2. Nitimur in Vetitum (05:46)
3. Lebenswelt Below (06:48)
4. Charnel Quietism (07:14)
5. Phaneron Engulf (04:21)
6. Antinomian Asceticism (07:26)
7. Exultation of Ceaseless Defiance (05:08)
Cuando hago mi cierre de año
y paso revista a las escenas que tuvieron un notable desempeño en
materia Black Metal, lo normal para mí es no esperar nada de un lugar que de
por sí suele entregarme muy pocas alegrías, como Escocia. Tampoco es que
se les pueda juzgar mucho, ya que cuando revisamos que su panorama se compone
básicamente de lo poco que se pueda inventar el desabrido de Andy Marshall (Saor y Fuath)
es cuando caigo en cuenta de que la cobija les alcanza para taparse la cabeza o
los pies, nunca ambos. Y si bien alguna promesa llegó a emocionarme levemente
en su momento, como Ifrínn, Laoch, o gustos culposos
como Galdragon, actualmente queda poco y nada de esa sensación.
Podría decirse que, hoy por hoy, sólo La Mer puede presumir de
algo que le augure cierta carrera. Y quizás Sluagh, si es que estos
logran ajustar una serie de detalles a mejorar.
Desconozco lo que pueda venir,
pero los oriundos de Alba al menos podrán decir que este año lo empezaron
maravillosamente bien, todo gracias a Barshasketh. Aunque con algo
de trampa. Resulta que Andrew Murray-Campbell, el tipo que fundó esto, es de
Nueva Zelanda y por cosas de la vida fue a parar a Edimburgo. Y salvo el debut,
allí ha tenido lugar la evolución, consagración y ahora reafirmación de sus Barshasketh por
medio de este “Antinomian Asceticism” que redobla la apuesta en
términos de ocultismo e introspección que caracteriza a esta y al 99% de
las bandas que pretenden aspirar a algo actualmente. Porque ya no basta con
escuchar los discos, sino que te mandan a estudiar directamente.
Pretensiones aparte, estamos
ante quizás el primer buen disco sin asteriscos del 2025. Este “Antinomian Asceticism”
logra transmitirme con bastante facilidad esa arrogancia propia de los trabajos
que intentan empujarnos siempre un poco más allá. Con leves reminiscencias del
sonido sueco de toda la vida empapeladas con algunos mandamientos de la
ortodoxia francesa, se levanta un álbum que definitivamente no se achica cuando
hay que ir a degüelle por la vida, pero que cuando le corresponde ser un poco
más sosegado, sabe reservar sus verdaderas cartas. Será en esa constante
mutabilidad de recursos las que definan el estado de ánimo del trabajo, con un
Andrew (Krigeist) y compañía bastante sólidos en la sala de máquinas, incluso
gustándose a sí mismos, cosa que es obscenamente evidente en temas como
“Lebenswelt Below”, que me trajo lindos recuerdos de los igualmente vanidosos Regarde Les Hommes Tomber en
su faceta más post-algo de “Ascension”.
Arreglos corales, malabares de
arpegios, pastillas de disonancia, una batería compacta y una voz adecuada para
los terrenos que pisamos, son sólo algunos elementos que les permiten
entretejer un tapiz sobre el cual vomitarán todas sus inquietudes mentales y
filosóficas, dejándonos así una muy agría, posiblemente pasada, ensalada de
críticas a los conceptos del ascetismo, reivindicando a Sócrates como el
primero que vio una especie de estándar moral uniforme e incuestionable, libre
de los posteriores tachones de los santos cristianos. Y como viscosos
aderezos vemos que también revolotean algo de Kant, y los ya habituales
Schopenhauer y Nietzsche para la causa. Hasta un Darwin han sido capaces de
colarnos para sustentar su visión del mundo y la metafísica que nos rodea. En
fin.
