domingo, 20 de abril de 2025

Los 10 del Dictador para... los "otros" del black metal noruego

Sigo sin salir de Noruega... Buena demostración de suelo ser víctima de mis obsesiones musicales es que hace semanas que no consigo escuchar nada que no sea black metal, concretamente noruego, y de ahí esta nueva lista. Al hablar de black metal noruego, todos acudimos inmediatamente a los inevitables: Emperor, Mayhem, Darkthrone, Immortal, Burzum, Gorgoroth... pero ellos no fueron los únicos, ni tan siquiera entonces. En el underground de lo que ya era de aquella underground, surgieron multitud de bandas que, sin alcanzar la fama de los imprescindibles, también hicieron su pequeña contribución a esta historia. Unos porque aparecieron tarde, otros porque no se metieron en líos y algunos, simple y llanamente, porque se quedaron en la periferia del círculo de los elegidos sin ser aceptados por ellos. Seguramente, ninguno de estos diez que cito ahora estará en la lista de favoritos de nadie, hasta es posible que no conozcáis alguno... ojalá, pero no creo que tampoco podáis negar que son (casi) tan buenos como aquellos en los que todos estamos pensando. Aquí va mi lista de “los otros 10" del black metal noruego...

1. Kvist - For kunsten maa vi evig vike (1996 Avantgarde Music)

Durante largo tiempo, Kvist fueron unos auténticos desconocidos. Por puro azar llegaron hasta mí, allá por el ‘96-'97, a través de una discreta cinta grabada junto a unos que salen inmediatamente después en esta misma lista. Años pasé quemando aquella cinta hasta que les pude echar el guante en original durante los 2000's gracias al auge de Internet y los catálogos de venta online. Kvist son una afortunadísima anécdota de su momento. Formados en 1993 por unos tipos de los que no volveríamos a saber, tan sólo Trondr Nefas, que tocó en su primera y única demo de 1994 (editaron también ese mismo año un rehearsal tape con dos canciones procedentes de la demo), tuvo una carrera con cierta continuidad después con Urgehal y Vulture Lord. No sé hasta que punto el hecho de que ninguno de sus integrantes durante la grabación de este “For kunsten maa vi evig vike" siguiera vinculado a la escena pudo jugar en su contra, pero no volví a oír mencionar el nombre de la banda hasta entrados los 2000. Ya su título, algo así como “por el arte debemos rendirnos siempre", es clara muestra de que estos tíos no venían a quemar iglesias, precisamente. Black metal melódico, de corte elegante, con buen sonido y una instrumentación esmerada... se rumorea que Endre Bjotveit llegó incluso a recibir una oferta para sustituir a Faust en Emperor que, misteriosamente, rechazó. La producción es ciertamente peculiar, un poco apagada, quizás, pero suena natural y, aún así, consigue transmitir una atmósfera muy lograda. Me recuerda vagamente al “Svartalvheim” de Ancient, aunque con más pegada. Lo que sí tengo claro es que Kvist se preocuparon bastante por conseguir que todo lo que hacían se escuchará nítidamente y es que hasta del bajo de Tom Hagen (sí, como el mítico personaje de Robert Duvall en “El Padrino") tenemos clara constancia. Composiciones tirando a extensas, muy trabajadas, no exentas de momentos de furia nórdica, ocasionales teclados sabiamente administrados... “For kunsten maa vi evig vike" es un imprescindible para todos los que gusten de su black metal un poco elaborado. Todo un hallazgo que tenéis la oportunidad de descubrir ahora. Y, si ya lo conocéis, una excusa perfecta para recuperarlo hoy mismo.


