En un contexto en el que los nombres pesados de la escena noruega andaban sacando discos mediocres y algunos ni eso, un puñado de avispados se las arreglaron para tomar el relevo generacional, o algo así. Donde más se afianzó esto fue en Trondheim, donde se consolida el movimiento ese del Nidrosian Black Metal gracias a auténticas bestias como Whoredom Rife, Misotheist o Mare. En Oslo parece que va un poco más lenta la cosa. Sin embargo, ahí tenemos a Traan Ciekals, quien es el típico chico inquieto que hay en todas las escenas. Tras haber tocado en Lja y hacer bastante ruido en NettleCarrier, el hombre decide centrarse a tiempo completo con Djevel, que a la postre fue donde mejor ha sabido explotar sus inquietudes mentales.
Aunque llevan más de diez años lanzando material de manera continua, parece que a esta gente nadie les hizo mucho caso hasta el "Norkse Ritualer" del 2016, último disco con Erlend Hjelvik (ex-Kvelertak) en vocales y que ha sido una especie de epitafio para el sonido crudo y visceral que venían trabajando desde su debut. Para suplir dicha ausencia, Ciekals voltea a su derecha y encuentra a Mannevond, cantante de los ciertamente irritantes Koldbrann, lo destierra de sus discretísimas labores al bajo y tira para adelante. El resultado fue un bellísimo "Blant Svarte Graner" que lava por completo la cara de Djevel y sorprende al mostrarnos a un grupo maduro y muy contemplativo. Sin embargo, Ciekals se aviva y se da cuenta del peligro que esto conlleva, así que toma su guitarra acústica, se lanza de cabeza al fiordo más cercano y drena rápidamente todos sus demonios folkies en un EP de transición llamado "Vettehymner", cuya eficacia como suplemento de valeriana está más que comprobado.
Por ello, tras editar una serie de discos carniceros y de meter los dedos del pie en la piscina del folk más descarado, pienso que la consolidación de uno de los mejores grupos del Black Metal actual no se puede entender sin este descomunal "Ormer Til Armer, Maane Til Hode" (Serpientes por brazos, luna por cabeza) que hace las veces de puñetazo en la cara. Publicado a finales del 2019, este trabajo fue en su momento la punta de lanza definitiva para un grupo que encontraba, ahora sí, el equilibrio perfecto entre la cacharrería desalmada y la belleza melódica. Manteniendo una sólida columna vertebral, con Mannevond en voces y el viejo Faust en batería, el grupo no hace prisioneros y factura un disco absolutamente brutal.
Con una agresividad palpable, Djevel se deja de tonterías y emprende un viaje hacía las profundidades del bosque mediante un desaforado ejercicio de Black Metal que no prescinde de esa fantasía clásica que de algún modo han heredado. La capacidad del conjunto queda sumamente demostrada a lo largo de cincuenta y tantos minutos y ocho temas. La intención bien podría ser similar a la de sus primeros trabajos -y de hecho lo es- pero todo fue arrastrado a otro nivel. La técnica compositiva es superior, hay más punch, más capacidad de sorpresa y una oscuridad perenne que ve como el grupo sabe alternar entre la velocidad terminal y pasajes a medio tiempo. La producción es impúdica, rozando lo lamentable, pero se las ingenia para empujar el asunto hacía adelante, creando eso que solemos llamar atmósfera.
Cánticos trasnochados de paganismo, idealización de un pasado que quizás no es para tanto, una pizca de mitología nórdica y la respectiva carta de amor a Satán... Todo tópicos que tienen lugar en un disco que vendría siendo lo mismo de siempre, pero mejor. La labor en guitarras de Ciekals me parece simplemente maravillosa, con riffs y melodías que se dan cabezazos entre sí como carneros en celo. La batería de Faust sostiene todo como buenamente puede. Sin experimentaciones ni inventos. Todo en su lugar, protocolar. Por su parte, la voz de Mannevond gana en poderío en comparación al disco pasado y clava sus berridos en la música como quien escupe sangre sobre un ajado tapiz.
Una vez publicado este disco, el grupo se dignó a dar los dos o tres conciertos que suelen hacer con o sin pandemía de por medio y Mannevond se pira, dejando el terreno allanado para un muy nidrosiano Kvitrim (Mare) que se subiría al carro para encestar el golpe de gracia. En sólo un par de añitos más tarde el grupo se desata por completo y publicaría aquel "Tanker Som Rir Natten" que es y será, a fecha de hoy, su obra maestra absoluta. Sin embargo, antes de llegar a ello, me parecía importante hablar un poco sobre este "Ormer til armer, maane til hode" del cual me encuentro absolutamente enamorado. Esta fue mi puerta de entrada al mundo Djevel, que ha sido desde entonces una de mis bandas favoritas. Las apariencias engañan, pero a veces no. Este un trabajo agresivo, altanero y gélido, pero no menos emocionante e incluso triste y melancólico de a ratos. Un exuberante ejemplar de Black Metal noruego.
