Apocalypse - Faithless (1993 MMP Records)

1. House of Confusion (06:26)

2. Slay for Play (03:20)

3. Division (03:28)

4. Unwanted (04:51)

5. Extreme Sensation (04:51)

6. Faithless (05:15)

7. Reason to Live (03:19)

8. Shoot You Down (7:11)

9. Bad Breath (04:06)

Mientras escuchaba este álbum sentí la necesidad imperiosa de coger un papel, un boli y empecé a apuntar una serie de discos que me vinieron a la cabeza. Empecé por Anthrax con su "Persistence of Time", después seguí con Testament y su "Practice What You Preach", continué con Metallica y el "Master of Puppets", Artillery y su "By Inheritance" y terminé con los Pantera del "Cowboys from Hell". De todos ellos saqué similitudes mientras pinchaba a estos buenos thrashers suizos, originarios de la ciudad de Ginebra, la segunda urbe más poblada de Suiza y prácticamente enclavada en territorio francés. Estos helvéticos sólo sacaron dos trabajos: El primero del año 87, de título homónimo, y  este que os traigo hoy, "Faithless", editado después de 6 años, en el 93, y con el único cambio entre sus filas del cantante, entrando en la banda, Nic Maeder (ahora con los -Gotthard-). Todo con mucho aroma y sabor a la escena de la bahía de San francisco.

Descubrí que se juntaron por el año 84, pero como suele pasar muchas veces, no debutaron hasta tres años después. Antes publicaron su maqueta de rigor, pero nada más. Me enteré de que llegaron a telonear a todo unos Metallica por Europa (supongo que sólo algunas fechas), cuando estos presentaban su "And Justice For All", pero después desaparecieron del mapa (desconozco los motivos, pero creo que tuvieron problemas con la discográfica, entre otros) volviendo a la carga 6 años después con este álbum. Mucho tiempo entre discos y esto en la música es un abismo. Para cuando decidieron volver,  el panorama musical había cambiado mucho, muchísimo diría yo. Ya no eran tiempos para el Thrash. Metallica habían sacado el "Black Album" y todo había dado un vuelco muy grande. Ese disco marcó el final de una era, posiblemente el fin del Thrash propiamente dicho, abriendo el melón a otra dimensión y marcando el devenir del Metal de manera implacable. Sólo seguían pujantes unos Slayer con el retador "Seasons in the Abyss" y los Sepultura con el brutal "Arise", los restantes miembros del "Big Four" estaban a otras cosas. Megadeth intentado destronar a los de Hetfield/Ulrich, con "Countdown to Extinction", a punto de sacar "Youthanasia", y los Anthrax habían despedido al bueno de Belladonna para probar suerte con un John Bush, editando el interesante "Sound a White Noise", que de Thrash ya tenía bien poquito. A ninguno de ellos le iba nada mal, por lo menos al principio. Pero todos estaban en otras historias.

Por el lado Europeo, Kreator experimentando con "Renewal", Coroner hacían lo propio con "Mental Vortex" y Sodom de los pocos que seguían metiendo caña y fieles al estilo.

Ante este panorama, me puedo imaginar el dilema ante el cual se enfrentaron: ¿qué disco sacar? Su estilo ya no estaba pujante y lo que imperaba era otro rollo totalmente distinto. Supongo que sólo tenían dos salidas: una, seguir con el sonido que llevaban o, en cambio, probar suerte y sumarse a la tendencia de la época. Ni uno ni lo otro. Al final, apostaron por seguir con el Thrash, pero esta vez más elaborado, refinado, moderno, elegante, técnico y complejo. En mi opinión, no tenían ninguna salida clara e hicieran lo que hicieran lo iban a tener muy complicado. El resultado final para mi gusto no fue malo. El tiro estuvo bien tirado, pero como a casi todas las bandas de los 80's, aquella década de los 90's fue una auténtica tortura y toda una travesía del desierto. El disco pasó sin pena ni gloria y al poco de sacarlo, disolvieron la banda. Buenos músicos, con habilidades, gusto y clase, pero que no supieron o pudieron encauzar bien su talento acabando en el olvido e indiferencia. Como suele ocurrir muchas veces, después de muchos años y cuando alguna discográfica decide reeditar esos discos, digamos "malditos", es cuando resurge un poco su recuerdo, la gente los descubre y les vuelve a dar una oportunidad. Tarde, claro está, pero mejor eso, que nada.

