Los 10 del Dictador para... 1991

Arrancamos los 90... Iréis viendo ahora en mis listas que la cosa se va complicando y me iré alejando cada vez más de lo que entendemos por hard y heavy metal tradicional. Seguían saliendo buenos álbumes dentro los estilos más clásicos, pero siento que lo verdaderamente relevante empezaba a venir desde más abajo. En mi caso, el death metal, que estaba en pleno apogeo en 1991, el doom, con los pioneros Paradise Lost y, dentro de no mucho, el black metal, que todavía no era más que un proyecto a estas alturas. Junto a ellos, tres o cuatro bandas de los 80 que llegaron a este año en su momento de madurez y sacaron los mejores álbumes de su carrera. Let's go...

1. Death - Human (Relativity)

¿A qué no os imaginábais un álbum de death metal en el #1 de un top anual? Pues ahí está Chuck Schuldiner y la que considero su obra magna. Uno de los discos más definitorios de lo que es el estilo al que él mismo dio nombre (que sí, que no me olvido del título del tema de Possessed). Si alguien me pidiera un ejemplo claro para ilustrar qué entiendo yo por death metal americano, recurriría a “Human". En primer lugar, esta es la definición perfecta del “sonido Morrisound", el álbum que Scott Burns debería utilizar en una escuela de música para presentar su trabajo. Y luego está Chuck. El salto que pega aquí desde “Spiritual Healing" es gigantesco e inaugura un nuevo ciclo de la banda, la “etapa Miville", en la que se sacude de encima todo cliché propio del metal extremo. Directamente, aquí Chuck va a su bola, no mira hacia ningún lado y establece el estándar con cada nuevo paso que da. Cada álbum que saca, crea escuela y deja tras de sí un reguero interminable de imitadores. Eso sólo está al alcance de los elegidos. Su compañía en esta ocasión, otra vez, de verdadera excepción: Steve DiGiorgio (Sadus), Paul Masvidal (Cynic) y Sean Reinert (Cynic), así que ya os podéis hacer una idea, el nivel técnico es insultante. Mi primer contacto con ellos, a través del vídeo de “Lack of Comprehension" hace ahora 28 años fue totalmente revelador, la experiencia vital que me hizo interesarme de verdad por el death metal.

2. Skid Row - Slave to the Grind (Atlantic Records)

“Slave to the Grind" tiene la producción más brutal de todo el heavy metal americano, así de simple. Lo que hizo Michael Wagener con ellos aquí es una auténtica virguería y, ya sólo por eso, merecería su hueco en la historia. De todas formas, los temas acompañan. Si en 1989 editaba uno de los mejores debuts de todos los tiempos, resulta impresionante observar cómo se reinventaron un par de años después. Aún siendo ellos mismos, le dieron una vuelta de tuerca a su sonido y, como todo material de esta relevancia, acabaron siendo imitados hasta la saciedad, igual que había ocurrido dos años atrás. Sin renunciar completamente a su esencia más hardrockera, hacían un guiño a las bandas más rompedoras del momento y acababan con un híbrido entre hard, sleaze, punk y thrash metal realmente irresistible. Te saltaban de la tralla descomunal de una “Monkey Bussiness" o “Slave to the Grind” a la sensibilidad de una "Quicksand Jesus" y se quedaban tan tranquilos. No obtuvo el mismo éxito que su debut, pero fue doble platino en EEUU, lo que da una ligera idea de la repercusión que tuvo en su día. En 1991 eran una de las bandas más populares del mundo junto a Metallica y Guns ‘N Roses y sólo os puedo decir que a principios de los 90 todos los escuchábamos.

3. Paradise Lost - Gothic (Peaceville Records)

Cambiamos radicalmente de tercio y, de los callejones de New Jersey, nos vamos a la campiña inglesa. En 1988, nacía en Halifax esta verdadera anomalía dentro de la escena ochentera. Ya os comenté en otros lugares que el heavy metal británico se fue a la mierda a mediados de los 80, así que la escena se empezó a mover con inquietud bajo tierra, ahí aparecieron Paradise Lost nadando entre aguas las del thrash, el rock gótico y el crust/punk. Ya sé que suena bastante pintoresco, pero una banda que tenía como referencias fundamentales cosas tan alejadas como Celtic Frost, The Sisters of Mercy, Candlemass y Confessor estaba condenada a salirse de los esquemas. Siempre valientes, siempre mirando hacia delante, estos cinco chavales paliduchos marcaron el paso durante los 90, primero para el doom/death y luego para el metal gótico, ahí es nada. Otros que, con cada paso que daban, marcaban tendencia y generaban decenas de imitadores. Absoluta referencia a principios de los 90, los de mi quinta recordaremos con facilidad cuántas veces leímos eso de “suenan a Paradise Lost" aplicado a múltiples bandas. Unos simples críos aquí todavía, con “Gothic" sentaron las bases del híbrido entre doom y death metal y, de paso, todas las claves temáticas del estilo y hasta el nombre de aquel al que darían lugar un par de años después con el inigualable “Icon". Voces femeninas, teclados, ritmos bradicárdicos, guturales de ultratumba... Paradise Lost no sonaban como nadie y, poco después, muchos sonaban como ellos. Todo ello hace de “Gothic" un álbum imprescindible que sólo habría deseado tener una producción un poquito mejor.

