No me imaginaba que me iba a resultar tan complicado armar una lista de 10 para este 2001. Tenía bien presente el resurgir de los tres clásicos del thrash alemán, pero más allá, he tenido que rebuscar bastante, hasta el punto de que he revisado, literalmente, los 1024 discos que salieron durante aquel año, según metal-archives... y no es coña. En consecuencia, me he visto metiendo alguno con calzador que otro año se habría quedado fuera. No era realmente consciente de que 2001 hubiera sido un año tan flojo, más cuando para 2002 son muchos los que se me vienen a la cabeza, sobre todo viniendo desde el black metal. Así las cosas, me va a costar justificar algunas inclusiones, pero es lo que hay, estos 12 meses no dieron para mucho más...
1. Kreator - Violent Revolution (Steamhammer)
Tenía bastante claro que iba a colocar este álbum de Kreator en el primer puesto ya que no creo que hubiera otro aquel año que se pasara más veces por mi reproductor. Llevaba años sin, de verdad, disfrutar así de un disco de los de Essen después de lo alucinado que me había dejado “Coma of Souls” unos años antes (lo descubrí tarde, lo sé, pero fue uno de los álbumes que me metió definitivamente en el thrash en 1994). Después, llegaron “Cause for Conflict", “Outcast" y “Endorama”, pero ninguno de ellos resultó ni remotamente comparable a la huella que me dejaron Kreator la primera vez que escuché “People of the Lie". Más bien al contrario, se trató de una sucesión de decepciones, a cada cual peor, como las que nos fueron provocando casi todos los clásicos durante aquellos años. Todo, hasta que apareció, como de la nada, “Violent Revolution". Seguramente animados por sus colegas Destruction, Mille y compañía plantaban de nuevo su “mente violenta" en una portada que descaradamente evocaba la de “Coma of Souls" y, en buena medida, recobraban unas raíces thrash perdidas una década atrás. Como si los 90 nunca hubieran tenido lugar, Kreator volvían con una suerte de sucesor natural para “Coma of Souls". Algo más melódico, más accesible, quizás más comercial, pero casi tan hiriente. De nuevo con esa pegada descomunal que habían perdido con “Renewal" y con una producción estelar de Andy Sneap, tanto como lo había sido la de Randy Burns en 1990, Kreator editaban el álbum del año y seguramente el que salvó su carrera. Y, de paso, le daban ganas a medio mundo de volver a tocar thrash metal. Quizás Destruction fueron los que volvieron a encender la mecha del thrash, pero Kreator lo pusieron de moda.
2. My Dying Bride - The Dreadful Hours (Peaceville Records)
“The Light at the End of the World” fue una gratisima sorpresa en 1999. Acostumbrados como estábamos a ver a nuestras bandas descalabrarse a finales de los 90, la rápida vuelta de timón de My Dying Bride fue tan inesperada como bienvenida. Ya no sólo teníamos a unos My Dying Bride volviendo a la senda del doom y dejando atrás todo tipo de experimentos, sino que nos entregaban sus trabajos más oscuros y agresivos desde su ya lejano debut de 1992. Con el mismo equipo de “The Light at the End of the World”, al que se sumaba Hamish Glencross de Solstice, My Dying Bride volvían a dar en el clavo y se afianzaban como los reyes del doom para el nuevo milenio. Ya desde la intro del tema-título, este “The Dreadful Hours" duele. Cuatro minutos de agonía que se rompen con los My Dying Bride más densos y agresivos desde hacía una década. Con “The Raven and the Rose” suben la apuesta metiendo hasta unos (cuasi) blast-beats, muy comedidos, ojo, que quedan realmente bien. Mucha tristeza y un Johnny Maudling que eleva las composiciones hasta un nuevo nivel de emotividad. El violín de Calvin Robertshaw era seña de identidad de la banda, pero, con las teclas, Maudling transmite bastante más. 70 minutos insuperables si quieres entrar en contacto con tus miserias. Durante aquellos años, My Dying Bride no fallaron ni una y considero que, con el siguiente, consiguieron volver a superarse.
