miércoles, 10 de enero de 2024

In Aeternum - Forever Blasphemy (1999 Necropolis Records)

1. Majesty of Fire (5:13)
2. Spawned to Crush (4:31)
3. Reaper in Black (4:29)
4. The Pale Black Death (5:20)
5. Forever Blasphemy (6:21)
6. Of Unhallowed Blood (5:43)
7. When Vultures Left (5:43)

Vamos con otra que había dejado a medias para el Portal… Resulta curioso pensar cómo hay bandas que en su momento tampoco te parecen para tanto y que, al volver a ellas años después, acabas encontrando una magia que no supiste ver entonces. In Aeternum fue una de ellas.

Recuerdo en mis tiempos escribiendo en el Bloody zine, lo que nos sitúa a finales de los 90 y principios de los 2000, que mi compañero en tales menesteres, Dani, era bastante seguidor de estos aguerridos muchachotes suecos que tuvieron la desgracia de debutar tardísimo, aún cuando llevaban dando por saco desde 1992 bajo el apelativo de, oh coincidencia, Behemoth. Tanto, que los entrevistamos por aquella época, a raíz de su recopilatorio “Past and Present Sins” de 2001, si la memoria no me falla. Un par de grabaciones sin mayor importancia aparecieron en su día como Behemoth y, seguramente, por la coincidencia con cierta banducha polaca que entonces se empezaba a hacer un nombrecillo en la escena, acabaron rebautizándose como In Aeternum hacia el 94 o 95. No sé si todo aquello les hizo perder un tiempo precioso, pero, con la coña, el amigo David “Impious" Larsson se plantó en 1996 editando su tercera demo, mientras la inmensa mayoría de sus colegas de escena tenían un par de álbumes editados a esas alturas y ya se habían labrado una reputación que llega hasta nuestros días. La cosa siguió sin carburar y a esta demo siguió un EP autoeditado por Larsson y, en 1999, su esperado, por ellos, entiendo, álbum de debut, “Forever Blasphemy", grabado junto al bueno de Fredrik Nördstrom en sus Fredman Studios. Quien, dicho sea de paso, de black metal nunca tuvo mucha idea. Y esto lo digo porque tendrá cierta repercusión en el álbum en cuestión. Luego voy con eso…

Más o menos, en torno a esa época supe yo de ellos. Bueno, miento un poco. Para ser sinceros, cuando editaron su segundo “The Pestilent Plague", momento en que Dani me dejó ambos CD's. Me gustaron, no diré que no, pero tampoco me volvieron loco. Los grabé en CD, cosa que era habitual por aquel entonces, los escuché con cierta moderación y los almacené en una pobladísima estantería con las toneladas de material que en aquella época llegaba a mis manos. Sea porque yo ya no estaba particularmente interesado en bandas de este corte en su momento, sea porque quedaron enterrados en medio de una marea de CD’s que me hicieron pasar un poquito de ellos, tampoco dejaron una huella muy profunda en mí. Y, si alguno escuché con más frecuencia entonces, fue ese segundo esfuerzo del año 2000, básicamente, porque era más animal que el debut y hace 24 años aún sentía un respeto por Peter Tägtren que, para qué negarlo, se ha ido diluyendo con el paso del tiempo. Bueno, “The Pestilent Plague" fue grabado por su hermano Tommy, pero, para el caso, viene siendo prácticamente lo mismo. 

