miércoles, 25 de diciembre de 2024

Iced Earth - Night of the Stormrider (1991 Century Media Records)

1. Angels Holocaust (4:52)
2. Stormrider (4:48)
3. The Path I Choose (5:53)
4. Before the Vision (1:35)
5. Mystical End (4:44)
6. Desert Rain (6:57)
7. Pure Evil (6:33)
8. Reaching the End (1:11)
9. Travel in Stygian (9:32)

Cada vez que me pongo Iced Earth en los últimos tiempos, cosa que, dicho sea de paso, no ocurre muy a menudo, soy incapaz de no pensar en Jon Schaffer asaltando el Capitolio junto a su colega el hombre bisonte en enero de 2021. Repudiado, apestado, abandonado por sus compañeros de banda y hasta expulsado de su sello de toda la vida, Century Media, Jon se ha convertido en un meme de la escena que ha motivado incluso la aparición de una banda parodia llamada Flattened Earth (tierra aplanada) en clara alusión a los que, seguro, han de ser sus vastos conocimientos de geografía. Os confieso que ya antes era un tipo que me caía bastante antipático y dicho episodio lo retrata como lo que es, un auténtico impresentable, pero diría que hoy en día es un personaje que me resulta, por ridículo, harta cierto punto cómico... siempre y cuando no me lo encuentre con un rifle en un callejón oscuro, claro está.

Mucho antes de conocer estos acontecimientos, os he de confesar que Iced Earth nunca me han dicho gran cosa. Sé de su existencia, diría yo, desde mediados de los 90 ya que era sencillo toparse con sus reseñas en las revistas generalistas de la época y los escuché, no más tarde de 1996, a través de alguno de aquellos recopilatorios que tan hábilmente deslizaba Century Media con sus novedades por aquel entonces. Sin embargo, nada, nunca terminaron de conectar conmigo. Recuerdo perfectamente también las ediciones subsiguientes, muy populares a finales de los 90 en España gracias a su potente distribuidora, sin que en ningún momento captaran mi atención hasta que, cierto día, me crucé con un par de videoclips bastante cutres grabados a principios de los 90 en la típica cinta de VHS que te dejaba un colega. Ahí sí que encontré algo que me causó cierta curiosidad. Sin duda alguna, el envoltorio era menos profesional, había un airecillo mugriento y el acabado estaba, en términos generales, menos pulido, pero a mí, aquellas “Colors” y “Desert Rain” me sonaron mucho más interesantes y genuinas que nada de lo que había escuchado hasta entonces. Fue ahí cuando decidí que igual había que darle un nueva oportunidad a sus trabajos, al menos, a aquellos editados antes de su eclosión comercial... y no me arrepentí.

Ahí entró este aclamado “Night of the Stormrider" en escena, de ambicioso título e intachable reputación. Veamos, editado en 1991, totalmente fuera de fecha, si somos sinceros. ¿Quién cojones debutaba en 1991 con un álbum de power/thrash en pleno epicentro de la escena deathmetalera americana? Vale que Florida tenía cierta tradición de bandas de power y metal progresivo, pero los años de Savatage y Crimson Glory ya empezaban a quedar lejos. Ahora lo que pegaba por allí eran Death, Obituary y Morbid Angel. Pero esto, a nuestro amigo Jon el incombustible, que ensayaba en el mismo complejo de trasteros que todos los demás, se la traía al pairo. Él, que llevaba desde 1984 probando suerte sin conseguir asomar su cabeza, no iba a dar su brazo a torcer ahora que por fin tenía su gran oportunidad. “Iced Earth" había supuesto una buena carta de presentación un año antes, pero aún restaban un par de flecos por cortar. El primero era un Gene Adam quien, a todas luces, mostraba sus carencias para hacerse cargo del nuevo material, habida cuenta de sus limitaciones técnicas y ante su negativa a tomar clases de canto. Primera pieza fuera, entra John Greely... a Jon nunca le ha temblando la mano a la hora de prescindir de colaboradores y hasta 26 han pasado por la formación en estos treinta años. Ahora ha sido a él a quien le han pegado la patada. El segundo ingrediente, en la batería. Entra Richey Secchiari en lugar de un Mike McGill bastante menos diestro tras los parches. La maquinaria se va perfeccionando y Randy Shawver y Dave Abell siguen mostrándose como unos colaboradores más que apropiados. Tras los controles, otra vez, el experimentado Jim Morris en sus Morrisound Studios... mal no puede sonar el asunto. 