3. Sodom - M-16 (Steamhammer)
Para ser honestos, Sodom nunca fueron de modernitos experimentales con pintas estrafalarias, ni se disfrazaron de goticuchos llorones como su colega Mille (bueno, Kreator pasaron por ambas etapas, para ser sinceros), pero durante los 90 sufrieron para sacar material verdaderamente relevante. Gran parte del problema creo que vino por el contagio sufrido a partir de la aventura tabernera como Onkel Tom a mediados de los 90, que hizo a Sodom caer en la intrascendencia compositiva que lastraba álbumes como “Get... What You Deserve”, “Masquerade in Blood" o “’Til Death Do Us Unite". “Code Red" supuso un primer paso en la dirección correcta, pero las cosas se volvieron a poner realmente serias con “M-16". Con el marco idóneo que suponía un álbum inspirado en la Guerra de Vietnam y repitiendo formación por tercera ocasión (Tom, Bernemann y Bobby pasarían juntos 14 añazos), “M-16" supondría su disparo más certero en una década. Contando otra vez con Harris Johns a los controles, después de haberlo recuperado para “Code Red", parece que el tío Tom ya tenía entonces claro que era lo que mejor funcionaba para sus Sodom. De nuevo, tres cuartos de hora de thrash metal despiadado, incendiario, directo a la yugular y sin meterse en las frivolidades punk que influencian su obra noventera. Nos gustan los Sodom pesados y potentes, no los pachangueros, y “M-16" no afloja ni un segundo hasta que llega esa divertida “Surfin' Bird" que sirve como guiño a la cultura yankee de los 60. No sé cuántos años llevaba sin ponerme este CD, pero que canciones como la misma “M-16", “Among the Weirdcong", “Napalm in the Morning” o “Canon Fodder” siguieran grabadas a fuego en mi memoria después de más de 20 años, no puede ser mala señal.
4. Destruction - The Antichrist (Nuclear Blast)
A diferencia de Sodom, Destruction sí que la habían cagado a base de bien durante de los 90, hasta el punto de que, tras la vuelta de Schmier, renegaron de todo el material editado entre 1994 y 1998, los infames “Destruction", “Them Not Me" y “The Least Successful Human Cannonball". La estrategia fue exactamente la misma que dos años antes, pero aún mejor calibrado. Misma formación en formato trío, como en sus orígenes, Peter Tägtren produciendo y la todopoderosa Nuclear Blast poniendo su maquinaria comercial al servicio de la banda. Toda la maniobra funcionó tan bien que, entre 2001 y 2002, Destruction encabezaron una gira junto a Kreator y Sodom bajo el nombre de Hell Comes to Your Town que estuvo entre los eventos más sonados de aquellos años. Fijaos como son las cosas que, repitiendo el cartel el año pasado (con la inclusión de Tankard), Destruction vieron como su nombre era relegado a un tercer puesto en discordia bajo los de Kreator y Sodom. En 2001 estaban en la cresta de la ola y puedo entender perfectamente por qué ya que, y ahora viene la barrabasada del día, creo que es de las pocas bandas cuyo material post-reunión llegó a superar en calidad a sus álbumes clásicos. Es cierto que, cuando escucho a Destruction, suelo tirar siempre de “Release from Agony" y “Cracked Brain", nunca de “Infernal Overkill" o “Eternal Devastation", no os vayáis a creer, pero no se me caen los anillos afirmando que, probablemente, este “The Antichrist" sea su mejor trabajo. Al menos, nunca sonaron así de compactos y con esta pegada tan brutal. Un señor discazo.
5. Absu - Tara (Osmose Productions)
De Absu supe a mediados de los 90 por la Grind Zone, pero siempre me parecieron una banda un poco chatarrera. Ni “The Sun of Tipareth”, primero, ni “The Third Storm of Cythraul", después, me llamaron realmente la atención y no fue hasta la salida de este “Tara” en 2001, ya su cuarto álbum, cuando editaron algo que realmente mereciera la pena. Siempre pensé que eran una formación de black/thrash de medio pelo incapaz de armar algo a tener verdaderamente en cuenta, pero algo cambio en “Tara". En primer lugar, el sonido es mucho mejor que en sus anteriores trabajos. Compacto, nítido, potente, preciso... Es un álbum que pega duro, suena dinámico y transmite una sensación de vértigo contagiosa. Gran parte del mérito lo tiene la estupenda producción de Kol Marshall, al que conocemos de sus trabajos junto a King Diamond, infinitamente más lograda que en cualquiera de sus discos anteriores. En segundo lugar, los arreglitos folklóricos están mucho mejor integrados con la música. Por mucho que me cueste concebir una banda de Texas con influencias célticas, hay que asumir que la mezcla suena realmente convincente en esta ocasión y, eso sí, líricamente seguían resultando igual de interesantes que siempre. Proscriptor es un auténtico personaje, de eso no hay duda, pero también es uno de los tipos más estimulantes que te puedes encontar en la escena... Aún recuerdo una entrevista aquel mismo año a cuento de la edición de este “Tara" como una de las mejores que he hecho. Además, es una bestia tras los parches (no olvidéis que fue uno de los candidatos para suplir a Paul Bostaph en Slayer, justo antes de la vuelta de Dave Lombardo... aquí tenéis la prueba), algo que ayuda a esa sensación de violencia e intensidad que transmite este “Tara", y lo cierto es que la portada Kris Verwimp también mola lo suyo. Sin ser esta una de esas bandas que me gusten en términos generales, tengo claro que “Tara” es, indiscutiblemente, uno de los mejores discos publicados aquel año.