La cuestión es que, revisitados años después (décadas, diría), fue, en cambio, este “Forever Blasphemy" el que más me llamó la atención. Tuve la fortuna de encontrarme a muy buen precio una copia del LP editado por Merciless Records (el CD lo sacó la americana Necropolis) y no me lo pensé dos veces. Lo que en su día tampoco me había parecido muy digno de mención, 15 años más tarde era algo que realmente me apetecía volver a escuchar. Quizás es que esto, justamente, es algo que para el año 2000 ya estaba más que trillado y, con el paso del tiempo, fue cobrando un valor que no le di en un inicio. Quizás es el reencuentro con un sonido familiar que me enamoró en la adolescencia o quizás que me estoy haciendo viejo y, por tanto, un abuelete, pero este debut de In Aeternum me sonó bastante mejor 15 o 20 años después de su edición, que la primera vez que me lo llevé a la oreja. Bueno, sonar precisamente no, y ahí vuelvo al comentario previo sobre el amigo Nordström. Asumo que los Abyss Studios estarían ocupados cuando se grabó esto en octubre del 98 (según mis indagaciones, primero con Dimmu Borgir y después con Thyrfing), porque el resultado final no parece compensar las más de seis horas en coche hasta Gotebörg. Más cuando Parlby, donde se encuentran los Abyss, está apenas a dos de Sandviken, hogar de In Aeternum. Y por cuestiones de precio dudo que fuera. Hasta creo que habría sido mejor idea moverse a los Sunlight, que les quedaban bastante más a mano, porque si hay algo que resta enteros a “Forever Blasphemy" es una producción poco acertada de Nordström. No mala necesariamente, pero todo suena algo embarullado. La estridente distorsión de guitarras ensucia un poco y tapa los buenos riffs y melodías de Impious y Paul Johansson (ex-Sorcery) y la batería de Joacim Olofsson, simple y llanamente, suena “desagradable". El sonido de la caja es espantoso y los bombos, a ratos, ni se distinguen. A veces me pregunto cómo puede estar grabado por el mismo tío que pocas semanas más tarde estaba metido en el estudio con In Flames para dejar constancia de su exitoso “Colony". Vale que el presupuesto no sería el mismo, pero esta diferencia… Pongamos un ejemplo gráfico muy próximo en estilo y circunstancias económicas. En abril del 97, la misma Necropolis paga la estancia de Dawn en los Abyss y el resultado final deja muy mal parado el trabajo de Fredrik Nordström en comparación. No sé yo si este hombre tenía muy claro cómo debían sonar estas historias y a los hechos me remito: Nifelheim, Swordmaster, Lord Belial e In Aeternum, todo su currículum en el estilo hasta la superproducción de los mismos Dimmu Borgir del 2001… pero eso no es black metal, así que no cuenta. Poco bagaje para un productor sueco de la época con este renombre, ¿No? Por algo sería… Es de esas cosas a las que te acabas acostumbrando, pero “Forever Blasphemy" podría, incluso debería, sonar mejor, y más en Suecia a finales de los 90.

Bueno, tampoco os quiero engañar, lo de In Aeternum no era exactamente black metal. No más que lo de Dissection o Sacramentum, vaya. Que va, lo de estos tipos en su debut, era ese mismo híbrido entre black y death metal con tralla y melodía a partes iguales que tanto me gusta. Cayendo un poco del lado del black en este caso y quizás con algo más de thrash en la mezcla, pero por ahí se mueve lo cosa. 

“Majesty of Fire" arranca rápida, poderosa, ruidosa. Asumo que uno de sus temas más representativos (tampoco he seguido tanto su carrera para saber cuáles son sus “clásicos”), teniendo en cuenta que la han repescado para su más reciente EP de 2016. Supuestamente siguen en activo, pero no han editado más que ese “The Blasphemy Returns" y otro recopilatorio en los últimos 15 años. Las cartas sobre la mesa rápidamente. Un riff demoledor, un blast-beat no muy rápido y la desgarradora voz de nuestro “impío" amigo David que me recuerda mucho a la de Legion en sus años en Marduk. Rasgada, dolorosa, no cambia nunca de tono, pero el tío escupe azufre en cada una de sus proclamas luciferinas. El contrapunto melódico lo aportan una guitarras que, ocasionalmente, se detienen en algo más que disparar metralla. Ciertas melodías épicas por aquí y por allá y un solete bastante apañado a cargo de Vassago ("Pepa" para los amigos, algo que siempre me ha entusiasmado) de sus colegas Lord Belial. El choque inicial de la producción se va amortiguando y al final te vas haciendo con el sonido, aunque, repito, podría ser mejor. 

