A cinco años de aquel fantástico “Uinuos Syömein Sota” que los terminó de consagrar como punta de lanza de la escena Pagan europea, los finlandeses Havukruunu retoman los senderos que ellos mismos trazaron en un intenso viaje al pasado mitológico del país de los mil lagos.
“Tavastland”, publicado por la confiable Svart Records, nos lleva tras los rastros de los antiguos tavastianos, grupo de gente que habitaba el Sur de Finlandia, por lo menos, desde la Edad de Piedra. Aquello que alguna vez se llamó Tavastia (Häme, en finés) desde finales del siglo XX yace mutilada en distintas regiones, entre las cuales está Kanta-Häme, de donde es originario el grupo.
Con ese sello regionalista pegado en la frente, Havukruunu nos ofrece otro disco muy complejo, de una inmensa carga emocional. Maestros en entrelazar la furia descarnada con pasajes de absoluta belleza, o los cantos solemnes con solos de guitarra a la vieja escuela. Voces habladas, incursiones a guitarra acústica, quiebres atmosféricos, cello y alguna que otra pandereta. Todo unido bajo una producción uniforme que apretuja con fuerza a un conjunto que desde hace rato goza de una plena madurez compositiva.
En este contexto el trabajo se revolcará en un halo de veneración absoluta para con la naturaleza arcaica de la región, corazón mismo de una historia puntillada a su vez por el resabio de tristeza de un pueblito condenado a un inminente sometimiento, ya sea por los duros inviernos, la expansión del carelianismo, las siempre incomodas conversiones al cristianismo o los posteriores siglos de dominio sueco.
Esa melancolía, presente pese a tanta guitarra, acecha al disco como una sombra. Por ello “Tavastland” es un álbum que parece buscar constantemente ese dialogo con los fantasmas del pasado, describiendo sus sueños, aspiraciones, fracasos y penurias. Es una suerte de viaje al inframundo, colmado de premoniciones y cierto misticismo en donde el pozo conceptual del disco termina girando en torno a cosas bastante elementales como los pecados de los antepasados, el miedo a la vejez y un rechazo a las formas cristianas, reivindicando viejos valores y la magia de las brujas, que alguna debía haber.
Lejos de mi amado "Havulinnaan" (2015) y menos sugerente que el aclamado “Kelle Surut Soi” (2017), el presente trabajo apela a un trascurrir incluso más directo que el anterior “Uinuos Syömein Sota”, lo cual con vistas a futuros lanzamientos les podría resultar peligroso, pero por los momentos el truco les funciona acertadamente.
"Tavastland”. Un buen disco, resguardado con espada en garra por el cárabo uralense de la portada, símbolo de sabiduría y protector de los antiguos secretos que esconde la aún prístina naturaleza de este lugar del planeta.
7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario