Dyoxen - First Among Equals (1989 Cargo Records)

1. First Among Equals (06:47)
2. The Essence of Ignorance (04:36)
3. Citizen Soldier (04:04)
4. Holocaust (Fall in Grace) (03:04)
5. Abuse (01:44)
6. Overcome (05:19)
7. Foot from the Edge (03:14)
8. Sooner than You Think (03:11)
9. Contaminated (04:46)

Siempre que descubro un buen disco de Thrash me invade un sentimiento de nostalgia. Nostalgia por un género que fue muy grande y que el tiempo a pesar de todo no ha podido destruir. El Thrash Metal, posiblemente sea de los subgéneros del metal que más ha resistido los vaivenes de las modas. Herido de muerte en los 90´s, aguantó la estocada y hoy en día sigue vigente, con multitud de bandas cultivando su sonido. Se podría decir que es indestructible. Igual que el espíritu que nos lleva a juntarnos aquí en "El Dictador Digital". Ojeando las portadas de ese estilo me pasaba tardes enteras, ilustraciones creadas por gente del calibre de  Don Brautigam, Michael Whelan o Andreas Marschall, algunas donde salían unas manos a cada lado sobre un campo sembrado de cruces, en otras, una mascota cadavérica, vestida de traje, apoyada sobre un letrero, donde podías leer el texto "For Sale". Así echaba horas y horas, escuchando el sonido de esos álbumes que emanaban de una cinta grabada de la marca "Maxell", después vendrían las famosas "TDK" o "Sony" . Algunas veces, si había suerte y algunas monedas, mientras los carretes de la cinta hacían su trabajo, observaba la carpeta original, tumbado en el suelo con la cabeza apoyada en un cojín, me quedaba flipado con aquellas pintas que tenían los fulanos, tratando  de descubrir que marca de guitarras utilizaban.

Supongo que a estos cuatro chavales de Ontario, Canadá, les pasaría igual. Dos de ellos estudiaban en el mismo instituto y ahí, en algún momento de 1985, surgió la idea de montar una banda de Thrash Metal y quizás, algún día, llegar a salir en esas portadas que tantas tardes se pasaban mirando y que colgaban de su local de ensayo, algunas de ellas desgastadas y descoloridas por la humedad que se filtraba por algún recoveco del local y que ya apenas dejaba distinguir de qué grupos se trataban. Con dificultad, y fijándote unos minutos, podías barruntar unas letras, como las iniciales de "Mega", y la cabeza como de un cráneo metálico, con remaches y colgando de las orejas una especie de cadenas, que parecían apuntar a la portada del "Peace Sells..." de los Megadeth, y en la otra esquina, llena de polvo y con alguna tela de araña que casi tapaba toda la imagen, el poster de un tío portando un micro y con una gorra, lo que me hace pensar en el bueno de Joey Belladonna de los Anthrax. (durante la escucha del disco, mis sospechas se confirmarían).

Michael Scott, vocalista y guitarrista junto con el batería, Derek Rothwell (de raza negra y de los pocos baterías de color que tocaban Thrash de aquella), y el bajista Steve Sinclair (DEP) pusieron en marcha esta historia, enrolando para la causa a otro guitarra, Bret Stacy y a otro cuatro cuerdas que sería el que se encargaría de grabar el bajo en el disco, Andy Morton. Todos unos pipiolos de la ciudad canadiense de London, sin experiencia en esto de las grabaciones, pero que ya apuntaban maneras y una madurez poco común en esas edades. Se pusieron de nombre -Dyoxen- (parece la marca de un detergente) y se financiaron ellos mismos un par de maquetas con las que consiguieron llamar la atención del sello Cargo Records, también canadiense, que quedó prendado con la destreza y habilidades que mostraban estos tipos y se decidió a editarles su primer disco, "First Among Equals", grabado enteramente en Montreal (Canadá), con la ayuda a los controles de un tal Mike Amstadt, que ya había trabajado con bandas como Voivod y con los americanos Sanctuary. 

Finalmente, en 1989 sale a la venta el disco y, aunque ya era un año un poco tardío (bastante diría yo) para debutar (al año siguiente empezaría el declive del estilo), durante esos 12 meses todavía iban a salir grandes trabajos del género. Se puede decir que dentro del Thrash metal iba a ser un época bastante buena. Por el lado USA, bandas como Testament, Exodus, Metal Church u OverKill, iban a sacar grandes discos, y qué decir de los brasileños Sepultura que en el mes de abril iban a sacudir a toda la escena planetaria con el emblemático y rompedor "Beneath the Remains", primer asalto en serio de conquistar el trono mundial del Thrash Metal. Por la parte europea, Kreator y Sodom como referentes absolutos, iban a deleitarnos con dos de sus mejores obras. Los primeros con el reverenciado "Extreme Aggression" y, los segundos, con el clásico y, para muchos, su obra maestra "Agent Orange".

Estos -Dyoxen- se escoraban más por un Thrash de vena yankee, especialmente influenciados por una banda formada en la ciudad de Los Ángeles (después de que su fundador y líder fuera expulsado de otra mítica formación), pero con un toque más técnico y un poquito más enrevesado, tampoco sin llegar ni mucho menos al nivel de exotismo y experimentación de sus compatriotas Voivod, ni a la complejidad oscura de unos Obliveon, pero sí con cierto gusto por el Prog, variante que en tierras canadienses había calado con fuerza, siendo cultivado por numerosas bandas de gran nivel. Estos -Dyoxen- posiblemente sean una de las primeras bandas canadienses en atreverse a practicar Thrash con cierto toque técnico. Los títulos de algunos temas os pueden llevar a engaño, pero nada más lejos de la realidad.

