miércoles, 15 de mayo de 2024

Scavenger - Beyond The Bells (2024 No Remorse Records)

1. The Warning Bell (1:55)
2. Black Witchery (4:19)
3. Watchout! (4:42)
4. Streetfighter (4:29)
5. Defiler (3:17)
6. Hellfire (4:39)
7. Slave To The Master (5:36)
8. Nosferatu (4:46)
9. Crystal Light (5:44)

En 1985 unos belgas apasionados de la NWOBHM, llamados Scavenger, sacaban su LP debut, “Battlefields”. No consiguen tener repercusión, además su sello discográfico Mausoleum se va a pique y ellos deciden dejarlo. Es una historia que en los dorados 80 le sucedió a miles de bandas. Scavenger no fueron la excepción. Con el tiempo, aquel debut se convirtió en un disco apreciado entre los amantes del heavy clásico más underground. Desde 1986, año en que se disolvieron, no volvieron a dar señales hasta 2018 donde Marc Herremans, guitarrista fundador y el batería Luc Ebinger reviven a Scavenger tomando a nuevos integrantes para completar la formación. Hacen algunos shows en Bélgica, tienen cierta aceptación. Finalmente, Marc y Luc dejan la banda por cuestiones personales pero no quieren que Scavenger acabe ahí sino que dejan a los nuevos miembros a los mandos y les desean que sigan manteniendo viva a la banda. De manera que, ¡oh dioses del metal! Scavenger siguen vivos pero sin ninguno de los “carroñeros” originales.

Los nuevos Scavenger o Scavenger 2.0 como prefiero llamarles, son: Tim Naessens y Kevin Demesmaeker a las guitarras, Vincent DL al bajo, Gabriel DS a la batería y Tine Callebaut a las voces. ¿Son herederos de ese sonido original de los primeros Scavenger? Sí y no, suenan a heavy hard clásico de los ochenta, NWOBHM incluida, pero son algo más variados en la propuesta y pueden recordar perfectamente a los Warlock de Doro y a los germanos Accept. Dobles guitarras, ritmos acelerados y voz femenina al frente que hacen todo un homenaje a la década del heavy metal, los 80.

Calentaron motores sacando de manera independiente un single con un par de temas nuevos en el 2020, cuatro años después se han lanzado con No Remorse Records con un larga duración, “Beyond The Bells”. Lo primero que destaca es el dibujo de la portada, elegante, misterioso y con algo de brujería, obra de Subhuman Being.

Dándole a play, lo primero es un intro “The Warning Bell” al estilo Dokken, tranquilita con acústica y un pequeño arreón eléctrico como presentando a la banda y por supuesto sonando las campanadas que podrían ser del infierno. Los tañidos dan paso a un riff cortante y rápido Black Witchery echa a rodar a lo speed con la base rítmica echando humo recordando a los primeros Exciter o a los también belgas Acid. La voz de Tine será una de las protagonistas principales del disco, Tine Lucífera Callebaut entre melódica y demencial, hasta en algunos momentos punk. Cierto que en el estribillo bajan la agresividad pero mantienen el gancho. Buen juego de dobles guitarras, más clásicas que los cuernos al viento. Es un tema potente, rompedor, con un buen estribillo, disfrutón y que da lo necesario a todo seguidor del heavy metal más clasicote.

“Watchout” sigue un rollo más hard rock de tintes tradicionales, un riff principal con energía pero más ligerita a las seis cuerdas que la predecesora. Estribillo directo a la yugular y con un par de cambios de ritmo para que no nos apalanquemos. De esos temas que en directo se corean y el público celebra. Me recordó a las Girlschool aunque podéis poner prácticamente a cualquier banda de los 80 que practicase un hard rock canónico.

“Streetfighter” comienza con unas guitarras bien engrasadas y con un puro sabor a los 80, ese hard heavy que también le sentaba a las peleas callejeras de los barrios chungos aunque con un estribillo con su puntito melódico. Un buen desempeño de los guitarras que se compenetran muy bien, un batería más que solvente y un vocalista que le echa toda la carne al asador y donde no le da la voz lo suple con un poco de morro.

“Defiler” me recordó de nuevo a Acid, intenciones de speed y de ir a 20.000 revoluciones. Tine se lanza unos gritos y entre demonios corremos sin descanso. Todo con un estilo entre callejero y patea-culos. Un tema que sirve para tomarse unos tragos jugando con la ouija.

Más tranquilos, dejando enfriar el turbo, “Hellfire” es un medio tiempo que sirve de punto de inflexión, es más aorera. Una canción construida desde el estribillo con algunas teclas de arreglo y las guitarras más comedidas.