6. Saxon - Killing Ground (Steamhammer)
No termino yo de conectar al 100% con esta etapa de Saxon que va de “Metalhead" a “Lionheart", pero la falta de referentes claros durante aquel año, me hace recurrir a ellos. En los años 90, tras reencontrarse a sí mismos con “Solid Ball of Rock", los de Barnsley hallaron refugio en Alemania y se dejaron contagiar por lo que por allí se hacía entonces, cosa lógica. El proceso se culminó en 1999 con la contratación del gurú powermetalero Charlie Bauerfeind y la entrada de Fritz Randow, ex de Victory y Sinner, en lugar de Nigel Glockler. De toda aquella tanda de trabajos más “power", siento que “Killing Ground" es quizás el que respira mejor gracias a que no contaron en esta ocasión con Bauerfeind y que fue el propio Biff el que se hizo cargo de la producción. Después de tantos años, creo que nadie sabe lo que quieren mejor que ellos mismos y aquellos trabajos recientes en los que sale a relucir la personalidad propia de la banda son los que más me gustan. Me ocurrió antes con “Unleash the Beast" y más tarde me volvería a ocurrir lo mismo con “The Inner Sanctum", “Call to Arms" o “Carpe Diem". “Killing Ground” podría contarse entre aquellos en los que permiten aflorar a los Saxon más clásicos, los menos preocupados por marcar músculo. ¿Qué ofrece “Killing Ground", entonces? Nada nuevo, en realidad, el mismo puto heavy metal de siempre, con ese plus de potencia que aportó el metal noventero, sólo que funciona mejor que en otras ocasiones porque se concentran en componer buenas canciones, no en hacer ruido. ¡Qué buenos son Saxon y cuántos himnos nos han dejado! Aquí, por lo menos, dos: “Killing Ground" y “Deeds of Glory". El resto, un poco, de todo. Desde composiciones dignas de su histórico legado, las más (“Coming Home", “Running for the Border", “Dragon's Lair"...), a otras que no funcionan tan bien, las menos (“You Don't Know What You've Got", “Shadows on the Wall"), pero nada que nos haga girar la cabeza con cara de sorpresa. Son ellos y punto. No sé muy bien qué coño pinta ahí de tercera una versión de King Crimson, pero está lejos de molestarme... hasta eso hacen bastante bien estos tíos. Como siempre, en tiempos de zozobra, Saxon son una boya a la que agarrarse.
7. W.A.S.P. - Unholy Terror (Metal-Is Records)
Con “Crimson Idol", Blackie tocó techo compositivo, pero, como toda estrella ochentera venida a menos, pasó unos años 90 bastante jodidos. Vistos ahora en perspectiva, ni “Still not Black Enough" ni “Kill. Fuck. Die", aún con los devaneos industriales de este último, eran discos de los que avergonzarse. Con todo, le cayeron palos por todos lados por ellos, así que, acercándose al final de los 90, tocó reevaluar la situación y volver, según sus propias palabras, a sus orígenes rockeros con “Helldorado”. No me disgustó en su día, no os vayáis a creer, pero el tiempo ha pasado peor por él que por sus inmediatos y más experimentales predecesores... lo que son las cosas. Sin embargo, el cambio de milenio nos trajo a unos W.A.S.P. con energias renovadas y, sobre todo, con mucha habilidad para combinar sabiamente todo aquello que habían probado hasta entonces. En “Unholy Terror" podemos encontrar salvajes zarpazos metaleros como “Let it Roar”, “You Hate to Love Me" o “Goodbye Baby Jane”, con un Chris Holmes desatado en su canto de cisne, medios tiempos más atmosféricos de inmensos estribillos como “Loco Motive Man" o incluso piezas intimistas rebosantes de ira contenida como la misma “Unholy Terror" y su continuación “Charisma". Afirmaba Blackie que vivíamos tiempos oscuros... como que no le quedaba nada por ver, faltaban cinco meses para el 11-S. W.A.S.P. son, sin dudarlo, una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, ya no sólo porque arrancaran y consolidaran su carrera con cinco álbumes prácticamente impecables entre 1984 y 1992, sino por esta capacidad para redefinirse y mantenerse musicalmente relevantes a estas alturas de la vida, con 20 años de carrera y 9 álbumes a sus espaldas. Y aún les quedaba cuerda para rato... “Unholy Terror” es otro álbum que te debería encantar si de verdad te gustan W.A.S.P., ni más, ni menos y, por todo ello, otro claro candidato a contarse entre lo mejor de aquel año.