2. Isvind - Dark Waters Stir (1996 Solistitium Records)

El mismo colega que me dejó a Kvist, fue el que me pasó el álbum de Isvind... a saber cómo llegaron estas historias de aquella hasta sus manos. Si los otros eran desconocidos, de estos no se sabía mucho más, pero como estuvieron bastante activos hace unos años (llegué incluso a entrevistarlos durante los 2000's), consiguieron darle un impulso a su nombre que no tenían en los 90. Sin embargo, no mucho más sabemos de ellos desde hace una década y, por lo poco que escuché de su material post-reunión, nada resulta comparable con este “Dark Waters Stir" editado en 1996. Una críptica intro de teclados juega un poco al despiste, pero “Ulv! Ulv!” (“¡lobo, lobo!”) pone las cartas boca arriba desde un primer momento. Hasta la saciedad debieron escuchar estos muchachos a Immortal en aquellos años puesto que aquí vamos a encontrar mucho de “Pure Holocaust" y algo menos de “Battles in the North". Black metal inclemente como un témpano de hielo horadando tu tracto intestinal de sur a norte. Gélido, inhóspito, desagradable como la tundra helada, con un sonido seco, distante, tormentoso... Muchos dirían que su producción podría estar mucho más currada, yo, en cambio, creo que juega claramente a su favor. Pocas veces el nombre de una banda me ha parecido tan acertado, viento helado... ¿Consiguen en algún momento elevarse Isvind sobre el legado de Immortal? Pues son capaces de aportar en ocasiones un tono épico-melódico que los acerca algo a los primeros Satyricon y que no escuchábamos en Immortal, al menos a principios de los 90. No es gran cosa, la reverencia sigue siendo evidente y el pequeño Goblin no disimula lo más mínimo la influencia de Abbath, pero al menos demuestran que había vida un poco más alla de Immortal. Y es que, no lo olvidemos, estos tíos andaban por ahí desde 1992 ya haciendo puro black metal, antes que muchos de sus colegas noruegos, sólo que no se supo de ellos hasta un poco más tarde. Quizás si se hubieran metido en problemas les habría ido mejor, pero esta gente siempre se mantuvo al margen de la tormenta, bien por voluntad propia, bien porque los líderes de la escena pasaron de ellos.


3. Kampfar - Mellom skogkledde aaser (1997 Malicious Records)

A estas alturas, los habituales ya sabéis que lo “pagano" no es exactamente mi plato favorito en el menú, pero dosificado en sus justas dosis, me lo trago de buen grado, como las especias orientales. Ese es el caso de Kampfar, una de las pocas bandas de viking metal que me gustan... y no poco, no os vayáis a creer, ya que desde este “Mellom skogkledde aaser" (“entre prados boscosos") hasta su “Heimgang" (“regreso") 11 años después, no me perdí ninguna de sus ediciones. ¿Qué separa a Kampfar de las demás hordas de borrachines vikingos? Básicamente, que con Kampfar nunca pierdo de vista que son una banda de black metal noruego... o son ellos los que no se olvidan. Sí, tienen sus momentitos cantarines, aunque no mucho más que unos Satyricon o unos Taake. Hay influencias tradicionales por aquí y por allá, pero tampoco me suenan más folklóricos que unos Helheim o unos Enslaved en sus inicios. Puede que no alcancen nunca grandes velocidades, pero esas guitarras desgarran como la más genuina de las bandas de black metal y Dolk vocifera como pocos en su tierra. No está grabado con Pytten, ni falta que le hace. Pål Espen Johanessen, del que volveremos a hablar un poquito más abajo, sabe perfectamente cómo hacer sonar a una banda de black metal, con potencia y con crudeza. Riffs gélidos, heroicas melodías, gloriosos himnos de gestas nórdicas... todo un canto a su tradición y a su tierra. Sólo le puedo reprochar a Dolk no ser, precisamente, el mejor batería de la historia y que las partes “rápidas" suenan un poco pachangueras, pero prefiero esto mil veces a la típica batería programada de mierda y hasta les aporta cierta personalidad propia. Para “Kvass", en 2006, Dolk dejó esto de la batería a alguien a quien se le daba bastante mejor y se limitó a las voces. Si te gusta el black metal noruego, con una marcadísima personalidad vikinga, no los tomes por lo que no son... Kampfar son una gran banda de black metal.