Y no lo hace. Muchos le reprochan su producción al debut, pero a mí me gusta bastante como suena. “Night of the Stormrider" suena aún mejor. Potente, compacto, bien mezclado... La caja de batería demasiado disparada quizás, aunque era un recurso típico de Jim Morris. La entrada de “Angels Holocaust" es clara evidencia de que buscan algo gordo. Épica, grandilocuente, ampulosa... Schaffer ensaya algo que no era habitual en el metal americano con esas orquestaciones que se toman prestadas de “Carmina Burana" sin mencionarlo en los créditos, pero sí habíamos escuchado en Europa. Sin embargo, mantiene claras sus señas de identidad yankee. Mucha influencia en las rítmicas de James Hetfield, la complejidad de unos Dark Angel, la potencia metálica de Judas Priest y la melodía de Iron Maiden. La mezcla parece simple, pero resulta muy efectiva. El tema crece, va a por todas, cada ritmo es una fiesta, pero algo muy sutil, casi imperceptible de entrada, empieza a aflorar. Schaffer es una máquina pariendo riffs. Uno tras otro, despacha guitarrazos memorables, cada uno se te va a incrustar en la memoria como un hierro candente marcando ganado, pero le cuesta empastarlo todo. No tengo muy claro hasta cuántos riffs llego a contar por tema, 8 o 9, tranquilamente, pero no termina de componer una canción con una estructura verdaderamente coherente y mucho me temo que aquí está la clave que ha mantenido a muchos, yo entre ellos, algo alejados de su banda. 

Es una sensación curiosa. Cuando te pinchas este “Night of the Stormrider" la impresión inicial es apabullante. La fuerza que desprende, impone, pero, conforme lo vas desgranando, pierde parte de su impacto. Algunas composiciones están bastante conseguidas, como la propia “Desert Rain", “Stormrider”, “The Path I Choose”, “Pure Evil" o la larga y ambiciosa “Travel in Stygian", pero no son pocas las ocasiones en las que pierdo un poquito la noción de por dónde voy. La secuencia de riffs es imparable, Shaffer y Shawver los despachan con una suficiencia asombrosa y la banda acompaña a la perfección. La percusión de Secchiari es tremebunda (de Abell, como con todas las grabaciones en los Morrisound, no podemos decir mucho) y Greely un cantante más que competente y versátil. Sin embargo, algo no termina de encajar como debería y esta es una impresión que me persigue durante los 46 minutos que dura. Aún gustándome, no soy capaz de ver en “Night of the Stormrider" la joya incuestionable que ven muchos... ni en Iced Earth ese grupazo casi infalible. 

“Night of the Stormrider” es un buen álbum, con grandes músicos, momentos verdaderamente memorables y un vocalista muy carismático, pero le falta cierta estructura. Lo sostiene la fuerza de sus riffs, pero en composición noto carencias. A veces tengo la sensación de que es un LP compuesto a retales, como un edredón de patchwork, que resulta mejor analizado por partes que en su conjunto. Siento que Schaffer es capaz de sacar un buen riff de guitarra, pero le cuesta armar una canción y algunas transiciones, más de una vez, suenan forzadas. La sensación que me deja, a ratos, es la de los célebres 246 riffs del “Time Does Not Heal” de Dark Angel... si se hubieran concentrado en hacer buenas canciones, en lugar de sumar partes sin demasiado sentido, estaríamos ante una auténtica maravilla. Parece una continua huída hacia adelante en la que no se toman la calma suficiente para recapitular y cerrar el círculo. Cuando era un chaval, estas cosas quizás no me importaban tanto, ahora valoro mucho más una canción bien hecha que una continua demostración de músculo. Con todo, no le faltan sus momentos y lo vas a disfrutar si te gustan el power y el thrash metal a partes iguales, por mucho que Jon Schaffer sea un auténtico gilipollas y ahora esté condenado al ostracismo... aunque con su amigo Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca igual vuelve a tener suerte. “Night of the Stormrider" merece, sin duda, unas cuantas escuchas, se trata de un trabajo notable, pero tampoco estamos ante una obra maestra. 