Estructura a la inversa lleva una “Spawned to Crush" que comienza más lenta y va ganando violencia en su imparable avance. Tienen algo In Aeternum que engancha. Esa capacidad de sonar relativamente accesibles sin comprometer su identidad metalera que comparten con algunas otras bandas suecas. Obviamente aquí siempre me vienen a la cabeza unos Dissection de los que sin duda Impious debe ser fiel discípulo. Buen solo otra vez del amigo Vassago y mucha pirotecnia hacia el final. Te vas a quedar con esta después de los 37 minutos que dura un “Forever Blasphemy" que gusta cada vez más conforme va pasando. Igual que con unas brutales “Reaper in Black" y “The Pale Black Death", seguramente mi favorita, que se manejan a la perfección en ese fino equilibrio entre la brutalidad y la melodía que se le da también a los suecos. Justamente eso que echo de menos en unos Marduk post “Opus Nocturne” con quienes comparten el gusto ocasional por la furia desatada. La habilidad de In Aeternum está justamente en su capacidad para combinarlo con oportunas dosis de melodía que hacen más entretenida la escucha a largo plazo.

La cosa no decae en la trilogía final, aunque la claves vienen siendo las mismas. “Forever Blasphemy", la heavy “Of Unhallowed Blood" y otra bestial “When Vultures Left" vienen cargadas de más baterías aceleradas, más riffs descarnados, más voces abrasivas y más melodías efectivas. Ahí está el secreto de este “Forever Blasphemy", resultar escuchable y accesible sin poner sus credenciales en tela de juicio. Sonar a black metal y a death metal, mostrando un respetuoso tributo al heavy y al thrash. Así comprendemos algunos esta historia y así nos gusta…

Posiblemente, a “Forever Blasphemy" le falte el punto de genialidad que hace de otros como “Storm of the Light's Bane", “Far Away from the Sun" o “Nær sólen gar niþer for evogher" clásicos atemporales. No, In Aeternum no son tan buenos, pero sí se pueden sentar cómodamente a la mesa con ilustres segundones como Lord Belial, Naglfar o Setherial. Estamos ante un buen álbum, al que le habría sentado de maravilla una producción más ajustada (hasta el batería, que es el mismo, parece mejor en “The Pestilent Plague")… y seguramente haber salido tres o cuatro años antes. Pero como esto del timing ahora me da un poco igual y, como ya dije, al sonido te acabas haciendo, únicamente queda sentarse a disfrutar con un estupendo trabajo de black/death metal como sólo los suecos saben hacer. Eternamente blasfemos…

8/10

6 comentarios:

  1. No quería dejar huérfana de comentarios esta reseña. Y más que después de aquel top de Swedish Black/Death llevo unas semanas en modo "Blackened" total.
    Creo que mencionas algo parecido en la reseña Witch, y es que a mí me pasa con cierta frecuencia que un disco que hace como 15 años que no escucho y que en su día no me pareció gran cosa, al rescatarlo a día de hoy me parecen muy buenos. Y esto lo digo más que nada por esos, también suecos Abyssos, cuyos dos discos paridos a finales de los 90 en su día me parecieron una mierda vampírica que tanto se estilaba por entonces, y ahora veo un Black metal bastante melódico que sin llegar al nivel de los más grandes si los encuentro de un nivel más que notable.

    En cuanto a estos In Aeternum es un poco como el caso de Abyssos en cuanto al nivel que gastan. Eso sí, a éstos los conocí cuando sacaron su segundo The Pestilent Plague y el flechazo fue inmediato. Para mí, en aquel tiempo eran lo más: Poderosos, contundentes, con ciertas dosis de melodía y encima con producción "del palo Dissection". Lo cierto es que bastante después cayó en mis manos éste que nos ocupa. Forever Blasphemy no me atrapó de la misma manera que lo hizo su sucesor. Quizá fuera la producción, o que tuviera un punto más melódico que el segundo. No fue hasta varios años después en que llegó un punto que no podía decantarme por ninguno de los dos, así que simplemente me olvido de esta absurda decisión y disfruto de ambos por igual, un día me gusta más uno y otro día el otro.
    Si que es verdad que noto la parte melódica más presente en éste que en el Pestilent Plague, quizá por la contundencia y el tratamiento de producción tan demoledor que tiene éste último.
    Trabajos posteriores no me resultan malos, pero como que no les hice demasiado caso. Quizá de aquí a diez años, cuando los revisite, volveré a ver la luz...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto que pasa, Odin. Yo llevo ya bastantes años en un proceso de revisionismo total y hay muchos que no me dijeron gran cosa en su día, que hoy disfruto como un enano. Incluso dentro de otros estilos más clásicos, trabajos que a primera escucha no me parecieron más que discretos y, por tanto, prescindibles, me acabaron llenando el ojo con el tiempo. Mucho de esto lo hice en el Portal. Al comprobar que prácticamente todo lo medianamente aclamado estaba ya revisado, me vi en la obligación de rebuscar en las profundidades y dar segundas oportunidades a muchos que se me habían pasado. Con la broma, acabé ampliando muchísimo mi playlist habitual y huyendo accidentalmente de las bandas más reconocidas. No sé yo el tiempo que hará que no me pongo un álbum de Maiden, Judas, Accept, Running Wild, W.AS.P., Dio, King Diamond... para escuchar con calma. Y ya nombro justamente estos porque son mis indiscutibles favoritos desde siempre.