La homónima del disco "First Among Equals" nos introduce en esta buena obra de sólidos 9 temas, confirmando las sospechas del principio. Las huestes del Sr Mustaine nos vienen a corroborar que los posters que tenían en su local de ensayo no eran casualidad. El tono de guitarras, los cambios de tempo y los intercambios de riffs son pura escuela del pelirrojo. Hasta la entrada del cantante parece la voz de un hermano gemelo del  Mustaine, engañosa apreciación porque a medida que la cinta vaya girando, el cantante se irá soltando y empezaremos a asociarlo a otra imagen que tenían estos tipos decorando en el local, aunque desgraciadamente sin llegar al carisma ni habilidades de este.

Alguno os preguntaréis si tengo los cabezales de la pletina limpios, no hace falta, tíos. La producción es lo suficientemente buena para no preocuparos por eso. El trabajo a nivel de sonido está bien hecho, tampoco es una superproducción,  pero sirve para apreciar perfectamente todos los instrumentos y, en especial, la batería, que me parece que consiguieron sonorizarla de puta madre (de lo más difícil de hacer). Todo está bien compactado, suena con cuerpo y de manera sólida. Gran mención para el sonido del bajo, que está grabado a pelo, sin ninguna distorsión ni efecto, con un sonido totalmente natural y limpio, posiblemente tocado a dedos igual como lo hacía el coloso de  las cuatro cuerdas, Steve DiGiorgio. Todo un acierto no haberle metido distorsión y así primar que los temas respiren y ganen en dinamismo. El sello de calidad de las bandas canadienses, con sus buenas dotes técnicas se nota a la perfección. Estos chavales a pesar de su juventud tenían un nivel con sus instrumentos que no era nada fácil. Lo siguen corroborando con la siguiente "The Essence of Ignorance" con un despliegue brutal de los hachas, solos vertiginosos y técnicos, convirtiéndose en una de las más complejas y enrevesadas de todo el largo.

Con la tercera "Citizen Soldier" parece claro que esta gente tiene predilección por los Megadeth del "Peace Sells..." y del "So far..." y bajo el influjo de ambos discos va a transcurrir todo el álbum. Estos -Dyoxen- no llegan a alcanzar la grandiosidad de esos discos, pero sí apuntaban maneras y mostraban un nivel por encima de la media. Una banda con mucho potencial y recorrido por delante.

Con "Holocaust (Fall in Grace)" tenemos las cuatro primera despachadas, y si os ha gustado lo que habéis oído, que nadie se levante y caiga en la tentación de parar la casete, porque para la segunda parte reservan otros 5 trallazos tan buenos o más que los primeros. "Overcome" y "Foot From the Edge" esconden dos de los  momentos  más intensos del elepé, sobretodo esta última donde vais a poner sobre la mesa las 54 monedas de 1 € que vale una copia de este "First Among Equals" en CD, pero antes de nada, necesito que alguno de vosotros le de la vuelta a la cinta y la inserte por la cara B (perdonad, pero mi equipo no tiene auto-reverse).

Si la primera parte era más técnica y compleja, para el segundo envite reservan las más directas y speedicas. Demostrando que esta peña era capaz de acelerar y aminorar cuando las circunstancias lo requerían. Como si fuera un disco independiente, inauguran los últimos  5 rounds con una intro nada despreciable y prescindible, de apenas 2 min donde los hachas nos masacran con notas al más puro estilo de palanca de trémolo, preludio de que algo grande nos espera. 

"Overcome" ya está aquí, y para el creador de estas humildes líneas, un tema de los que más gozo de todo el largo, directo y al grano, puro Thrash/Speed ochentero del que tanto soy fan. Tan pronto empieza a sonar, ya os dais cuenta de por qué lo digo, esos riffs incendiarios, pura nitroglicerina. Todo el corte está lleno de in crescendos con alguna parada para que conectemos con el momento de máximo clímax del álbum "Foot from the Edge" guarda el tarro de las esencias de estos tipos, que va desde el min 27:00 hasta el 28:00, 60 segundos de placer y de éxtasis musical. Las armonías y melodías concentradas aquí son de lo mejor que han grabado estos tipos, palabra de LostLife, después quedarían unas interesantes "Sooner than You Think" y "Contaminated", pero ya no superarían este momento.
Triste final tuvieron estos -Dyoxen-, era de esperar, supongo que ya contabais con ello.  El trabajo no se vendió nada bien (parece que la compañía no hizo bien su trabajo de promoción) y el fulano que les hizo la portada, tampoco parece que hiciera bien el suyo. Hasta el vocalista no estuvo a la altura, aunque supongo que hizo lo que pudo. Así que, cuando las cosas van mal, ya sabéis lo que ocurre, la gente empieza a abandonar el barco. Dos de ellos se largaron, y eso que la banda hizo dos giras por su tierra de teloneros de bandas como Annihilator, Anvil o D.R.I, pero eso no les supuso un gran impulso y abandonados por la discográfica, su llama se fue apagando poco a poco, hasta terminar de extinguirse en 1991. No estamos ante un discazo, pero si os gustan los Megadeth de la época 85-88, con cierto aire técnico, aquí tenéis una buena oportunidad de rememorar aquel momento. Como dicen los ingleses: Underrated Classic!!!

7/10