Los 10 del Dictador para... 1983

Aquí las cosas se empiezan a poner realmente jodidas para escoger sólo diez y he tenido que dejar fuera de la lista muchos LP's que me encantan. El heavy metal crecía, se diversificaba y nuevos países iban presentando sus candidatos a nuevos ídolos de masas. Debutaban en 1983 Mercyful Fate, Dio o Queensrÿche, fijos en mi lista de favoritos de ahora en adelante cada año que editen nuevo trabajo. Así, se han acabado quedando fuera de la lista discazos de Riot, Ozzy Osbourne, Quiet Riot, Thin Lizzy, Metallica, Def Leppard, Heavy Load, Slayer, Manilla Road, Tokyo Blade, Torch, Oz… pero, al final, esto se trata de meter los que más me dicen a título personal por uno u otro motivo o, por lo menos, lo que me dicta el corazón en este preciso momento. Así que estos son los diez que lo han conseguido…

1. Iron Maiden - Piece of Mind (EMI)

Por aquí conocí a la banda hace hoy unos 30 años y caí rendido ante ellos. Ya no hubo vuelta atrás… Hoy es de los LP's de Iron Maiden que más me gusta escuchar justamente porque la inmensa mayoría de sus temas son de los olvidados por el gran público, incluidos los propios Maiden: “Where Eagles Dare" y su impresionante inicio con el que Nicko McBrain presentaba su currículum, “Die with Your Boots On", “To Tame a Land", “Still Life", “Quest for Fire", “Flight of Icarus"… o una favorita personal de mi juventud, “Sun and Steel", curiosamente, la canción que más me llamó la atención en su día… le sigo teniendo mucho cariño. En contrapartida, el tema que 3 de cada 4 seguidores de la banda le pide a un DJ en un bar, y esto lo digo por propia experiencia, “The Trooper". Igual que con las de “The Number of the Beast”, no es problema de la propia canción en sí, pero será porque Iron Maiden no tienen buenos temas… de verdad, qué borregos somos. Hoy día, hasta ese archiconocido riff que le da inicio y que escuché a Janick Gers tocar lamentablemente fuera de tono en la gira de reunión con Bruce (si se dejara de bailecitos), me resulta cansino. Lo que nos arroja el álbum al final, es a una banda engrasadísima, una lista de canciones que demuestra que, hasta en sus temas menos conocidos, aquellos Maiden de los 80 no tenían rival y, por encima de todo, a un Bruce Dickinson de 25 años pletórico en el mejor momento de su carrera, seguramente. Álbum muy, pero que muy especial para mí.

2. Mercyful Fate - Melissa (Roadrunner Records)

En 1982 ya amenazaron con su EP epónimo, pero el mundo del heavy metal no estaba preparado para lo que se le venía encima. Y, ¿sabéis qué? Muchos todavía no lo han digerido. Soy consciente de que King Diamond divide aguas y que no es para todo el mundo, así debe ser con todo lo arriesgado y extremo. King Diamond es un artista comprometido con unos ideales y ha ido con ellos hasta el final, guste o no, y ya por eso se merece mi respeto. No sólo eso, a título personal, lo considero uno de los mayores genios que ha dado el heavy metal. Y, por si fuera poco, uno que se ha sabido rodear de secundarios de auténtico lujo, aunque me duela tildar a Hank Shermann y Michael Denner de algo semejante, porque no lo son, ellos son tan responsables del sonido de Mercyful Fate como el propio King. No, más bien diría que se trató de una alineación de astros rara vez vista y, por tal motivo, lamento que no hayan sabido solucionar sus disputas para la reciente reunión, que seguro será la última de su carrera. Musicalmente, “Melissa" es de una genialidad visionaria, aunque con cierto revisionismo setentero magistralmente administrado. Desde la complejidad estructural de “Evil” hasta la oscuridad y melancolía del tema-título, Kim, Hank y Michael anticipan gran parte de lo que primero Celtic Frost, después Bathory y luego todo el black metal desarrollarán años más tarde, aunque con una musicalidad fuera del alcance de todos ellos. Una sinfonía diabólica es lo que podemos encontrar en “Melissa", uno de los álbumes más trascendentales de la historia del heavy metal.

