Hace un par de años me engorilé a base de bien con “Shock to the System", que ya sé que había salido un tiempo antes, pero no fue hasta entonces cuando enganché yo con él… Y lo escuché mucho, a decir verdad, lo recordaréis por la reseña publicada poco después aquí mismo. Por tanto, si un álbum de este 2025 esperaba con cierta anticipación, era este tercero de Tower, aunque el mal tiempo y el black metal se interpusieron en su camino. Como en el caso de Sanhedrin, tampoco ha sido hasta ahora, con la llegada del solete, el calor y los pantalones cortos, cuando me he encontrado con ganas suficientes para dedicarle el tiempo necesario. Si ellos se han tomado cuatro años para dar réplica al aclamado “Shock to the System", cuatro meses desde su salida no son nada para reseñarlo en el Dictador… ¿Habrá merecido la pena la espera?
Me estoy anticipando a la conclusión final, pero, después de semanas escuchándolo con cierta frecuencia, una cosa tengo clara, me ha gustado, aunque no tanto como su inmediato predecesor. Esto es lo que tiene dejar el listón tan alto, por bien que lo vuelvas a hacer, va a ser complicado que puedas mejorarlo y Tower no lo han conseguido del todo. Veamos cuáles han sido las razones entonces.
Y eso que la cosa arranca a fuego con el riff endemoniado de “Under the Chapel”. Keith Mikus, que nada tendrá que ver con Heinz, calculo, calienta con la entrada de la batería y la canción explota al medio minuto. Sin embargo, esa Sarabeth Linden que me conquistó en “Shock to the System" lo frena un poquito al meter la voz. Cierto es que al cabo de unos instantes se vuelve a despendolar todo el conjunto y que el tema es vertiginoso de cojones, pero en esta ocasión las voces no me transmiten la misma mala baba que en su anterior trabajo. Sarabeth se nota que quiere cantar mejor, suena más entonada y profesional, pero ha perdido parte de la garra indómita que derrochaba en “Shock to the System". Suele ser este un peaje a pagar con frecuencia. La banda madura, se vuelve ambiciosa, mejora técnicamente, invierte más tiempo y dinero en estudio, pero algo se deja por el camino.
“Let there Be Dark" arranca igual de frenética, sino más, pero otra vez tengo la sensación de que Sarabeth se corta, intentando cantar sin berrear, aunque justamente eso era lo que la hacía destacar en “Shock to the System". Sin aflojar un ápice llega una “Holy Water” a tope, con un ritmo de batería incansable, estupendos guitarrazos y esta vez sí, una Sarabeth un algo más desmelenada y tirando de entrañas. La banda suena como un cañón, engrasada, con años de rodaje y la producción de Arthur Rizk (Kreator, Unto Others, Cavalera Conspiracy, Sumerlands, Eternal Champion, Crypt Sermon, Soulfly, Blood Incantation…) más pulida, pero natural y con garra. Están acertando estos muchachos alejándose del sonido imperante en la escena y buscando las raíces. Una batería casi a pelo, sin maquinitas, un par de guitarras sin una distorsión atronadora, un bajo juguetón correteando a su antojo y la voz de Sarabeth sin artificios, tal y como sale de sus cuerdas vocales.
Llega la primera finta con “And I Cry", una composición más relajada que cierra la cara A con un tono melancólico que cae de maravilla para descansar de tanta velocidad. Bonitas acústicas y melodías de guitarra y la Sarabeth más emotiva en lo que va de álbum. Toca fibra sin ponerse pastelosa y acaba siendo un animado medio tiempo que consigue mucho en menos de cinco minutos.
