Hace más de 30 años que escuché a Paradise Lost por primera vez y el momento de enfrentarme a un nuevo álbum de la banda sigue suponiendo un reto considerable. No niego que pasé olímpicamente de ellos durante su década electrónica (ya se sabe, de 1997 a 2007), pero, desde entonces, no dejo de pegarles al menos una escucha cada vez que se meten en un estudio... salvo si es para una estupidez como la de intentar revisitar uno de sus álbumes clásicos, cosa que acaban de perpetrar hacen bien poco. Os he de reconocer que esperaba este “Ascension" con cierta curiosidad ya que los adelantos me habían dejado buen cuerpo conforme se iban anticipando, pero, una vez llegó la oportunidad de comprobar por donde respiraba, como que se me bajó la tímida erección que tenía y me ha costado lo mío llegar hasta el final de unos 51 minutos, una hora si incluimos extras, que se me han hecho algo largos. Si todo el mundo parecía que estaba alucinando con él, ¿qué es lo que me pasa a mí entonces?
No resulta fácil de explicar. Soy de esos renegaron por completo de la banda tras la edición de “One Second" y que no fueron capaces de reconectar hasta “In Requiem". Hasta os confieso que durante aquellos primeros álbumes de reencuentro con su pasado metálico, me reconcilié por completo con ellos y volvieron a mis reproductores con asiduidad. Sin embargo, algo se ha vuelto a enfriar entre nosotros desde hace una década y no he conseguido volver a disfrutar de sus últimos cuatro trabajos como sí lo hice de los tres anteriores.
Como os dije en su día, “Silence Like the Grave" me hizo albergar la absurda esperanza de que volvieran al sonido que les hizo grandes con “Icon". Incluso quise creer que esa innecesaria revisión de tan “icónico" álbum 30 años después, iba a agitar la varita de la nostalgia, pero no, no ha sido el caso. Poco suena “Ascension” a “Icon" más allá de las sempiternas melodías que salen de la guitarra de Gregor Mackintosh, una especie de hilo invisible que une las composiciones de Paradise Lost a través del tiempo y que vuelve a estar aquí bien presente. Con lo que tampoco nos enfrentamos en ese aspecto ante una novedad y es casi lo mínimo que podemos esperar de ellos.
No, lo que nos volvemos a encontrar son estos Paradise Lost contemporáneos a los que nos hemos ido acostumbrando últimamente que suenan a popurrí de todas sus etapas, pero con una sensación de gente mayor queriendo mantenerse joven sin llegar a conseguirlo del todo. No sé muy bien por qué, pero hasta me siento relativamente culpable al no comprender del todo lo que intentan hacer en esta etapa de su carrera y los siento más cerca de todas aquellas bandas para las que han sido influencia que de ellos mismos. Es una sensación extraña, a veces parece que estoy escuchando más a una banda que imita a Paradise Lost que a los propios Paradise Lost. O, para movernos en términos actuales, a unos Paradise Lost de IA más que a los de carne y hueso...
En el lado positivo, sin duda, la solista de Greg Mackintosh, ese sello indeleble que aporta identidad a toda su discografía. He sentido siempre una debilidad manifiesta por la forma de tocar de este hombre (muy influenciada por Billy Duffy de The Cult, por cierto), con su particular sonido y su asombrosa sensibilidad para tejer melodías, y en “Ascension” está mejor que nunca... o tan bien como (casi) siempre. Su guitarra está por todas partes elevando el nivel de unas composiciones que, personalmente, no me parecen para tanto y aquí está gran parte de mi problema con el álbum. Pocas canciones se me marcan mientras lo escucho y, conforme avanza hacia su segunda mitad, me voy sumiendo en una inercia que me aporta poco y que solo la inspirada “Sirens" saca de la monotonía.