8/10

16 comentarios:

  1. Cada vez que escucho a esta peña siempre me pasa un poco lo mismo. Digo, joder, molan, hay buenos riffs, armonías, melodías, pero al final nunca me acaban de enganchar del todo. No sé qué es lo que me falla con esta gente. Bueno, y después ya para rematar un poco la cosa, lo de la movida del Capitolio, tampoco ayuda a predisponerme a escucharlos y analizar bien que es lo que me falla con ellos. Y eso que siempre procuro separar la persona del músico, pero quieras que no, todo condiciona. Ahora, allá cada uno con sus ideas.

    Pero yendo a lo musical y recuperando para la ocasión este "Night of the Storm Rider", creo que voy a seguir con mi impresión sobre ellos de toda la vida. Seguramente el problema sea mío con ellos (y no al revés). Digamos que tengo momentos guapos que los disfruto, pero todo se diluye rápido. Por ejemplo, el inicio totalmente a lo Maiden de Mystical End, la quinta del disco, que es una de las que más disfruto del trabajo. Parece que estoy viendo la guitarra del James Hetfield del Master of Puppets, montado encima del bajo de Steve Harris, y todos juntos, con Dave Murray y el Adrian Smith, tocando sobre un escenario. Joder, debería de ponerme como una moto todo esto, pero no lo hace, macho. Es que en la entrada de la Desert Rain ya se me jode este bonito sueño que estaba viviendo.

    En mi humilde opinión hay una mala transición entre melodía y caña. La fórmula no está bien pulida, y el plato sale algo amargoso. Y aquí vamos a mi teoría de siempre. Estos Iced Earth, qué son realmente, o qué quieren ser. Una banda de power metal o thrash metal? Por un lado son muy melódicos, pero por otro duros, pero como muy brusco. Hay como unas transiciones demasiado violentas. Contrastes muy agresivos que te descolocan un poco. Están como continuamente rompiendo los esquemas. Dices, ya les tengo pillado el punto, pero de pronto te salen con unas acústicas, rollos épicos sinfónicos, y cuando consigues montarte en su caballo, zas!, un riffaco en plan thrash metal que te pega una coz que te hace saltar del corcel.

    Creo que el Jon Schaffer tiene mucho talento, pero igual las canciones no están bien trabajadas, lo suficiente para canalizar ese torrente de riffs y melodías brutales que tiene para que salga algo totalmente homogéneo y compacto. Mi sensación con este disco es que voy montado en un coche conducido por un tipo que le gusta cambiar de dirección sin poner el intermitente.

    Supongo que tienen su gente y su público. Y aún reconociendo que el disco está muy bien, creo que me van a volver a quedar para septiembre..jajajjaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, te entiendo perfectamente porque a mí me ha pasado toda la vida lo mismo con esta gente. Ya que estás con la metáfora del coche, yo estoy pensando más en el típico conductor que se piensa todo el día que está en una competición y te cambia de marcha de sopetón, pegando acelerones y casi sin pisar el embrague. De todo lo que han sacado, este Night of the Stormrider me parece lo mejor y, tirando para arriba, no puedo ponerle más que un 8, asi que ya te puedes imaginar que todo lo demás para mí estaría aún por debajo de esa nota, con lo que están lejos de ser realmente una banda que yo destaque.

