26 años del "Como estais amigos" al "Como me jodieron amigos"

"Como estáis amigos" es el título de la última canción del "Virtual XI", el para muchos mayor zurullo, largo y lustroso, que cagó Harris sin la compañía de su vocalista más icónico, Bruce Dickinson. Así que aprovechando la reciente gira de Blaze Bayley celebrando el casi 30 aniversario del "The X Factor", tocando temas de esa etapa y, sabiendo que también pasaba por España, en varias fechas, entre ellas, mi ciudad. No he podido resistirme a darle una nueva vuelta a su onceavo disco, su álbum más puteado y vapuleado que había conseguido desbancar del último puesto al "No Prayer for the Dying". Si hay un álbum que todo fan de Maiden fue capaz de arrojar a un basurero, es este (menos yo, claro). El de las gafas virtuales y el fútbol. El peor trabajo para muchos. Ni la portada, ni el diseño, ni la producción, ni las canciones y, mucho menos, el propio Bayley parecía convencer ya a toda la parroquia de fans maidenescos. Nada parece acertado aquí. ¿Realmente es tan malo o fue despreciado injustamente?... 26 años de como Blaze Bayley pasó de cantar "Como estáis amigos" a "Como me jodieron amigos"...

Gers, Murray, Harris, Bayley y McBrain, año 98

Parecía claro que las horas de Blaze en La Doncella cada vez eran más oscuras. Ahora sabemos que mientras se gestaba este "Virtual XI", Harris se encontraba barajando la vuelta de Dickinson y sólo unos meses después ambos sería citados en la casa del astuto mánager Rod Smallwood para negociar su vuelta y planificar su regreso... Este elepé ya nacía muerto. Y muerto se quedó. No era más que un trámite para picarle el billete y así obtener su cabeza. El ex-Wolfsbane, ya era historia. Después de 26 años lo sabemos, ya de aquella más o menos se intuía que las cosas no iban bien, la sombra del apodado Bruce Bruce estaba siendo muy alargada pero, de ahí, a que se estuviera urdiendo su vuelta con el Bayley todavía dentro, no creo que muchos lo supieran. Parecía que Iron Maiden todo lo aguantaba. Ni sus descensos de ventas de discos, ni la menor afluencia de seguidores a sus shows, tocando cada vez en recintos más pequeños parecían no poder ablandar la cruzada de Steve Harris contra Bruce Dickinson. Sus luchas de poder por ver quién controlaba a la banda, ya habíamos visto que llevaron al espadachín de oro a tener que coger la maleta y abandonar el micro allá por el año 1993. Desde entonces estos dos genios mantuvieron un pulso de fuerza, por ver quién cedía o era capaz de aguantar más tiempo fuera de la nave nodriza. A toro pasado parece que la apuesta de Harris fue la más arriesgada o suicida. Su colega Blaze era un adversario muy débil y, aunque Dickinson también arriesgó lo suyo con su historia grunge de "Skunkworks", enseguida corrigió el rumbo, regresó al heavy y demostró por qué es uno de los más grandes haciendo esto. 

Así que, sabiendo toda esta película ahora es un buen momento para abordarlo desde otra perspectiva. Con unos Maiden desganados, sin motivación y con la cabeza puesta en preparar hasta el mínimo detalle el regreso de su hijo pródigo. Quiero entender que mientras cocinaban esta obra, surgió la oportunidad de repescar al esgrimista y no se lo pensaron dos veces. Con un Harris tocado, pasando un mal momento en lo personal. Solo, al frente de la banda, sin casi apoyo de Murray, ninguno de McBrain y muy poco de Gers. Un 23 de marzo de 1998 se edita este "Virtual XI". Si ya era fácil darle palos al Blaze, con este disco tuvieron la excusa perfecta para sentenciarlo, decirle que no valía y presentarle la puerta de salida. ¡Vete ya de una vez!, le gritaban algunos en los conciertos. Hasta le escupieron y todo (acordaros el bolo de Chile). El pobre del Blaze ya no sabía ni como coger el micro, si darle más vueltas o dejarlo como estaba. Lo peor de todo es que pudieron haberlo ayudado un poco, bajando la afinación de los temas o grabando sus voces con algo más de mimo, pero nada de eso hicieron... ¿No era tú colega, Harris? Hoy en día ya no tengo tan claro que Bayley fuera tan malo, y me consta que muchos que lo machacaron, ahora no opinan igual. Yo reconozco que también fui uno de ellos (no tanto), que me dejé arrastrar al verlo en aquel concierto de Ourense, en compañía de los Dirty Deeds y Helloween. Aquello no era el derroche de facultades al que nos tenía acostumbrados El esgrimista de Worksop y, está claro, que el colega de copas de Harris no podía, ni seguramente fuera el candidato idóneo para el puesto. Pero hoy, en 2024, a pesar de todos esos inconvenientes y limitaciones, escuchando otra vez esas canciones en puro directo, por alguna extraña razón, esos temas han renacido. Un momento, Lost. ¿Nos estás diciendo que esas canciones eran mejores de lo que pensábamos? ¿Pero qué te has fumao, colega? Podéis echarme y escupirme como al Blaze, pero esta noche estoy con Bayley...

