Mystik - The Plot Sickens (1992 Massacre Records)

1. Intro (1:25)
2. Reflections Of The Dying (3:20)
3. Psychosis (4:08)
4. Commandment (4:39)
5. Death To All (Peace At Last!) (4:28)
6. Method Of Madness (6:53)
7. Red Rum (4:27)
8. Laid To Rest (4:03)
9. Evil Oil (4:30)
10. The Plot Sickens (6:16)

Si hace unas semanas tuve el enorme placer de traeros al "Beneath The Remains" francés, hoy os propongo el "Killers" de los Maiden en versión Thrash y de patente estadounidense. Todo empezó más o menos así, cuando unos tipos de Ohio, llamados -Mystik-  se fueron a tierras germanas a grabar este prácticamente desconocido "The Plot Sickens". Una mezcla de Thrash algo speedico, de pura escuela thrashera made in USA y con la fragancia del Heavy Metal británico de los 80´s impregnada en cada surco. Normalmente, las bandas suelen hacer el viaje a la inversa: de Europa van a los States, pero aquí hay un caso que no cumple la norma, seguro que empujados por carecer de otra alternativa mejor, acabaron aceptando la propuesta que les ofrecieron, de irse al viejo continente a registrar este trabajo. Total, no tenían nada que perder y sí mucho que ganar. Thrash underground del bueno, del que no salía en la Metal Hammer, ni en la Kerrang!, ni en ningún otro sitio, de estos discos que algún insensato coló por detrás de algún armario, perdiéndoles la pista y ahí quedaron escondidos hasta que un buen día, haciendo limpieza, los encontró. 

Cinco colegas de Cleveland, cogieron un vuelo en 1992 y se plantaron en los "FM Tonstudios" de la ciudad alemana de  Lundwigshafen para dar vida a este cuando menos curioso trabajo, con la ayuda de todo un sorprendente y primerizo Gerhard Magin a los mandos, que aunque no produjo el álbum, sí que les hizo labores de ingeniero y de mezcla. Productor que empezaba en esto de las producciones y que se haría posteriormente famoso produciendo principalmente bandas de Gothic Metal, especialmente reconocido por ser el que grabó la mayoría de trabajos de los Crematory. Seguramente, vosotros hubierais apostando por un tal Harris Johns a los controles, todo apuntaba a eso, un tipo mucho más breado y experimentado en estos sonidos, pero detrás estuvo el sello Massacre Records, que sólo un año antes había dado sus primeros pasos en esto de las ediciones y confió esas labores en uno de sus productores fetiches y de la casa. Probablemente, estos -Mystik- fueron una de las primeras bandas de cierto nivel que contrataron, seguro que con el objetivo de introducirse en el mercado americano y así poder expandir su negocio. Propuesta atractiva tanto para el comprador alemán, trayendo un buen souvenir yankee para goce de los metalhead germanos, como para la propia discográfica, que así llevaban su buen hacer y su calidad made in germany a tierras americanas, pero la cosa no salió bien. 

Estos cinco jovenzuelos se bajaron en el aeropuerto de Frankfurt (a 30 min en coche de los estudios) con la maleta cargada de buenas ideas, partes de aquí y de allá, canciones bien trabajadas, mucha ilusión e ingenuidad, y en el pensamiento dos seminales  bandas que más abajo relataremos y que juntadas iban a ser el esqueleto con el que iban a montar todo el álbum. Con lo que no contaban, es que al noroeste de los States, concretamente en la ciudad de Seattle, se estaba gestando un tsunami que iba a cambiar toda la escena musical e iba a ser un rodillo con todo lo que oliera a Heavy. Estos chavales, ajenos a todo eso y seguros de sí mismos, sacaron de sus cajas las guitarras, algunas con 10 y 12 cuerdas, dispuestos a conquistar el mundo y, quién sabe, si a convertirse en otros grandes del Thrash. Pero el destino y la mala suerte tenían otros planes reservados para ellos. 

Unos tales Ed Miller y Roy Gursten, que seguro que no os suenan de nada (a mí tampoco), los encargados de tocar esas hachas, arropados por una base rítmica competente, igual de desconocidos que los primeros, y un cantante que sin ser espectacular se defendía bien, con un tono y timbre de tenor, llamado Patrick Hughes, allá se fueron a registrar estos 10 temas.

