Los 10 del Dictador para... 1980

Soy muy de listas… Hay a gente a la que le repatean, a otros les traen sin cuidado, yo siempre he sido mucho de reflexionar sobre cuáles son mis álbumes fetiche y mis bandas favoritas. A sugerencia de varios colegas, me dispongo a emprender la “titánica” carrera de repasar brevemente los discos que más han significado para mí, año a año, desde 1980 hasta no sé cuando… Seguro que al llegar a los 90 ya me habré cansado y cada vez me costará más encontrar sobre qué escribir. ¿Por qué desde 1980? Básicamente, porque siempre he marcado ahí una barrera psicológica entre lo que yo creo que es el heavy metal y lo que había antes. ¿Hay discos de heavy metal en los 70? Por supuesto, pero lo pasaría realmente mal para encontrar 10 cada año que realmente significasen algo para mí. Por tanto, 1980 parece el año perfecto para arrancar y así, de paso, conmemoro también mi año de nacimiento, que tiene algo de ególatra, pero también mola. Sentíos totalmente libres de añadir lo que pensáis que falta, aunque ya os digo, desde ahora, que hay un puñado de bandas “míticas" que no vais a ver aparecer por aquí y nada va a hacerme cambiar de idea. Empezamos…

1. Iron Maiden - Iron Maiden (EMI)

La primera era incuestionable… Ya os advierto también ahora, os vais a encontrar a Iron Maiden hasta en la sopa, encaramados al primer puesto del ranking cada año que saquen álbum de estudio durante los 80… soy así de cuadriculado. La NWOBHM explota y, desde el primer día, tienen a sus líderes, Iron Maiden. La que para muchos, entre los que me encuentro, acabará siendo la más grande banda de heavy metal de todos los tiempos. Siempre he pensado que “Iron Maiden" apuntaba ya con vehemencia hasta dónde acabaría llegando esta gente. Muy a pesar de un desastroso trabajo de producción de Will Malone, al que ya nos hemos acostumbrado, aunque no por ello deja de ser malo, temas como “Phantom of the Opera", “Prowler", “Charlotte the Harlot"... muestran a una banda que, sencillamente, estaba fuera del alcance de la inmensa mayoría. Y ya no digo dentro de los confines más estrechos de la NWOBHM. Exuberancia instrumental, energía juvenil, carisma arrollador y, por su fuera poco, la icónica imagen creada por Derek Riggs que nos acompañaría durante toda nuestra juventud. ¡Histórico e irrepetible!

2. Black Sabbath - Black Sabbath (Vertigo)

Esto provoca la más profunda incomprensión de muchos, pero no soy un gran seguidor de los Sabbath de Ozzy. No obstante, ni por un segundo se me ocurriría poner en entredicho su incuestionable posición de privilegio como únicos y eternos creadores del heavy metal y, por ello, se han ganado mi imperecedero respeto, pero no me matan, lo siento. Ni Ozzy, ni ese punto psicotrópico y lisérgico tan 70's que luego daría lugar al stoner… Ay, pero con la llegada de Dio esto ya era otra cosa. La entrada triunfal de Black Sabbath en los 80 y en el puro heavy metal, justamente en el momento en que este eclosionaba. Si ya la concepción del estilo es propia de genios extraterrestres, su reinvención no está al alcance de los mortales. Y ellos lo hicieron. Y, de paso, Dio se trajo consigo la contundencia de sus Rainbow. Es cierto que Black Sabbath son los padres del heavy metal, pero siempre he pensado que los Rainbow de “Rising” y “Long Live Rock and Roll”, junto con Judas, eran las bandas de heavy metal por excelencia de los 70. Gran parte de ese mérito es del "inmortal" Martin Birch, quien tiene tanta responsabilidad como los propios músicos en la canonización del estilo. Todos juntos hicieron resucitar a unos Black Sabbath que iban a la deriva con el advenimiento este glorioso “Heaven and Hell" que daba la bienvenida a la nueva década. ¡Una puta pasada de LP!