Esta gente no se puede decir que no contaran con buenas producciones, todo lo contrario. En ese sentido tuvieron primeros espadas con ellos. Con su primer lanzamiento a las mezclas consiguieron a un flamante Fleming Rasmussen que venía de coronarse y de hacerse famoso con los Metallica y para este segundo lanzamiento, a otro mítico y afamado Harris Johns, con sus famosos estudios "Music Lab" de Berlín. Como os podéis imaginar, aquí el sonido no falla. Suena potente, rotundo y muy oscuro, una cosa que era muy habitual en la década de los 90's.

Con estos ginebrinos me pasó una cosa que no me ocurre siempre y es que cuando me pinché el álbum por primera vez tuve esa sensación de que el trabajo valía la pena. No sé si os pasa a vosotros, pero el inicio de los discos te ofrecen pistas de si el trabajo promete o no y aquí ocurre eso. Lo inician con "House of Confusion" así lento, poco a poco, sin prisa, cocinado a fuego lento, como todo muy solemne y ceremonioso, las guitarras rugen y abren el paso para que vayan asomando el bajo y la batería, entrando todo en calor, con clase y gusto, un medio tiempo moderno con toque clásico pero picando algo al "groove", y el voceras con esos ecos y coros tan típicos del Chuck Billy de Testament. También veo cosas del Belladonna de Anthrax, algún grito por mitad del corte, pisan el acelerador un poco más, preludio del solo, hasta llegar a la parte final donde meten unos bonitos arpegios dando un tono muy tenebroso al corte, y rematando la canción con mucho gusto (esto merece la pena, hay que seguir, me decía).

Vamos con la siguiente, "Slay for Pay", comienza a doble bombo dando la impresión de ser un tema cañero, con muchos cambios de ritmo y los hachas es cuando se empiezan a lucir, mucha armonía y solos vertiginosos, empieza a apreciarse su gusto por lo técnico y por unos arreglos elaborados. Con la tercera, "Division", después de una intro un tanto extraña, me llevan al "Battery" de Metallica, tal cual, chicos. La forma de cantar y el estribillo parece un calco de la pista de los de San Francisco, de las menos inspiradas de todo el Lp. Las dudas me empiezan a sobrevolar y me pregunto si a lo mejor no es para tanto la cosa. Mi temor pronto se disipa con el cuarto corte y una de las mejores del largo, "Unwanted", con ese inicio limpio y arpegiado, recordándome mucho a los Artillery, todo el trabajo tiene mucho de ellos (qué bien lo hacen esos tíos), con esas partes acústicas como hipnóticas. Aquí vuelven a un medio tiempo, con mucho sabor "groove", metiendo una parte sugestiva min (02:52) donde uno de los guitarras hace una pequeña melodía acústica. Con la de "Extreme Sensation" nos adentran en una de las más extrañas y experimentales del disco, con una intro un poco misteriosa y siniestra como si fuera la melodía de una caja de muñecas de una peli de terror. Todos los temas denotan que hay dedicación y trabajo tras ellos, no es para menos, tuvieron nada menos que 6 años para componerlos. Hasta que llegamos a la pista 8 y para mí una de las joyas del disco, "Shoot You Down". Melancólica, sentida, oscura, majestuosa y emotiva, lo tiene todo y resumen perfecto de todo el trabajo. En el comienzo me recuerda muchísimo a otro clásico inmortal como es "Return to Serenity", con una hermosa entrada acústica y el cantante cambiando el registro, con una voz clara y sentida, de las mejores interpretaciones de Nic Maeder en todo el álbum.  

Cierran a lo grande con "Brad Breath", al más puro estilo Metallica del "Master of Puppets", que perfectamente podría haber ido en ese disco. Broche de oro final para estos -Apocalypse-.

Del apartado letrístico no os comento nada, pero por el título de las canciones os podéis hacer una idea del momento confuso y perdido en el que se debió encontrar la banda. "House of Confusion" (Casa de confusión), "Faithless" (desleal), "Extreme Sensation" (Sensación extrema), todas ellas dejan entrever en la encrucijada en la que estaban, y como de extraños se debieron de sentir cuando volvieron otra vez a la escena. 

Hasta aquí la aventura de esta banda, después de esto, bajaron la persiana hasta que en el 2017 volvieron a juntarse de manera simbólica y testimonial para celebrar el cumpleaños de uno de sus miembros. Nunca más se supo nada de ellos, ni tampoco si montaron otros proyectos, ni historias, al parecer, se desvincularon totalmente de la escena, sus nombres nunca más aparecieron en ninguna banda, supongo que el descontento fue grande y acabaron cansados y desencantados con todo.

Gracias a todos por pasaros y, si podéis, dadle una oportunidad al disco. ¡Saludos!

7/10