3. Dio - Holy Diver (Mercury Records)

Es que es para mear y no echar gota. Vaya con estos tres primeros del top… Dio dejaba a Black Sabbath en 1982 llevándose consigo a Vinnie Appice y reclutaba a su antiguo compañero de Rainbow, Jimmy Bain, y a un talento emergente (hoy totalmente desaprovechado) de la NWOBHM, Vivian Campbell. Con esta formación, se encerraban los cuatro en un estudio de Hollywood y leían a la perfección la demanda del público heavy del momento. Una base oscura a lo Sabbath, una pizca de épica a lo Conan (aquel mismo año se estrenó el clásico de John Milius) y estribillos inolvidables. Si Ronnie lo había petado con Rainbow y se había consagrado con Black Sabbath, con Dio forjaba una leyenda. El LP es perfecto, así de fácil. De nuevo, cuando era un chaval, pensaba que su cara B era algo más flojita, pero ahora casi creo que lo mejor está en esas “Straight through the Heart" o “Shame on the Night" que tan discretamente se esconden por ahí. Claro, discretamente al lado de himnos como “Holy Diver", “Stand Up and Shout", “Rainbow in the Dark", que casi se queda fuera, o “Don't Talk to Strangers" y es que esta alianza de Dio con Bain y Appice fue una máquina de producir clásicos… Campbell se bajó del barco en el 86. Aunque, por encima de todas ella, pongo mi favorita de la actualidad, una inesperada “Caught in the Middle”. Es cierto que también tengo la misma “Holy Diver" un poco aburrida, pero no deja de ser un símbolo del heavy de los 80. Álbum inolvidable y sería el primero de cuatro para la historia. 

4. Accept - Balls to the Wall (RCA)

¿Qué coño quiere decir ese título y esa portada? Llevo casi 30 años dándole vueltas y todavía no he captado el mensaje… ¡Qué más da! Accept en 1983 (muchos colocan este álbum al año siguiente, pero salió en diciembre) volvieron a dar una clase magistral de heavy metal. Hay algo que me vence de este LP cada vez que suena ese riff de guitarra inicial… ¡Qué sonidón! Junto con los dos de Birch del año anterior (Maiden y MSG), este es el LP que utilizaría en clase en una escuela de sonido para mostrar a los alumnos cómo debe sonar el heavy metal. ¡Qué potencia! ¡Qué definición! ¡Qué garra! ¡Qué sutileza!... Todo al mismo tiempo, esto es lo mejor que ha grabado Dieter Dierks en su vida… Más allá de su imponente sonido, lo que nos arrojan estas “bolas contra la pared" es a unos Accept infalibles en estado de gracia despachando otra ristra de clasicazos atemporales: “London Leatherboys", “Head Over Heels”, “Turn Me On", “Losers and Winners”, “Losing More than You've Ever Had"… Sólo le puedo reprochar una cosilla sin demasiada importancia, le falta algún trallazo a lo “Breaker" o “Fast as a Shark". “Fight it Back" es cañera, pero no tiene punto de comparación con cualquiera de las anteriores. Pecata minuta, que diría el otro, uno de los discos más grandes de los 80, aunque esté de cuarto aquí, pero es que mirad los tres anteriores. Sólo me sigo preguntando una cosa… ¿Quién es ese maromo peludo de la portada?

5. Queensrÿche - Queensrÿche (EMI America)

Probablemente este sea el único EP que vaya a meter en mis listas, pero… ¡Joder, pedazo EP! Yo creo que ya sólo “Queen of the Reich” le garantiza su lugar de privilegio, pero estos 17 minutos no tienen puto desperdicio, aquí hay más música de calidad que en otras discografías completas. Y esto no fue más que el comienzo de una tanda de cinco totalmente irrepetibles (ya os podréis imaginar que voy a meter a Queensrÿche cada año con nuevo álbum hasta 1990). A su grandioso megaclásico le siguen unas “Nightrider", “Blinded" y “The Lady Wore Black" realmente maravillosas. Aquí escuchamos a Iron Maiden y Judas Priest, pero esta combinación de potencia y elegancia estaba prácticamente inédita en el mundo del heavy metal. Cómo se nota que los horizontes de estos muchachos iban más allá de sus fronteras estilísticas. Y, por si fuera poco, esto estaba grabado ya a mediados del 82, como demo, pero tardó un año en salir oficialmente. Y sólo era un aperitivo de lo que estaba por venir... ¡Impresionantes!

