Tras
un “All Belong To The Night” que me dejó con sabor a poco, tomando en cuenta el
contexto en el que se encontraba su natal Ucrania, los legendarios Drudkh
regresan. Siempre regresan, como las estaciones, metáfora de ese ciclo eterno
al que estamos atados y que fue por mucho tiempo una de sus obsesiones temáticas.
A
falta de ver cómo madura con el pasar del tiempo, diría que el aquí reseñado “Shadow
Play” puede imponerse como uno de los discos más importantes de su carrera. En
una discografía monolítica donde no hay disco malo pese a los curiosos devaneos
post del “Handful of Stars” es complicado destacar con claridad algo por encima
del resto. En este caso ese plus intangible se lo va a dar este contexto que les toca vivir a los de Roman Saenko, ya bien conocido por todos. Más siendo
tan radicalmente nacionalistas y encima de Kharkiv, en primera línea de los tomatazos rusos.
La
antesala de este trabajo estuvo en dos EP's de Hate Forest con unas portadas muy
poco sutiles en donde se empalaban osos y decapitaban zares. Bien parece que ya
habiendo drenado un poco la furia, que se intuye infinita, los señores han
tomado impulso para crear uno de los álbumes más personales y emotivos de su
vida, que no es poca cosa. Y si bien esto de apelar a su amada Ucrania, su
naturaleza y sus artistas no es algo extraño en la cosmovisión del grupo, gran
parte del valor que se le dará a este trabajo radica en la capacidad del oyente
habitual, el que creció junto con ellos, para detectar las pequeñas filigranas
que introducen disco sí y disco también. El resultado en este caso es una banda
de veteranos a corazón abierto, tallando un mamotreto hipnótico, contemplativo
y atmosférico, pero a su vez implacable, valiente y sincero.
Todo
está ideado por un sólido Saenko, que nunca deja sorprender cómo de su pelada
cabeza pueden salir las melodías más evocadoras que vas a escuchar en tu vida. Este
le allana el terreno a la voz imperial de Thurios, quien esconde en su brutalidad
un presagio tristísimo, guiado por el sentimiento de ver cómo su patria se cae
a pedazos tal como las hojas secas del otoño, una de las cientos de metáforas
que nos esconden bajo tanta poesía. Lo mismo sucede con el concepto del hogar y
cómo ese lugar de seguridad y origen se convierte en cenizas. Es devastador. En
esa nebulosa el grupo se deshoja en casi una hora de minutaje en donde ese
sentimiento de desconexión total, con flashbacks de añoranzas y recuerdos, toman
el verdadero protagonismo. E incluso asuntos más sagrados como el sentimiento
de pertenencia y la propia identidad se ponen en tela de juicio.
“Shadow
Play” es una reflexión del inmenso poder de nuestra música a la hora de revelar emociones extremas. Este trabajo es un mapa que te lleva a un tesoro agridulce,
que esconde siglos de odio y rencor, matizado con elegancia y un consabido
talento para manejar los estados de ánimo del disco y del oyente, creando así un
divino equilibrio entre pasajes de calma y brutalidad que se dejan ahogar entre teclados que fluyen como ríos cuesta abajo.
Hermoso
álbum por parte de una banda histórica que se sigue presentando fuerte e
inspirada. Un Black Metal musculoso, muy del Este de Europa, sonido que ellos
mismos han cimentado. Todo lo que encierra este juego de sombras es precioso y
desafiante ante las adversidades. Imprescindible.
9/10
Hace tiempo me descargué la discografía de esta gente tras comprobar que había gente que flipaba con ellos. Yo, tras escucharla un par de veces por encima no logré conectar con ellos. Lo mismo me pasó con Hate Forest que me aburrían un poco. Sin embargo, tras escuchar este que reseñas voy a reescuchar su material anterior. Porque lo que va sonando está bastante guapo.
ResponderEliminarYa me cuentas qué tal. Lo que pasa también es que los que somos ultras de Drudkh somos medio místicos tirando a raros. Es así. Witch no me dejará mentir.
