Os lo comentaba hace nada en la reseña de Fields of the Nephilim, hace ya unos cuantos años que me empezó a hacer tilín alguna cosa puntual dentro del rock gótico de los años 80 y, desde entonces, ando a la búsqueda de alguna historia que sea capaz de mezclar esto con el heavy metal de manera efectiva. Que duda cabe, dentro del doom de mediados de los 90, hubo intentonas muy meritorias viniendo de bandas como Paradise Lost, My Dying Bride o Anathema, pero de ahí acabó surgiendo ese metal gótico de la segunda mitad de la década que tanto detesto y le acabé pillando bastante tirria a toda la escena. Sin embargo, no es exactamente a eso a lo que me refiero.
Hace algo más de una década, In Solitude hicieron una transición muy lograda desde su heavy metal oscurillo a una suerte de heavy metal gótico que bebía tanto de Mercyful Fate como de The Sisters of Mercy, pero los cabrones implosionaron y dejaron ese melón que habían abierto a medio comer. Desde aquello, cada cierto tiempo, alguna banda explora un terreno similar, sin llegar a dar del todo con la tecla que alcance a mezclar el heavy metal con el rock gótico con éxito. Precisamente, como teloneros de In Solitude, conocimos a unos Beastmilk que insuflaban su post/punk con una potencia metálica hasta entonces inaudita, pero también se esfumaron a las primeras de cambio y sólo un año después se reencarnaban en unos Grave Pleasures que, desgraciadamente, nunca llegaron a ser lo mismo. Tribulation sí dieron en la diana, aunque lo suyo venía el death metal y eso ya lo hemos visto funcionar alguna vez más dentro del terreno extremo... rara vez con su clase, claro está. Idle Hands también pegaron un buen pelotazo con su debut “Mana”, pero el forzoso cambio de nombre a Unto Others parece que no les ha sentado demasiado bien y con su más reciente “Never, Neverland" se han diluido como un azucarillo. Desde entonces, otras bandas han ido salpicando su heavy metal con diversas etiquetas como el deathrock, el post/punk y el rock gótico con resultados bastante desiguales. Desde movidas muy resultonas como The Night Eternal, a otras más irregulares como sus compatriotas Lunar Shadow o los estadounidenses Sonja, pero casi todos caían de un lado u otro de la balanza. O bien eran heavy metal con toques góticos o bien rock gótico con pinceladas metálicas... Sin embargo, después de todo este tiempo y muchos intentos fallidos, parece que por fin he encontrado una banda que consigue mezclar ambas facetas con bastante acierto... veremos cuánto tardan en irse al traste.
El origen de Pøltergeist está en unos Whyte Diamond que nacen para demostrar el amor de adolescencia por Angel Witch de un chaval canadiense llamado Kalen Baker. Como ocurre en la juventud, las cosas se mueven deprisa y el bueno de Kalen pronto empezó a interesarse por otras películas y decidió renovarse por completo bajo una nueva identidad. Aislado por motivos de trabajo a 450 millas de su Calgary natal, Kalen se va metiendo progresivamente en el rock gótico y el post-punk de los años 80 y da forma a una nueva aventura que busca unificar sus dos grandes pasiones musicales. Así nacen estos Pøltergeist que se nos presentan como una banda de rock gótico/post-punk con potencia metálica en este su primer álbum editado hace poco más de un año con Bad Omen Records... antes vinieron un par de demos y un split con los también canadienses Spell. La pregunta ahora tiene que ser: ¿consigue hacer funcionar la mezcla?
Pues la verdad es que sí, “Nachtmusik" (¿por qué un título en alemán?) es una logradísima revisión del rock gótico ochentero con generosas dosis de post-punk y heavy metal salpicadas en la mezcla. Reconozco por aquí y por allá mucha influencia de los primeros The Cure y, según dice Kalen, también de The Sisters of Mercy (¡que manía tienen estas bandas de antes de ponerse el artículo “the” delante del nombre... queda fatal con la preposición “de"). No me cabe duda de que Kalen está bastante al tanto de lo que están haciendo últimamente bandas más jóvenes como Unto Others (la influencia de los de Portland en en esas “Ethereal Nightmare" o “Children of the Dark", que también son las más heavies y directas, me parece evidente) o The Night Eternal. Y, de nuevo, también según sus propias palabras ya que aquí me pilla totalmente fuera de juego, pone mucho la mirada en bandas de post-punk de nuevo cuño como Spectres, y clásicos como The Sound, The Chameleons o Cocteau Twins... Lo siento mucho, a mí me sacáis de Joy Division y Siouxsie and the Banshees y ya no sé por dónde ando.