6. Satan - Court in the Act (Roadrunner Records)

Mi apreciación por este trabajo ha ido en aumento con el paso de los años. No fue de esos fundamentales de mi adolescencia y, cuando era crío, tenía un concepto mucho más tibio de él. Como el típico buen lanzamiento de la NWOBHM, con energía, cierto encanto y un sonido regulero, pero no mucho más. No fue hasta la reunión de la banda hace algo más de 10 años, cuando alcanzó para mí la dimensión que tiene ahora y parte de la culpa la es de aquel fantástico “Life Sentence” que sacaron en 2013. Digamos que la versión actualizada de su sonido primigenio que presentaron allí, me ayudó a entender de verdad a la banda. Aquellos duelos de guitarra interminables, su intensidad precursora del power y el thrash metal, la compleja (para su época) base rítmica de Sean Taylor y Graeme English y ese refinado acento británico de Brian Ross. Hoy día soy un seguidor entregado de la banda, en todas sus personalidades, y ya hace unos años que tuve que pagar peaje por ello ya que las copias originales de este brutal LP se cotizan bastante… mereció la pena.

7. Saxon - Power & the Glory (Carrere Records)

No me voy a molestar en negar la evidencia, el material que hizo realmente grandes a Saxon se resume en esa impresionante trilogía del 80-81 culminada con el enorme “The Eagle Has Landed - Live” de 1982. Pero también me parece de recibo reconocer que Saxon nos han seguido entregando heavy metal de calidad después de aquello y trabajos como “Solid Ball of Rock", “Unleash the Beast”, “The Inner Sanctum" o el reciente “Carpe Diem” no son más que una buena muestra del compromiso de la banda con esta forma de vida. “Power and the Glory" inició esta noble tradición de fiabilidad, por mucho que también tuvieran sus crisis de fe años más tarde. En el fondo, tampoco es tan diferente de un “Denim and Leather”, sólo que cambia un poco el sonido, en esta ocasión es Jeff Glixman quien produce, aportan cierta variedad, unas dosis de épica ochentera, un poquito de party metal y algo de músculo guitarrero. Al final, no dejan de ser los mismos Saxon, algo más maduros y no se puede decir que estuvieran envejeciendo mal. Nunca comprenderé porque el público no se puso de su lado ya que no hicieron una mala lectura de hacia dónde se dirigía el estilo. No es de sus lanzamientos más populares, pero yo sigo creyendo que “Redline", “Warrior" “Nightmare", “Midas Touch", “Power and the Glory" y, particularmente, la tremebunda “The Eagle Has Landed" (su propia "Victim of Chains" autoreferencial) mostraban a unos Saxon apuntando en la dirección correcta. No puedo decir lo mismo de “Crusader", me temo. La portada, fea de cojones, todo sea dicho.

8. Mötley Crüe - Shout at the Devil (Elektra)

Mira que me han caído palos por decir esto, pero Mötley Crüe no me parecen para tanto. Vale que son unos tíos muy molones, tiene una pinta y una actitud súper carismática y que eran capaces de romper los charts con singles con tanta garra como gancho comercial, cosa muy jodida, pero, si escuchas un álbum completo, les acabas viendo las costuras como compositores. O es que a lo mejor no había ahí más genio creativo que Nikki Sixx y eso no alcanzaba para ser una banda realmente consistente. La historia es que, de aquí en adelante, cada nuevo trabajo tenía una fachada imponente con dos singles matadores y una cantidad de relleno de considerables proporciones. Sin embargo, en 1983 la cosa era bien distinta y lo único que sobra en este “Shout at the Devil" es la innecesaria versión de “Helter Skelter". El resto es una colección de clásicos del hard/heavy americano inolvidable… Y tampoco es para ignorarlo, ellos fueron los que resucitaron el Sunset Strip en los 80. “Shout at the Devil", “Too Young to Fall in Love", “Bastard", “Looks that Kill", “Knock ‘Em Dead, Kid"… ya se sostienen por sí solas, pero encima la estética y concepto detrás de la banda, acompañan. Siempre he pensado que la cagaron un par de años después con tanto rosita…