Con una portada cargada de mucho simbolismo y llena de  claves escondidas, que parecen esconder algo sólo al alcance de los más versados o para los que las sepan descifrar, nos dan el primer  impacto visual. La cubierta luce misteriosamente flanqueada por las figuras de tres siniestros monjes, que parecen venidos del más allá, con un sol de fondo y todos sosteniendo un libro abierto como si fueran unas escrituras o un texto sagrado, como queriéndonos decir algo importante. Todo bien presentado y envuelto en un halo muy esotérico y ritual,  muy místico, igual que el nombre de la banda -Mystik-. Me recuerda a otra portada de estilo parecido de los Blind guardian, concretamente a su trabajo "Battalions of Fear" donde también salen como unos seres encapuchados, sin rostro.

Mientras trato de desentrañar las claves arcanas de la portada y ojeo el libreto interior, me dispongo a colocar el CD en la bandeja y a darle al play: 45 min por delante me esperan. Una intro misteriosa e inquietante, muy espiritual, lenta, toda instrumental, con protagonismo absoluto de los hachas, nos adentran en el trabajo sin sospechar todavía hacia dónde nos quieren llevar. Primer envite nada accesorio, de poco más de un minuto y que ya da señales de las buenas cualidades de la banda. Sin apenas darme tiempo a acomodarme, la batería se desata a base de redobles y la dupla de hachas empiezan a destapar todos sus riffs, a toda velocidad, agresivos y asesinos, sin concesiones, solos frenéticos, batería a más de 200 bpm, y con las primeras estrofas, la portada del disco "No Place for Disgrace" de los Flotsam and Jetsam, viene a mi recuerdo, esa misma en la que salen dos guerreros nipones portando sus katanas. Banda que fundaría el bueno de Jason Newsted por el año 82, y que iba a ser un referencia durante todo el trabajo, aunque los tiros no iban a ir por ahí. "Reflections of the Dying" queda atrás...

Cambios de ritmo y una banda sonando muy sólida, increíblemente compactos y maduros, con buena producción, (sólo echo en falta un poquito más de pegada, sobretodo en la batería, pero nada grave), dando la impresión de ser una banda más rodada, con cierto oficio y no unos primerizos grabando su disco debut. En la tercera "Psychosis", saltan a tope los Metal Church con su debut homónimo y con la canción de mismo título, la línea de bajo es clavada y el tempo menos acelerado, también, riff pura escuela Kurdt Vandehoof, y otra banda que tendréis que apuntar, porque junto con los primeros van a ser recurrentes en todo el álbum. Estos tipos empiezan a mostrar sus cartas: un Thrash/Heavy elaborado, con riffs de calidad, cierta complejidad y con buenas dosis de melodía en las seis cuerdas, pero todavía faltaba por salir uno de los primeros premios del disco y el que nos va a dar la clave de por dónde van estos tipos. 

El cantante se esfuerza y se desgañita dándolo todo, no busquéis el carisma de un David Wayne o un John Cyriis de los Agent Steel, pero cumple con creces y convence, a ratos hasta se luce.  Con el cuarto corte "Commandement", nos adentramos en una de las más épicas y melódicas del disco y la primera carta ganadora del elepé. Aquí empiezan a demostrar lo que valen (80 pavos quieren en Discogs por una copia en vinilo) y la primera pista importante y definitoria de por dónde va a transcurrir todo el disco: La NWOBHM y, en concreto, a uno de sus máximos estandartes, Iron Maiden. Los de Harris con su disco "Killers" van a ser la piedra de toque de estos -Mystik-. Con un inicio acústico muy sentido, las guitarras cabalgando como corceles y el bajista destacando con sus patrones, la canción de la doncella "Children of the Dammed" hace aparición. Mucha armonía y melodía en las seis cuerdas, sin duda una de las mejores de todo el largo, la banda nos empieza a emocionar y los hachas lo empiezan a gozar, los solos de "The Prisioner" están aquí, esos doblados tan típicos de la nueva escena del Heavy Metal británico. A partir de aquí, esto ya sería una constante y, junto con otra banda definitoria que todavía faltaba por salir, el álbum poco a poco iba a coger la forma definitiva.

Con "Death to All", nos cambian el tercio y nos devuelven al mejor Thrash de la Bahía de San Francisco. Un corte veloz, agresivo, con el doble bombo disparado y la comparación con Metallica es totalmente inevitable. Segundo pilar definitorio, que junto con los de Harris, serán los dos referentes absolutos de estos -Mystik-. Una silla eléctrica sobre un fondo azul, cubierta de relámpagos, sobresale en el recuerdo y me hace sospechar que Kirk Hammett les firmó más de un autógrafo. El batería luciéndose con acertados breaks y el vocalista comedido, moviéndose en un rango medio, en tonos graves y sólo en contadas ocasiones lanzando algún agudo potente.   

