domingo, 12 de enero de 2025

Xentrix - For Whose Advantage? (1990 Roadracer Records)

1. Questions (5:10)
2. For Whose Advantage? (6:21)
3. The Human Condition (3:37)
4. False Ideals (5:49)
5. The Bitter End (5:18)
6. New Beginnings (1:16)
7. Desperate Remedies (4:50)
8. Kept in the Dark (4:13)
9. Black Embrace (3:51)
10. Running White Faced City Boy (Gillan cover) (2:46)

Cuando me dejó un colega los dos primeros CD's de Xentrix a mediados de los 90, no me parecieron gran cosa, si os digo la verdad. Supongo que los pobres tuvieron la “mala suerte" de llegarme casi al mismo tiempo que todos los grandes del thrash (o muy poquito después) y, en medio de toda aquella avalancha de información, fallaron a la hora de impresionarme. Resulta curioso cómo el tiempo cambia nuestra percepción de las cosas. Con los años, me he hecho muy quisquilloso y cosas que me gustaron mucho en su día, ahora se me antojan inmaduras y faltas de chispa. En cambio, unos Xentrix, músicos diestros y perfectamente conocedores de su oficio, autores de un par de ejercicios de estilo realmente disfrutables que, en su momento, me dejaron bastante frío, ahora me parecen un auténtico grupazo. Lo que son las cosas...

Y lo curioso es que uno de los principales culpables que encontré entonces para tal indiferencia fue el pobre Chris Astley (que siempre he imaginado pariente de Rick, jajaja). Guitarrista más que solvente, aunque vocalista no muy dotado, no es capaz de mucho más que acompañar las composiciones con su ladrido como buenamente puede... y la verdad es que tampoco lo hace tan mal. No sé yo muy bien porque cargué tanto las tintas sobre este hombre en un momento en que los Mustaine, Hetfield, Petrozza o Araya no me suponían ningún problema. Como es lógico, me limité entonces a hacer la copia correspondiente en la mítica cinta TDK y a apartarla con cierto desdén en el sitio que le aguardaba en la estantería, sin volver a ella con la frecuencia que merecía. Y ahí quedó el nombre de Xentrix arrinconado durante años mientras yo me sumergía en la profundidades del underground ignorando todo aquello que vino después de este "For Whose Advantage?”... ¿Cómo, si ya en su prime esta banda no consiguió llamarme la atención, lo iban a hacer con sus álbumes menos celebrados? Y, como os comenté no hace mucho, obvié por completo la existencia de ese más que digno “Kin" hasta hace un par de años...

Afortunadamente, “Shattered Existence" y “For Whose Advantage?” corrieron mejor suerte. Con aquel resurgir thrash en el trecho final de los 2000 y algo aburrido yo ya del black metal, fui recuperando muchas de aquellas cintas pérdidas a las que no había vuelto en más de una década y, cierto día, le tocó su turno a estos muchachos de Lancashire, los llamados a ser los “Metallica británicos"... Nunca le ha sentado bien a nadie generar tal expectativa, pero ya se sabe como son las torticeras maniobras de la industria discográfica. ¿Y qué me encontré al volver a ellos? ¡Joder! ¿Pero estos tíos eran tan buenos? Yo qué sé, en su momento, envueltos entre obras maestras determinantes para el género, no me parecieron para echar cohetes, pero, años después, mucho más curtido yo en las lides del metal y con el culo pelado a base de escuchar grupetes de tres al cuarto, me encontré con una banda con un par bien plantado. ¿Cómo sino iba a posar la emergente Roadrunner sus ojos entonces en ellos y poner a su servicio al ingeniero de confianza de Joe Satriani?

Después de un “Shattered Existence" que había dejado muy buenas sensaciones en el ’89 y los había situado como la gran esperanza del thrash británico, tocaba el álbum de la confirmación y Xentrix respondieron rotundamente con “For Whose Advantage?”. Lo menos bueno que se puede decir de él es que ofrecía exactamente lo que se esperaba de la banda. Una expansión de su estilo, una evolución de lo que habían apuntado en el debut, puliendo detalles, depurando su técnica, mejorando su sonido... No es que la producción de John Cuniberti sea un cañonazo y, seguramente, perdía un poquitín del nervio del debut (que tampoco era mucho, no os vayáis a creer), pero todo suena súper bien equilibradito, cristalino, cuidado hasta el último detalle. Pulcro, aunque con músculo de sobra como para propinarte un buen bofetón. Me gusta especialmente un sonido de guitarras crujiente y poderoso, fantásticamente definido, y una batería muy natural, que aporta una sensación de velocidad que me encanta. Por alguna razón, hay grabaciones en las que la batería pesa, frena la dinámica de las composiciones. Una de las cosas que más me engancha de este “For Whose Advantage?” es justamente su dinamismo. Esa sensación de velocidad, de vértigo que transmite, aunque Xentrix no sean una banda particularmente rápida. 