      Otra vez, compruebo que, con In Aeternum también, vamos en paralelo. Ya leíste, justo llegué a ellos a la salida de The Pestilent Plague y, entre los dos, me decanté claramente por ese segundo álbum. De entrada, baja mucho más fácil, a pesar de ser más extremo. La producción Abyss está más lograda que la del debut y tiene mucha más caña. Es decir, en un contexto con unos Marduk o Dark Funeral fuertes, encaja a la perfección, aunque tuvieran un poco más de gancho melódico. Pero, ojo, yo creo que el encanto de Forever Blasphemy está algo tapado. La primera cuestión es la producción, ya comenté que no le hace ningún favor. No define bien, tampoco prima la atmósfera, está mal enfocada, resulta algo ruidosa y embarullada. No sé si será cuestión de mezcla, que no está bien sonorizado o simplemente que el presupuesto no alcanzó para dedicarle más tiempo. Esto del black no es lo de Nordström, creo yo. El primero de Nifelheim no suena nada mal para el estilo que es, pero discos como Wraths of Time, Enter the Moonlight Gate o este habrían quedado mejor en manos de otro.

      Segundo. El trabajo de guitarras en The Pestilent Plague es más plano, más concentrado en en el riffeo y la brutalidad, perdiendo en buena medida el gusto por la melodía. Supongo que también influirá que en el segundo no colabora Vassago, con lo que tampoco hay ni un solo, mientras que en el debut mete solistas en cuatro de los siete temas. Hoy, escucho algo más este Forever Blasphemy, pero me parecen dos trabajos solidísimos de black/death a la sueca.

      Con lo que vino detrás, igual que tú. Los escuché algo, pero tampoco me parecieron gran cosa. Los he estado repasando estas últimas semanas y siguen con la evolución iniciada en The Pestilent Plague. Cada vez más death y menos black, cada vez más brutalidad y menos melodía. Recuerdo que se les empezaba a comparar con Angelcorpse de aquella, lo que para mí no supone precisamente un piropo... No me han disgustado estos días, son trabajos bien tocados, suenan bien, se dejan escuchar, pero tampoco hay nada que me fascine y que me vaya a traer a ellos en el futuro, una vez me haya vuelto a olvidar un poco de In Aeternum.

      Por cierto, asumo que tienes bien controlados a Merciless, pero, por si acaso, no dejo de sugerirte una escucha a su Unbound porque me da la impresión de que va a ser muy de tu estilo. Un saludo y gracias por inaugurar a In Aeternum.