4. Dismember - Like an Everflowing Stream (Nuclear Blast)

Si “Left Hand Path" es EL álbum de death metal sueco, “Like an Everflowing Stream” bien podría ir inmediatamente después. Quizás lo único que lo ha apartado de la primera fila fuera salir un poquito tarde, pero sabed que su destino, en principio, era otro. Dismemberizer, como se llamaban en sus inicios (menos mal que a Nicke Andersson no le entró el nombre completo en la carátula de su primera demo), se formaron en 1988 y bien pudieron haber debutado hacia el ’89 o ’90, pero se por ahí se cruzó Mike Amott con sus Carnage y Fred Estby, Martti Karki y David Blomqvist acabaron apareciendo en un “Dark Recollections" que contenía varios temas de las demos de Dismember. En el 90, Amott se largó a Carcass y Dismember se reactivaron, lo que les hizo “perder" en torno a un año con todo el proceso. Siempre he visto a Entombed como la versión hardcore/punk del death metal, Dismember serían la alternativa puramente heavy. Fans empedernidos de Iron Maiden y Autopsy, “Like an Everflowing Stream” es un trallazo inmisericorde de puro death metal sucio y putrefacto, con un oído melódico heavy muy particular. Esa influencia de Maiden la notaremos decididamente en unas impresionantes “Dismembered" e “In Death's Sleep". “Like an Everflowing Stream” fue también célebre por la lamentable polémica despertada por “Skin Her Alive"... A ver, esto es death metal, su cometido es, supuestamente, provocar imágenes de horror, espantar, hay que entenderlo en su contexto, otra forma de analizarlo no tiene sentido. Una obra maestra del estilo, igualmente. Y de paso, con una de mis portadas favoritas de todos los tiempos.

5. Fates Warning - Parallels (Metal Blade Records)

Mientras Queensrÿche pegaban un pelotazo bien gordo con “Operation: Mindcrime”, Fates Warning no terminaban de salir del underground. Y no era por falta de calidad, pero algo tenían los de Matheos que los hacía demasiado jodidos para el gran público. En 1991 la cosa cambiaba. Metal Blade, con el apoyo de Warner, acometía las empresas más ambiciosas de su carrera y lanzaba al mercado dos álbumes con claras aspiraciones masivas, “Parallels" y otro que sale un poquito más abajo. Con Terry Brown a los controles y una versión bastante más light de su elegante metal progresivo, Fates Warning se jugaban el todo por el todo en este momento, pero la cosa no terminó de cuajar en el mercado. Mirando de reojo a sus amigos de Queensrÿche, los Warning rebajaban el nivel de complejidad y lanzaban una brillante colección de perlas de metal melódico sobradas de gancho. El trabajo de Terry Brown a la producción fue verdaderamente impecable y la banda logró un equilibrio perfecto entre técnica y potencial comercial. La razón por la que fracasaron la ignoro por completo cuando un año después Dream Theater triunfaron con una propuesta bastante similar y, me permitiréis, mucho menos interesante, a mi parecer. Tampoco se puede decir que el álbum fuera un fracaso, salió un estupendo videoclip y tuvo cierta repercusión en su momento, pero no creo equivocarme al decir que se quedó lejos de las expectativas que se depositaron en él. Por desgracia, marcó un techo muy insuficiente para una banda de tantísima calidad. “Parallels" es un LP realmente exquisito y nada común.