Os aseguro que es toda una gozada volver a escuchar en directo ese "Sign of The Cross", "Futureal" o "Como estáis amigos", sí, coño, esa también, y la verdad es que viendo los videos, nunca mejor dicho, eran cuatro amigos los que estaban allí, pero cómo lo disfrutaron, colegas. Esos estribillos y coros retumbaron por toda la sala. No me digáis que la de "Lord of the Flies" no suena grandiosa. Sólo por oír ese ooooh cantando por una audiencia completamente entregada pone a uno la piel de gallina. Un tipo que había cantado para miles de fans, ahora estaba ante 100 almas, pero para el fulano, era como si fueran miles. Humilde, entregado, ya como perro viejo y veterano, de vuelta de todo. Sin ningún tipo de presión, curtido en miles de batallas, tras un telón más cutre que el palo de un gallinero. Sin apenas luces. Sin apenas banda (eran sus paisanos de Absolva los que lo acompañaban). Calvo, gordo, con la barriga hinchada, pero llena de heavy metal, allí se plantó. ¿Y sabéis qué? aquellas canciones funcionaron. 

Prefiero mil veces ver a un tío así, metalero de devoción y convicción, dándolo todo, interactuando con el público, disfrutando, aunque sea más limitado, a otro que nos dejó tirados a la primera oportunidad que tuvo. Ya sabéis de quién hablo. Mi ídolo Dickinson, cierto, un coloso y uno de los más grandes vocalistas de la historia de nuestro rollo, que se pasó al grunge sin contemplaciones. Nunca lo olvidéis. Sí, después sacó dos grandes obras en solitario y volvió a Maiden por la puerta grande, pero la mancha está ahí, y quedará para la eternidad. Siempre tendré la duda de que si le hubiera ido bien, no sé si hubiera regresado otra vez al Metal.

Aquí no se trata de comparar a nadie (ya sabemos quién gana) se trata de valorar la fidelidad de las convicciones rockeras y en eso a Blaze no le gana. Bayley siempre hizo heavy. No se le puede poner ni una tacha. Mejores o peores, el tipo siempre estuvo ahí, echando aceite al candelabro del heavy metal cuando otros no quisieron saber nada y se largaron sin mirar para atrás, viendo como la gran zorra del heavy metal dejaba de estar gorda y hermosa. 

Ha costado, pero hoy en día ya nadie se atreve a criticar "The X Factor", sería de ser un gran desagradecido e injusto con Bayley decir que es un mal disco pero, con este "Virtual XI", todavía le persigue su leyenda de álbum perdedor y maldito. Una soberana mierda, y yo no lo creo, tíos. Y a las pruebas me remito. Esos temas suenan mucho mejor hoy que cuando eran interpretadas por los propios Maiden. Os propongo que probéis a catarlas en este SEÑOR CONCIERTO ofrecido el pasado día 28 de enero, en Madrid, y me digáis si no  suenan realmente bien... Grabadas a pelo, con un simple teléfono móvil, allí estaba Bayley, sin más armas que su voz para convencernos de que la vida había sido injusta con él. ¿Qué necesidad tenía este hombre de estar ahí?. Ninguna. Podía estar viviendo tranquilamente de lo que juntó con Maiden, pero ahí estaba. Debajo de dos focos y delante de cuatro gatos, luchando, defendiendo su legado. Creyendo en él y descubriéndose también como un gran y gracioso showman, que se llevó de calle y supo meter a los cuatro incondicionales que había allí en su bolsillo. Dicen que una canción no es canción hasta que no la canta el pueblo, y en esa noche, hubo varias que fueron cantadas por el pueblo.