Definitivamente la austeridad
no es un valor que podamos encontrar en “Antinomian Asceticism”,
pero se podría decir que toda esa opulencia de recursos e intenciones se
canalizan en una dirección positiva, delineando así un trabajo de Black Metal
absolutamente moderno, atractivo, interesante y que es capaz de esculpir una
extraña sensación de inmensidad, como si siempre hubiese una sorpresa
escondiéndose tras el minutaje, lo cual es algo que se consigue muy poco por
esas islas. Ejemplos recientes podríamos citar a los tremendos Andracca y
su "To Bare The Weight of Death", pero desde una órbita
muchísimo menos pretenciosa.
Al racimo de virtudes que
menciono habría que sumarle el detalle no menor de que fue grabado en Suecia,
en los Necromorbus Studios, hogar que vio nacer a unos tales Funeral Mist y que desde entonces ha albergado a todas
aquellas bandas que, casualidad o no, bien podríamos ubicar como
influencias lógicas de las que Barshasketh bebe hasta la saciedad: Watain, Armagedda, Ondskapt, Bergraven, Nominon, Heresi, Corpus Christii o Adorior.
Esto explica un poco ese pozo abisal en el que meten los piesitos al
llegar al borde, pero que, por lo que sea, no terminan de lanzarse de cabeza
como si lo saben hacer las bandas de Islandia, lo cual podría ser la única
crítica que les podría adjudicar.
En definitiva, con todo y sus
trampas, Escocia empieza con buen pie el 2025. “Antinomian Asceticism”
es un gran disco, con el mérito de unos músicos que se mantienen acordes a los
tiempos que corren y que se posa como un trabajo digno del apadrinamiento que
ha recibido nuevamente de la World Terror Committee. Y es que si
algo sabe hacer el sello del enfermo mental de Sven Zimper es
publicar tremendos trabajos de orfebrería como este.
7/10
Interesante mezcla de varias de las cosas que me han gustado en el black metal durante las últimas tres décadas... Es como si coges el norsecore de Dark Funeral y Marduk de finales de los 90, le sumas el black ortodoxo de los 2000, un poco de las disonancias de Deathspell Omega o Blut Aus Nord y otra pizca del post black de la década pasada y, listo, un estilo compacto, creativo y a la vez familiar. Black metal de toda la vida y perfectamente contemporáneo al mismo tiempo. Me han convencido hasta el punto de contagiarme el gusanillo black y ya me he metido en mi vetusto mp3 algo de las bandas que más me llenaron hace un par de años: Djevel, Mānbryne, Wędrujący Wiatr, Sunken, Afsky...
ResponderEliminarObjetivo más que cumplido entonces
Eliminar¿Y tú qué recomendarías no perderme de 2024 bajo ningún concepto? Estuve bastante desconectado y, según me dijiste, fue un buen año...
EliminarDjevel, Abigor, Panzerfaust, Ernte, Aara, Fluisteraars, Monte Penumbra, Vafurlogi, Aklys y algún otro que se me escapa seguramente.
EliminarDel de Djevel ya llevo dando buena cuenta unos días y, así de entrada, me está gustando menos que los dos anteriores. Parece más impenetrable y menos producido,¿no?
EliminarYa se me hacía difícil introducir el Naa skider natten sort a mi torrente sanguíneo, entonces ese nuevo aún más, con todo mi pesar. Son discazos ambos, sigue siendo mi banda favorita actualmente, pero es todo culpa del Tanker som rir natten y lo que me golpeó en su día.
EliminarEs que Tanken som rir natten es un pelotazo instantáneo. No puede haber fan del black metal que escuche ese LP y no se rinda ante él. Desde la semana pasada le he pegado varias escuchas al nuevo y a Naa skider natten sort y me gustan mucho, ambos, pero no consiguen igualar las sensaciones que produce Natten... Y luego, está el tema de la producción, particularmente la batería no pega igual de duro y se echa de menos esa sensación de poderío abrumadora de los dos anteriores.
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