La sexta del elepé entra en acción y nos recuerdan que la comparación con los de Hetfield/Ulrich no iba a ser algo pasajero  y nos ofrecen uno de esos ecos salidos de la canción "Damage, Inc", de la que copiarían el cráneo traspasado por dos mazas con pinchos, para utilizarlo de manera velada en algún logo con el nombre de la banda.  El inicio del tema es toda una insinuación ya sin tapujos a los de San Francisco, otra referencia escondida de los Metallica. "Method to Madness" se llama el corte y sirve para inaugurar la cara B del plástico. La más larga del álbum, un buen medio tiempo, con alternancia de guitarras acústicas y buenos riffs, cantidad de cambios de ritmo y llena de pasajes solistas. Otro tema  importante, y ya van unos cuantos. 

De momento el disco no se desinfla y, si alguno pensaba que todos los ases ya se habían destapado, todavía quedaba uno importante todavía por salir, pero antes de que eso ocurra, nos deleitan con tres buenos cortes rápidos de pura mezcla Thrash/Heavy ochentero. "Red Run", otra referencia total a los Maiden, con unos coros potentes y una letra basada en el asesino en serie Jeffrey Dahmer (El caníbal del Milwaukee). En "Laid to Rest", el bajista es protagonista con unas cuatro cuerdas que parecen sacadas del "Sing of the Hammer" de los Manowar, y en "Evil Oil", de las más dinámicas y donde mejor funden voces y música, de las más Heavy Metal del disco, excelente contraste entre agresividad y melodía, buenos solos de la escuela Chuck Schuldiner (otra influencia escondida). De mis favoritas del álbum.    

Esto se acaba y nos llevan hasta la última del largo, de título homónimo "The Plot Sickens", reservándose para el final la pieza más retadora, rica y compleja de todo el disco. Se despiden de nosotros a lo grande, con el tema más elaborado y su último As escondido, donde el cantante nos conmueve de verdad, con su mejor interpretación en toda la obra. Sentido homenaje a dos titanes del Thrash: Megadeth y Testament, para cerrar el LP. Un ritmo pausado de bajo sirve para presentar a unas armonías de profunda inspiración del "Rust in Peace" y mostrar la reverencia debida por  uno de los temas más retadores de la historia; "Holy Wars.. The Punishment Due". Pocas bandas se atreven a tan siquiera olfatear dicho disco. Estos tipos no sólo se atreven, si no que consiguen trasladarnos a esa titánica obra, dando la mano a otro monstruo como es Alex Skolnick que será la última inspiración de honor del álbum, apareciendo su sello en la parte acústica que meten en medio del tema, toque de mucha clase y calidad con el aroma de los grandes. Aquí se vacían todos, echando el resto. El cantante se da cuenta  y nos da todo lo mejor que tiene, modulando la voz y demostrando que también tenía calidad.  

Pocas cosas se pueden decir en contra de estos -Mystik-, estos ohioneses tenían cualidades, maneras y el gusto suficiente para llevarlas a cabo, pero no contaron con el favor del respetable y pronto bajaron los brazos. Abrazaron de manera magistral dos álbumes míticos del Heavy y del Thrash, El "Killers" y el "Ride The Lightning" y supieron salir airosos, quizás faltó un poquito más de personalidad, pudiera ser, pero el panorama musical ya iba por otro lado y la obra, con sus defectos, retomada ahora y reposada por el paso de los años, se puede decir que mereció mejor suerte. Un trabajo por encima de la media. Después hicieron algunos bolos por Alemania, presentando el álbum, abriendo para la banda del ex Maiden Paul Di'Anno, Killers, pero acabaron haciendo las maletas y volviendo para Ohio. Allí lo siguieron intentando con otro disco, "Perpetual Being" del 94, más personal y moderno, grabado enteramente en su tierra natal, pero ni con uno ni con otro consiguieron llamar la atención de la gente, cerrando el chiringuito hasta el año 2018 que se volvieron a juntar tres de los miembros originales. Si el trabajo guardaba algún mensaje importante para la humanidad, yo no lo he encontrado, todavía sigue ahí esperando a que alguno de vosotros se anime a descubrirlo.

7/10