jueves, 19 de junio de 2025

Tras el Portal capítulo 9: Excalibur - One Strange Night (1990 Active Records)

Este fue mi fichaje estrella del pasado 2022 junto a los holandeses Helloïse... Hace años que era consciente de la existencia de la banda, pero nunca me llamaron la atención hasta que me crucé cierto día con este "One Strange Night", que me pareció en aquel momento que se merecía una reseñita en condiciones. Olvidadísima banda británica de heavy metal melódico "a la americana", fans de Fifth Angel, Leatherwolf, Dokken o incluso Vicious Rumors, estad atentos...

1. Una notte strana (1:54)
2. Fight (4:22)
3. Waiting (4:22)
4. Lights Go Down (4:25)
5. Round and Round (4:39)
6. Frozen Promises (7:04)
7. Early in the Morning (4:23)
8. Carole - Ann (4:45)
9. Running Scared (3:27)
10. Death's Door (3:42)
11. Sick and Tired (2:42)

Vaya por delante que Excalibur no es el nombre más apropiado para lo que vamos a encontrar en "One Strange Night", así que, por si la portada no es suficientemente indicativa, prefiero dejarlo claro cuanto antes... aquí no vais a encontrar nada parecido al heavy metal épico. Quien busque algo en la línea de Manowar, Virgin Steele, Omen, Manilla Road... y demás adalides del acero, va a tener que seguir probando. Si de alguna forma podemos disculpar la desafortunada elección por parte de este quinteto de Bradford, sólo hay que ponerse en contexto y buscar el origen de la banda en 1981, coincidiendo con el estreno de la obra maestra de John Boorman del mismo nombre. Dudo que tal coincidencia fuera una simple casualidad. Y, si somos sinceros, tampoco hay que dejar de reconocer que Excalibur no pegaba tan mal con lo que la banda venía ofertando en su recomendable EP del 85, "The Bitter End", pero ya no encajaba, ni por asomo, con el culete que ilustraba la portada de su single de 1988, "Hot for Love", y menos todavía con la elegantona fotografía que aquí nos encontramos y que parece sacada de un álbum de metal progresivo de principios de los 90. Ni una cosa ni la otra, "One Strange Night" es un estupendo álbum de heavy metal de finales de los 80, con un pie en el hard rock y otro en el power metal, pero poco de heavy metal guerrero y heroico escucho yo en sus surcos. Más bien, a banda americana me suenan a mí y, si alguna cercanía les encuentro yo en las islas, es a los menos británicos de sus coetáneos como Marshall Law o Grim Reaper. No creo que se pueda decir que estos cinco jóvenes anduvieran muy atinados en la forma en la que se presentaron ante el mundo en 1990...

No, más bien es a un cruce entre Dokken o White Lion, por un lado, y Vicious Rumors, por el otro, a lo que me suenan. Melodía y caña a partes iguales para un LP que veo muy en la línea de americanos como Leatherwolf o Fifth Angel. Algo escasamente revolucionario a golpe de 1990, pero, en la manos de gente sobradamente experta como esta, con una trayectoria considerable (tres demos, un EP y un single en nueve años), una gozada para el fan del estilo. Yo confieso tener una debilidad desaforada por estos inventos de heavy metal potente y melódico a partes iguales y Excalibur han venido a encajar con total precisión en un molde que me sé más que de memoria. Fans del heavy metal americano, que gustáis de un poco de laca en vuestros peinados, pero que todavía necesitáis de una poderosa dosis de heavy metal para sentiros a gustito con vosotros mismos, atención a "One Strange Night" porque aquí tenéis algo suculento que llevaros a la boca.

"Una notte strana" ya predispone favorablemente. Bonita introducción de inspiración clásica, me hace sentir desde un primer momento que aquí hay nivel. Exuda elegancia y buen gusto, son apenas dos minutos perfectos para generar expectativas y "Fight" las cumple, con creces. Pepinazo de power metal para empezar, escuela americana, aires de Vicious Rumors y Metal Church, aunque un poco más tradicionales, sin tanto músculo, con un deje clásico británico. Riffs afiladísimos, ritmo trepidante y un Paul McBride mucho más que solvente. Muy buena voz, versátil cuando la ocasión lo requiere, algo así entre Andy Pyke de Marshall Law y Michael Jackson de Satan/Pariah, pero con más capacidad melódica. Me acaba recordando bastante a Rick Hughes de Sword, con algo más de rango. Un tío que sabe sonar agresivo y rasgar sus cuerdas vocales, como en esta "Fight", o acariciar suavemente como en una "Waiting", que se acerca más al hard rock de unos White Lion o unos Dokken, con esos juegos de acústicas y eléctricas a lo "Into the Fire". En esa cojonudísima "Lights Go Down" fuerza mucho más la máquina sin sonar desentonado en ningún momento y alcanza unos agudos de lo más agresivos. Otro tema heavy, riffs muy potentes, muy “power", con un estribillo fantástico y unos coros muy currados. Mi favorita, sin duda, con ese paroncillo acústico a los dos minutos y medio que va creciendo progresivamente hasta estallar en un estupenda melodía a doble guitarra muy maidenesca. Un verdadero temazo...