9. Krokus - Headhunter (Arista)

Hasta 1983, Krokus no me parecen más que una réplica fiel de AC/DC, por lo que, con lo poquito que me gustan los australianos, ya os podéis imaginar el interés que despiertan en mí sus tres primeros LP's. Llegado 1983 los suizos se pusieron muy serios. Mucho debieron escuchar a Saxon y Judas Priest durante 1982, hasta el punto de reclutar al productor de confianza de estos últimos, Tom Allom, para sacarse de la manga este pepinazo de auténtico heavy metal. Desde el fulgurante arranque con el tema-título, hasta ese grandioso final con mi favorita, “Russian Winter", “Headhunter" no da respiro, un temazo tras otro para aupar a esta gente entre lo mejor de su momento. Por desgracia, duró poco la cosa y siguieron mutando al calor del sol que más calentaba (el de California) hasta un desnortado “Change of Address" en 1986 que terminó de hundirlos. Intentaron reconducir las cosas después con “Heart Attack", pero ya era demasiado tarde para ellos. De particular mérito me parece haber compuesto una de mis lentas favoritas de todos los tiempos, “Screaming in the Night". Por si no lo sabíais, Marc Storace estuvo en la lista de posibles sustitutos para Bon Scott en 1980, ahí es nada. Desde la portada, hasta su último acorde, esto es un pedazo de LP.

10. Y&T - Mean Streak (A&M Records)

Tuve este último puesto de la lista bailando durante días. Que si Riot, que si Thin Lizzy... al final fueron Y&T los que se llevaron el gato al agua. Me he decidido por “Mean Streak" porque me parece un álbum muy, pero que muy sólido y que lleva conmigo muchos años, más que “Thunder and Lightning", aunque cualquiera de estos tres podrían haber estado aquí. Siguiendo la estela de “Black Tiger", Y&T se encerraban en esta ocasión nada menos que con Chris Tsangarides que venía de grabar con Tygers of Pang Tang, Gary Moore, Girl, Anvil, Girlschool o los mismísimos Thin Lizzy. La jugada era similar. Ponían un bicho en la portada, arrancaban con un pepinazo de heavy metal y luego alternaban temas cañeros con otros melódicos y a medio tiempo. Mucho sentimiento y la personalidad de Dave Meniketti marcando todas las canciones. Puede que no tenga pelotazos del calibre de “Open Fire” y “Forever", pero la sensación general es de más consistencia, más trabajo en el conjunto y “Mean Streak" acaba siendo un LP con menos destellos que su predecesor, pero más sólido de principio a fin. Y&T iban poquito a poquito subiendo escalones y parecía que estaban a punto de romper. Casi lo consiguen en el momento ideal, 1984, pero algo no terminó de funcionar para una de las bandas con más talento del hard rock americano que se quedó ahí a medio camino del éxito.

Y esto ha dado de sí 1983, que no ha sido poco. Cómo os decía, he sentido especialmente dejar fuera “Thunder and Lightning" y “Born in America", pero la cosa no da para más y seguro que alguno de vosotros los traeréis a colación. Yo ya los he dejado caer y quiero que quede claro que me encantan ambos, pero me he impuesto no hacer excepciones en el formato de diez. Para eso estáis vosotros ahora, para traer vuestras sugerencias. Por esa regla de tres, también faltan ahí “Kill ‘Em All", “Pyromania", “Show No Mercy", “Crystal Logic”, “Bark at the Moon"... pero es que hay tantos y tan buenos...