4. Troll - Trollstorm Over Nidingjuv (1996 Head Not Found)

Esta demo es una pasada, de las mejores que habré escuchado nunca. Porque, no nos confundamos, “Trollstorm Over Nidingjuv” no es sino una demo venida a más, sólo que era tan buena que la gente de Head Not Found se vio en la necesidad de empaquetarla para regalo en forma de EP apenas un año después de ser publicada. Al que tenemos aquí detrás es a uno de los músicos más relevantes de Noruega una vez el black metal explotó comercialmente, Stian André Amesen (aka Nagash), célebre por sus aventuras y desventuras en Dimmu Borgir y Covenant/The Kovenant, quien se encarga de absolutamente todo a sus recién cumplidos 17 añitos. El chaval no sólo se toca todo aquí solito (lo que es habitual con 17 años, vamos, jajaja), sino que también se encarga él mismo de la producción, lo que sorprende por el resultado final. Bueno, para ser honestos, le echa una mano un habitual de la escena cuyo nombre hemos visto en créditos de bandas de tercera fila como Ragnarok, Algol, Morgul, los propios Covenant o, más notablemente Kampfar, Pål Espen Johanessen, que hace un ratito os mencioné de soslayo. No sonará así de bien “Drep de kristne" (“matar a los cristianos") unos meses después ya con el apoyo de un sello detrás. Aquí lo que nos encontramos son los tres temas de la demo editada en mayo de 1995 más uno extra, "I et hedensk land" (“en una tierra pagana"), que parece un homenaje al “Transilvanian Hunger", salvo que, según rezan los créditos, está compuesta un año antes de la edición del histórico cuarto álbum de Darkthrone. Las otras tres son, exactamente, lo que yo busco en el black metal. Rápidas, sin pasarse. Oscuras, con un puntito épico, mucha atmósfera y sentimiento... algo en la línea de los primeros Emperor, sólo que con menos teclados, y un punto de lírica nórdica que nos recordará también a los primeros Satyricon y Enslaved, particularmente en la segunda, “Trollstorm Over Nidingjuv". Realmente, lamento que Nagash cayera presa de los omnipresentes teclados que plagan, y lastran, “Drep de kristne”, pero esta pequeña delicatessen es, sin duda, una de mis ediciones “menores" favoritas de todos los tiempos. Una pena que sólo dure dieciseis minutos...


5. Keep of Kalessin - Through Times of War (1997 Avantgarde Music)

Otro discazo del copón que pasa por debajo del radar mucho más de lo que debería y que no me canso de reivindicar. Ahora que Vegard Ytteval Larsen (aka Vyl) vive una segunda juventud con sus Whoredom Rife, me parece un momento más que adecuado para recordar sus inicios en plena eclosión del black noruego. De hecho, quienes se sientan maravillados por la “novedad" que supone su más reciente aventura, deberían pegarle una escucha al imponente par de álbumes que sacaron Keep of Kalessin a finales de los 90, particularmente a este primero. Para ser sinceros, era un tal Obsidian C. el que estaba, y sigue estando, detrás de la música de Keep of Kalessin, pero tanto las sulfúreas voces de Ghash (hasta hace “cuatro días" en Aptorian Demon), como las apabullantes percusiones de Vyl eran buena parte del sonido que definía estos dos primeros trabajos. Es más, no creo yo que fuera sencillo encontrar tal intensidad en muchos baterías de black metal a mediados de los 90 y, cuando Vyl se tomó un descanso de la banda a principios de los 2000, no fue otro sino Frost de Satyricon el encargado de ocupar temporalmente su puesto. Si esta conexión con Satyricon os sirve de referencia, no andáis muy desencaminados puesto que si con algo le encuentro parecido a este “Through Times of War" es precisamente con “Nemesis Divina", en términos de velocidad, técnica y épica, al menos. Sin embargo, “Through Times of War" está lejos de ser una mera copia de los Satyricon más gloriosos y se las apaña para aderezar su propuesta con momentos más majestuosos a lo “In the Nightside Eclipse" e incluso riffs sobrados de testosterona que nos pueden hacer pensar también en los Immortal post-Demonaz... sólo que un par de años antes de que esto ocurriera. Tampoco os extrañéis pensando por momentos incluso en un “De Misteriis dom. Sathanas”, aunque un poco más melodico y accesible... Lo mejor que tiene este “Through Times of War" es que, sonando genuinamente noruego, aporta su particular granito de arena a la escena sin parecerse a nadie en concreto, algo complicado ya para 1997, con una propuesta tradicional y moderna a un tiempo, por incoherente que pueda parecer. Es un álbum que te pones hoy en día y no suena necesariamente a “años 90", aunque es inconfundiblemente black metal noruego de los 90. Toma una de contradicciones... ¡Muy bueno!