      Y claro que tienen su público, por etapas han sido incluso una banda bastante gorda y este álbum en concreto tiene una aclamación casi unánime. Va a ser raro que te encuentres por ahí una reseña poniéndolo medianamente mal e incluso muchos, muy exigentes, tildándolo de obra maestra. Sin ir más lejos, hay un tío en metal-archives, Ultraboris, que pone notas muy bajitas y le atiza a mucho clásico que hay por ahí y, si no recuerdo mal, a esto le ponía un 90%. De hecho, allí hay 21 reseñas y tienen de media un 89%, así que ya te puedes imaginar la opinión general qua hay sobre él... Que yo no soy de los que dice que metal-archives sea palabra de ley, pero cuando todo el mundo coincide.... Yo creo que esta bien, que tiene una colección de riffs envidiable, pero que las composiciones carecen de una estructura coherente y que las transiciones entre ritmos no son todo lo fluidas que deberían.

      Eliminar
  2. Historieta de abuelo cebolleta.

    Un amigo se va a los Madriles y le doy dinero, porque va a ir a un sitio que se llama Madrid Rock. Le encargo el Ready for boarding de los Piratas Alemanes, pero, no está, y recomendado por el chico de la tienda, me trae este CD calentito, recién salido.

    Primero mi decepción... claro, estás esperando un CD, (piensas que allí está todo de todos los grupos, no?) jiji aparece este otro.

    Lo pongo y no me impresiona mucho, pero como lo he "comprado", me tiene que gustar... y chavalería, este sería junto con el Tales from the Twilight world de los Guardianes, la cinta que más grabé en mi vieja cadena Aiwa de 120W. Todos los fines de semana venían dos o tres cintas a mi pueblo para grabar estos dos. Corrió como la pólvora en el instituto y, claro, le cogí el gustillo a este disco que pasó a ser uno de mis mejores compras a ciegas. Luego repetiría y no me saldría tan bien el tema de encargar, hasta que ya le decía a mi colega (si está vale, si no, luego me devuelves el dinero).

    Pues eso, power estadounidense, un poco europeizado, pero con garra; nada de florituras en plan Stratovarious/Helloween, y si más rítmicos y machacones.

    No llega a ser perfecto (de echo, tengo 4 o 5 cd y vinilos de esta peña y ninguno es perfecto) pero, para mí este es su mejor trabajo. Después se domesticarían con un nuevo cantante y algo más melódicos. Pero para mí este está en su punto entre el power USA y europeo.

    8,5

    PS: y de las actuaciones del personaje, pues que decir; mejor no digo nada pero, obviamente, ha finiquitado totalmente su carrera para mí con su actuación en la Casa Blanca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esto de las compras a ciegas era una aventura. Algunas veces, dabas en la diana... otras muchas, la cagabas. Aún recuerdo cosas de las que me avergüenzo en momentos intimidad... no es este ese momento, jajaja. Una muy curiosa es la que comenté no hace mucho entre Naglfar y Nagelfar, también en un encargo a un colega en Madrid. Esto es como lo del teléfono averiado. En Madrid Rock sólo llegué a estar una vez, pero sí recuerdo comprarme allí el "Ancient God of Evil" de Unanimated hacía el 96 o 97.

      Respecto a este Night of the Stormrider coincidimos en que es su mejor trabajo, aunque no termina de volverme loco por las razones que ya he explicado y que no te voy a repetir ahora para no aburrirte y porque te habrás leído la reseña. Lo cierto es que yo los aguanto hasta el Burnt Offerings, a partir de ahí pierdo totalmente el interés. Y todo esto, sin ser tampoco una banda que he vuelva loco, pero me dio el punto de hablar sobre este ya que creo que es su mejor trabajo. Y, sobre Schaffer, bueno, ya se ve lo que ha ocurrido. Lo han largado de Century Media y su banda lo ha dejado en bloque... se ha quedado "sólo", como Ábalos, y creo que no es para menos. El suyo no fue un acto de protesta legítimo, sino un atentado a las instituciones democráticas y, como tal, ha de ser castigado. Por cierto, Stu Block parece que está cantando ahora en Annihilator, a ver si ayuda a que levanten cabeza de una vez por todas.

