Dead End - Ghost of Romance (1987 Invitation)

 

1. Danse Macabre (04:34)

2. The Damned Thing (04:59)

3. Phamton Nation (04:52)

4. The Godsend (05:51)

5. Decoy (04:09)

6. The Red Moon Calls Insanity (05:05)

7. Dead Man´s Rock (04:36)

8. Skeleton Circus (04:42)

9. Song of a Lunatic (06:12)

Aquella mega ola asesina de los Tsunami que nos había dejado en las costas de la bahía de San Francisco, ahora nos transporta a otra zona del planeta. Concretamente, a las aguas del océano pacífico que bañan a la bahía de Tokio, donde nos esperan unos nipones llamados Dead End, con su segundo disco del 87, llamado "Ghost of Romance". Pues sí, adorables amiguitos, parece que entre japoneses va a andar la cosa. Ahora sí que vamos a hablar de una agrupación donde todos sus componentes son nipones, sin excepción. Va a ser la primera reseña que afronte sobre una banda puramente nipona y, de una escena, la japonesa, que tengo que reconocer que no soy muy seguidor. Nunca la cultivé como se merecía por algún motivo. Parece que siempre tenemos (o más bien tengo) como una barrera psicológica que nos impide disfrutar del metal japonés. Como si no conectáramos mucho con esa cultura, sus pintas, su aspecto físico o yo que sé, alguna barrera mental autoimpuesta y siempre acabamos pinchando y abrazando a las bandas occidentales.  De esas tierras me vienen a la cabeza los colosos Loudness, los titanes, Anthem o X-Japan, pero poco más. Por alguna razón el "japanese metal" nunca llegó a despertar en mí una gran curiosidad, más allá de los grupos que os acabo de nombrar. Formados en algún momento del 84, en la capital de Japón, estos cuatro samuráis de Dean End iban a ser una de las pocas bandas niponas que conseguirían tener en los 80's cierta repercusión en los States (con permiso, claro está, de los Loudness, que lo conseguirían unos años antes), llegando a salir en el mítico programa de la MTV "Headbangers Ball", aunque nunca entrarían en listas como si lo hicieron los de Osaka. Se podría decir que fueron más famosos fuera de sus fronteras que en su tierra natal (suele pasar), aunque también allí fueron una influencia notable para el movimiento del "Visual Kei", que siempre los citan como referentes y que tuvo su apogeo durante esa década y primeros noventa. Para que os hagáis una idea para el que no sepa de que va esto del "Visual Kei", viene siendo como una corriente parecida a lo que era el glam americano, con mucho uso de maquillaje, peinados desorbitados muy elaborados, vestimentas muy llamativas y los músicos con un aspecto muchas veces andrógino (vamos, tíos que parecen tías), pero más teatral, excéntrico y estrambótico, pero todo hecho con gusto y elegancia. A diferencia del glam estadounidense, este movimiento japonés englobaba más estilos que el puramente heavy, también picaban del pop, la música electrónica y demás estilos, siendo un movimiento muy variado y heterogéneo.

Dicho esto, ya os aviso que esta banda no es el típico grupo de heavy/hard al uso, facilón, de enchufar y machacar de sabor estadounidense. Tendrán esa influencia bien marcada, pero aquí hay más cositas: mucha finura, sensibilidad y elegancia. Ni tampoco un combo puro de "Visual Kei". Beberán de todo eso, pero lo llevarán a su terreno, siempre yendo a su rollo y labrando su propio camino con cada disco, a cada cuál más distinto e irreverente. Digamos, que eran los más "raros" y especiales de toda la escena heavy nipona. De ahí que prácticamente nadie los cite como referentes del heavy venido de Asia Oriental.   Aparte de su gran nivel técnico e instrumental, con cierta elaboración en la composición de sus temas. A diferencia de sus paisanos y titanes Loudness (referentes inevitables), estos Dead End van a ser más atrevidos y heterodoxos, con un cierto poso gótico que se reflejará a lo largo de todo el álbum, especialmente en algunos temas del trabajo. Ejemplo de que en tierras niponas había buenas bandas con inquietudes y clase, que también sabían hacer buen heavy metal, y no sólo copiar todo lo que venía del país del McDonald´s. Fue el año donde los Guns and Roses iban a sacudir el mundo con el millonario "Appetite for Destruction" y sólo tres meses después estos tokiotas de Dead End iban a editar su segundo lanzamiento en forma de Lp. La competencia desde las tierras del Tío Sam iba a ser brutal, pero estos Dead End no se iban a arrugar e iban a presentar a todo el planeta "Ghost of Romance". Demostrando que desde Japón, también tenían cosas que decir en esto del heavy metal.