Con todo esto, con lo que nos juntamos es con un álbum muy leal con lo que se hacía en la escena siniestra británica de los 80, pero que es capaz de exhibir una energía que los heavies solemos echar en falta en esas bandas góticas que nos hacen tilín, aunque siempre pensamos que les falta “algo". Ese algo de potencia, ese ímpetu que normalmente no encontramos en el rock gótico. Alguno podríais pensar, ¿y por qué no le gusta a este entonces el metal gótico si es básicamente lo que ofrece? Pues no sé, chavales, pero yo en unos Lacrimosa, unos Crematory o unos Moonspell no encuentro ni una cosa, ni la otra. Ni el punto desolador, triste e inquietante del rock gótico, ni la energía del heavy metal y justamente eso es lo que llevo buscando tanto tiempo y he conseguido encontrar en bandas como Tribulation, In Solitude o ahora en Pøltergeist.
Atmósferas plomizas, zarpazos de nostalgia evocadora, tendencias depresivas, pero también un punto de agresividad y urgencia. Riffs de guitarra, buenos solos... Eso consigo encontrarlo en estas “Burning Sword”, “Cold in September”, “Yesterday Fades" o “Swallowed by the Ocean". Canciones dominadas por un bajo omnipresente y una guitarra limpita arpegiando sobre riffs metaleros en una equilibrada mezcla entre melancolía, oscuridad y fuerza. Todo seguramente recopilado en una estupenda “Children of the Dark” que se erige como posible himno para nuevas generaciones siniestras... algo que nunca alcanzará a ser. La producción no está mal, pero es lo de menos. La de unos Unto Others, por ejemplo, es bastante mejor y no les sienta particularmente bien. Prefiero este sonido ligeramente embarrado y confuso...
Como os decía, no consigo encontrar con facilidad esa mezcla equilibrada entre heavy metal y rock gótico que me aporte lo mejor de ambas escenas en su justa medida, pero “Nachtmusik" se acerca bastante a la idea que tengo en la cabeza. Es rock gótico, pero es lo suficientemente heavy para no perderme durante su escucha y ese es un mérito que hay que reconocerle a un músico joven como este que vive aislado a tomar por culo en medio de Canadá. Veremos hasta dónde es capaz de llegar y si en su próximo álbum no la caga, como hacen la mayoría. De momento, estos Pøltergeist van por el buen camino.

Sé que voy con retraso, pero es que no me da la vida y estos Poltergeist bien merecen un comentario. No conocía yo este disquito, y me ha sorprendido para bien. Mucho amor por los 80', una producción muy acertada (le pega mucho a las composiciones ese sonido turbio y desaliñado) y unas melodías que te ganan desde el primer minuto. Lo único que puede achacárseles, que no es poco, es lo mucho que se parece su música a la de Unto Others. Quizá estos Poltergeist no tengan el poso modernillo de los estadounidenses, pero la propuesta es casi la misma (así lo noto yo) y el vocalista parece que quiere calcar lo que hace Gabriel Franco en cada una de las notas que da. En cualquier caso, un álbum muy apañadote, sin ningún tema flojo y con unos singles que molan cantidad. Con todo, si busco rock gótico con tintes metálicos, me quedo el 'Never, Neverland' antes que con este. Aquí falta algo de pegada.
ResponderEliminarMe estaba dando pena que esta reseña pasara desapercibida y me alegro de que te hayas animado con ella... a ver si alguien más se atreve con ellos. A mí la verdad es que Never, Neverland me ha decepcionado bastante. Me gusta mucho Mana, algo menos Strength, pero ese último álbum lo noto disperso e incoherente. Como si hubieran intentado demasiadas cosas en un mismo trabajo y les quedara un batiburrillo de estilos no muy bien integrados. No sé, tengo la sensación de que te pasan de una parte gotiquilla muy poppie a otra punk/thrash sin demasiado sentido y de ahí a un ritmo blackmetalero... Además de que 16 temas pueden llegar a ser demasiados, sobre todo con esa falta de cohesión. Hay canciones como Suicide Today o Sunshine que incluso se me hacen muy repelentes... Otro asunto que echo de menos es ese toque vintage que sí noto en Pøltergeist, pero no tienen Unto Others. Precisamente, les falta su pegada metálica, pero lo ganan en atmósfera. Te diría que me gustaban mucho más Idle Hands antes del cambio de nombre que ahora y hoy en día me llena más este Nachtmusik que Never, Neverland, cubriendo ambos un estilo similar.
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