6. Aeternus - Beyond the Wandering Moon (1997 Hammerheart Records)

Una de las cosas que más me gustan de este álbum es que muestra perfectamente la versatilidad del black metal noruego y que de las manos de Pytten podía llegar a salir casi cualquier cosa. Pensemos simplemente en los álbumes editados aquel mismo año que lo tuvieron tras los controles: “Anthems to the Welkin at Dusk", “Eld", “Under the Sign of Hell", “Av norrøn ætt”, “The Dawn of the Dying Sun", “Witchcraft"... cada uno de su padre y de su madre y todos, indefectiblemente, black metal noruego. Lo mismo ocurre con “Beyond the Wandering Moon”. Se trata de un álbum de black noruego, pero suena denso como un bocata de cemento. Grave, contundente, profundo y, al mismo tiempo, épico, melódico y conmovedor. Es un álbum de contrastes y todo encaja a la perfección. Pero, por encima de todo, es evidencia de que Pytten era, porque lleva un tiempo fuera de circulación (diría que lo último que grabó fue el "Umskiptar" de Burzum), un tipo que sabía perfectamente cómo tenía que hacer sonar cada cosa... bueno, sigo sin entender muy bien la que le lió a Gorgoroth aquel mismo año. La banda de Ares (Ronny Brandt Hovland), que de aquella andaba también enredado con los propios Gorgoroth, apostaba por un sonido compacto, oscuro, pesado, muy diferente a lo que proponían sus congéneres por la época, pero también melancólico y emotivo al mismo tiempo. Ares ciertamente tenía un oído para melodías de influencia pagana, a lo que contribuía considerablemente la formación clásica de la británica Morrigan, bajista durante aquellos años y también teclista en Obtained Enslavement. Así, nos sorprende encontrar de repente delicadas melodías de guitarra o piano en medio del estruendo organizado por la aplastante batería de Vrolok, la cavernosa voz de Ares y sus atronadores riffs. Dark metal, que le llamaban, etiqueta que se tanteó sin mucho éxito para describir a varias bandas que poco tenían que ver entre sí. Siendo sinceros, lo que ofrecían Aeternus en estos primeros álbumes era una base de black metal con una cobertura que los acercaba al death y los acabó convirtiendo en una banda de este estilo. Al menos, durante sus tres primeros primeros trabajos me parece que ofrecieron algo muy interesante, ya no puedo hablar igualmente de lo que vino tras “Shadows of Old". Tengo que decir que este misterioso “Beyond the Wandering Moon" me parece tremendo y el siguiente “...And so the Night Became" tampoco le va a la zaga.


7. Helheim - Jormundgand (1995 Solistitium Records)

Lo primero que nos llamará la atención de este “Jormundgand" (serpiente gigante que rodea el mundo, hija de Loki y Angrboða) en cuanto nos lo pongamos, será la voz de Vanargandr, jodida como pocas. No sé muy bien por qué se le dio a este hombre por soltar estos alaridos en buena parte del álbum y encima desde el primer puto segundo. Sinceramente, en el tema-título van a doler, pero, afortunadamente, para la tremenda “Vigrids vård" (“el cuidado de Vigrid”) ya deberíamos habernos acostumbrado. De aquí en adelante, tengo la sensación de que es un recurso que consigue administrar con mucha más eficiencia y en momentos, como en “Svart visdom" (“sabiduría negra"), hasta me gusta como queda. A continuación, deberíamos fijarnos, para no variar, en la fantástica producción del enorme Pytten, otra vez dando en el clavo. Le noto un aire al debut de Enslaved, aunque sin plagiar en ningún momento. Potente, orgánica, con un sonido de batería natural y contundente, pero con una pátina atmosférica realmente acertada. Como viene siendo habitual, menos el bajo, vamos a escuchar cada riff y cada nota a la perfección, manteniendo la esencia del buen black metal noruego de los 90. Y ahí radica la clave de este “Jormundgand", en mi opinión. Estamos ante un álbum de black metal con espíritu vikingo, no ante un álbum de viking metal. Por tanto, muy en la línea de los primeros Enslaved, con quienes han mantenido siempre una relación muy estrecha e incluso evolucionado de manera muy similar. E igual que con Enslaved, voy perdiendo progresivamente mi interés en ellos tras su primera trilogía... con Helheim incluso un poco antes. Sin consigues superar la sorpresa inicial por las voces de Vanargandr, enhorabuena, poque estas ante un gran álbum de black metal noruego... Y ante una buena banda, por extensión.