Muy buena reseña, el disco no me gusta tanto. Me gusta más el de 2021 "Tanker Som ..." pero tampoco me mata. Como siempre Mendoza, traes discos muy interesantes, espero leerte más por aquí
ResponderEliminarSí, BlackRo. Me acuerdo que fuiste de las pocas pero nobles voces disidentes en aquella reseña del Tanker. Nada, quería debutar acá con una banda que controlo bien. Ya me leeras al menos una vez a la semana o así con novedades y tal. Pienso que la única forma de atraer gente nueva es comentando alguna que otra cosa nueva, para echarle un empujón al algoritmo de busqueda. Y de eso me encargaré yo cuando pueda. Ya sea aquí o en nuestro otro proyecto. Saludos.
EliminarMe alegra verte por aquí compatriota. Que bueno que estas "trabajando" con Witch. Ojala la gente caiga por estos lados, haciendo de este Blog una referencia para el Metal. Sabes que no soy fan del Black ortodoxo, solo me gusta el Atmosférico. Este disco tiene sus buenos cambios, melodía, asi que le daré una escucha profunda a ver que tal.
ResponderEliminarUn Saludo Mendoza, nos leemos
Qué onda Rockso. Esta es una onda más black noruego clásico que el ortodoxo aquel de raiz francesa-sueca. En la rese lo digo, estos son los herederos directos de las bandas de los 90s y estan en plena forma. Ojito ahi, un saludo, avestruz maracucha.
EliminarDe esta gente sabía que estaba de batería el "Faust" que estuvo con Emperor y grabara el mítico "In the Nightside Eclipse", pero estos -Djevel- no los piloto mucho, me coges un poco con el pie cambiado. A ver si me pongo con el disco y te dejo un comentario en condiciones..Saludos!!!
ResponderEliminarSi, por aqui anda Faust, pero también un par de los mejores musicos de la escena black no sólo noruega, sino actual diría. Grupo de influencias clásicas, pero con muchos matices. Nos leemos, Perdido.
EliminarRecomendadísimo álbum y tremenda reseña, Mendoza. Creo que su único contratiempo puede ser un sonido excesivamente cacharrero, que alejará a los que no tengan el oído hecho al black noruego más guarro. Lo que ocurre es que, detrás de esa apariencia fea y desaliñada, hay un álbum de enorme belleza. Djevel me parecen, con estos dos últimos álbumes, lo mejor que le ha ocurrido al black noruego desde la eclosión de Taake. No hay nada nuevo aquí, es exactamente lo mismo que funcionó veintitantos años atrás, pero sigue sonando igual de místico cuando se toca con esta convicción. Conocía a la banda de más atrás, pero ya sabes que fue con tu reseña de este mismo álbum en el Portal, cuando me decidí a darles una oportunidad seria y no me defraudaron. Totalmente recomendado para todo el que haya disfrutado alguna vez con un CD de Satyricon, Dødheimsgard, Ulver o Darkthrone de aquellos que salían a mediados de los 90 y que tanto significaron para algunos como yo. Lo mejor que se puede decir de Ormer Til Armer, Maane Til Hode es que podría haber salido perfectamente en aquella Noruega de 1995.
ResponderEliminarEsa muralla de distorsión es un repelente para absolutamente todos lo que le den play, ya que -literalmente- desde el primer segundo esto es pura tralla. Pero el chiste está en ir deshojando los hermosos detalles, que los tiene, que hay con las sucesivas escuchas. Lo de siempre, vamos. Dichosos seamos nosotros, que podemos verlo a relativa simple vista.
EliminarPero es una tarea que requiere cierto entrenamiento, no te creas y que incluso se oxida. Yo aún recuerdo mi estupor la primera vez que me llevé a la oreja los Battles in the North, De Misteriis Dom Sathanas o A Blaze in the Northern Sky. Ahí había que bajar a la mina con pico y pala para encontrar las brillantes gemas que escondían. Hoy día ya no tengo el oído tan hecho, pero, afortunadamente, no se me ha escapado una banda como esta. No sé si has escuchado esto:
Eliminarhttps://youtu.be/Mzy8qauXwGo
El adelanto, sí. El disco nuevo sale ahora en noviembre. Te digo que tengo mucho miedo. Creo que es muy pronto, pero no sé. Obviamente dejaré mi parrafada por acá cuando corresponda. Mientras tanto, a presagiar el lanzamiento de un álbum carnicero y al hueso, ya que estos alternan entre un disco más bonito y otro más brutal y así.
