Soy consciente de que os tengo olvidados a los hardrockeros este invierno, pero siempre me ha ocurrido, cuando estoy con algo, estoy a tope. En medio de una borrasca de tomo y lomo y después de cuatro meses escuchando black metal, no tengo el cuerpo para cosas luminosas. Afortunadamente, nos queda ahí el archivo del difunto Portal. A la espera de que vuelva a ver la luz, creo que siempre se agradece recuperar un discazo como este debut de Vandenberg...
Adrian Vandenberg podría haberse convertido en uno de los grandes “guitar hero” de los 80 de haber jugado mejor sus cartas, pero creo que a este hombre, hasta cierto punto, le persiguió la mala suerte, o quizás sólo la falta de oportunidad. Y lo tenía todo: planta, talento, pose, dotes artísticas, capacidad compositiva, sex appeal... Se ve que a finales de 1983, tras el éxito de "Burning Heart", David Coverdale, en plena remodelación de Whitesnake y con sus miras puestas en el mercado americano, ya intentó reclutarlo para actualizar su sonido, pero el bueno de Adrian declinó la oferta convencido de que sus Vandenberg todavía tenían una oportunidad real de dar la campanada... Y razón no le faltaba, como vamos a ver a continuación. Como todos sabemos, al final fue John Sykes el encargado de llevar el sonido de la “serpiente blanca” a la nueva década en ese movimiento que podría describirse como uno de los contratiempos más afortunados de la historia del rock. No olvidemos que Michael Schenker ya había rechazado esa misma oferta poco antes... Estaba claro que Coverdale y John Kalodner habían tomado buena nota de la fórmula del éxito de Ozzy y Dio y se habían propuesto encontrar a su propio virtuoso para Whitesnake. Cuando le volvieron a ofrecer el puesto en 1987, Adrian Vandenberg no lo dudó e hizo las maletas para su aventura americana. Tras el “fracaso" de su estupendo "Alibi", parecía claro que Vandenberg no iban a ser la banda “rompecharts” que esperaba y Adrian no dejó pasar el tren por segunda vez...
Su historia con Whitesnake sería cuando menos peculiar. Llegaría en medio de aquel vaudeville digno de telenovela turca, que casi acaba con David Coverdale fuera de su propia banda, a tiempo para grabar el solo de la revisitada "Here I Go Again". Se pasaría los siguientes 10 años en la banda sin tocar ni una sola nota en estudio hasta el "Restless Heart" del '97, tras la desafortunada lesión que le impidió darlo todo en "Slip of the Tongue" y que acabó con Steve Vai llevándose los laureles... No sé, pero siempre he tenido la sensación de que no llegar a grabar ninguno de los dos álbumes más exitosos de la banda, hizo que Adrian Vandenberg quedara relegado en el recuerdo de los fans por detrás de Sykes y Vai, que fueron los que le pusieron cara a esa etapa junto a Coverdale y se llevaron la gloria. Muy a pesar de que la composición de "Slip of the Tongue" básicamente fuera cosa suya. Igual todo esto no es más que una paja metal mía, pero yo lo siento así. Confieso que, cuando era un chaval y antes de conocer todos estos detalles, pensaba que el que aparecía en los vídeos promocionales del celebérrimo "1987" era Sykes y no Vandenberg, así que ya veis. Bendita ignorancia...
Pero, bueno, basta ya de divagaciones y volvamos a 1982, que es lo que hoy nos ha traído hasta aquí porque "Vandenberg", el álbum, es un pedazo de LP de debut. Amigos, repito, 1982, todos los genios en estado de gracia, algunos aún cimentando sus carreras y todos juntos sentando las bases del heavy metal de los 80. Y ahí, en medio de todos, Vandenberg, la banda, editando un LP que aguanta el tipo ante la mayoría de ellos. ¿La portada? Sencilla a la par que elegante. Algunos la considerarán sosa, pero a mí siempre me ha encantado como quedaba ese logo cromado sobre el fondo rojo, negro y azul... Incluso antes de tomármelos en serio, ya me parecía esta una imagen atractiva. No sé si controláis el dato, pero el diseño es cosa del propio Adrian, quien tenía experiencia profesional en el campo gráfico antes de su carrera musical y también se curraría las brutales portadas de "Heading for the Storm" y "Alibi"... Si es que hay gente que parece que hasta los pedos se tira con arte... ¡tremendo!