8. In the Woods... – HEart of the Ages (1995 Misanthropy Records)

Otra misteriosa cinta que llegó a mis manos en la segunda mitad de los 90. No sabría precisar si fue el mismo colega que me hizo llegar a Kvist y a Isvind, aunque es muy probable que así sea. Y, de nuevo, otra banda que me cautivó única y exclusivamente por el poder intrínseco de su música, sin saber yo nada de ellos, sin ver la portada ni leer los créditos... sólo esa visión desnuda a través de una cinta de cromo. Otra vez tuve que esperar unos años para poder echarle el guante a uno original gracias al “interné", pero acabó llegando. In The Woods... eran de aquellos que venían forzando los límites del black metal desde el primer día, con un espíritu inconformista que los coloca desde aquel mismo instante entre los Arcturus, Ved Buens Ende, Ulver, Fleurety... Y, como todos ellos, los que sobrevivieron, acabaron traspasando las fronteras del estilo en poco tiempo. “Omnio", en 1997, ya no conservaba ni una traza de black metal y este “HEart of the Ages" (a saber por qué esa "E" mayúscula) ha quedado para la historia como una única y afortunada incursión en el black metal, seguro, muy condicionada por el contexto de la época. Venían del death metal con la demo de Green Carnation en el ’92 y como banda de doom continuaron a partir de 1997, por lo que esta etapa black que va de 1993 a 1996 no parece realmente mucho más que fruto de un contagio de la escena que les rodeaba. Por eso mismo, “HEart of the Ages" es una rareza controvertida. Los hay que lo consideran una obra maestra del black metal progresivo, los que piensan que no es realmente un álbum de black metal y los que lo condenan por sus influencias black metal... yo, a pesar de sus pequeñas imperfecciones, me sitúo decididamente entre los primeros. Composiciones extensas, ambiciosas, quizás incluso demasiado para lo que podían ser sus capacidades técnicas a estas alturas, pero muestra flagrante de sus inquietudes artísticas a una edad tan temprana. Atmósferas etéreas, dulces voces femeninas, largos desarrollos progresivos y unas voces limpias de Ovl. Svithjod (Jan Kenneth Transeth) que no siempre suenan tan entonadas como quizás deberían, se alternan con un black metal más tradicional en el que encuentro claras referencias a Burzum y a Bathory. Siempre con un aire melancólico que parece augurar el futuro gótico de la banda. Como pagan metal parece que se definían, aunque poco encuentro yo de eso más que cierta inspiración naturalista en las letras y algunos pasajes ambientales. Más bien, a mis oídos, una decidida influencia para el black metal atmosférico que estaba por venir.


9. Thy Grief - The Frozen Tomb of Mankind (1997 Solistitium Records)

Como ya os he comentado alguna vez, desde finales de los 90 y durante una década, aproximadamente, colaboré en un fanzine de metal extremo llamado Bloody ‘zine con el que publicamos unos 20 números. Mi compañero de fechorías, Dani, se convirtió entonces en uno de mis “dealers" de material más fiables y cierto día de 1998 tuvo a bien presentarme a estos muchachos de Bergen. Artífices de este poco conocido “one hit wonder", mentiría si dijera que me causaron un gran impacto en su día. Así como sí que tuve bien presentes a Kvist o a Isvind en años venideros, con Thy Grief me limité a hacer una copia del CD y sepultarla en la estantería y no fue hasta años después cuando llegué a la conclusión de que no se habían merecido mi indiferencia. En el fondo, no eran más que otra buena banda de black metal noruego, sólo que también salieron un poco tarde para que su nombre perdurara en nuestra memoria y, encima, desaparecieron acto seguido casi sin que nos diéramos cuenta, por lo que su legado pronto quedó oculto por el de muchos otros que entonces me causaron mayor impresión. Musicalmente, hablamos de un black metal clásico en la línea de Emperor, Gorgoroth, Satyricon o incluso los Ancient de “Svartalvheim" (ambos comparten productor, Cato Langnes), pero haciendo mucho énfasis en los aspectos melódicos, hasta el punto de que en ocasiones me encuentro pensando también en los suecos Dissection o Sacramentum. Esto lo notaremos particularmente cuando bajan el pistón en composiciones como “Into the Land of Shadows", “Da mørket onfavnet meg" (“cuando la oscuridad me abrazó “) o “Echoes from a Past Forgotten" en las que las melodías de guitarra se meten en terrenos melancólicos cuasi doom... ya los títulos de las canciones son bastante indicativos que de Satán, precisamente, no van a hablar. No se trata de una obra maestra, no es un cambiavidas, pero sí un cuidadísimo trabajo de un black metal refinado que no debería dejar indiferente a todo el que guste de algo más que de la pura expresión de maldad luciferina... estos no van de ese rollo. Mi sincera recomendación os queda aquí escrita.