3. Saxon - Strong Arm of the Law (Carrere)

Esto no es algo que ocurra todo los días, que una banda edite dos álbumes en un año y que los dos estén entre lo mejor de esos 12 meses es algo insólito, pero Saxon lo consiguieron en 1980. Ya el que sea tu favorito de los dos es una cuestión de matices y de gusto personal ya que, tanto este, como su predecesor, que está justo debajo en esta lista, son dos auténticos cañonazos. Yo me quedo con este por una simple cuestión de potencia y por una preferencia puramente subjetiva, aunque son nimiedades las que los separan. Ya desde la portada, “Strong Arm of the Law" nació para ser icónico. La colección de temas es absolutamente antológica, la producción de Pete Hinton superlativa y, ahí está mi sesgo personal, tiene mi tema favorito en toda carrera de Saxon, “Dallas 1pm". Sinceramente, no suelo entender que un heavy diga que no le gustan Saxon cuando esta trilogía 80-81 encarna, para mi gusto, la esencia más pura del heavy metal y, encima tienen a Biff Byford al frente, que debe ser lel tío más guay en el mundo del rock duro después de Lemmy.

4. Saxon - Wheels of Steel (Carrere)

Y si “Strong Arm of the Law" es icónico, ¿qué os voy a contar de “Wheels of Steel"? Saxon fueron capaces de llevar el rock ‘n' roll de carretera al heavy metal y, además, hacerlo con un buen gusto envidiable. Sonar elegantes y macarras al mismo tiempo es complicado y nadie lo consigue con el estilazo de esta gente. Todos los heavies deberíamos querer ser como Biff Byford, aún a sus actuales 71 palos. Lo que mola este tío no está escrito. Saxon fueron la mejor encarnación del heavy metal de clase obrera, la demostración de que el rock está en la calle, de que es peligroso y de que no es una buena idea enfrentarte a una banda de tipos duros como ellos. “Motorcycle Man”, “Wheels of Steel", “747 (Strangers in the Night)“, “Stand Up and Be Counted"…, clásicos eternos que emanan actitud, carisma y suficiencia a partes iguales. No creo que lo que consiguieron estos cinco en 1980 esté al alcance de muchos y, en parte, por eso son tan jodidamente increíbles. Por eso y por seguir siendo una gran banda 40 años después. Y, de paso, otro portadón para los restos… Hace un porrón de años que tengo esta camiseta y me encanta, lástima que me quede un poco grande.

5. Angel Witch - Angel Witch (Bronze Records)

Angel Witch es como una de esas bandas fantasma. Debutaron con un LP realmente glorioso, este del que os hablo y luego… luego, nada, o casi. Un EP y a tomar por saco. ¿No habría sido mejor apostar por una formación con un futuro realmente prometedor por delante? Nada, Kevin Heybourne despachó el asunto y montó Blind Fury con Lou Taylor, ex de Satan. Cinco años después lo volvieron a intentar, pero ya se les había pasado el arroz, en 1985 la NWOBHM estaba muerta y enterrada y los que sobrevivieron estaban haciendo las Américas. Respecto a este debut, joder, es una joyita. Se le podría reprochar a Kevin Heybourne que le falta un poquito de voz, pero da igual, "Angel Witch" es un LP de guitarras. La mezcla es tremenda. Las canciones suenan potentes, oscuras, refinadas, misteriosas... al mismo tiempo conectadas con los 70 y anticipando los 80. “Angel Witch" representa la más pura esencia de la NWOBHM, el eslabón perfecto entre la década que terminaba y la que estaba por comenzar. ¡Y qué bien les queda ese toquecillo ocultista! Siempre lamenté que perdieran parte de su esencia en “Screamin’ n’ Bleedin’”. Una maravilla, esas “Angel Witch", “Atlantis”, “Sorcerers", “White Witch"… (con tanto “witch" cómo no me va a gustar) siguen sonando de vicio 42 años después. De este también tengo una camiseta con ese pedazo cuadro de John Martin (1789-1854).