Abre la cara B “The Well of Souls", bonito detalle con una delicada acústica a modo de interludio… ya os he dicho que me gustan los álbumes en los que se cuida la estructura y se tiene el vinilo en mente, ¿verdad? Despues de la calma, un poco de speed/power con “Book of the Hidden", aunque sigo notando a Sarabeth con la correa puesta y restando algún punto en la comparativa directa con “Shock to the System"… puede haber más versatilidad, pero sin duda hay menos rabia. “Legio X Fretensis" no es más que otra instrumental, menos oportuna en esta ocasión, aunque demasiado breve para molestar, que desemboca en una buena “Iron Clad" plagada de riffacos de James Danzo y Zak Penley (no hay demasiado que decir del apartado solista, más que correcto, aunque no brillante) y esa alocada sección rítmica que montan Phillip Arman y Keith Mikus. A “Don't You Say" le cuesta un poco arrancar y, cuando lo hace, se queda corta. Como que no le dan el tiempo suficiente para desarrollarse y se queda a medias. No es de las mejores, pero tiene un solo bien majo. “The Hammer”, en cambio, termina con la apuesta al alza. Otro buen detalle, siempre lo recalco, hay que acabar a tope. Más larga, tirando de cierta épica, conmovedora y bastante pegadiza. Escucho mucho Iron Maiden en su segunda mitad, aunque, llamadme loco, más que a los de los 80, esto a lo que me recuerda es a aquellos Iron Maiden que volvieron con fuerza tras el retorno de Bruce Dickinson hace un cuarto de siglo. Sea como fuere, es de esos temas que se quedan contigo y te dan ganas de volver a pinchar un LP que se pasa rapidísimo con sus 39 minutos de buen heavy metal… 20 segunditos más que “Shock to the System". Si esta banda consiguiera tener un poquito más de continuidad y no se durmieran entre álbumes, darían un respingo de popularidad y no me extrañaría verlos en poco tiempo en una Metal Blade o una Century Media, o peor, en Napalm Records… Satán no lo quiera.
Entonces, si aparentemente me gusta tanto, ¿qué me hace ponerle a este “Let there Be Dark" “tan sólo” un 7,5? La respuesta es sencilla: “Shock to the System". Aquel álbum, sencillamente, me voló la cabeza hace un par años y “Let there Be Dark" no lo ha conseguido en la misma medida. Digamos que pesa mucho la losa de lo que vino justo antes. Con todo, Tower siguen siendo de lo mejorcito que se puede encontrar uno en el heavy metal actual y estoy bastante seguro de que, cuando acabe el año, “Let there Be Dark" se contará entre lo más destacado de este 2025. Si te gusta el heavy metal de verdad y aún no los conoces, yo no tardaría mucho en ponerme con ellos.
Me ha gustado mucho este disco. Lo cierto es que no los conocía y por lo que veo, su anterior trabajo tiene hasta mejores críticas. Mañana emprendo viaje hacia tu tierra, así que creo que me dará tiempo de dar un repaso a su discografía. Muy buenos temas y con un buen punto de producción.
ResponderEliminarEste mola bastante, pero el anterior me parece aún mejor. Suena más agresivo y natural todavía, es un álbum que transmite mucha rabia y urgencia juvenil. Aquí se nota que está todo un poco más pensado, más meditado. Puede ser algo más maduro, pero le falta ese punto de nervio que tenía el Shock to the System.
EliminarPues nada, disfruta mucho de mi tierra, vas a tener muy buen tiempo además, está haciendo calor estos días. ¿Por dónde te vas a mover? Qué pena que no te hubieses venido unos días antes porque hubo un festival bien guapo en Cangas este fin de semana pasado...
Estaré a unos pocos kilómetros de Santiago aunque con 5 o 6 días me moveré de aquí para allá. Así que si sabes de alguna tienda con buen material metálico espero tu recomendación. Una buena excusa para desviarse de los destinos de siempre y visitar zonas alternativas...jejee
ResponderEliminarBueno, no te creas que Galicia es un paraíso para comprar material, a mí hace mucho que se me quedó pequeña, pero en Santiago tienes Disco Precio en la calle Santiago de Chile donde se suele encontrar alguna cosa decente. Aquí en Vigo tienes Honky Tonk, pero tampoco justifica un viaje ex profeso hasta la ciudad. Sólo te la recomendaría si vienes igualmente por otros motivos ya que está muy cerquita del centro de la ciudad. Hay alguna tienda más de vinilos de segunda mano por la misma zona (Elepé, Pick-up...), pero tampoco te pierdes mucho si no vas.
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