10. Hades - The Dawn of the Dying Sun (1997 Full Moon Productions)

Cuando conocí a Hades, ya como Hades Almighty, a finales de los 90 con su tercer álbum, “Millennium Nocturne", no me dijeron gran cosa. Hice entonces una pequeña intentona con su material pretérito, pero en plena fiebre blackmetalera, sus parsimoniosas epopeyas vikingas no terminaron de conquistarme. No fue hasta muchos años después cuando, en uno de mis retornos al viejo black noruego, me animé a darles otra oportunidad y, esta vez sí, algo en mí conectó con ellos. Sigo echando de menos que no lleguen nunca a arrancar con furia como parece que siempre amenazan con hacer, pero algo de jugo acabé encontrándole a su desesperado grito de frustración nórdica. Hades comenzaron a principios de los 90 como una banda de black metal vikingo con la influencia de los Bathory de “Hammerheart" muy presente en un sonido verdaderamente poderoso y contagiando una grandeza poco habitual en su tiempo. Pero siempre les encontré un defecto. Parece que se pasan todo el álbum amagando con un acelerón que nunca llega. Su música se mueve con calma, cocinándose a fuego lento en agónicas composiciones que siempre superan los seis minutos. No deja de ser la suya una propuesta bastante personal de una especie de viking metal depresivo. Imaginaos un cruce entre Burzum y Bathory y andaréis muy cerca de ubicar su sonido. Tanto su primer “...Again Shall Be", como este segundo “The Dawn of the Dying Sun", son álbumes de calidad muy pareja, pero me suelo decantar por este último básicamente por dos razones: su producción, que me encanta, y la presencia de la gloriosa “Alone Walkyng”, cuyos orígenes se remontan a una antigua composición de Old Funeral y que ya habían remodelado para su demo de 1993 del mismo título. Quizás echaremos de menos algo de dinamismo, pero con esta, con “Apocalyptic Prophecies (the Sign of Hades)” y con “Pagan Prayer" ya hacen que merezca la pena escucharlos. 


Me he dejado fuera el “Nattferd" de Ragnarok, el “As the Wolves Gather" de Forgotten Woods el “Min tid skal komme” de Fleurety, el “Under ein blodraud maane" de Manes... pero quise ser lo más honesto conmigo mismo y reunir aquellos trabajos que más han significado para mí obviando todas las bandas “grandes” del black metal. Siempre he sentido la necesidad de ir un poco más allá de lo evidente y el black metal no es una excepción. Hay vida más allá de Emperor, Mayhem y Burzum, igual que también la hay en el heavy más allá de Maiden, Judas o Dio. Con todo lo que hay ahí fuera esperando por nosotros, ¿por qué no vamos a disfrutar de ello? Si ya conocíais a todos estos, no os descubriré nada nuevo, pero igual hay suerte y os encontráis alguna buena banda que nunca hubierais escuchado de no ser por esta lista... ¡Hasta la próxima!

10 comentarios:

  1. Madre mía, aquí hay "segundones" de primerísima división...

    Excepto Thy grief, Isvind y Helheim todos los he escuchado, aunque unos me gustan más que otros.

    In the woods fue una de esas compras a ciegas que se hacían por aquel entonces... y me fascinó. Tanto que compré el segundo y lo vendí rápido como un rayo. Menudo cambio metieron de uno a otro.

    El de Hades lo escuché en su momento pero no me llegó; aunque a base de leer lo bueno que es y ponerlo, al final le he pillado el punto.

    Aeternus, Keep of kalessin, Kvist Kampfar todos son discos cojonudos; muchos de ellos los considero por encima de algunos de los discos más venerados de black metal de la primera ola (Immortal, Emperor, Burzum, Mayhem, Darktrone...). Los veo mas maduros, mejor producidos y mejor compuestos.

    De Troll tengo el segundo; me dejó a medio en su momento y no vuelvo a él muy asiduamente, pero le daré una escucha a este EP y a los que no controlo.