Enchufo a la corriente el equipo y empieza a sonar "Danse Macabre" (como el tema de los Ghost) y supongo que vais a decir que el vocalista canta algo raro. Ya, es que mezcla japonés con inglés (así ocurrirá en todos los temas). Algunas estrofas están en nipón y otras en el idioma de Shakespeare, alternando estribillos en ambas lenguas. Este detalle puede que a alguno le suponga un escollo infranqueable que le haga desistir de la escucha y hacerse un harakiri musical (recordad que los Loudness también lo hacían). No cometáis ese error, colegas, y dejad que estos Dead End derriben alguna frontera arcaica que todavía perdura en vuestras mentes. No os sintáis como unos frikis y permitid que el CD siga girando porque os aguardan nueve momentos de placer a modo de canciones que seguro que pasarán a engrosar vuestra extensa colección de discos ochenteros de heavy metal. Un redoble de batería perfectamente ejecutado abre el tema. Pulcritud y calidad japonesa sobre la mesa. Perfecta ejecución y producción de categoría. Santo y seña de las bandas del "Sol naciente". Todos ellos unos musicazos como la copa de un bonsái. La base rítmica con un pegada brutal. Cómo suena ese bajo, sus cuatro cuerdas laten, dando mucha consistencia y densidad al sonido, con una exhibición de su guitarrista llamado Yuji Adachi, conocido por el apodo de "You" y que será uno de los principales compositores y cerebro de la banda. De estilo muy neoclásico, de clara inspiración del genial Yngwie Malmsteen, su manera de acentuar las notas, marcando ese vibrato en los riffs, os quedará grabado en vuestro lóbulo temporal. Desgraciadamente , este buen hacha tendría un triste final, que os lo reservo para contar más abajo, para que no os pongáis tristones y sigáis pinchando piezas de este Lp. "The Damned Thing" y "Phantom Nation" seguirán la buena senda iniciada con su primer corte, especialmente la segunda, con una sección de solos impresionante, hasta que llegamos a las dos sorpresas del álbum: "The Godsend" y "Decoy". Cuando más arriba os comentaba lo del rollo gótico que se llevaban estos tipos, aquí lo vais a ver claro. La primera, con ese inicio etéreo y tribal, es como si estos tíos se cruzaran con los Joy Division y The Cure, y lo plasmaran en su música, mezclándola con el hard rock de corte japo. Parece que aparte de los USA, también picaban del post-punk y el dark wave británico. Esos ritmos de timbales que suenan al principio y los arreglos de teclado nos delatan sus intenciones. Estos Dean End tenían un cierto gustillo por lo siniestro y macabro, un halo oscuro que planeará por todo el trabajo, lo que les dará un toque muy personal y diferenciador de sus otros compatriotas y compañeros de estilo. Hasta la portada también es buen ejemplo de esto que os digo. Hecha por un paisano de ellos, donde sale una cara fría y distante, incrustada en una especie de columna, dentro de un templo que parece una nave alienígena, no puedo quitarme la imagen de las pelis de Alien y los diseños del genial H.R. Giger.

Con la de "Decoy" no hacen más que corroborar esto que os digo. Este tema no salía en la edición original en vinilo, siendo rescatada para la edición en CD, que es la que os estoy reseñando aquí. Un corte que me recuerda a los The Cult de su primer largo "Dreamtime". Dos temas que denotan que estos Dean End estaban en constante evolución y cultivaban muchos estilos, yendo un poquito más allá que del típico heavy metal, aunque ese estilo iba a ser lo que más predomine en el disco. A pesar de la competencia atroz que venía de los States, con pepinazos como el mencionado "Appetite of Destruction", de Axl Rose y compañía, también estaban los Whitesnake con su disco homónimo, vendiendo millones. Los Dokken igual, con su "Back For the Attack", y Def Leppard desde las islas con "Hysteria". Nuestros Dead End conseguirían colarse en el puesto 14  de la lista de éxitos "Oricon", japonesa, que viene siendo como el Billboard estadounidense. Presentándose rápidamente a sus puertas los del sello Metal Blade para ficharlos, oliendo que aquí había una banda con potencial y calidad. Discográfica que por aquel entonces tenía un ojo brutal para las bandas. Donde ponían sus manos, discazos que salían. Hasta los de la revista Kerrang! se hicieron eco del disco, destacando el buen trabajo de la banda. Todo parecía ir para arriba, y la cosa pintaba bien, pero algo se iba a truncar que iba a dar al traste con estos Dean End.