8. Argar - Cwm Annwn (Millennium Metal Music)
Nos guste o no, hay que asumirlo, la escena patria ha sido siempre una birria. Ya en los 80, la época más gloriosa que recordamos, puedo contar con los dedos de una mano las bandas que me convencen plenamente... y creo que me sobra alguno. El thrash metal pasó por España de puntillas y, como a todo, al metal extremo llegamos tarde, mal y a rastro. Y no sólo era por falta de medios, no nos engañemos, esto no era cuestión de tener más o menos pasta para grabar. Aquí nos limitábamos a copiar lo que hacían otros y, encima, lo hacíamos peor. Y ojo que ese es un mérito que no le voy yo a restar a los pioneros nacionales, ya me gustaría a mí poder decir que tengo una demo grabada en 1994, como Primigenium, o un EP en 1995, como Blazemth... qué coño, o un álbum de debut como el de Ouija en el ’97. Argar estuvieron entre los iniciadores del black metal en España ya que se las apañaron para autofinanciarse un debut en 1997 que se editó un año después en CD con la vasca Arise Records. Tampoco había mucho que rascar ahí, pero para este “Cwm Annwm" las cosas se pusieron serias. Para empezar, llamaron la atención de un sello bastante activo por aquel entonces, Millenium Metal Music, pariente de una Solistitium Records que sonará bastante a los de mi quinta. Además, la mejora de la banda en aquellos años fue exponencial y se posicionaron rápidamente como una de las opciones más interesantes dentro del black metal europeo del momento. Black metal muy clásico, muy de los 90, para variar, oscuro, fundamentalista y, eso sí, profuso en teclados, aunque metidos siempre con gusto, con la influencia de los Emperor noventeros siempre bien presente. Entre sus miembros, varias personalidades notables que tuve la suerte de tratar en diferentes momentos: el mítico Thrash'et, ex-batería de Mortal Mutilation y más adelante también en Spectre, Atman y Grim Funeral; Gangreal, que pasaría después por Between the Frost y Lux Divina; y Ur Profanum, ex-vocalista de Spectre y Grim Funeral y recientemente fallecido. Al bajista Darshan, al guitarrista Iberzemoth y al teclista Nocturnorz no he tenido el gusto de conocerlos, aunque me consta que han pasado también por varias bandas catalanas de la época, al menos el primero. Si me pongo un poquito puntilloso, no me termina de convencer ni la forma de tocar los blast-beats de Trash’et (aquí Black'et) ni la voz de "Rana Gustavo" que suele utilizar Ur Profanum, pero nada de ello me impide disfrutar del álbum y considerarlo como uno de los mejores que se han grabado en nuestro black metal. Para quien sienta curiosidad, esta es una buena medida de las posibilidades que se barajaban en nuestra escena a principios del nuevo milenio.