      Eliminar
  3. Por lo que leo por aquí veo que, de momento, todos tenemos una sensación similar con este grupo. El primer contacto que yo tuve con esta gente fue el recopilatorio Days Of Purgatory (97) que alguien me pasó y catalogándolo de "tremendo". Yo le dí sus buenas oportunidades, pero había alguna cosa que no me cuadraba. Del puro headbanging pasaba un poco, sin ton ni son, a decelerar por completo metiéndose en unos berenjanales instrumentales que como digo, me cortaban totalmente el rollo. Y como bien decís, un tanto forzados y sin demasiada gracia.

    Al año siguiente me los encuentro en Wacken (98) compartiendo cabeza de cartel. Recuerdo que la peña me decía que a estos había que verlos sí o sí. Así que como no tenía nada más potable que ver me dirigí al escenario donde éstos tocaban. Allí no cabía un alma más. Toda la peña entregada a tope y hay que reconocer que dieron un buen show. Pero ahí estaba yo, con las mismas sensaciones que me dio aquel recopilatorio. Por unos momentos atronaban, por otros unos bostezos de puta madre.

    Me los he encontrado dos veces más. La primera, que creo compartián cartel con Annihilator y los ví desde la barra cerveza en mano. La segunda en Wacken 2007 y me largué a dormir a la tienda antes de que acabaran el primer tema.

    No sabría decir si éste Night Of The Stormrider es el trabajo que más me gusta, porque a decir verdad, hasta Something Wicked los muy mamonazos logran meterme 2 o 3 temas que me gustan mucho pero el resto me taladra soberanamente.
    Una cosa que personalmente les encuentro a Iced Earth es, no se cómo explicarlo, una sensación de que quedan huecos y falta rellenarlos. Para que se me entienda con un ejemplo: Vi a Loudness en una ocasión y sólo la guitarra de Takasaki llenaba por sí sola todo el recinto. Iced Earth no me dan esa sensación ni en disco, como que falta presencia de algo más, que no sabría decir si es cuestión instrumental, de producción o una sección rítmica con más pegada.

    Volviendo al disco que nos ocupa que ahora suena de fondo. Bueno, puede ser de sus mejores obras, pero sigo notando esas cortadas de rollo en algunos temas, que hacen que me cueste digerir el álbum entero.
    ¿Alguien recuerda los Demons & Wizards aquellos? Pues para mí ni con esas. Al final la culpa será del puto fascistoide este del Schaffer...jojojojooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me sorprende a la par que me congratula leer que no soy el único al que le ocurre esto porque a veces he tenido la sensación de que esta banda me debería gustar más de lo que lo hace. Supongo que me habrá coincidido algún Wacken en el que tocaran y estuviera yo ya que fui 6 veces durante los 2000's... pero ni siquiera soy consciente. Obviamente, siempre debí tener alguna opción mejor para ver, incluso en aquellos primeros años en los que me pasaba todo el día de bolo en bolo. Y a Demons & Wizards no los he escuchado en mi vida. Recuerdo perfectamente el momento de sus ediciones, pero la perspectiva de un híbrido Iced Earth/Blind Guardian nunca me ha parecido muy halagüeña, así que no me los he puesto en la vida.

      Como nunca los he visto en directo, no puedo corroborar tu impresión, pero es cierto que algo así les falta en estudio. Obviamente, no puede ser una cuestión de producción porque dudo que esto no tenga el trabajo de estudio necesario y la cantidad de guitarras suficientes para rellerar el conjunto, yo creo que tiene que ser cuestión de composición. Schaffer saca riffs, eso es innegable, este álbum los tiene por doquier, pero no tiene esa magia necesaria para componer una gran canción. A veces, consigue juntar varios riffs muy buenos y te levanta un tema, como ocurre, según mi opinión, en este álbum más que en ningún otro de los que ha editado, pero no sabe cambiar de un ritmo a otro. Se limita a pegarlos sin mucho tino y eso te desconcierta mientras lo escuchas y te hace perder el interés.

      Por cierto, cuántas veces habré comentado lo mismo que tú sobre Loudness con colegas. Los pude ver un par de veces en directo en el Rockfest y Akira Takasaki me dejó estupefacto... Vaya Cristo que monta él solito en directo. Muchos deberían aprender de él a la hora de llenar un escenario con su guitarra... ¡Qué puto máquina!