No es mala tampoco "Round and Round" que tiene otro buen estribillo, aunque creo que le sobra un poquito la melodía de teclados del inicio. Otro tema melódico, pero con mucha fuerza en las guitarras, tremendo trabajo durante todo el álbum de Steve Blades y Paul Solynkij, con multitud de detallitos, buenos solos, riffs muy potentes, melodías muy quedonas, guitarras acústicas por aquí y por allá... Muy curioso el epílogo de guitarra clásica. Es un álbum muy guitarrero este "One More Night".

Me he terminado la cara A y estoy alucinando con el nivelón de una banda en la que prácticamente no había reparado. Sabía de su existencia y había escuchado en algún momento "The Bitter End", pero creo que me habían engañado con ese mensaje tan confuso que lanzan. Lo único que le faltaba a esta gente era una estrategia de marketing algo más clara... y haber nacido en EEUU, quizás, puede que allí hubieran sabido qué hacer con ellos. "Frozen Promises" arranca muy tranquilita, con un punteo muy melódico, más acústicas y McBride en tesituras dulces, aunque discurre con parsimonia hacia terrenos más contundentes a lo largo de sus siete minutos. Van con calma, no tienen prisa con esta. El solo es muy bueno y acaban pisando el acelerador en los últimos dos minutos. Otra de las mejores, pero es que no llevan ni una mala hasta el momento.

Afloja quizás un poquitín la cosa ahora en la cara B con "Early in the Morning", la balada/single "Carole Ann" y "Running Scared", más comerciales y hardrockeras ellas, con el ojo bien puesto en la escena americana. Muy al loro también de lo que andaban haciendo White Lion, Ratt o Dokken en la segunda mitad de los 80 los veo. Me gustan, oiga, no están nada mal, aunque no pegan tan fuerte como las anteriores. Digamos que vienen siendo la clase media del álbum. Es que si todo estuviera al nivel de las primeras, aquí estaríamos diciendo palabras mayores y, aunque Excalibur molan mucho, tampoco dan para tanto. ¿A qué la mayoría no sabíais ni de su existencia? Pues por algo será. Me gusta mucho, eso sí, la segunda mitad de "Running Scared" a partir del parón central con otro buen sólo de Solynkij... o Blades, no tengo ni idea de quién los toca, sin grandes alardes, pero todos más que acertados.

Se reservan una traca final con una superheavy "Death's Door", que cierra el vinilo sin muchas contemplaciones, y una "Sick and Tired", sólo para el CD, algo más comedida, pero que tampoco le va muy a la zaga. La primera, un trallazo bestial a lo Metal Church/Vicious Rumors, bordeando el thrash durante un buen rato, y la segunda, también veloz y agresiva, pero más arraigada en la tradición británica con ese olorcillo a Iron Maiden que había impregnado con mucha más vehemencia su carrera hasta 1985. Cosa lógica, por otra parte, en la primera mitad de los 80, los que mandaban en esto eran los británicos, pero pasado el ecuador de la década, las modas se dictaban desde el otro lado del Atlántico. Esto no pasó desapercibido para Excalibur que fueron adaptando su estilo con buen ojo, sin abandonar del todo sus raíces. Lo dicho, un manifiesto de lo que podía dar de sí el heavy metal clásico en sus diferentes vertientes a finales de los 80.

Extrañamente, fue salir "One Strange Night" a la calle y desaparecer Excalibur de la faz de la tierra. Toda la década de los 80 remando contra viento y marea para morir en la orilla una vez consiguieron un contrato para editar el ansiado LP de debut. Tal vez no lo vieron claro y comprendieron que sacar un álbum no implicaba la oportunidad que esperaban. O tal vez su único objetivo en la vida era ver editadas estas estupendas canciones como se merecían, con una grabación de calidad (la producción de la propia banda no suena exactamente a lo que pretendían acercarse, pero tampoco hay mucho de lo que quejarse) y con un bonito vinilo (todo está muy cuidadito: portada, diseño, funda interior con letras y fotos...). Así que, una vez conseguido y comprendiendo que no llegarían mucho más lejos, decidieron que el momento había pasado para ellos y se dedicaron a otra cosa. A saber qué pasó por sus cabezas, pero lo cierto es que hasta aquí llegaron Excalibur y nunca más se supo de ninguno de ellos. Ni proyectos, ni reuniones ni intentos de recordar viejos tiempos. Y cuando digo nada, es nada. Todos se apartaron por completo del mundo de la música y no es que anduvieran escasos de talento. Al menos, dejaron atrás este fantástico álbum de heavy metal que desde aquí os insto a sacar del olvido.

8/10

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