9. Bolt Thrower - Honour, Valour, Pride (Metal Blade Records)
Joder, ya es curioso que justamente vaya a meter a una banda tan molona como Bolt Thrower en un top con su álbum más flojo (sin contar los dos primeros que, en mi opinión, se quedan fuera), pero es indicación clara de dos cosas. La primera, lo consistente que es esta banda. Y la segunda, lo regulero que estuvo aquel 2001. Encima, voy y justo tengo en cuenta el único en el que no canta el bueno de Karl Willets, pero, si quieres un sustituto para uno de los puestos más icónicos del death metal, ¿dónde vas a buscar? Pues en el sitio más cercano. ¿Cuál es la banda que más se parece a Bolt Thrower? Benediction, ¿no? Pues, hala, llamas al colega Dave Ingram para que haga de interino mientras Karl no decide volver. Con esto, lo que consigues es que el cambio prácticamente ni se note. Dave no hace su mejor trabajo y está lejos del cavernoso rugido de “The Grand Leveller" y “Transcend the Rubicon”, pero el tío cumple su cometido y consigue que la maquinaria siga funcionando sin incidencias. Si has escuchado cualquier álbum de Bolt Thrower desde “Warmaster", ya sabes lo que hay. Atronadora producción de la banda junto a Andy Faulkner, un arsenal inagotable de riffs destrozacuellos, épicas melodías bélicas y 45 minutos de buen death metal de toda la vida. Siempre es lo mismo, cierto, pero nunca dejó de funcionar, hasta el día que ellos mismos decidieron que ya era suficiente. Unas veces un poco más inspirado y otras un poco menos (esta no es de las más), pero siempre igual de efectivo. Son Bolt Thrower, como las lentejas, los tomas o los dejas.
10. Shining - Livers Ändhållplats (Selbstmord Services)
Tenía un colega que siempre me comentaba que Shining se habían ido a la mierda después de sus dos primeros álbumes. A ver, “Within Deep Dark Chambers" y “Livets Ändhållplats" no están nada mal y tuvieron una influencia incuestionable en muchas cosas que llegaron inmediatamente después, pero Shining realmente aportaron algo único a partir de su tercer trabajo, el fantástico “III: Angst - Självdestruktivitetens emissarie". De todas formas, eso es asunto para el año siguiente... Fue, de hecho, durante 2002 cuando escuché por primera vez el nombre de Shining y vi esta misma portada en el stand de Undercover Records en el Wacken. Dudando entre este y el “Perished and Forgotten" de Graven, me decanté por el de los alemanes siguiendo el consejo del amable personaje que regentaba el puesto, a la postre Alex, "responsable" de Undercover Records, por decir algo, con el que tuve la oportunidad de compartir alguna memorable noche festivalera en tierras germanas durante aquellos años. Seguramente, la recomendación no fue todo lo desinteresada que debería ya que era una edición de su propio sello y con ello me privó de conocer a Shining un poco antes de su eclosión comercial de finales de aquel mismo año... pero tampoco se lo tengo en cuenta, Graven no estaban nada mal. Así que no, no conocía todavía a Shining en 2001. Formados en 1996 por un Niklas de apenas 13 añitos, no es que estuvieran explorando un terreno totalmente desconocido ya que partían de lo que habían hecho Burzum, Strid y Bethlehem poco antes. Black metal rítmico, repetitivo, riffero, con escasos arranques de velocidad y muy enfocado a producir inquietud, mal rollo. No iba de satanismo precisamente lo del joven Niklas, sino de una apología sobre el suicidio y la autodestrucción que hoy en día se me antoja un poco pueril. También hay que decir que no era más que un chaval de 17-18 años cuando grabó esto con la ayuda de Ted Wedebrand y Tusk (Erik Purkis), curiosamente, hermano mayor de su sucesor en el puesto, Phil A. Cirone. A pesar de esto, Kvarforth fue en gran medida quien puso de moda lo del black metal depresivo y muchos, entre los que me encuentro, seguimos sus pasos de aquella. Por todo ello y porque no fue un año con demasiado que ofrecer, ocupa este último puesto entre lo mejor del año.
Y ya está... Recuerdo escuchar con frecuencia el decente “Carnival Diablos” de Annihilator con Joe Comeau de Liege Lord a la voz, el “Schwarz Metall” de los blackers alemanes Zorn o el “Galdutako Itxaropenaren Eresia” de los vascos Numen, otro honorabilísimo esfuerzo de nuestro black metal... y poco más. Ya os comenté al principio que no era muy consciente de que no había conseguido quedarme para los restos con mucho de lo que salió durante aquel año. 2002 promete venir más cargadito.
Pues aquí van mis 10 para 2001.
ResponderEliminarLa cosa se estaba poniendo ya muy malita, y cuesta escoger pero... aún así, me ha salido una lista muy de la época.
Opeth - Blackwater park... el death progresivo de los 4 primeros discos de esta gente me flipa muchísimo, igual que ahora me la soplan totalmente.
Alastis- Unity. No soy un seguidor de esta gente, pero este me llegó en su momento y lo escuche muchísimo.
Melechesh - Djinn Estos, junto con los siguientes, eran en su momento para mí de lo más destacado en black por aquella época. Metían melodías árabes a un black enrabietado y rítmico que no tenía tanto que ver con el del norte.