    Muy bueno el Bloody zine.... jejeje yo lo compraba habitualmente, a pesar de que por entonces los zines salían "cuando se podía".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El de Thy Grief es un álbum de black noruego tirando a melódico de gran calidad. No es particularmente sorprendente para 1997, pero suena muy profesional y está bien compuesto. El de Isvind es súper recomendable si te gustan los Immortal clásicos y de Helheim me quedo particularmente con los dos primeros, este Jormundgand y el siguiente Av norrøn ætt. El tercero, Blog & ild no está mal, pero ya no me parece tan interesante.

      Con Hades me pasó lo mismo en su día, pero también acabé cogiéndoles el gusto con los años. Son una banda muy monolítica, les falta cierto dinamismo, pero tienen algo hipnótico. Son los típicos para los que hay que estar predispuesto.

      Troll, si te soy sincero, me interesan poco después de Trollstorm Over Nidingjuv. Drep de kristne tiene un pase, pero me sobran los teclados y todo lo que vino después ya está fuera de mi órbita. Sin embargo, esta demo me parece de lo mejor que se hizo en el black noruego de los 90.

      Hombre, y Aeternus, Kampfar, Keep of Kalessin y Kvist me flipan, pero Emperor, Immortal y Mayhem son intocables, colega. Tampoco nos vayamos a pasar, jajaja.

      Eliminar
  2. Bien, de esta lista a los únicos que no tenía controlados son Isvind y ciertamente me han gustado bastante. Lo cierto es que lo más cómodo sería hacer un copia-pega porque son (casi) todos unos discazos si no fuera porque Aeternus es un grupo que para mí tiene más poso death metal que black. De todas formas tampoco me acaban de enganchar en ninguna de sus dos facetas, pero nada, cosas de gustos.

    Si hago una lista, con toda seguridad van a ir siete u ocho de los que has puesto, así que coloco otros diez diferentes para no repetir y aportar alguna banda más. No son mejores ni peores, simplemente es otra lista de trabajos que en lo personal me gustaron y lo siguen haciendo.

    1. Ancient - Svartalvheim (1994). Soy cosciente de que esta banda llegó a apestar. Sin embargo este trabajo y anteriores demos tenían para mí una magia insuperable.
    2. Manes - Under Ein Blodraut Maane (1999). No puedo cambiar el pasado y conocer a esta banda en el momento que lanzaron este disco. Los descubrí en este blog hace nada. Lo único que puedo hacer es sumergirme en este disco y dejearme llevar. Obra maestra.
    3. Dodheimsgard - Kronet Til Konge (1995). Su debut y mi preferido de ellos. Black metal de cualité.
    4. Ragnarok - Arising Realm (1997). Segundo trabajo que para mí supera a su debut que tampoco está nada mal.
    5. Urgehal - Arma Christi (1997). Aunque lo que más me gusta de ellos viene ya entrados los 2000, en este primer lanzamiento ya hay una buena muestra de una banda que particularmente adoro. Un black metal potente y en ocasiones pegadizo muy en la línea de unos Carpathian Forest y grupos similares. La que para mí es su mejor obra llegaría en 2006 con Goatcraft Torment.
    6. Thorns - Demos- (1992). No tanto por su música o sus canciones. El black noruego le debe a Snorre W. Ruch las armonías, riffs, arpegios y sonido que al poco harían suyos Mayhem, Darkthrone, Immortal, Emperor y todos los grandes. Ahí es nada. Sola y básicamente el culpable que las bandas que tenemos en un altar sonaran tal y como las conocimos. Bueno... él y Pytten, que también tuvo algo que ver el hombre...
    7. Gehenna - First Spell (1994). Quizá esos teclados de feria le restan puntos para muchos, aunque yo disfrute como un loco de esa atmósfera lúgubre a medio tiempo en que soy trasportado a otras épocas y lugares, y mi astral desciende de nuevo con los mortales sólo en el momento que este EP termina.
    8. Limbonic Art - Moon In The Scorpio (1996). Sí, ya sé que es demasiado orquestal, que la batería es programada y que es posible que éstos no sean demasiado trves. Si tengo en cuenta que la temática que nos intentan vender va de un rollo Black/cósmico/espacial/sideral/espiritual, todos esos elementos van como anillo al dedo. Grandes melodías y un disco que para mí es el mejor de todos los editados por esta banda.
    9. Borknagar - Borknagar (1996). Prefiero su The Olden Domain del año siguiente pero en este van más al palo de un black metal más clásico.
    10. Ulver - Bergtatt (1994). No sabía si colocar aquí a Arcturus con Aspera Hiems Symfonia, pero me he dacantado por Ulver principalmente porque creo que tienen un status más "under" que Arcturus. Y además es que Bergtatt no es de este mundo.