Si hasta ahora todo ha sido un homenaje al género heavy hard de los 80, “Slave To The Master” pasa a copiar literalmente a los maestros Judas Priest y en concreto a la archiconocida “Night Crawler”, en un principio que empieza acústica no parece pero cuando salen las eléctricas es clavado a los de Birmingham, luego en el estribillo van por otros derroteros. Aquí se les ha ido un poco de las manos el homenaje.

Otro de los temas que te golpeará será “Nosferatu”, Scavenger van con todo mostrando ese gusto heavy por los riffs de guitarra, la contundencia de las bases rítmicas, además saben cambiar de ritmo y tener buenas melodías para los solos, los puentes y los estribillos. Destaca la parte solista del tema y el regreso a la tralla.

Manteniendo la velocidad, se despiden con “Crystal Light”, heavy speed cortante como cuchillo en la mantequilla para endulzarse en el estribillo. Con un buen equilibrio entre las guitarras y un sonido que deja sitio para todos los integrantes de la banda. El temas tiene un cambio al final como colofón son un solo de guitarra que se apaga y pone fin a un disco breve para los tiempos que corren, no llega a los 40 minutos, que deja ganas de más y no contiene despojos.

Como conclusión, es un disco que disfrutarán los seguidores del heavy speed tradicional, en la onda de nuevas bandas como Enforcer, Wolf o Skull Fist que homenajean los años dorados del heavy metal y a todas las bandas míticas. Un puntito adicional es una voz femenina que tiene un punto macarra. Tiene como puntos desfavorables algún homenaje que llega a la copia y algunos riffs poco llamativos. ¿Estos jóvenes belgas no podían haberse puesto un nombre de banda y no seguir como Scavenger que eran otros? A pesar de esto el disco merece la pena y se le puede sacar un buen jugo heavy.

3 comentarios:

  1. Te digo la verdad, Burn, cuando me hablaste de este álbum de Scavenger estaba completamente convencido de que se trataba de una banda nueva y en ningún momento se me ocurrió relacionarlo con los Scavenger que sacaron Battlefields en 1985. Así fue como lo escuché y me gustó, por lo que me pareció una oferta interesante y muy coherente. La cuestión es que, hace unos días, buceando en metal-archives para ver un poco mejor qué nos traíamos entre manos, fue cuando relacioné ambas cuestiones y te confieso que mi percepción sobre lo que están haciendo cambió considerablemente. Llámame cuadriculado, pero a mí estas cosas no me parecen bien, por mucho que tengan el beneplácito de los antiguos miembros (que habría que preguntarle también a los otros tres, aunque igual se la sopla). Si ya discuto la legitimidad de los actuales Accept o Saxon, imáginate esto, cuyo miembro más veterano lleva en la banda 6 años...

    Aún encima, con lo poco que les debe reportar acarrear el nombre de Scavenger ya que estos no eran ni una banda de tercera fila en los 80. Yo llegué a ellos hace años porque soy un "tarao", pero estoy seguro de que la inmensa mayoría ni siquiera habrá oído hablar y, si te soy sincero, tampoco recuerdo yo que se perdieran nada muy especial, habría que repasarlo... Que la historia igual les garantiza algún que otro puesto en un festival revival, que siempre farda decir que tu banda se formó en 1984 y todo lo que quieras, pero hay que tener la cara muy dura. No te puedes apropiar de una historia que no es la tuya de esta forma tan torticera. Y más aún cuando suenas como una banda completamente diferente. Muy lograda la oferta, pero estos Scavenger 2.0 suenan claramente como cualquier otra banda joven de la NWOTHM y, para nada, como los Scavenger originales (me acabo de poner ahora el álbum). Que este Beyond the Bells está guay, no lo niego, he pasado un buen rato con él y, sin duda, es de lo aprovechable que ha salido últimamente en este terreno, pero a mí esto no me parece bien...

    ResponderEliminar
  2. Como dices Witch, apropiarse del nombre no esta bien pero tampoco sabemos como se habrá realizado el acuerdo o las circunstancias que se dieron entre los miembros originales de Scavenger y los nuevos. Tampoco el nombre Scavenger es que les vaya a dar mucho crédito, son una banda muy desconocida, solo cuatro gatos habrán escuchado aquel disco del 84, tampoco aquello era para volverse loco. Yo los valoro por este trabajo y esa cuestión del nombre pues en este caso no la veo tan importante. Hay un puñado de bandas con el mismo nombre y ninguna pasa de ser bandas lejos de la profesionalidad, de cuarta fila. Si por ello no merecen ser escuchados pues adelante, el que lea las primeras líneas ya sabe que tienen un nombre que los miembros originales les han cedido.