6. Diamond Head - Lightning to the Nations (autoeditado)

Otros fantasmas y no por exagerados, por desaparecidos. ¿En qué momento debutas por tu cuenta con semejante barbaridad y,  cuando consigues un contrato, te diluyes como un azucarillo? Diamond Head iban para superestrellas y al final fueron unos “tiraos" a los que los salvaron los covers de Metallica. De no ser así, a ver de qué coño vivían y esto lo reconoce hasta Brian Tatler. Lo cierto es que este LP es una salvajada y tiene su fama totalmente merecida y, no, no se la deben únicamente a Metallica. Yo soy de los que piensan que ya le habría gustado a Ulrich y a Hetfield componer algo como lo que aquí encontramos, pero no es mi intención de hoy levantar polémica. Puro heavy metal, llámale proto-thrash, lo que te salga de las narices, estos tíos eran pura elegancia mezclada con rabia salvaje. Esa guitarra de Tatler aulla en cada solo y justifica cada segundo de adoración de Ulrich y Mustaine y ni siquiera me parece "la puñetera" “Am I Evil?”, que es muy buena, la mejor de todas. Desde “Lightning to the Nations" hasta “Helpless", cada uno de estos 42 minutos es una puta gozada. Lo mejor, los intensísimos nueve y medio de “Sucking My Love". Sí, sí, has leído bien, nueve minutos y medio de auténtico deleite con un interludio calmadito que es verdaderamente orgásmico. Sí te gusta el rock duro y nunca has escuchado este LP, es que te quieres muy poquito. Otra joya más para darle la bienvenida a los 80.

7. Def Leppard - On Through the Night (Vertigo)

No soy muy fan de Def Leppard, no os creáis, y no me interesan un pimiento a partir de “Pyromania”. Pero nada de nada, eh, mira que me gusta el hard de los 80 y álbumes como “Hysteria” o “Adrenalize” no me dicen mucho más que uno de Madonna, por decir algo. Por esa “ridícula” razón, siempre he pensado que el músico con más talento de la formación se fue justamente durante esa grabación en 1983. Ese era Pete Willis, por cierto, personaje del que muy pocos se acordarán, pero que formaba una estupenda pareja creativa junto al bueno de Steve Clark. Vaya dos, si Steve Clark es el que estaba sobrio en 1983, no me quiero imaginar en qué condiciones andaba Pete Willis... Obviamente, lo que aporta Phill Collen es algo totalmente diferente y a mí no me va lo más mínimo. Es cierto que aquí aún no habían encontrado su sonido y que los seguidores de la banda lo consideran su trabajo menos maduro, pero yo no lo soy, así que supongo que por eso precisamente es mi favorito. “On Through the Night" es su único álbum de heavy metal y uno muy bueno, me permitiréis. No me cabe duda de que la gran mayoría no estaréis de acuerdo, pero es que a mí esos “Rock Brigade", “Hello America", “It Could Be You", “Wasted", “When the Walls Came Tumbling Down", “Sorrow Is a Woman”, “Answer to the Master"… y, muy particularmente, la impresionante “Overture" (una de mis favoritas de todo el movimiento) me parecen auténticos temazos repletos de energía juvenil, además de que me encanta el sonido que les sacó Tom Allom. El LP menos Def Leppard de todos, pero también el más especial para mí. Y no me digáis que la portada con ese guitarrón sobre el tráiler no mola un cojón...

8. Judas Priest - British Steel (CBS)

“British Steel" está lejos de ser uno de mis discos favoritos de la banda, pero es que son los putos Judas Priest… ¡Ellos son el heavy metal! La cuestión es que, muy a pesar de su icónica portada y de albergar alguno de sus clásicos más reconocibles, en conjunto, se me hace un poco inconsistente. Es para mí un LP un poco “bipolar”. Tiene, desde auténticos pepinazos como “Rapid Fire", “Metal Gods", “Living After Midnight" (aunque la tengo un poco aburridilla), “Grinder" o “Steeler", hasta temas que nunca me han dicho gran cosa … y fue el primero escuché de Judas cuando tenía 13 años. Abiertamente, cortes como “You don't Have to Be Old to Be Wise”, “United" o “The Rage" me resultan de lo más “meh" y, hoy en día, una “Breaking the Law", a la que he sufrido casi 30 años de una sobreexposición descontrolada, se me hace casi insoportable. Fuera de sus miserias, que alguna tiene, “British Steel" sigue siendo un LP histórico y Judas Priest una de las mejores formaciones de heavy metal de todos los tiempos. Seguramente la gran responsable de que el estilo evolucionara como lo hizo en los años 80 y, por esa razón, este álbum no se puede quedar fuera de una lista de los 10 mejores de su año, aunque sea en la parte baja de la tabla. Y esa portada, otra más, ¡qué fuerza, joder! 