6. Heathen - Victims of Deception (Roadracer Records)

Heathen debutaron en 1987 con el cojonudo “Breaking the Silence", que deberían haber sucedido inmediatamente con un segundo LP aún mejor y más ambicioso, sin embargo, tardaron cuatro años en hacerlo. Sí, “Victims of Deception” era todo lo que se podía esperar de ellos e incluso un poco más pero, en ese tiempo, otros como Testament o Death Angel no se durmieron en los laureles. Obviamente, nunca llegaron tan lejos como deberían por este mismo motivo cuando eran, sin duda, una de las mejores bandas de la Bay Area. Con un cantante, David White, que nada tenía que envidiar a un David Wayne o un Joey Belladona, un nivel técnico digno de unos Testament y con un batería bastante mejor, el potencial de Heathen era tremendo. Incluso debutaron en el año límite para colarse entre la división de honor, pero perdieron el tren. De todas formas, “Victims of Deception" es una locura de álbum. Quizás un poquito excesivo en metraje, se nota ahí el vicio de los Metallica de “…And Justice for All" de alargar las composiciones en exceso, es una exhibición de potencia y técnica. Con una producción impresionante, "Victims of Deception” es el LP ideal para los que gusten del thrash complejo y técnico, sin perder el gusto por lo melódico y aguerrido. Es un álbum muy equilibrado al que sólo le habría recortado algún minuto por aquí y por allá. Uno de los mejores del thrash de principios de los 90.

7. Pestilence - Testimony of the Ancients (R/C Records)

Pestilence eran uno de los máximos exponentes del death metal europeo y, en 1989, ya se habían sacado de la manga uno de sus mayores referentes, "Consuming Impulse", que no metí en el top de su año de milagro. Tras la gira correspondiente por EEUU, Patrick Mameli y Marco Foddis decidían prolongar un poco su estancia para hacer una visita a los Morrisound, algo que no hizo mucha gracia a Martin Van Drunen, que se cogía un avión de vuelta para Holanda pasando de sus compañeros. La historia terminó con Pestilence grabando el álbum en Florida y Van Drunen camino de Asphyx por temor a que Pestilence perdieran su identidad europea y acabasen sonando como otra cualquiera de las bandas que pasaban por manos de Scott Burns. Algo de razón no le faltaba y “Testimony of the Ancients” se acerca a Death, Atheist o Cynic más que nunca, pero me la sopla, es un puto discazo igualmente. La portada, el sonido, hasta esos interludios tan criticados por algunos, me gustan. Patrick Mameli se hizo cargo de las voces en esta ocasión, con lo que el parecido con Death se hizo aún más evidente, sin embargo, en ningún momento sientes que se trata de una copia de segunda. La influencia de Schuldiner es evidente, pero Pestilence tenían una identidad propia y en “Testimony of the Ancients" seguramente llegaron a su cima compositiva. En “Spheres" seguían siendo una de las bandas más interesantes y atrevidas del panorama, pero yo los encuentro ya un pelín pasados de rosca, el equilibrio aquí es perfecto. El vídeo de “Land of Tears" es otra de las primeras imágenes que se fijaron en mi memoria en relación al death metal. Otro portadón de Seagrave, por cierto.

8. Gorguts - Considered Dead (R/C Records)

Otro de los puntos culminantes del sonido Morrisound, aunque estos son canadienses, pero como si fueran de Florida. Confieso que tengo una auténtica debilidad por este debut de los de Luc Lemay, aunque muchos prefieren el segundo, el más complejo “The Erosion of Sanity”. Sin duda, la portada no es de las mejores de Dan Seagrave, pero todo lo demás hace de “Considered Dead" una verdadera joyita. La producción de Scott Burns, la perturbadora voz de Luc Lemay, la relativa elegancia dentro de unas composiciones tan escatológicas... hasta las colaboraciones de líderes de la escena como John Tardy, James Murphy o Chris Barnes le aportan aún más caché. Creo que fue un álbum que no llegó a tener toda la repercusión que merecía, aunque también me temo que se debe a la cantidad de discos definitivos que salieron aquel año y que, hasta cierto punto, le hicieron sombra. Y también me temo que Roadrunner no apostó por ellos como deberían en un momento en que compartían sello con bicharracos del calibre de Sepultura, Obituary, Decide, Malevolent Creation, Immolation, Suffocation... A veces, lo mejor no es colarse en el sello más gordo. ¿Cabeza de ratón? ¿Cola de león? “Considered Dead" es un clásico por derecho propio dentro de esta vertiente más sutil y civilizada del death metal, aunque se las apañaba para conservar la justa dosis de purulencia y vísceras y así hacerlos aptos para puristas del estilo.