    ResponderEliminar
  3. Perdón por lo apelotonado que ha quedado el texto de arriba. Antes y después de la lista me emocioné escribiendo unos rollos que parecían el Quijote del Black Metal, así que borré párrafos y comprimí lo escrito un poco. Para otra vez lo hago en varios comentarios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perdonado quedas por el apelotonamiento, no temas... A Borknagar y a Ulver los metí quintos y séptimos en mi top 10 de black absoluto, así que ya te puedes hacer a la idea de cuánto me gustan, me parecen ambos dos discazos únicos en su especie. Voy comentando brevemente los tuyos en orden.

      Ancient es una banda a la que tengo cierto cariño y que fue una de mis puertas de entrada al black metal. Hoy en día me cuesta ya una barbaridad escuchar The Cainian Chronicle y ni se me ocurre meterme con nada de lo que vino después, pero sigo guardando un grato recuerdo de Svartalvheim. De hecho, llegué a reseñarlo en el Portal. Con todo, me sigue pareciendo black de tercera fila y lejos de mis verdaderos favoritos. De Manes hablé largo y tendido a raíz de Manii. Me gustan, pero prefiero su nueva versión. Kronet til konge siempre me ha parecido un álbum notable, un poquito sobrevalorado seguramente por la gente involucrada. Hay otros que me gustan bastante más dentro de su contexto inmediato. Con todo, es bueno y estuvo en las quinielas para entrar aquí. Ragnarok me parece una banda digna, pero como en el caso de Ancient, tampoco les alcanza para meterse en una lista de discos fetiche. curiosamente, llevo una temporada con el Arising Realm metido en el reproductor del coche. Urgehal nunca ne han tirado demasiado. Mi favorito debe ser el Through Thick Fog til Death, pero son otros que se quedan claramente por detrás de los que de verdad me gustan. A las demos de Thorns les reconozco su incuestionable valor histórico, pero me cuesta escucharlas, si te soy sincero. Y los dos que quedan, Gehenna y Limbonic Art, no son santo de mi devoción. De los primeros tengo el Malice y pse, black sinfónico de cuarta fila y de los otros tuve In Abhorrence Dementiaen su día y hace años que lo vendí, así que ya te pues imaginar...

      Eliminar
    2. Por cierto, si te molan tanto los primeros Dødheimsgard, no te pierdas este que recomendé hace poco:

      https://youtu.be/OBA9wdJQv94?si=4E2mKpvUZf9vafJU

      Eliminar
  4. The Deathrip molan lo suyo, un rollo muy Darkthrone. Los tengo ahí bien controlados, pero los que me ocupan el 95% del tiempo son Whoredom Rife, que me han impactado tanto o más que los mismos Djevel.
    El Black lo voy soltando a ratos, a la que hace un poco de calor el cuerpo me pide Ratt, Twisted Sister, W.A.S.P. o Motley Cruel. Por la noche cuando refresca regreso a Noruega y ahí están esperando toda la movida Nidrosiana para hacerme trizas el alma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Extrañamente aún me aguanta la fiebre blackmetalera, pero soy consciente de que sólo es cuestión de tiempo. Lo normal sería que a estas alturas ya estuviera transicionando hacia el hard ochentero, previo paso por el power metal americano, seguramente, pero como esta semana hizo un tiempo de mil demonios por aquí, así que todavía sigo varado en el black noruego. En cualquier momento daré el salto, seguro... Veo, no sin cierta sorpresa, que no soy el único que va mutando conforme cambia el clima.

      Eliminar
  5. Kvist, Insvid, Helheim y Troll las conocí en su momento gracias a ti, Pablo. Muchas gracias por todo siempre

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para eso estamos, Miguel, ahí está precisamente la gracia de todo esto. A cambio, ya me has "regalado" a Djevel o a Afsky, entre otros...

      Eliminar