      Eliminar
  2. No tenía claro si ubicar este comentario en la propia reseña de Merciless, pero bueno, viene bastante más al caso aquí, ya que estamos hablando de grupos que se valoran más con el paso del tiempo que en el momento que sacan sus trabajos. En el caso de Merciless, a mí me llegaron unos años tarde, en unos 90´s en que yo andaba a tope con el Death y Black Metal.
    Roconozco que su abominable "The Awakening" (en el buen sentido), me llegó más que nada por el rollo de fichar con el sello de Euronymous más que otra cosa. Y como ya digo, es en esta época que en mi continua búsqueda de material más extremo, Merciless se me quedaban en un terreno ya trillado, como bien dices, por unos Sodom o Kreator, quizá todavía más extremos, pero no tan pesados como podian ser unos Entombed, Grave o Carnage.
    Y es unos años más tarde, en que los oídos están más abiertos y centrados en los que te da por recuperar este viejo material y ves la luz. Estos tíos se cascaron una burrada de disco pero que en mi opinión, ya en su segundo The Treasures Within bajaron algo el nivel con unos temas en que ya empezaban a levantar algo el pie del acelerador y la producción sin ser mala tampoco me convence del todo.
    Y ahí quedaron Merciless hasta que hace unos días escuché el que escuché algo del Unbound y la verdad es que me ha gustado bastante. Creo que lo mencionas, efectivamente es una evolución muy parecida a un Coma Of Souls. Muy buen equilibrio entre melodías, partes más cañeras y una producción notable.
    El que ya no me ha gustado mucho, aunque tampoco es un disco horrible es el último que sacaron del 2003 "Merciless", con ritmos más lentos y machacones y algo más groove pero bueno, no está nada mal (si al final me gustará...).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual hablas casi más de Merciless que de In Aeternum, pero también es cierto que me respondes a este mensaje... Bah, que da lo mismo, yo lo iba a leer igualmente y contestarte.

      Sí, a eso me refería, creo que casi todos llegamos a The Awakening por la cuestión Deathlike Silence. Al final, era el puto Euronymous quien los eligió, junto a unos pocos seleccionados como Burzum, Enslaved y, obviamente, los propios Mayhem. Eso tiene que significar algo. Pero, coincidimos, no era más que thrash a lo bruto, con un poco de death, pero ya muy superado para 1990. Es que no hay duda, al lado de lo que empezaban a hacer los Death, Morbid Angel, Obituary, Entombed, Carnage... lógicamente, Merciless se quedaron cortos. Entiendo que su ofrecimiento no llegara más lejos en su día. Y lo mismo para los dos que le siguieron. Ya el cuarto, como os digo, es que ni me molesté. La cosa es que este Unbound me gusta, más que The Awakening, te podría decir. Yo es que hasta con el thrash soy un poco tocapelotas y me suelen gustar más las bandas algo más pulidas de los años 89-90, que el rollo bruto a lo alemán. Y eso que Sodom y Kreator me encantan, pero también te digo, más lo que hicieron de maduritos a partir del 87-88 que sus primeros LP's.

      Eliminar
  3. A mí me parece un gran disco también. Claro que, no tuve problema (digamos) puesto que le escuché tiempo después en el momento en el que empecé a adentrarme en las bandas, más o menos, del estilo de origen sueco. Durando poco más de media hora, invita también a darle segundas escuchas. Considero que, hay dos problemas, vamos para que la banda no se hiciera un nombre. No me gusta decirlo así pero no hay otra forma: El paso del tiempo (se alejan de la edad de oro) y la producción. En este segundo caso veo una especie de arma de doble filo:, Quizás adecuada para comenzar en el estilo (por decirlo de alguna forma) pero que no es apropiada para aquellos que conocen de sobra las coordenadas en las que se mueve está gente. De todos modos, como decís: Un buen álbum de segunda fila. Disfrutable y con sus grandes momentos. La voz me parece muy acertada. Spawned es la que más me gusta, junto con The Pale y Forever. Poco aporto, pero hasta bien entrada la década pasada, ahí seguían. Gran disco, desde luego que sí!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, ya te imaginas. In Aeternum debutaron tardísimo y eso que llevaban dando vueltas desde el 92. Siete añazos para publicar este debut, teniendo en cuenta los círculos por los que se movían, me parece una barbaridad. A ver, que en el 91 David Larsson ya te estaba grabando una demo en los Sunlight con Per Nilsson (Nocturnal Rites, Scar Symmetry) y Henka Olsson (Theory un Practice, Scar Symmetry) y Matti Karki metiendo voces... No parece algo muy lógico para una banda de la época.

      Y luego, el asunto de la producción. No es terrible tampoco, pero a estos niveles cabría esperar algo mucho más apropiado y más aún asociado a un nombre como el de Nordström. A ver, que el tío engaña un poco y no es que el black fuera precisamente lo suyo. Y encima a estas alturas ya era un productor potente. Lo de Swordmaster o Nifelheim en el 95 tiene un pase, pero en el 99 este tío ya era muy conocido como para permitirse una chapucilla semejante.

      Eliminar