Musicalmente, estamos de nuevo ante un ejercicio de estilo de puro thrash metal a lo Bay Area... el gran reproche que le hemos podido hacer siempre a estos Xentrix así como a otros como Slammer, Stone o incluso a Onslaught en su última etapa con Steve Grimmett, limitarse a seguir los pasos de otros más conocidos y, probablemente, mejores (como si esto fuera algo tan malo, que últimamente parece que si no estamos ante una banda polaca de mierda que sacó una demo en el ’87, ya no hablamos de thrash). En apariencia, Xentrix no se alejaban mucho de lo que Metallica, Testament o Heathen habían hecho antes, sin embargo, en esta ocasión, yo no tengo la sensación de que estén sonando a nadie en concreto. Es decir, Xentrix suenan como otra banda de la Bay Area, pero precisamente así, como OTRA banda, no como ninguna de las que a ellos les influenciaron. Sigo escuchando a Metallica por aquí y por allá, no podría ser de otra forma, quién no sonaba a Metallica, pero también noto su impronta propia, su personalidad a través de un trabajo melódico de guitarras realmente exquisito. Con unos solos que, sin ser excesivamente virtuosos, están siempre estudiados al extremo. Cada nota suena en su sitio, cada melodía toca la tecla precisa... Se podría decir quizás que estamos ante un thrash metal demasiado cerebral, que rara vez pierde los papeles. Reflexionado, trabajado, minuciosamente elaborado. Ha perdido rabia, pero ha ganado un mundo en precisión y detalle. 

Temas con mucha pegada, memorables, singles de los que te va a costar olvidarte. Sería normal que las líneas vocales, la melodías de guitarra y los estribillos de “Questions", “For Whose Advantage?”, “The Human Condition”, “Kept in the Dark"... no se te fueran de la cabeza en semanas. Thrash metal controlado, pero de este con la suficiente caña para tenerte meneando la melena (o el melón) durante los 43 minutos que dura. Melodías muy heavies y con un puntito melancólico como las de “The Bitter End"...  También tuve esta misma sensación con “Kin”, ¿podría ser que los Desultory de “Into Eternity" y “Bitterness" tomaran buena cuenta de lo que hacían poco antes Xentrix? No me suena nada descabellado comparando ambas bandas, aún con las diferencias de estilo.

Thrash más desenfrenado en “Desperate" o “Black Embrace"... tampoco se van a olvidar Xentrix de patear algún que otro culo demostrando tener muñecas a prueba de esguinces como aquellos Annihilator para los que abrieron en 1990 presentando este mismo álbum. Para terminar, una frivolité en forma de versión de Gillan. Ya sabéis que esto de los “respetuosos" tributos en álbumes de estudio no es lo mío y sigo sin verles la gracia, pero esta rendición del “Running White Faced City Boy" que aparecía en su irregular “Glory Road" de 1980, no está mal. Y, a pesar de su tono desenfadado, al menos he de reconocer que Xentrix se la llevan con bastante habilidad a su terreno, que al final, es en lo que debería consistir esto de las versiones. Si metes una en uno de tus discos, que prácticamente ni se note.

Como en la inmensa mayoría del thrash de principios de los 90, Xentrix se hicieron mayores y con “Kin" dieron un salto al vacío. Apenas siete meses antes, unos Metallica que siempre les habían servido de referentes, publicaban un negro álbum que ponía patas arriba la escena del heavy metal mundial. En marzo de 1992, Xentrix se atrevían a presentar su oscura alternativa, osados ellos, obviamente si alcanzar ni la remota sombra de su éxito. Musicalmente válido, “Kin" no atraía el público masivo hasta los páramos de Lancashire, pero también fallaba a la hora de retener a los trashers que los habían recibido con los brazos abiertos en 1989. Era 1992 y tocaba reinventarse o morir. Xentrix no murieron, todavía, y aún aguantaron un tiempo agonizando ya sin Chris Astley hasta que nos arrojaron un panterizado “Scourge" a la desesperada en 1996... tarde también para la moda groove y sin la gracia que se le supone a sus pioneros y que yo tampoco veo. Han sacado un par de álbumes en los últimos años, pero, como en otras ocasiones, no he escuchado más que algún tema suelto, así que no os puedo contar gran cosa. 

Por lo que a mí respecta, su contribución esencial se limita a aquellos dos primeros LP’s que nos dejaron a finales de los 80 y, apurando bastante, a alguna que otra escucha casual a su comercial experiencia noventera. No vengas a buscar hasta aquí a unos Possessed o unos Morbid Saint. Una vez lo asumas, disfrutarás de ellos. Es difícil encontrarte thrash metal “a la americana" hecho fuera de EEUU mejor que aquí.

8,5/10

4 comentarios:

  1. Este disco lo escuché en su momento pero, no es uno al que haya vuelto mucho. De esta gente me gustó más el Kin. En este veo, después de volver a escucharlo un par de veces, algo genérico, thrash de la Bay Area.

    Bien ejecutado: sí. Bien producido y con buen sonido: si... en general todo bien pero a la vez, algo genérico. Y en el 90, todas las bestias pardas de USA ya habían sacado uno tras otro, discos muy buenos y que definían el género.

    No es un mal disco, y seguro que algunos que no lo escucharon/escuchamos en su momento nos hará volver a revisarlo... de vez en cuando.

