos de la naturaleza tocando la flauta o el violín en cueros debió de aparecer en la mente de estos hijos de Satan y decidieron hacerle hueco entre sus riffs, baquetazos y voz de aguardiente. Plantaron una semilla con atrevimiento y contra todo pronóstico, creció y dio de comer a muchos otros con menos talento y menos ingenio. Desde mediados de los 90 llegaron las mezcolanzas y los subgéneros nos invadieron, uno de ellos fue este folk metal gracias a estos tipos.
    "The Wayward Sons of Mother Earth" es un disco de heavy potente, con riffs que huelen a thrash y otras veces son más melódicos. El violin y el toque folk es tenue o inexistente salvo en la mencionada "Widdershins Jig" y algo menos en “Moongleam and Meadowsweet". La voz de Martin Walkyier es ruda, batalladora con poca melodía y es algo que iría también cambiando en el futuro, lástima porque aquí sigue sonando como me gusta. Todavía hay mucho de pasado, ahí están mis favoritas del disco "Sky Beneath My Feet" o "Our Dying Island" que es una canción cañera cortada a la mitad por el violín, están probando el nuevo estilo y lo paran todo para hacerle hueco, luego con los trabajos esto estará más integrado y también el violín lo salpica todo pero aquí estamos en el primer paso.
    Para mí tiene elementos muy claros de heavy potente que me gusta pero no tengo tan claro que el folk y alguna balada me calen hondo, supongo que es cuestión de apreciaciones y gustos, me he comido muchas mierdas power fantasiosas, sinfónico petardas y heavy simplonas pero el pagan y el folk los prefiero por separado con algunas excepciones, este disquito estaría entre ellas, algo de Ensiferum, Bathory y uno de Amorphis que no recuerdo y por algo será.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y por eso me gusta a mí, Burn, precisamente porque es su álbum menos Skyclad y el que más recuerda al lugar del que venían. Yo este disco lo veo en buena medida como una continuación más elegante y refinada de lo que estaban haciendo Sabbat. Algo más poético, más controlado y quizás domesticado. Es un paso evolutivo claro hacia algo, pero aún retiene muchas credenciales metaleras y eso me gusta. Yo, los tintes paganos sutiles, los llevo muy bien y hasta me pueden atraer. Me gustan bandas como Primordial, Kampfar, Bathory o los primeros Enslaved que teñían su metal con pinceladas folk, pero aún no comprometían sus ideales primigenios. Justo en esa tesitura meto a estos primeros Skyclad, aunque más vinculados al heavy metal que todos estos y es algo que ignoraba, o no quise ver, hasta hace relativamente poco. También lo comentaba por ahí, conforme Skyclad evolucionan, pierdo el interés en ellos. A más folk y menos metal, yo ya no encuentro donde agarrarme, así me quedo única y exclusivamente con este álbum y con el siguiente. Sinceramente, que esos ornamentos paganos aparezcan en un par de canciones tampoco llega a complicarme la experiencia.

      Yo también tuve una breve etapa, como dices tú, power fantasiosa a finales de los 90, como casi todos los que pasamos de 40, creo yo. Claro, era raro al que no le gustaban Blind Guardian en la época de Imaginations from the other Side y justo detrás de ellos llegaron aquellos Rhapsody, HammerFall, Angra, Edguy... Creo que caso todos caímos un poco en esa red en su día. En mi caso fue algo muy efímero y pronto lo superé. Nunca he sentido la necesidad de recuperar esas historias, más allá de Blind Guardian, obviamente, y en momentos muy puntuales. Hoy en día creo que el único mérito que les puedo atribuir fue el de revitalizar en cierta medida el heavy metal tradicional, que estaba más que muerto en la segunda mitad de los 90.

      Eliminar
    2. Yo no renuncio a aquella época, renuncio a algunas bandas que no aportaban gran cosas y que entonces por falta de experiencia entraban en mi saco. Salvaría a grupos de entonces, los primeros Gamma Ray, los Helloween de Deris, Blind Guardian, Stratovarius que supieron virar al progresivo, Angra... No todos los discos porque algunos meaban fuera del tiesto, hubo auténticos mierdones pero se pueden salvar unos cuantos.
      Les admito el mantener la llama e incluso haber hecho algunos buenos discos. Creo que ahí no estaremos de acuerdo.

      Eliminar
    3. Pues a mí Scrotovarius, colega, se me hacen especialmente insoportables, sobre todo por la voz de Kotipelto, que me horroriza. Ese tono de inhalador de helio me resulta particularmente desagradable, como si se estuviera quedando todo el rato sin aire. Y por lo que he visto en vídeos, en directo es todavía peor. Luego, pues cosillas de forma puntual, aún bueno. Master of the Rings y The Time of the Oath de Helloween, alguno de los primeros de Gamma Ray, los de Blind Guardian hasta Imaginations from the Other Side, los de Grave Digger a partir de la reunión (hasta Knights of the Cross)... No es, en general un sonido que me atraiga mucho y lo tengo muy asociado con esa etapa. Es lo que te decía, siento muy poca necesidad de volver a escuchar esas bandas de los 90. Si algún mérito les reconozco, fue fundamentalmente el de aguantar el tirón y favorecer el retorno del heavy más tradicional a partir de los 2000.

      Eliminar