Os lo comentaba no hace mucho en la reseña de Century, siento cierta debilidad por el heavy metal sueco... y no sólo por el heavy metal “hecho en Suecia”. Me repito, lo sé, pero es que, paralelamente a la NWOBHM, hubo una escena en Suecia bastante maja que dio nombres nada despreciables como Europe (cuando aún hacían heavy metal, después también molan, pero es otra historia), 220 Volt, Heavy Load, Overdrive, Mindless Sinner, Axewitch, Torch, Gotham City, Glory Bells, Universe... Me podría tirar así un buen rato, pero os insto a pegarles un repaso a todos ellos para haceros una idea general del nivel que por allí había. Como con todo lo que resulta un poco exclusivo, el heavy metal sueco también ha vivido su pequeño proceso de reivindicación y alguna que otra banda, no sólo procedente de su país, se ha animado a hacer más de un guiño a esta escena. Si una de ellas fuéramos a destacar como los verdaderos pioneros de esta revitalización del sonido genuinamente sueco, a la fuerza, tendrían que ser los entrañables Helvetets Port...
Mis primeros contactos con estos muchachotes nórdicos a través de su debut “Exodus to Hell" tiempo ha no resultaron muy provechosos y pronto fueron sobrepasados por otras bandas afines que entonces sonaban con mucho más empaque. Sin duda, estos tipos tenían una actitud irresistible y una cara dura como el cemento para salir a la palestra con aquellas pintas sin cortarse un pelo (del bigote, sobre todo) y, tras ver aquel casposísimo “Lightning Rod Avenger" extraído de su EP “Man with the Chains", estaba empeñado que que me gustaran, pero su álbum de debut hacía aguas en varios frentes. Ni el desempeño del voluntarioso Witchfinder (Tomas Ericson) alcanzaba el nivel mínimo exigido, ni el acompañamiento de sus colegas armaba una propuesta convincente, por muy simpáticos que me cayeran. En consecuencia, me acabé olvidando un poco de ellos en favor de algunos de sus compatriotas más talentosos.
Helvetets Port se pasaron la década siguiente puliendo sus habilidades en la sombra mientras sus colegas de generación daban el salto a las grandes ligas. Wolf habían abierto la veda ingresando en las filas de Century Media en 2005, les seguían White Wizzard y Enforcer firmando con Earache en 2009, Portrait e In Solitude con Metal Blade en 2010, RAM un año después también con el sello de Slagel y finalmente Bullet fichaban aquel mismo 2011 con Nuclear Blast... Era una realidad, el heavy metal estaba de vuelta y la NWOTHM se convertía en el nuevo fenómeno de moda. Sin embargo, Helvetets Port se quedaban para vestir santos y observaban desde la barrera el ascenso y el declive del movimiento. Nueve años tardaron en volver a la palestra con un más compacto “From Life to Death" de cuyo lanzamiento pasé olímpicamente en 2019... a saber con qué andaría yo enredado de aquella y tampoco es que me hubieran dejado una huella muy imborrable en el momento de su arranque.
Dejamos pasar otro lustro (no son la banda más prolífica de la historia) y hace cosa de un año se vuelven a presentar en sociedad con este aguerrido “Warlords"... de nuevo, os lo confieso, volví a pasar bastante de ellos tras haberles colgado el cartel de banda cutre en su día. Es lo que os digo, tienen unos huevos como el caballo de Espartero, pero musicalmente me parecían bastante flojos. Sin embargo, por fin, las cosas parecen haber cambiado. Lo primero que me llama la atención es la mejoría en la producción nada más pincharme “Black Knight". Cómo cambia una banda cuando está bien grabada y es que precisamente a quien tenemos aquí produciendo, mezclando y masterizando es nada menos que a Olof Wikstrand de Enforcer y la diferencia se nota una barbaridad. No digo que Helvetets Port no hayan mejorado instrumentalmente o que los nuevos fichajes, Virginkiller (David Olofsson, ex-Portrait) y Earthquake, no les hayan venido bien, pero ahora suenan con una pegada que no habían tenido en su vida y creo que esto es mucho cosa del apartado técnico. Muy bien el rubio de Enforcer aquí al respecto.
Musicalmente, no es que hayan pegado un cambio drástico, siguen siendo los mismos Helvetets Port de hace 16 años, pero ahora exhiben un músculo metálico que en su día no tenían. Witchfinder, particularmente, ha mejorado muchísimo como vocalista y hoy en día comanda las composiciones con autoridad, seguro de sus posibilidades y capaz de adaptarse a la perfección a lo que la canción requiere de él en cada momento. Desde el pasaje más épico y grandilocuente, hasta la andanada más poderosa de power metal, lo noto sobrado de recursos y confianza en sí mismo... igual antes también la tenía, pero la voz no le salía de dentro.
Para no pararme en exceso con cada una de las canciones, que os confieso que me suele parecer algo tedioso y tampoco veo yo la necesidad de destapar absolutamente todo lo que os vais a encontrar en este “Warlords", os diré que la portada resulta de lo más descriptiva... justo al revés que la de Sabïre. Esto es heavy metal épico, guerrero, muy masculino y anclado en el pasado. Básicamente, hablan de guerreros, de cuero, del infierno, de metal, de espadas y de la noche... cosas de machos, vamos. Yo, los siento como un cruce entre Heavy Load, a los que obviamente hacen guiños desde el primer día, y Manilla Road, a los que no los veía yo ni remotamente parecidos hace década y media. Pasa que la voz de Witchfinder me suena entre bastante y mucho a un Mark Shelton menos nasal y en canciones como la épica “Mutant March" creo que no quieren disimular la influencia de los de Kansas en ningún momento.
Conste que lo que escucho la mayoría del tiempo es una manifiesta adoración por los enormes Heavy Load, hasta el punto de que una canción como “Legions Running Wild”, de la mejores aquí, no habría desentonado en ningún momento en “Death or Glory" o “Stronger than Evil", incluida una producción que Olof replica con absoluto respeto. Consiguen, no obstante, eludir en todo momento el sambenito de émulos desvergonzados alternando con mucha habilidad rotundos medios tiempos como “Wasteland Warriors", “Helvete på larvfötter" o “Golden Axe” con trallazos powermetaleros a lo “Hårdfor overman”, “Cry of the Night” o la tremenda “Key to the Future", todas ellas plagadas de estribillos pegadizos, solos mucho más que pertinentes y riffs grandiosos como las gloriosas gestas que narran. No veo a ningún fan del heavy y power metal épico de los años 80 capaz de ignorar canciones tan distintivas y memorables como estas. Todas tienen algún detalle que te ayudará a acordarte de ellas y eso es algo muy a tener en cuenta en los tiempos que corren, con la cantidad de caras anónimas que dejan constancia de su música en la red sin pena ni gloria... para Helvetets Port, por fin, debería estar reservada la gloria.
Sin embargo, este “Warlords" tiene un añito y poco se ha hablado de él... mucho me temo que el momento para Helvetets Port ya pasó. Si alguna vez tuvieron una oportunidad de hacer algo con su música, seguramente fue cuando este revival metalero estaba en pañales hace 15 años y hasta bandas bastante mediocres como White Wizzard tuvieron su minuto de fama. Ahora, Helvetets Port no pasan de ser una de tantas que intentan resucitar el espíritu del viejo heavy metal de forma modesta. Como os dije respecto a Century, estamos hablando de metal para heavies con el oído bien entrenado, no para el público random que te puedes encontrar en un concierto de Amon Amarth o Sabaton. Si tú eres uno de ellos, no pierdas la oportunidad de escuchar a estos tipos.
7,5/10
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