“Nunca juzguen un libro por su portada”, reza el dicho y no son pocas las ocasiones en las que estoy más que de acuerdo. Cuántas joyitas de la historia del heavy metal se ocultan detrás de imágenes verdaderamente infames... Sin embargo, no es esta una de ellas. Para nuestra desgracia, y mucho más todavía para la de la propia banda, la cubierta de su tercer álbum es lamentablemente descriptiva de lo que nos vamos a encontrar dentro. Para ser honestos, en el momento en que Flotsam and Jetsam deberían haber dado un golpe sobre la mesa y demostrado de lo que eran realmente capaces, les flaquearon las piernas y “When the Storm Comes Down” transmite, en el mejor de los casos, una pereza impropia de una banda que apuntaba a lo más alto.
Estos cinco tipos de Phoenix grabaron en 1986 uno de esos imponentes debuts que te situaban de la noche a la mañana en primera línea de fuego. Editado con Metal Blade y grabado junto a Brian Slagel y Bill Metoyer, “Doomsday for the Deceiver" fue el primer álbum de la historia en obtener las famosas 6 k’s en la revista Kerrang!... Algo bueno debía tener, ¿no? El futuro pintaba muy halagüeño, sin embargo, durante la gira de presentación de su álbum de debut, Jason Newsted, su bajista de aquella, recibía la oferta de su vida y entraba a formar parte de la banda de thrash metal más importante del mundo. En consecuencia, Flotsam and Jetsam perdían a su principal compositor, pero, para ayudarles a recuperarse del golpe, los propios Metallica les pegaban un empujón que los llevaba hasta las filas de Elektra para la edición de su tremebundo “No Place for Disgrace". Un álbum de thrash metal de primer nivel, aún mejor que su debut, que tampoco fue capaz de consolidar a la banda entre las grandes de su época.
Viendo que los Flots no tenían madera de superventas, Elektra les pegó la patada en 1989, pero de nuevo se las arreglaron para caer de pie y MCA Records les ofrecía un nuevo contrato multinacional que podría mantener a la banda entre la élite del thrash. Parecía que los Flotsam tenían una nueva oportunidad y se ponían manos a la obra en el que sería su primer trabajo sin la contribución creativa de Jason Newsted. Grabado entre finales de 1989 y principios del año siguiente, “When the Storm Comes Down” saldría finalmente el 1 de mayo de 1990... ¿Tendría su tercer LP lo que la banda necesitaba para llegar a las grandes ligas?
Resulta muy ventajista decirlo ahora 35 años después de su edición, pero, obviamente, no, no lo tenía. Lo primero que llama la atención es lo jodidamente mal que suena. Para la grabación, MCA puso a su servicio a Alex Perialas en sus Estudios Ithaca de Nueva York, pero llega a sorprender como un veterano en mil batallas puede liarla de esta manera y supongo que sin andar precisamente corto de presupuesto. No es que la producción fuera uno de los puntos fuertes de “No Place for Disgrace", pero pegaba duro y conseguía un efecto muy agresivo dentro de la melodía heavymetalera que era seña de identidad de Flotsam and Jetsam. Sin embargo, “When the Storm Comes Down” es un puto desastre. La mezcla es espantosa y Perialas consigue que una banda tan guitarrera como Flotsam and Jetsam suene sin fuerza. El bajo, la batería y la voz están altísimas, mientras que las guitarras suenan a auténtica mierda, con una distorsión ridícula que deja sensación de banda maquetera. Parece increíble como una banda que, en directo y en grabaciones anteriores, conseguía sonar compacta como pocas, con una mala mezcla acabe pareciendo una formación amateur. Cierto que de esta época sólo quedan hoy día Erik A.K. y Michael Gilbert, pero los acabo de ver en directo hace poco más de una semana y sonaron como un tiro. Concretamente, Erik A.K., un tío con una voz peculiar, pero uno de los vocalistas más dotados de aquella segunda generación thrash, resulta hasta desagradable por momentos, sólo un par de años después de dejarnos a todos boquiabiertos con temazos como “I Live You Die" o “Escape from Within". Para que os hagáis una idea, es un álbum que sigue las directrices de un “Practice What You Preach”, grabado unos meses antes en el mismo estudio, sólo que aún peor. Un despropósito, vamos...
Por tanto, tengo la sensación de que las composiciones no son tan culpables por sí mismas de la impresión general que dejan, como el deficiente envoltorio que las rodea (portada y producción). Realmente, dudo que canciones como “The Master Sleeps", “Suffer the Masses”, “Greed”, “6, Six, VI”, la épica “E.M.T.E.K.” o la furiosa “Scars", sean tan flojas como parecen con estos parámetros de sonido tan inapropiados. Otro asunto es que lo mejor del LP se encuentra oculto en la cara B y sólo “Suffer the Masses" recibió cierta atención en base a un videoclip que tuvo bastante rotación en la MTV en su momento... Es como si aquellos aspectos que hacían a Flotsam and Jetsam sobresalir entre la masa en sus dos primeros trabajos se hubieran vuelto en su contra. Ni la combinación entre acústicas y eléctricas funcionaba de igual manera, ni Erik A.K. parecía ya ese solvente vocalista de pulmones de acero y hasta el constante percutir de las cuatro cuerdas de Troy Gregory (ya desde su debut con Newsted concedieron mucho protagonismo al bajo) acaba molestando y sonando fuera de lugar. Hablando de molestar, la batería de Kelly David-Smith también suena mal de cojones con esos bombos disparados y esa caja que suena como la tapa de un cubo de basura... ¡No dio usted ni una, señor Perialas! Michael Gilbert y Edward Carlson están correctos a las guitarras, como siempre, jugando con estructuras más complejas y ambiciosas. No es que hubieran sido nunca unos fenómenos en lo suyo, pero siempre los encontré en el lugar adecuado en el momento adecuado. Lo que ocurre es que aquí Perialas los entierra hasta tal punto que a veces las guitarras son lo que menos importa y esto, me perdonarán, es una jodida banda de thrash metal... ¡Nada importa más que las guitarras!
Curiosamente, y a pesar de todos sus contratiempos, “When the Storm Comes Down" fue junto a “No Place for Disgrace" el álbum de más éxito de la banda, síntoma bastante manifiesto del mercado que había para su estilo en 1990 y de que estaban en el lugar correcto en el momento adecuado. Sin embargo, ellos, MCA, Alex Perialas (con razón no volvieron a trabajar juntos), o, seguramente, todos a la vez, la cagaron en el momento clave y dieron un paso en falso del que nunca se llegarían a recuperar. Aún harían una última intentona comercial en 1992 con Neil Kernon a los controles, pero “Cuatro" fracasaría otra vez en su propósito de convertirlos en una banda grande... y hasta ahora, que parece que gozan de una segunda juventud gracias al resurgir de las bandas clásicas en los últimos años. Puede que no sea tan terrible, pero no va a ser esta una de esas ocasiones en los que intentaré resucitar la memoria de un álbum “maldito" que realmente era mejor de lo que recordábamos. Supongo que “When the Storm Comes Down" obtiene, ni más ni menos, lo que se merece.
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