¿Cuántas veces habéis estado ante uno de esos álbumes que no tienen tema malo? Pues este es uno de ellos. Pueden gustarte unas más que otras, como en todo buen disco, hay cosas más inspiradas y otras que no lo son tanto, pero encuentro difícil que alguien venga ahora y me diga: “esta es una mierda, yo me la cargaba”. Y algunas son muy, muy buenas, encima, no le faltan a este "Vandenberg" momentos estelares, no os vayáis a creer. ¿El estilo? Pura consistencia y, a la vez, dominando los tiempos a la perfección, sabiendo ofrecer variedad en el momento oportuno, sin que se resienta el conjunto ni sintamos incoherencias. Algo impropio de músicos debutantes y más habitual en los veteranos de los 70 que daban el salto al nuevo heavy metal desde la experiencia que les aportaba su pasado. Pero, ojo, que Adrian Vandenberg ya venía de editar un álbum con Teaser para Vertigo en 1978, así que tampoco se trataba de un advenedizo en el asunto.
Un poquito de todo, por tanto, y todo bueno. Hard clásico de corte bluesero para empezar con "Your Love Is in Vain", que recuerda a los propios Whitesnake. "Back on My Feet" es puro MSG y muestra una soltura pasmosa. Un poquito de proto-speed metal con la base rítmica de Kemper y Zoomer escupiendo fuego en "Ready for You" y "Out in the Streeets"... ¡qué buenos son esos tíos! Esa "Too Late" que parece un cruce bastardo entre Saxon y Van Halen, si es que eso es posible. La top 40 "Burning Heart" que bien podría ser considerada pionera de las power ballads ochenteras y que a punto estuvo de ser objeto de uno de los célebres remakes de Whitesnake en el '87. Mucho hard rock que se acerca al heavy con un gusto exquisito en "Nothing to Loose" o "Lost in the City"... ¿Os había dicho ya que no hay ninguna mala? Y, mi favorita, "Wait" (¡menuda intro acústica!), un impresionante medio tiempo épico a medio camino entre "Sign of the Southern Cross" y "Crusader", un año después de la primera y dos antes que la segunda. Todo con un fantástico Bert Heerink que demuestra ser un vocalista de primer nivel en estos 37 minutos y, por encima de todo, un estratosférico Adrian Vandenberg que hace de todo y bien, sobrado de recursos y justificando plenamente la oferta de David Coverdale. Escuchar este álbum fue el que me hizo realmente descubrir el verdadero talento de este hombre. Grandes composiciones, variedad, estribillos ganadores, una fantástica producción de Stuart Epps (Wishbone Ash, Twisted Sister, Led Zeppelin, Elton John...) e interpretaciones primorosas... ¿Qué le faltó a esta gente para conseguirlo?
Después de tres discazos y ya sin apoyo de ATCO, Adrian Vandenberg cerró el chiringuito en 1986 y, esta vez sí, acudió a la llamada de Mr. Coverdale. Bert Heerink acabó en Picture y de Dick Kemper y Jos Zoomer poco más se supo. La aventura no dio para mucho más, tres álbumes en cuatro años para una formación que pudo haberse convertido en una de las respuestas europeas al hard americano que dominó en los 80. No fue esto lo que ocurrió y el resto ya es historia, la que os conté al principio.
Si no los conoces, este es un momento estupendo para descubrir a una gran banda de ese maravilloso hard/heavy metal que se hacía a principios de los 80 y, si ya los tienes ubicados, también lo es para recordarlos, que seguro que hace tiempo que no te los pinchas. Aquí estamos hablando de material de gama alta, una auténtica exquisitez. Muy cerquita de los cinco cuernos, si es que no se los merece.
8,5/10
Buenas Tardes:
ResponderEliminarDiscazo, Inconmensurable, un disco que no fue suficientemente apreciado en su época, pero que yo pondría al lado de los de MSG, de hecho, tiene un estilo, un sonido que a mi se me asemeja mucho, un grandísimo virtuoso, que por desgracia lo hemos disfrutado muy poco en los gloriosos 80s, apenas 3 discos con su grupo, el seminal de Teaser, donde deja pinceladas de lo que será, pero no todavía no es, y el solo de Here I Go Again, demasiado poco pero es lo que hay, luego ya no fue lo mismo, pero siempre nos quedará sus 3 grandes obras maestras ( sobre todo el magnífico ALIBI)
Sí, yo también asocio inevitablemente este debut de Vandenberg con los álbumes de la primera mitad de los 80 de MSG. Musicalmente está bastante cerca e incluso la propia configuración de la banda era bastante similar. Hasta te diría que Bert Heerink me parece bastante mejor vocalista que Gary Barden, que es al que siempre he visto como el eslabón débil de la primera etapa de MSG. Ya Heading for the Storm y Alibi diría que tienen una orientación más melódica, cercana al AOR de unos Rainbow en aquella época. Estupendos trabajos los tres, igualmente. Ya lo que le ocurrió a este hombre después de Alibi es un misterio. Se une a Whitesnake en 1987, pero no consigue volver a grabar un álbum hasta el debut de Manic Eden en 1994... Estoy plenamente convencido de que esos años de sequía son los que provocan que su leyenda no sea más grande.
EliminarUn discazo tremendo!!! Calidad por todos lados!!
ResponderEliminarGran álbum este... Criminalmente infravalorado, diría yo.
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