Absu - Tara. Amigos, Proscriptor y sus huestes hicieron varios discos de death-black-trash memorables. Este goza de una producción mejor, aunque las composiciones me suenan más acertadas en The sun of Tiphareth.
After forever- Decipher. Muy buen disco de death-gothic-doom con vocalista femenina, que años más tarde iría a parar en Nightwish.
Gamma ray - No world order. No será su mejor disco, pero es que todo lo que ha hecho Kai hasta el Land of the free II, ha sido inmejorable dentro del estándar power metalero, claro.
My dying bride - The dreadfull hours. Pues claro, vuelven a lo que mejor saben hacer, y como casi siempre, lo bordan... mas desesperación que escuchando a esta gente es difícil que me haga sentir otro grupo.
Fear Factory- Digimortal. Me molan; lástima no poder haberlos visto en directo en sus buenos tiempos.
Kamelot- Karma. Creo que Roy S Khan es uno de los cantantes de power metal que más sentimiento trasmite, y aquí estaban tanto el grupo, composición como cantante, todos alineados.
Sigh - Imaginary soniscape. Avantgarde black metal? Pues sí, estos locos nipones consiguen mezclar de todo en un disco. Ritmos medio discotequeros, saxofón, voces black.... más bizarro imposible.
Pues estos son mis 10, sin orden, porque todos me gustan y por algo será
Se quedan a las puertas Kreator , Avantasia y Angra... habrá muchos que no me molaron, pero no me acuerdo de ellos; señal de que no me importará mucho jijiji.
Yo entiendo que cada vez es más complicado coincidir en nuestras elecciones, pero veo que a estas alturas ibamos tomando caminos divergentes. Compartimos a My Dying Bride y Absu, pero tus otros ocho no estaban para nada en mi órbita de aquella. Con Opeth llegué hasta Still Life. De Alastis sólo tengo ...And Death Smiled. De Fear Factory no escuché nada tras Demanufacture. Lo mismo con Gamma Ray después de Powerplant o Kamelot y Siege Perilous. Finalmente, After Forever, Melechesh y Sigh nunca me han gustado, así que tampoco les hice ni caso. Un poco como en el top del año anterior, veo que nos movíamos por terrenos lejanos...
EliminarEs complicado coincidir y a la vez bonito. No digo que una lista sea mejor o peor, pero en aquella época, esto era lo que mas escuchaba. A parte, no soy yo de viejas glorias; siempre estaba buscando cosas nuevas (Sigh p.e.), y luego te llegaban cosas así, tangencialmente (Alastis), sin buscarlas, porque te las dejaba/recomendaba alguien...
EliminarOtros sí, Absu han sido para mí de lo mejor de USA en black/trash. He ido completando incluso su discografía, lo que con otros de esta lista (Gamma Ray, Opeth) ni se me ocurre ya.
Nos leemos en la próxima.
De Sigh tuve en su día el Hail Horror Hail y fue un álbum que nunca me llegó a entrar. Tanto, que poco tiempo después me deshice de él. También es cierto que nunca me han tirado demasiado las cosas muy vanguardistas e incluso bandas clásicas noventeras como Ved Buens Ende o Fleurety me fueron gustando más conforme fui madurando.
EliminarAlastis nunca me han vuelto loco tampoco, pero escuché esporádicamente sus discos de la segunda mitad de los 90 y hace unos años me compré el ...And Death Smiled en CD. Sé que tuve que escuchar Unity en su momento porque llegué a entrevistar a War D. para el Bloody, pero no sabría decirte que me pareció entonces... hace casi 25 años de aquello y nunca más me lo he vuelto a poner.
Y Absu, te diré que en los 90 no me convencían mucho. Me compré The Third Storm of Cythraul cuando salió, en buena medida por su portada, y ahí sigue en la estantería, pero nunca me gustó demasiado. Con Tara la cosa cambió y estuve un tiempo bastante motivado, pero mi devoción se volvió a enfriar poco después y ya no seguí su material posterior. Creo que es una banda que no me encanta, pero este álbum puntual me parece realmente bueno...
Por falta de tiempo pongo los 10 de este año del tirón. A la que tengo un rato procuraré desgranar un poco el tema y comentar más en profundidad. Año bien jodido. A mí también me pasa que si bien algunos van de cabeza al top, otros se cuelan porque en realidad no he encontrado el suficiente material que realmente me emocione. Es posible que en este año la lista sí que vaya de más a menos.