    Sí me parece más sancionable cuando se tratan de bandas con un importante legado y un mayor poder dentro del género. Lo que son bandas profesionales que mueven pasta. El caso más sonado que me viene a la cabeza es Stratovarius. Timo Tolkki guitarrista que en los 90 encumbró a su banda a lo más alto de power metal, tras unos disparates mayúsculos en los 2000 derivados de sus problemas mentales (que darían para una novela de terror), decide renunciar al nombre de la banda en favor de los integrantes en aquel 2008, después de haber liderado la banda en todos los sentidos desde 1989. A lo mejor los que reciben ese regalo deberían haber pensado que quedarse con todo no era lo justo, podían usar otro nombre, pero siguieron con el mismo nombre pero haciendo otro estilo, mas progresivo, otra historia. Pero ese día de 2008 consiguieron una fuente de ingresos hasta el final de sus carreras. Es como si un tipo con el que compartes piso y es propietario del inmueble dice que se va y te deja el piso a tu nombre. Vivías alquilado y después de un tiempo de aguantarle, como no esta bien de la cabeza, te pone el piso a tu nombre y él se pira a vivir a la calle. Que Tolkki no estaba para tocar, ni llevar una banda, estaba para recibir un tratamiento, pero los otros solo pensaron en el dinero que les caía del cielo. Ahí siguen, sacan discos que no estan mal pero no son Stratovarius. Es cierto que los Kotipelto (que te encanta), Kainulainen, Johansson y Michael estuvieran diez años, en los más gloriosos de la banda, pero las composiciones y el plato principal era Timo Tolkki, hay que tener la cara de granito. Ahora siguen haciendo giras tocando los clásicos compuestos por Tolkki y que son el principal reclamo. A mí que no me esperen.

    Este asunto de aferrarse al nombre, a la marca, ya lo hemos comentado con las grandes bandas como Accept, Saxon, Judas. Esos nombres valen mucho dinero y siguen bajo ellos porque entra dinero. Hay casos de bandas con menos caché, ahí tenemos a Riot, ahora Riot V. Muere el alma del grupo, el gran Mark Reale y deciden seguir con su legado. Lo que quieren es seguir ganando dinero, además honran su memoria, pues claro es el creador de las mejores canciones y las que el público va oir a los conciertos. Se podrían haber llamado Thunthersteel y seguir honrando la memoria de Reale.

    Estos casos que nombro, son grupos con un legado en forma de discos y canciones que merecen un respeto, es una creación que no puede manipularse en beneficio de los que no contribuyeron o participaron minoritariamente. Otra cosa es una banda perdida de mano de Dio, con un puñado de canciones que tampoco eran para tanto y ahora unos jóvenes sacan un disco de un nivel similar o superior a aquél, puede ser una oportunidad para que un público actual vaya a aquel disco del 1985 enterrado por el tiempo y digan pues no estaba nada mal. Es como lo veo. A lo mejor Scavenger versión original ganan más teniendo un grupo de jóvenes peleando sobre los escenarios que sin ellos. Por lo menos no veo un insulto a aquella obra del metal belga.

    Saludos para el Dictator, te anticipo que lo próximo que traeré será algo de Timo Kotipelto en solitario que es donde muestra en esplendor esa voz que tanto aprecias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Concho, yo juraría que te había respondido a este comentario, pero debió de ser de esos que tuve que dejar a medias por algún motivo y nunca llegué a publicar.

      Supongo que tienes razón y en este caso lo del nombre es lo de menos. Quizás tiene mucho más sentido afrontar a estos Scavenger como una banda nueva que parte de cero. Sin embargo, con esto en mente, ¿por qué no hacerlo así? Pues te digo mi opinión, por poco que sea, creo estos nuevos Scavenger se quieren beneficiar del poco crédito que les otorgue su pequeña historia. Obviamente, no tiene nada que ver con el lamentable caso de Stratovarius, que mantienen la criatura de Tolkki en su ausencia contra viento y marea porque es su medio de vida y uno bastante lucrativo, calculo. Que duda cabe, sin Tolkki la banda carece de legitimidad. Por supuesto, igual que Riot sin Reale, aunque al menos estos han tenido la decencia de ponerse la V al final, con lo que entiendo que no se identifican literalmente como la misma banda. Peor fue el caso de Gaahl y King ov Hell que quisieron apropiarse de Gorgoroth una vez expulsaron a Infernus... Bah, es la historia de nunca acabar, mantener una marca porque se le saca rendimiento. Quizás por eso me cuesta más comprender esta maniobra de Scavenger, ¿qué rédito real se le saca a esto? Que puede ser una oportunidad para descubrir aquel disco de 1985, puede que sí, aunque no creo que su intención sea tan idealista. Yo supongo que habrá más de tirar un poco del nombre porque hará que algún sello como No Remorse se fije en ellos o los acaben metiendo en el cartel de un Keep it True o un Up the Hammers, cosa que igual no ocurriría si se llamaran de otra forma. Con todo, la valoración está clara, el álbum no está nada mal, Burn. Dentro del material reciente, es una escucha más que recomendable y lamento que la gente no se anime a probar con él porque merece la pena.

      Eliminar