Supongo que a nadie se le habrá ocurrido desenfuchar de  la corriente el equipo porque todavía nos quedan muchos momentos de calidad por sentir, donde iban a volver las hachas de nuevo, a máxima potencia y a tope de volumen. Después de cerrar la primera parte con dos cortes algo bizarros y experimentales, para la segunda vuelta, volverían al heavy/hard potente del inicio. Se dejarían de extravagancias y experimentos musicales para retomar  ese sonido made in USA, con inspiradísimos riffs, llenos de vibrato, marca de su guitarrista "You"  y con ese toque  que tenían las bandas de heavy japonesas y, en especial, el vocalista de estos Dean End, Motoyoki Ohtsuka, alias "Morrie" que junto con el guitarra iban a ser los dos cerebros pensantes de la banda. Este tipo tenía un registro muy peculiar a la hora de cantar, mezcla de tenor y barítono. Como un cruce de cantante de rock y heavy. Lo habréis notado en los anteriores cortes y lo seguirá haciendo en los siguientes. Cantante muy especial y carismático en directo. Fue muy recordado por sus peinados y las ropas tan estrafalarias con las que salía en vivo, de ahí de que fueran mencionados por influenciar el movimiento "Visual kei". El tipo siempre dijo que Ronnie James Dio fuera una gran influencia para él, y algo de eso parece que se nota, y si no fijaros en las dos siguientes que abren la cara B. "The Red Moon Calls Insanity" un medio tiempo con un bajo arrollador y unos coros finales muy logrados,  y "Dead Man´s Rock", más rockera y canalla, de esas para salir con la camisa desabrochada y un pitillo en la boca. Especialmente dónde se aprecia el sello de Dio será en las partes más graves y agresivas. Es una pasada ver como modula la voz y la contorsiona, cambiando de tono constantemente. Sin duda, junto con el tal "You", los dos fulanos más carismáticos de estos Dean End.

"Skeleton Circus", puede que sea una de las mejores para este servidor, hasta el título suena grandioso. Este tema es uno de los  más especiales, con unas melodías y armonías de guitarra de infarto. Aquí sí que hacen un guiño muy claro al irrepetible Dio (fijaros al final como repiten "Cry Out" varias veces, cosa que hacía mucho el genial Elfo). Una de las más heavies y directas del disco. De las que más me ponen, donde frenan un poco el ritmo a la altura del puente, para explotar seguidamente el guitarra con un solaco memorable, de esos que hacen afición. Sin duda, tema de los importantes y que deja huella del disco.

Cierran el álbum a lo grande y con una de las más épicas del disco, ya sólo por el título te das cuenta de que te espera un temazo para poner punto final; "Song of a Lunatic" (Canción de un lunático) donde condensan todas sus influencias en un sólo tema: Heavy, rock gótico, sinfónico o prog están aquí concentrados. Hasta el bajista que parece que no destacaba, aquí lo hace, y de qué manera!, muchachos.  El tema va ganando y subiendo en intensidad poco a poco hasta que todo se fusiona y explota. Una pieza exquisita llena de pasión e intensidad, que reserva una sorpresa si esperáis a que finalicen los seis minutos que dura. No en vano, este tema, era uno de los preferidos de la banda, que siempre lo mencionaban como uno de los mejores.

Leí en algún sitio que consideraban este disco como uno de los mejores álbumes de heavy metal japonés de los 80´s. Yo me lo creo, y vosotros si le dais una oportunidad, también. El álbum es sólido, sin fisuras, vanguardista y sigue funcionando hoy en día, sonando moderno y clásico a la vez. Para el año 88 volvieron a la carga con otro buenísimo (que espero reseñar) "Shámbara", hasta que en el 89 la multinacional BMG en su filial japonesa los fichó, y se fueron a Londres a grabar su siguiente trabajo "Zero" que saldría ese mismo año, pero la cosa no funcionó como pensaban. A pesar de que el disco tenía calidad, habían suavizado su sonido y la repercusión que tuvo no fue la esperada. El batería y el bajista se largaron y la banda quedó en un limbo sin aclarar nunca su estado. Como las desgracias nunca vienen solas, como os comenté más arriba, su buen y virtuoso guitarrista "You" fallecería en 2020 después de que la banda se volviera a juntar solo unos años antes.

Hacía tiempo que no le cascaba a un disco un 8.5 como una casa. Rotundo y sin contemplaciones. Este "Ghost of Romance" se lo merece. Vamos, un clásico absoluto que corta cabezas como las katanas de las tierras de los samuráis. Estos Dean End quedaron siempre a la sombra de otros más famosos, pero igual de buenos o más que ellos. Su país de procedencia, las barreras idiomáticas y los prejuicios occidentales, dieron al traste con su carrera. Hoy aquí en "El Dictador Digital" doy sentido homenaje a esta banda y aprovecho para dedicar la reseña a su guitarrista, tristemente fallecido en el 2020 cuando tan sólo tenía 56 años. Yuji Adachi "You" (DEP), como se suele decir: VA POR USTEDES!!!! (Sore wa anata no tame ni ikimasu).

8.5/10