Todos sabemos que esos temas comparados con sus clásicos ochenteros quedan muy pequeñitos, muy cierto. De Maiden siempre esperamos el 100% y aquí estaban a un 50% de posibilidades. Pero igual pasa con todo lo que hizo La Doncella a partir de "Brave New World". Me da la impresión de que; "Dance of Death", "The Final Frontier", "The Book of Souls" o "Senjutsu", no quedan muy bien parados si hacemos la misma comparativa. Ya, pero está Bruce, ah, amigo, entonces la cosa ya cambia. Todo se perdona y magnifica. Lo mismo que se hizo con la vuelta de Dickinson. Hecha con todo lujo de detalles. Sin escatimar gastos. Se contrató a un buen productor. Unos estudios en Francia (no el granero de Harris). Para el diseño volvieron los pinceles inolvidables de su portadista más querido, Derek Riggs y los de EMI empujando, metiendo pasta sin freno. Igualito que hicieron con Bayley y este "Virtual XI". Iron Maiden de aquella eran la "Harris Maiden Band" y quedó claro que La Dama de Hierro sólo daba lo mejor cuando estaban su trío de ases: Dickinson, Smith y el propio Harris. Por eso os digo que, teniendo en cuenta todo esto y viendo la situación del heavy en aquellos años, con un Bayley cuestionado, superado desde el minuto uno y sin apoyos, este disco, después de 25 más 1 año, ha pasado la prueba más difícil: La del Tiempo.  

Bayley con los Absolva en su bolo en Madrid, 2024

La producción tampoco es de lo mejor. Nada fue atendido en este disco, ya os lo dije. Todo es, coge el dinero y lárgate. Y eso que volvieron un poco a ese sonido más crudo y directo de sus inicios pero, producido por Harris en su cobertizo del condado de Essex, qué esperabais. Que son pocas canciones y algunas como, "The Angel of the Gambler" y "Don´t Look to the Eyes of a Stranger" son repetitivas y estiradas como un día sin pan. Relleno puro. Acaso el "No prayer for the Dying" o el "Fear of the Dark" no tienen relleno. Creo que en la primera está uno de los errores más gordos de este disco. Haber metido la de "El ángel y el jugador". Y mucho menos como single. Aunque la idea no era mala, al estirarla tanto, rompieron la dinámica y agilidad del álbum. Si obviáis ese tema, el disco discurre como un tiro. De la inicial "Futureal" rollo "Be Quick or Be Dead", saltáis a una de las pocas contribuciones de Murray, "Lightning Strikes Twice" para que Bayley cante de lo mejorcito del disco y sirva de enlace para la épica "The Clansman" uno de los himnos del trabajo, de las pocas que todavía perdura en sus directos y que esa noche llevó al éxtasis a todos los presentes. No quedó un alma que no gritara: ¡¡¡Freedooom!!!!. "Fredoom para Bayley", colegas. Todo un homenaje al guerrero escocés William Wallace, que fantásticamente inmortalizó Mel Gibson en la peli "Braveheart".

"When Two Worlds Collide" y "The Educated Fool" también cayeron esa night, prendidas de esas melodías y acompañadas de las gargantas de los seguidores, recrearon una energía desconocida que no se sentía en el disco, ambas retumbaron por todos los rincones de una sala Moby Dick, con un aforo para 250 personas como de un gran estadio se tratara. Ya no aparecería la séptima del disco. "Don´t Look to the Eyes of a Stranger", que igual nadie echó de menos y que sería sustituida por una frenética y veloz "Man on the Edge" donde la audiencia gritó tan alto y fuerte como si su vida dependiera de ello (no os la perdáis en el video).

El trabajo se cierra con el homenaje a sus fans argentinos y a la guerra de las Malvinas que esta noche no usaron para finalizar el show. Simplona y básica, funciona a las mil maravillas para emocionar al respetable y sirve para que Bayley se explaye totalmente. Completamente emocionado bajo los arpegios de sus guitarristas, puedo entender por qué esa noche salió triunfador. Este hombre se había liberado. Sin la presión ni exigencias de estar en la mejor banda de heavy metal del mundo, moviéndose en su terreno y consciente de ser él el que controlaba todo, Blaze Bayley es otro. Arropado por cuatro músicos entregados completamente a la causa, casi anónimos, ilusionados y como si fueran un fan más, dieron merecida justicia a esas composiciones y demostraron que sólo tenían un defecto. Uno muy gordo e imperdonable: No haber sido creadas por BRUCE DICKINSON.  

Espero que el tiempo conserve por muchos años a Blaze Bayley, y pueda seguir ofreciendo estos shows por el mundo adelante. Soy consciente de que a muy poca gente le interesa ya lo que haga este tipo y, aunque me hubiera gustado verlo en mejores condiciones, en un recinto mucho más grande, con más luces y tras un gran escenario. Rodeado de mucha más gente. Siempre tendrá mis respetos. Esa noche se lo ganó y demostró que "Virtual XI" a pesar de todos los inconvenientes, palos y hostias que le dieron, es capaz de hacernos pasar una gran noche de heavy metal. Después de un cuarto siglo de haber sido despedido de Iron Maiden, sus canciones siguen todavía vivas en el corazón de muchos metaleros... ¿Cómo estáis amigos? Jodidos, pero contentos de volver a verte, Blaze.

Bayley victorioso, en su concierto en Barcelona ,2024