      Eliminar
  4. Yo los descubrí en un recopilatorio con un tema con Ripper y al tiempo ya lo escuché con Barlow el de Burnt Offering,el d versiones y el Dark Saga,que tengo original pork me gusta bastante las cosas de Todd Mcfarlane y Spawn y que descubrí en el Portal gracias a Hawkmoon.
    Musicalmente como decis no está mal aunque es un poco como si Hetfield tocase el solamente los temas de Metallica.
    Por cierto,vinieron a Mérida hace años y no pude d ir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí, a Galicia, que yo sepa, nunca han venido y tampoco es un a banda por la que me movería. Aún si tocaran aquí mismo en Vigo, me lo pensaría... Y en Wacken, me extraña que no me hayan coincidido ningún año, pero lo cierto es que no los recuerdo. También, si me coincidieran al mismo tiempo que otra banda medianamente interesante, dudo yo que me fuera a acercar a ver al terraplanista este...

      Eliminar
  5. Me pasa igual que ustedes, nunca logre conectar con esta Banda. También tengo la misma sensación de que es una Banda gringa con un toque europeo, así que es como quedar en el medio, no es ni chicha ni limonada. También comparto lo que dicen de que falto algo en las canciones, no terminan de enganchar, tienen como espacios vacios y se nota. Primero escuche en donde canta Tim Owen y luego en donde canta Matt Barlow, con los resultados ya dichos arriba, nada que me gustara, así que no los busque más. Y ahora presentas este disco, que tiene otro cantante y es uno de los tempranos de la discografía y me ha gustado y mucho. Es cierto que los cambios suenan algo forzados, pero hay discos peores. El riffeo es poderoso y ganchero, bien respaldado por la batería. Algunas canciones tienen un dinamismo en las guitarras, que me recuerdan al By Inheritance de Artillery. Se me da que Schaffer lo escucho y mucho, el disco de los daneses es de 1990, antes de este Night of the Stormrider, así que es posible. Los toques progresivos y sinfónicos están algo forzados, como ya se ha dicho, pero el pasaje como tal, está bien logrado, al final encajan, a pesar del cambio brusco en que aparecen, por lo menos a mi gusta como quedaron. Igualmente está bien producido y bien cantado, yo no le pediría más a este Monta tormentas, no se parece a nadie y esa dualidad gringa-europea aquí suena más que correcta y suficiente para que enganche. Comparto el 8 que le pusiste.
    Gracias por la Reseña Witch, llevo dándole al disco desde que lo publicaste y cada vez me gusta más.

    Un Saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues esta vez coincidimos totalmente, RockS. No, a mí Iced Earth nunca me han dicho gran cosa. Los conocí en la época de The Dark Saga con I Died for You (recuerdo perfectamente la canción), pero nada. Luego, algo escuché de Something Wicked this Way Comes, era complicado ignorar las ediciones de Mastertrax (la distribuidora de Century Media en España), y me causó cierta curiosidad la entrada de Ripper en la banda con The Glorious Burden. Sin embargo, ninguno de esos discos consiguió engancharme. Fue Desert Rain, en cambio, la que tuvo curro efecto en mí algún tiempo después y me llevó a comprarme este Night of the Stormrider. Pareciéndome su trabajo más completo, algo sigo pensando que no termina de encajar y creo que soy relativamente generoso dándole un 8. Creo que se lo merece porque la colección de riffs es envidiable, pero, lo que se dice canciones, es algo que a esta hombre le cuesta construir. Si en este, su momento más inspirado le ocurre esto, no me quiero imaginar en los momentos flacos...