ResponderEliminar1. Silencer - Death - Pierce Me
2. Sodom - M-16
3. Destruction - The Antichrist
4. Marduk - La Grande Danse Macabre
5. Dark Funeral - Diabolis Interium
6. Carpathian Forest - Morbid Fascination Of Death
7. Cathedral - Endtyme
8. Bolt Thrower - Honour-Valour-Pride
9. Absu - Tara
10.Shining - II Livets Andhellplats
Por ahí hay otros que no me disgustan como Moonsorrow, Kreator, Finntroll, Windir o My Dying Bride, estos últimos les perdí la pista tras The Angel and The Dark River, disco que en su día no entendí y que tras 20 años le empiezo a coger el rollo.
Te aseguro que todos los que has mencionado, salvo el Endtyme, porque nunca he soportado a Cathedral, son discos que tuve presentes. Los de Marduk, Dark Funeral y Carpathian Forest fueron discos que escuché bastante en su momento, pero que no me han acompañado hasta hoy. Con los tres me ocurre lo mismo. De aquella seguí su carrera durante unos años, hasta bien entrados los 2000, pero hoy no me interesan más allá de un par de álbumes. De Marduk me quedo sin duda con Those of the Unlight y Opus Nocturne y en el caso de Dark Funeral y Carpathian Forest con sus respectivos EP's y LP's de debut. Todo lo que vino después a mí se me hace bastante prescindible y es material sin el que puedo vivir tranquilamente.
EliminarOtro caso diferente es el del célebre Death - Pierce Me del inefable Nattramn, álbum de indudable valor musical, pero escaso talento vocal. Esta claro que es un buen trabajo, importante para la génesis del black metal depresivo, pero las voces de este hombre muchas veces superan el ridículo y me cuesta tomármelo realmente en serio... por no mencionar la imagen de las manitas de cerdo. Lo valoré, pero creo que cualquiera de estos 10 me gusta más y, dentro del mismo espectro musical, me decanto claramente por Shining.
Respecto a MDB, yo sólo les detecto un patinazo en su carrera, 34.788% Complete, el cual, aún así, dista de ser un total despropósito. Fuera de este, TODOS sus trabajos de estudio me parecen notables y algunos realmente sobresalientes. Sinceramente, a mí esta etapa que va desde The Light at the End of the World hasta Songs of Darkness, Words of Light me encanta.
Como mero apunte, decir que Demolition de Judas Priest tiene 3 o 4 temas que me molan mucho...siempre y cuando me lo tome como si de otra banda se tratara...
ResponderEliminarTe reconozco que no tengo muy controlado el Demolition y eso que los fui a ver a Madrid en aquella gira... Increíble, Judas Priest en una sala, Divino Aqualung, si no recuerdo mal. Ya con lo poco que me había gustado Jugulator, no me atreví mucho con este...
EliminarBuenas!!! Aca dejo mi top 10!
ResponderEliminar1- Opeth- Blackwater Park
2- Kamelot- Karma
3- Tool- Lateralus
4- Primal Fear- Nuclear Fire
5- Angra- Rebirth
6- Edguy- Mandrake
7- Lost Horizon- Awakening The World
8- Savatage- Poets and Madmen
9- Iced Earth- Horror Show
10- Grave Digger- The Grave Digger
Compañero, como siempre andamos por terrenos muy lejanos, pero se agradece mucho la contribución para dar otra visión de lo que ocurría por aquellos tiempos. En mi caso, escuché la mayoría de estas bandas en los 90, pero no conseguí llegar con ellas hasta aquí. Con Opeth no pasé de Still Life, con Kamelot de Siege Perilous, con Angra de Fireworks, con Edguy de Theater of Salvation, Savatage se quedaron en Handful of Rain, Iced Earth en Something Wicked this Way Comes y Grave Digger en Knights of the Criss Cross... básicamente, no fui capaz de escuchar más power metal desde 1998. Tool, Primal Fear y Lost Horizon ya nunca me interesaron. Como ves, sí que escuché a la mayoría en algún momento de los 90, pero los fui abandonando conforme mis gustos evolucionaron a finales de la década.
EliminarZorry por borrar el comentario, les dejó mi lista, de antemano les digo que es bueno que hayan estos espacios de opinión.
ResponderEliminarEpic (The Poetry of War) de Kataklysm.