9. The Michael Schenker Group - The Michael Schenker Group (Chrysalis)

En 1980, y después de un brevísimo segundo paso por Scorpions, Michael Schenker decidió que ya bastaba de tocar canciones de otros y que era el momento adecuado para dar rienda suelta a su creatividad… no le puedo quitar la razón. Además, escogió el momento oportuno y, las cosas como son, los cuatro primeros LP's con esta encarnación de su MSG están entre lo mejorcito que salió a principios de los 80, que no es poco decir. Después de tantear a numerosos músicos, entre los que encontramos a Billy Sheehan, la primera formación de The Michael Schenker Group se cerraría con Simon Phillips, que venía de grabar con Judas Priest, Roger Glover, David Coverdale o Gary Moore, Don Airey, que había hecho lo propio con Black Sabbath y Rainbow, Mo Foster (bajista de sesión británico cuyo currículum es tan extenso como “poco relevante" para nosotros) y un desconocido Gary Barden… ¿De verdad, Michael, no encontraste a nadie mejor? Estoy seguro de que sí, pero entiendo yo que un repelente como él no tenía ganas de aguantar a nadie que le hiciera sombra en “su grupo". Y la demostración la tenemos sólo un par de años después con un Graham Bonnett que no le aguantó más que unos meses, pero eso es historia para otro capítulo. Más allá del “mediocre” concurso de Barden, el debut de Schenker en solitario es una verdadera maravilla y sólo por temas como “Armed and Ready” y “Lost Horizons" ya merecería entrar en esta lista. Quizás Roger Glover podría haberlo hecho sonar mejor, pero tanto Ron Nevison como, sobre todo, Martín Birch lo harían en los dos que le siguieron. De nuevo, me lo guardo para otra ocasión… Un discazo, de todas maneras, la Flying V del rubio bien lo merece. Por mucho que me joda darle la razón, seguramente el guitarrista más determinante para el desarrollo del heavy metal junto a Tony Iommi y Ritchie Blackmore.

10. Motörhead - Ace of Spades (Bronze Records)

Y llegamos al último de la lista, pero no por ello el menos importante. Como en el caso de Def Leppard, lo confieso y no sin cierto rubor en este caso, no soy tan fan de Motörhead como quizás debería, lo que no significa que no lo haya flipado a base de bien con los cuatro LP's que van del 79 al 82. Tormenta perfecta entre rock 'n' roll, punk y heavy metal, Motörhead anticiparon solitos toda forma de metal extremo que se precie. Aquí está el embrión de thrash, el death y el black metal, no me cabe duda. “Love Me Like a Reptile", “Live to Win", “(We Are) the Road Crew", “Bite the Bullet", “The Chase Is Better than the Catch”, “The Hammer"…, “Ace of Spades" no da tregua y, encima, es uno de esos álbumes que suenan precisamente como deberían. La producción de Vic Maille es arenosa, sucia, polvorienta e inhóspita, como ese desierto que pisan "Lemmy", "Fast" y "Animal". Seguramente no sea su mejor álbum, pero sí el más icónico, hasta esa portada no podría ser más adecuada. Y, para comer aparte, está el tema-título, por mucho que el pobre Lemmy, en una postura muy punk, no comprendiera su éxito. Seguramente uno de los temas más reconocibles de la historia del heavy metal, algo debe tener cuando no me ha aburrido tanto como otras después de miles de escuchas a lo largo de estos últimos 30 años. Menos de tres minutos de pura adrenalina para la historia… Por mucho que no sea TAN fan de Motörhead, cómo no voy a alucinar con este álbum. ¡Mis respetos, señor Kilmister, gracias por todo!

Bueno, estos son los diez primeros, ahora viene vuestro turno… Ya asumo que, antes de nada, me vais a tirar un álbum muy negro a la cara. ¿Qué queréis que os diga? No me gustan AC/DC, qué se le va a hacer. Ellos no serán más que la primera de las criminales omisiones que pienso cometer. Ya os lo comentaba al comienzo, esto no pretende ser más que una lista de los álbumes que más han significado para MÍ, año a año, desde 1980 hasta que me aburra.