EliminarPor cierto, muy recomendable este podcast que grabó el jefe Witchfyre sobre este discazo. Le acompaña Mefumo, otro maestro. Historia ucraniana a tope, con sus claroscuros. Todo en pro de entender por qué Drudkh suena como suena y por qué son tan importantes:
ResponderEliminarhttps://youtu.be/E2BETnCb0O4?si=XV7bJD3-_D5ibyip
Comprendo sin mayores dificultades a quienes dicen que Drudkh no les convencen. Sin ser particularmente extremos y haciendo énfasis en las melodías, no es lo suyo algo para todos los públicos. Esa personalidad cíclica, esa repetición de esquemas, ese hacer siempre lo mismo con sutiles diferencias, entiendo que aburra, que complique la entrada en su mundo. Si se consigue, eso sí, no hay escapatoria. Para mí su etapa 2003-2009 es verdaderamente fascinante. Como ya he comentado, desde Handful of Stars me ha costado más seguirles la pista, también por mi propia desconexión con el estilo.
ResponderEliminarEsta fantástico Shadow Play ha conseguido conquistarme como ningún otro de sus álbumes en los últimos 15 años, quizás porque me trae al recuerdo los Drudkh originales de sus primeros trabajos. Creo que estos son los Drudkh que más me llenan, los que vienen a pecho descubierto, a desnudar sus emociones. Los que liberan toda su frustración eslava, no a través de la violencia, como parece que hicieron con a Furrow Cut Short, sino de la pena, la tristeza, la desesperación. Aquellos Drudkh que me enamoraron hace más de 20 y que sigo reconociendo en este Shadow Play. Seguramente, el álbum que deberían haber editado en 2022 tras la agresión perpetrada por los rusos. Sin duda, un álbum realmente hermoso.
Bueno, este disco va como anillo al dedo en el día de hoy en que el cielo está oscuro y cae algún que otro chaparrón e incluso corre algo de fresco en el ambiente. Estuve viendo el potcast en el que deseccionábais este disco y la trayectoria de esta gente.
ResponderEliminarGenial análisis para entonder el fundamento y temática de esta gente, porque conociendo un poco de donde vienen las cosas, al menos para mí supone que quede immerso en este disco de principio a fin. Shadow Play es una maravilla de ábum con una carga tan meloncólica como emotiva, con grandiosos pasajes acústicos y con buen black metal pero sin llegar a grandes velocidades.
A falta de darle más vueltas a su discografía, creo no equivocarme demasiado que con este disco hayan logrado la mejor producción en cuanto a sonido de su carrera. Insisto: soy un profano con Drudkh. Me han gustado bastante (de momento) sus dos primeros Forgotten Legends y Autumn Aurora. También lo ha hecho Blood In Our Wells.
Según he visto tanto en el potcast como en varias webs es que su disco Handful Of Stars está catalogado de desastroso o como un bajón importante en su carrera. Pensando que me iba a encontrar algo parecido a un soberano coñazo como fue el del 2006 "Songs Of Grief And Solitude", con pájaros graznando y música acústica-medieval, resulta que a mí me ha encantado. Entiendo que a los que les habéis seguida la trayectoria en ese no encontráis a los Drudkh de siempre, que van en un rollo como más Depressive-Katatonia más Black & Roll como dirían algunos, y comprendo que aquí se salen bastante de su contexto original, pero es que últimamento estos rollos así me molan mucho.
No todo lo bueno viene de los escandinavos. Con la que tienen allí liada, ¿queréis decir que no grabaron esto en Rusia?
A mí el Handful me agrada. Creo que me ayudó no vivirlo en el momento. De haber sido así seguramente me hubiese molestado. Pero como vamos a remolque es un trabajo que considero "lindo". Y Songs of grief and solitude me encanta. Son basicamente las mismas canciones de sus tres discos anteriores a ese pero en acustico insoportable. Me agrada.
EliminarYo es que Songs of Grief and Solitude ni lo he escuchado. Pero os puedo decir que es exactamente lo que hice en su momento con Kveldssanger. Es hoy el día, después de casi 30 años, que nunca me lo he llegado a poner. A mí estas movidas enteramente acústicas no me interesan.
EliminarHandful of Stars algo tiene que no ne engancha. Seguramente llevo también más de 10 años sin escucharlo y recuerdo hacerlo con frecuencia a su salida, pero fue entonces una decepción sin paliativos en comparación con el genial Microcosmos, que sigue siendo uno de mis álbumes favoritos de la banda. Algo le pasó a Roman en aquel momento con Neige y los chavales post-black que le llevó a dar su particular visión sobre el estilo, pero yo creo que fue un experimento fallido. Tanto que se apresuró acto seguido a recuperar su sonido familiar en Eternal Turn of the Wheel.
Si te gusta Handful of Stars, Odin, prueba con el álbum de Old Silver Key. Es la formación de Drudkh con Neige de Alcest a las voces... A mí, extrañamente, gustandome el post-black en aquel momento, no me convenció ninguno de los dos álbumes.