9. Armored Saint - Symbol of Salvation (Metal Blade Records)

Esta fue la otra gran inversión de Brian Slagel comenzados los 90. El músculo que le otorgaba su acuerdo con Warner, llevó al mítico ejecutivo discográfico a jugarse su pensión una vez arrancaba la nueva década. En este momento, ponía a Dave Jerden (Alice in Chains, Jane's Addiction, Social Distortion, Anthrax, Sacred Reich...) al servicio de los angelinos, les producía varios videoclips ("Reign of Fire", "Last Train Home") y los lanzaba hacia la estratosfera. Armored Saint respondían con un pedazo de álbum, ambicioso, variado, potente, comercial, atrevido... Tenía un poco de todo y todo bueno. Sonaba fiel al heavy metal de los 80, pero no estaba anclado en la década pasada y miraba con decisión hacia el futuro. Sin embargo, como en el caso de Fates Warning, se quedaban a las puertas del éxito. A punto de liarla bien gorda, pero sin terminar de romper la barrera. Tampoco fue un fracaso y “Symbol of Salvation” acabó siendo su trabajo más exitoso hasta la fecha, pero no creo que llegase tampoco a cumplir las expectativas puestas en ellos. Lo más increíble del caso es que Armored Saint venían de atravesar su momento más delicado. En 1989, mientras preparaban este “Symbol of Salvation”, Dave Prichard, fundador y alma máter de la banda, era diagnosticado de leucemia y fallecía menos de un años después, antes de entrar a grabar el álbum. En la misma situación, la inmensa mayoría lo habría dejado, pero no fue así en esta ocasión. Los hermanos Sandoval decidieron volver a la banda y grababan su mejor álbum hasta la fecha. La situación era prometedora, giraban abriendo para algunas de las bandas del momento, pero, unos meses más tarde, John Bush aceptaba la oferta de Anthrax para sustituir a Joey Belladona y Armored Saint se separaban. Joey Vera había rechazado una oportunidad similar cuando Metallica le ofrecieron sustituir a Cliff Burton en 1986 y, curiosamente, el propio Bush estuvo a punto en su día de convertirse en su vocalista antes de la edición de "Kill 'Em All". Cuántas veces una gran decisión que marca la historia depende de un momento puntual. Así fueron las cosas y ahora ya nunca cambiarán... con todo, “Symbol of Salvation” es un discazo como la copa de un pino.

10. Vicious Rumors – Welcome to the Ball (Atlantic Records)

No sé si me jode más el hecho de tener que enmendarme o la terrible omisión cometida,  pero mi conciencia no me lo perdona, así que me he obligado a solventar el agravio. No pretendo ocultarlo en ningún momento, me he olvidado de Vicious Rumors, la banda que da nombre al blog... ¿Será posible? Como decía por ahí en los comentarios, en los 90 habrían estado decididamente Carcass aquí, como estuvieron estos últimos días, pero no puedo negar que, hoy en día, Vicious Rumors conectan más conmigo... En su segunda intentona multinacional, los de Geoff Thorpe recuperaban parte de su impulso perdido con el homónimo de 1990 y se sacaban de la manga un auténtico pelotazo. No me entendáis mal, me gusta su tercer álbum, mucho, pero supongo que algo condicionados por su nuevo estatus de banda “grande”, bajaban el nivel de intensidad en buena parte de sus cortes respecto al irrepetible “Digital Dictator". Pocas veces una portada fue tan apropiada como esa que reduce el Royal Albert Hall a escombros. “Welcome to the Ball” es una exhibición de músculo desde el comienzo con “Abandoned", hasta el apabullante final con “Ends of the Earth". Sólo hay dos respiros de la mano de unas “Children" y “When Love Comes Down", que siempre se me han hecho un poquito sentidas de más, aunque asumo que sirven para aportar un contrapunto melódico entre tanta potencia. La producción, impresionante, otra vez de mano de un Michael Rosen que los acercaba más que nunca al thrash metal. Carl Albert, inmenso, seguramente en la mejor interpretación de su carrera, llena de fuerza y sentimiento. En definitiva, es un álbum al que me cuesta encontrar defectos y que no podía quedarse fuera de esta lista.

Y ya está... nos hemos merendando el 91. Parece que empecé ayer con esta historia y ya van doce ediciones. 1991 dio para mucho, sobre todo desde la escena extrema: Coroner, Dark Angel, Massacre, Atheist, Carcass, Malevolent Creation, Entombed, Atheist, Cancer, Grave, Bolt Thrower, Morbid Angel, Unleashed, Convulse, Devastation, Immolation, Bathory, Sepultura, Suffocation, Benediction, Sentenced... podrían haberse colado por aquí. Entre los viejos rockeros, aún quedaban algunos dando guerra: Running Wild, Heavens Gate, Metal Church, XYZ, Alice Cooper, The Cult, Ozzy, Badlands, Tesla o Skyclad, que debutaban aquel año con veteranos de Satan y Sabbat, pero me parece innegable que la producción del hard y heavy empezaba a decaer. Misteriosamente, el siguiente 1992 será un gran año para el hard de corte ochentero, no tanto este 1991 y, aún así, siempre encontramos cosas interesantes. Cualquiera de esta retahila merece su hueco y os da una idea de por dónde se mueven mis gustos de este año...