      Eliminar
  6. Pues no nos gustan los Iced Earth y les plantamos un 8. Jajaja. Cierto que la banda tuvo distintas etapas y yo me enganché con Barlow en "Something Wicked This Way Comes", entonces me gustaron mucho y reincidí con el anterior "Burnt Offerings", discos que tengo enterrados por ahí desde hace 20 años. Este disco es otro cantante, es agresivo, tiene unos riffs que acuchillan pero adolece de falta de transiciones entre los cambios de ritmo, da la sensación de corta pegas y los hay que funcionan y otros no, además casi todas las canciones de Iced Earth tienen un problema que cuando escuchas otras bandas es muy evidente, les cuesta construir estribillos reconocibles. Tu escuchas Iron Maiden, Run To The Hills, ¿y el estribillo es? Cuando escuchas el tema, el estribillo queda bien enmarcado y tu lo cantas a pleno pulmón, puede que no sepas nada más de la canción pero el estribillo marcado a fuego. Two Minutes To Midnight, The Number Of The Beast, etc. Si escuchas el Master Of Puppets de Metallica, con escuchar una vez la canción el estribillo lo tienes claro. Así con casi todos los grandes, pero escuchas Iced Earth y en la mayoría de canciones no sé donde estoy y esto es un problema, nunca he entendido las estructuras de estas canciones. Exigen bastantes escuchas para cogerles el punto.
    Este disco me gusta pero no le daría más de un 7, tiene partes que me molan bastante y otras que son un poco batiburrillo.
    ¡Ay, Schaffer que se juntó con el hombre bisonte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Suena algo incoherente, ¿no? Bueno, en realidad es que a mí me gusta Night of the Stormrider, no te creas, es un CD que escucho de tanto en cuanto y de buen grado. Pero también lo considero el techo de este tío como compositor y como banda y, aún así, algo no termina de encajarme. De ahí ese 8 con reservas y hasta pudo haberse quedado en un 7,5. Lo curioso es que, cuando me planteé reseñarlo, partía de un 8,5 inicial y fui atenuándolo conforme le daba más escuchas atentas. A mí es lo que me ocurre con esta banda. De entrada, me impresionan, con esa exhibición de potencia, sus buenos vocalistas (salvo Gene Adam, quizás, que aún así, también tiene sus momentos), ese riffeo incansable y esas estructuras complejas. Sin embargo, cuanto más profundizo, más faltos de sustancia los veo, más carentes de estructura. Ahí es cuando me encuentro un pastiche de riffs sin demasiado sentido. Y, con todo, como los hay, y muy buenos, soy capaz de aguantar hasta el final. A ratos, me gustan mucho, a otros, no tanto. Si te digo la verdad, creo que el único estribillo, por llamarlo de alguna forma, que consigo recordar es el de Stormrider... Pero esto mismo me pasa con Time Does Not
      Not Heal de Dark Angel y también me gusta, hahaha.

      Eliminar
  7. Uf, que discazo. Lo amo, hay pasajes que son realmente evocadores y de una frescura tremenda. Espero todo bien, Witch. Has oido lo nuevo de Tokyo Blade?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hombre, Miguel, que alegría leerte! Pues no, no lo he escuchado, como siempre estoy sumido en mi nube de nostalgia, pero por tu alerta entiendo que merece la pena. Me acercaré a él en algún en algún momento de estos días. Un abrazo y espero que nos sigamos leyendo. Recuerda que tienes esta puerta siempre abierta.

      Eliminar
    2. La verdad sólo escuché un par de temas. No sabría decir si vale la pena todavía.
      Muchas gracias, sabes que por allá también tienes tu toalla. Schammasch sacó disco nuevo, no sé si te apetece parlar un poco, al menos en retrospectiva.

      Eliminar
    3. Me apunto el de Tokyo Blade para ver por dónde respiran. Lo cierto es que los álbumes recientes de bandas clásicas me suelen parecer de todo menos interesantes y a los únicos que veo manteniendo el pulso es a Satan. Si te soy sincero, no he vuelto a escucharlos desde Thousand Men Strong y acabo de flipar al ver que tienen cuatro discos desde entonces con Alan Marsh al frente... Oye, y a los Schammasch siento decirte que tampoco los tengo muy controlados. Escuché alguna vez Hearts of No Light cuando salió y recuerdo que me pareció interesantes, pero nada desde entonces. Lo que nos había quedado colgado era un monográfico sobre Steve Grimmett...

      Eliminar