Los debut de Ensiferum y Moonsorrow donde Trollhorn hace una gran labor, y el Follow the Calls for Battle de los ya famosos Darkened Nocturn Slaughtercult.
Sudentaival tercer álbum de Horna.
Strength & Honour álbum debut de Satanic Warmaster.
Windir y su 1184.
Empiricism de Borknagar, primer álbum de Vintersorg en vocales y a mi gusto su último buen álbum.
Y cierro con Scourge of Malice de Graveworm y su black metal azucarado y Tales from Eternal Dusk de Dark Fortress
Veo cuatro bandas que me resultan familiares y que escuché por aquella época. De Horna tengo ese Sudentaival en digipak, pero me decepcionó bastante cuando salió. Me parecen bastante mejores sus dos trabajos anteriores, firmes candidatos para entrar en los tops de 1998 y 1999. En este 2001 no los valoré seriamente, Sudentaival siempre me ha parecido un poco punki...
EliminarDarkened Nocturn Slaughtercult molan, pero sólo tengo en original Nocturnal March, así que es su álbum que más controlo. No recuerdo haber escuchado en su día ese Follow the Calls for Battle...
De Satanic Warmaster me quedo claramente con Opferblut, que está mucho mejor, y de Borknagar empecé a desconectar con Quintessence. Sí recuerdo escuchar la promo de Empiricism en su momento para reseñar, pero no he vuelto a él desde entonces. Hoy en día no siento mucha curiosidad por ellos más allá del Olden Domain.
Kataklysm me han parecido siempre bastante malos, así de claro te lo digo, y las bandas estas de viking metal nunca han sido lo mío. Un caso jodido es el de Windir. No paro de leer alabanzas hacia sus cuatro trabajos, particularmente Arntor y este 1184, pero no puedo con ellos. Se me hacen pastelosos hasta la extenuación y no es por no haberlo intentado. Mira que el planteamiento de black metal nórdico con tintes vikingos me gusta, como en los casos de Kampfar o Taake, pero aquí me sobrepasa la saturación de teclados, acordeón y melodías empalagosas...
Dark Fortress no estaban mal y escuché ocasionalmente Tales from the Eternal Dusk... tampoco me mató. Graveworm nunca me han gustado y menos a esas alturas en las que ya pasaba mogollón del black melódico...
Buenas:
ResponderEliminarAnte todo me gustaría agradecer a los creadores del Blog su dedicación y su entrega, de hecho es una de las páginas que están agregadas a mi lista de "Favoritos".
Soy un antiguo seguidor desde los tiempos del portal del metal, soy un Heavy de los de antes, ochentero, con gustos que van desde el AOR hasta el Thrash mas primigenio (esos primeros Metallica, Testament, Megadeth, Annhilator ...etc), pero sobre todo el heavy clásico y el Hard Rock.
Todo este rollo es porque me da pena que ultimamente, aquí solo parece tener cabida el "metal" extremo, en detrimento de todo lo demás: Heavy, Hard, Glam, AOR... (incluso lo clásico moderno como H.E.A.T, Remedy, Crazy Lixx, Miss Behaviour, Reckless Love...).
Seguiré entrando ocasionalmente, a ver si entre tantisimo Black, Death, Grindcore, Metalcore..... vuelvo a ver la Flying V de Schenker, o Judas, o quien sabe, una retrocrítica de Petra, de passion Rose, Máximum, Kik Tracee...
Un Saludo y de nuevo Enhorabuena por el Blog
Antes de nada, gracias por tus palabras, Luis, son el tipo de cosas que nos animan a seguir adelante, ahora que parece que algunos de los que nos acompañan desde el principio están más ausentes.
EliminarTe diré que si el gran culpable soy yo y que se debe a lo que estoy escuchando en cada momento concreto. Llevo desde el mes de enero que no soy capaz de ponerme algo que no sea black metal y, en consecuencia, me está costando sacar contenidos de otros estilos más clásicos. Siempre he ido por impulsos y me gusta escribir sobre lo que estoy escuchando en cada momento, por eso me cuesta forzar y salirme de mi tónica dominante. Con la colaboración de Mendoza y conmigo metido en terrenos oscuros, sólo BurnRain nos hace contrapeso... Soy consciente de esto hace semanas y te prometo que intentaremos compensar un poco más los contenidos próximamente. A ver si empiezo recuperando alguna reseña clásica del Portal que te pueda parecer más interesante... También sé que es cuestión de tiempo y en cualquier momento me volveré a meter en una deriva ochentera. ¡Un saludo!