    Un 7,5 para los de la pérfida Albión.

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    1. Esa fue exactamente la impresión que me llevé yo cuando los escuché la primera vez a mediados de los 90. Kin no está nada mal, para ser lo que es, el típico disco de 1992 a lo Black Album, Countdown to Extinction, The Ritual... thrash de ese oscurillo, bien producido, medio groove, que intentaba ser más musical. Ya hablé de él en su momento y es un disco muy válido dentro de su rollo. Sin embargo, y ya sin la losa que supone la eterna comparativa con los pesos pesados del estilo, al volver a estos dos primeros de Xentrix años después, me encontré con una banda solidísima. Es que compararlo con Ride the Lightning, Peace Sells..., The Legacy, Bonded by Blood, Reign in Blood... me parece injustísimo. Pero si lo pones en su contexto, en 1990, con todo lo que salía a su alrededor y con lo que habían hecho las bandas de la Bay Area de segunda generación, creo que es un disco mucho más que disfrutable. Está ejecutado a la perfección, muy bien producido y resulta muy memorable y pegadizo. Yo lo veo como un thrash metal de tintes melódicos de mucha calidad y, siempre que ando por estos territorios, vuelvo a él. Yo, personalmente, lo disfruto mucho más que hace veintitantos años, cuando lo juzgué con más severidad. Creo que en la comparativa con las bandas que aparecieron a partir de 87-88, salen mucho mejor parados que si los ponemos sobre la mesa con los pioneros del estilo. Un saludo, JCSG.

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  2. A diferencia de ti Witch, a mí si me gustaron a la primera escucha, que fue este For Whose Advantage?. Questions es un excelente arranque, tremenda canción que tiene una secuencia fenomenal que se va desarrollando en ese largo intro y que sigue desplegándose de manera brillante durante todo el tema. A mí no me suenan a Metallica, quizás el cantante tenga el fraseo de Hettfield y da la impresión de que si, para mi esto tiene mucho mas de Heathen, eso si, un punto de tecnicismo sin pasarse, mucho del Persistence de Anthrax, con esa combinación de melodía y tecnica. Aun asi me parece un disco con mucha personalidad y mucho mas maduro que el debut, un claro paso adelante y que debió consolidarlos en la escena, pero….estamos en 1990, un año de obras maestras: Rust in Peace, Never Neverland, By Inheritance, Coma of Souls y por si fuera poco el año del Painkiller y el Death Metal en uno de sus mejores momentos, claro que pasaron por debajo de la mesa y no por malo, ni de coña, claro tampoco el disco llegaba a la calidad de los nombrados, pero si merecía su silla en la escena, su puesto bien ganado por el excelente trabajo y además con una producción muy apropiada, casi cristalina, me gusta el tono de las guitarras y el sonido de la batería. Iba a colocarle un 8, pero después de repasarlo varias veces (5), le doy también el 8,5 que le das, esta más que merecido. (Ese Cover de Gillan esta fenomenal).
    Gracias por la Reseña Witch

    Un Saludo

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    1. No es que no me gustasen de aquella, RockS, simplemente no me llamaron la atención lo suficiente. En medio de Megadeth, Metallica, Anthrax, Testament, Slayer, Annihilator... Shattered Existence y For Whose Advantage?, tampoco me parecieron para tanto y nunca me paré demasiado con ellos. No vi mucho más que una banda correcta de thrash metal y para nada comparable con los grandes del estilo. Y, lo comentaba en la reseña, entonces no me gustaba nada la voz de Chris Astley. Ahora, sin parecerme un gran vocalista, tampoco me molesta lo más mínimo. Volviendo a ellos años después, fue cuando empecé a apreciar lo buena banda que eran, algo que me ocurrió con muchos otros cuando empecé a profundizar de verdad en la música de los 80, hace ahora unos 15-20 años...

      Hombre y tanto como decir que no suenan a Metallica... Yo digo que no los copian abiertamente, al contrario de lo que afirman muchos por ahí. Todas las bandas de segunda generación de la Bay Area sonaban en mayor o menor medida a Metallica y, por extensión, también Xentrix. El sonido de Ride the Lighting y Master of Puppets fue imitado hasta la saciedad y aquí también lo veo. Que suenan a Heathen, claro está, los menciono también hay arriba, pero como si estos no sonaran también a Metallica... Break the Silence tienen una influencia brutal de Ride the Lighting y Master of Puppets: la distorsión de guitarras, el riffeo de Hetfield, el uso de acústicas. La clave que destaco en Xentrix y que ha pasado algo desapercibida creo que es que sí, suenan como una banda de la Bay Area, tienen elementos en común con ellas, pero no las copian. Son como otra más, sólo que fuera de EEUU. Para mí, eso los sitúa al nivel de otras historias que disfruto una barbaridad, como Heathen, Lääz Rockit o Forbidden, y claramente por encima de otras que nunca me han vuelto loco, como Death Angel, Vio-lence o Defiance. Por cierto, detalle curioso, For Whose Advantage? y Persistence of Time salieron el mismo día, así que, cualquier parecido entre ellos, debe ser pura casualidad. ¡Un saludo, RockS!

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