Cloak llevan rondando mis reproductores prácticamente desde que salió a la calle “The Burning Dawn" sin terminar de quedarse allí y no ha sido hasta este otoño, al hacerme con una copia de este “Black Flame Eternal", cuando por fin he comprendido el verdadero potencial que tienen como músicos.
La cuestión aquí es que, como ya sabéis, me encanta el metal sueco y, obviamente, a Cloak también, hasta el punto de que si os digo que son de Estocolmo, os lo creeríais sin ponerme en duda… sólo que Cloak nos llegan desde Atlanta. Como meros clones de Tribulation me los vendieron a mí y, si esto tenía algo de cierto en “To Venomous Depths” y, en menor medida, en “The Burning Dawn", hoy en día ya no le veo demasiado sentido a esta afirmación. Más bien a tormenta perfecta entre Dissection, Necrophobic y Watain, me suenan a mí, con ciertos devaneos goticos a lo Tribulation, eso sí, aunque si la evolución de los suecos los está llevando hacia sonoridades cada día más accesibles, estos estadounidenses hacen el camino a la inversa y se vuelven cada día más blackmetaleros.
Como gothic/black los definen en metal-archives, pero, sinceramente, yo no les haría mucho caso puesto que la influencia gótica no va mucho más allá de ciertos detalles oscurillos en “Shadowlands" y “Eye of the Abyss", en las que aparecen con bastante soltura guitarras limpias, voces susurradas y algún que otro teclado. Otra cosa ya era la forma de presentarse en “To Venomous Depths” y “The Burning Dawn", donde las estructuras eran abiertamente más simples y se buscaba un impacto rock/metal más estandarizado que en este “Black Flame Eternal”. Sin embargo, por norma general, este tercero es un álbum de black/death metal “a la sueca" puro y duro, con tendencia hacia el lado melódico del estilo, no digo que no, pero muy cerquita de lo que bandas como Watain, Unanimated o Necrophobic producían hacia el 2009-2010 con trabajos como “Lawless Darkness", “In the Light of Darkness" (¡cuánta oscuridad!) o “Death to All"… con tal precisión se puede llegar a concretar su sonido.
Así, nos encontramos con un arranque muy agresivo por parte de esas “Ethereal Fire" y “With Fury and Allegiance” en las que poca concesión comercial vamos a encontrar. Dos zarpazos rápidos, intensos y melódicos de black/death “sueco" estupendamente producido, como si se hubiera grabado “en casa" de Tore Stjerna o Dan Swanö. Son canciones que suenan con nervio, furiosas, precisas, pero que no dejan de derrochar un gancho tremendo. Lo cierto es que este es el gran salto de calidad que observo en Cloak para “Black Flame Eternal”. Si bien “To Venomous Depths" y “The Burning Dawn" me parecen dos álbumes que apuntaban detalles interesantes y lograban atmósferas bastante turbadoras, se me acaban haciendo pesados fruto de una repetición de esquemas constante durante sus respectivos 57 y 49 minutos. Esa sensación se borra de un plumazo en un “Black Flame Eternal” que en ningún momento se me llega a hacer largo y en el que cada canción tiene algún rasgo singular que la hace memorable.
Os comentaba que “Shadowlands" bajaba las revoluciones y se deja llevar por atmósferas siniestras, teclados y guitarras sin distorsión, pero de nuevo Cloak recuperan el pulso antes de que la cosa se apalanque con otro par de pepinazos como “Invictus", casi una versión remodelada del mítico “Unhallowed” de Dissection, y “Seven Thunders", bien escogidas ambas como singles de lanzamiento del álbum. De nuevo black/death metal sueco con carácter transversal que los lleva con comodidad a terrenos del thrash o del heavy metal de forma puntual. Digamos que, en más de una ocasión, ese gancho inmediato me hace ver a Cloak como una banda de black metal con espíritu heavy.
“Eye of the Abyss", de nuevo bien colocada, ejerce de contrapunto relajado y hace de bisagra para la última andanada compuesta por “The Holy Dark", “Heavenless” y “Black Flame Eternal". De nuevo se trata de una canción a medio tiempo, oscura y sofisticada, en la que podemos apreciar de forma residual esa influencia de Tribulation que se hacía mucho más evidente en su debut o incluso cierta proximidad con sus compañeros Nite de los que os hablé no hace mucho. Cae muy bienvenida y aporta variedad al conjunto para coger carrerilla y afrontar el último trecho.
“The Holy Dark" suena sueca, cañera y pegadiza, muy cerca otra vez de la tríada Watain/Unanimated/Necrophobic. Efectiva y con mucho gancho, justifica perfectamente su elección como single. “Heavenless”, cortita y enteramente acústica, es otro guiño desde fuera del black metal que, aunque tampoco aporte nada especial, predispone favorablemente para una “Black Flame Eternal” que llega con estrépito como fin de fiesta. Grande, épica, larga, ambiciosa y, otra vez, con más de un recuerdo a los inolvidables Dissection cuya influencia nunca pasará de moda.
La sensación que deja el álbum al terminar es la de un conjunto compacto, que discurre con absoluta fluidez, muy bien estructurado y perfectamente planificado. Cloak han dejado poco al azar y “Black Flame Eternal" supone un salto de calidad a todos los niveles respecto a dos álbumes anteriores que, personalmente, siento un poco sobrevalorados. No dejo de ver a los Cloak de “To Venomous Depths" y “The Burning Dawn" como una banda competente, pero tampoco nada del otro mundo y en este tercer álbum, de verdad, escucho una de las ofertas con más proyección del black metal contemporáneo. Puede no resultar completamente novedoso y, sin duda, su estilo es perfectamente reconocible, pero consiguen sacudir la fórmula sueca lo suficiente como para no sonar a refrito de otras cosas que ya hemos escuchado antes, sumando una pegada tremenda que los sitúa por encima de la media de su estilo y que hace que resulte difícil olvidarse de ellos.
Han pasado dos años ya desde “Black Flame Eternal” y una de las cosas que más me alegra al respecto es saber que en poco tiempo deberían estar dando otra vez que hablar. Han pasado este 2025 a escribiendo material nuevo y el próximo mes de enero se meterán otra vez en estudio a grabar su cuarto álbum, primero para Metal Blade… no se me ocurre mejor lugar para continuar su crecimiento. Tengo las expectativas muy altas para lo que se avecina puesto que, lejos de derrumbarse, este álbum me ha ido gustando más conforme le he ido dando oportunidades… y ya me había parecido bastante bueno de entrada. Veremos lo que nos espera en el futuro, pero, de momento, tenemos aquí casi 50 minutos de estupendo black metal para ir abriendo boca.
8/10

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