EliminarMucho respeto para estos tipos que, aunque su Tanker sea para mi ese potente elixir de valeriana, ciertamente en este estilo noruego clásico son de los más versados hoy día, eso no se puede negar. Dejo la puerta abierta en un futuro a este Ormer que quizás por ser mas abrasivo y potente me entre mejor que aquel, más místico y atmosférico. Lo que si es que a un toque de estos cabrones no me negaría, así como tampoco a uno de Saenko & Co o de los Lobos en el salón del trono, tiene pinta de una experiencia única y me quedo corto. Un Saludo.
ResponderEliminarYa veremos si encontramos terrenos en común por acá, peninillo.
EliminarDe estos hay algun que otro concierto grabado en condiciones en yt y la verdad no transmiten nada, pero a mí lo que me da es morbo ver cómo tocan estas canciones. Ya si quiero un derroche de actitud, Whoredom Rife. Y si quiero ver circo, Behemoth.
A WITTR los pude ver en 2009 y realmente me quedé maravillado, consiguen trasmitir una atmósfera mágica sobre el escenario y no me parece que sea nada sencillo. Siempre he creído que el black metal no es el estilo idóneo para el directo y comprendo a las bandas que no quieren hacer conciertos. Por razones obvias, nunca he visto a Drudkh, como nadie más en el universo, jajaja.
EliminarParece que he vuelto a los mediados 90´s con estos Djevel o Devil, para el que guste más por uno o por otro..jajaja.. Hacía muchísimo que no ponía con una banda de black que respirara tanto a la época clásica y dorada del estilo. Es como si juntaran el Varg Vikernes y el Ihsahn, de nuevo y montaran una banda, os imagináis???
ResponderEliminarLa verdad es que me daba un poquito de respeto enfrentarme otra vez a este sonido, no sabía cómo me iba a sentar después de tanto tiempo sin catar a estos noruegos. Y la verdad es que me lo he pasado bien. He vuelto a sentir aquellas grandes sensaciones que tenía cuando pinchaba a esas hordas norteñas. Esa fiereza y al mismo tiempo belleza que tan bien recrean esos pasajes helados. Todos los ingredientes están presentes: Guitarras ejecutadas con el -trémolo picking-, la batería con sus -blast bleast- y todo cubierto por la voz y sus -shriek-.
Bravo, Mr Mendoza, Bravo!!!!
Es que conociendo los gustos que tienes sé que le puedes sacar mucho provecho a esta gente. No tienen hasta ahora disco malo y cualquiera es una apuesta segura. Ojo con sus paisanos y amigos de Whoredom Rife, pero ya eso es otra historia. Se comentará algún día.
EliminarMe ha gustado la propuesta de estos Noruegos Mendoza. Me encanta la distorsión de las Guitarras. Nunca he sido fan del rasgueo de Guitarras, soy fan de los Riffs y como cosa curiosa, aquí te encuentras muy buenos, con melodía incluida. Además encuentras buenos cambios y hasta cierto elemento épico que le da cuerpo a las canciones. Recuerdo que Witch escribió, que en su momento, muchas Compañías disqueras empezaron a presionar a las Bandas de Black Metal, para que sumaran elementos de otros géneros a sus propuestas, para hacerlas más atractivas y sumar oyentes. Últimamente Los Lobos en el Salón del Trono, están en mi Play List semanal y te digo que estos Djevel, por lo menos van a sonar unas cuantas semanas, no son para nada atmosféricos, pero tienen sus buenos momentos, a pesar de toda la tralla, no es solo arañar las guitarras. Muy buen trabajo de Batería, llenador de espacios, de manera sabia y contundente, el bajo en ocasiones, armoniza muy bien. Lo único que me molesta es que cuando entra la voz, “tapa” el sonido, especialmente el de las Guitarras, no sé si será a propósito o defectos de la producción. De las 8 canciones, me gustan más las 4 últimas, sin menospreciar las otras, en realidad me engancho desde el primer momento, el elemento épico es algo que disfruto mucho. Gracias por la Reseña Mendoza, dices que el siguiente es mejor, habrá que averiguar más adelante, por ahora me quedo con este Ormer Til Armer, Maane Til Hode.
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Un Saludo
Es dificil escoger una cara favorita. A mí los primeros cinco me vuelven loco, ese quinto tema es una joya escondida. Es el más corto, pero a la vez esconde unas melodías que son canelita en rama. Una delicía de riffs que serpentean a sus anchas. Nos estamos leyendo, RockSo, un abrazo.
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