Sea porque han sido escogidos como singles, sea porque son las que tienen más pegada, lo cierto es que casi únicamente he conseguido quedarme con los temas que ya se habían filtrado como adelanto. “Serpents on the Cross" es uno de los más bestias que han grabado en mucho tiempo, con una guitarra gloriosa de Mackintosh y bastante agresividad, al que, únicamente, le sobra tanto gutural de Nick Holmes... No sé, otro asunto controvertido este. Soy consciente de que buena parte de su parroquia ha acogido este “retorno” al death metal como una señal de compromiso con su pasado metálico, pero yo no consigo estar del todo de acuerdo. No deja de ser curioso que mi progresiva desconexión de la banda coincida exactamente con esta brutalizacion de su sonido de “The Plague Within" en adelante. Y no os vayáis a creer, me encanta el death metal, me gusta el registro de Nick Holmes y, en buena medida, prefiero el doom/death sobre cualquier otra variante del estilo con voces limpias, pero no es exactamente así en el caso de Paradise Lost. Me vuelve loco “Gothic" y lo considero directamente responsable de todo lo que vino después en su territorio, sin embargo, el sonido que yo identifico con Paradise Lost es más aquel que definieron entre “Shades of God" y “Draconian Times" y que seguramente alcanzó su máxima expresión con “Icon", por lo que siento algo artificial e impostado este supuesto retorno a sus raíces doom/death y no me termina de encajar del todo con la visión que tengo de ellos.
Más natural escucho la siguiente “Tyrants Serenade”, más melódica, más doom, y con Nick Holmes algo más cómodo. Sigue sacando el oso irritado a pasear en el estribillo, pero la cosa quizás no suena tan forzada e incluso impacta un poco más esa dosificación del recurso. Musicalmente, parece situarse entre “Draconian Times" y “One Second", sin los devaneos electrónicos de este último, con lo que acaba resultando uno de los cortes más memorables del álbum y no precisamente por ser de los más ruidosos. A “Salvation" quizás le sobren esos graznidos de cuervos al comienzo, pero es otro buen número de doom/death pesado en la reciente tradición de “Beneath Broken Earth", con la que quiero ver algún que otro guiño al estilo definido por sus colegas de My Dying Bride. No deja de ser curioso encontrarse al bueno de Alan de Primordial en la “animada" sección central, aunque siento decir que tampoco me parece una colaboración a la altura del personaje. Alan es un músico de mucho nivel y su participación da para bastante más que para un par de líneas vocales que ni siquiera suenan muy apropiadas.
Esta primera ofensiva se cierra con una “Silence Like the Grave" de la que ya os hablé en su momento que, si bien en aquel momento no me pareció ninguna maravilla, ahora es de las que más me han convencido con su marcado tono “Shades of God"/”Icon". Buen riffeo a lo “Pity the Sadness", brutales melodías de Mackintosh y un Nick Holmes que suena más a sí mismo que en cualquier otra. Supongo que, al final, es de las que más me han gustado porque es donde los veo acercarse más a lo que me espero de ellos. Todo lo contrario a una “Lay a Wreath Upon the World” lenta, sin fuelle, que apunta a una clara cuesta abajo después de un inicio prometedor. No me gusta ni su marcado tono acústico, ni su orquestación, ni el trabajo vocal de Heather Thompson, pareja de Greg Mackintosh, ni un Nick Holmes que tira más de lo aconsejable de un autotune que puede estar ocultando ciertas carencias vocales. Sin duda, lo veo como el single más flojo de los cuatro que han editado y baja dramáticamente el nivel de intensidad que nos habíamos encontrado hasta el momento.
Cierto es que ya en “Icon" o “Draconian Times", Paradise Lost tenían tendencia a acumular lo más potente en la primera mitad y dejar algo de paja para el final y “Ascension" no muy es diferente a ese respecto. No obstante, siempre se escondían algún as bajo la manga en forma de “Colossal Rains", “True Belief", "Shallow Seasons", “Yearn for Change", “Hands of Reason"... Lo mismo me ocurre ahora, pero esta vez tengo serias dificultades para retener información sobre esta segunda parte más allá de las siempre acertadas melodías de Mackintosh y el más que cumplidor trabajo del enésimo batería huido, Guido Zima Montanarini. Es increíble, pero tras la expulsión de Matt Archer por no dar el nivel exigido durante la etapa de “Icon", hasta cinco baterías han pasado por la banda sin terminar de consolidar su posición.
Como decía, de aquí al final, cortes como “Diluvium”, “Savage Days”, “Deceivers" o “The Precipice”, grises, sin rostro propio. Oficiosos y profesionales, pero que nos va a costar recordar una vez haya terminado el álbum porque no tienen, ni por asomo, el gancho de los cuatro primeros. Lo dicho, salvo una “Sirens”, que tiene uno de los estribillos más logrados de todo el LP.
Ahora, toca hacer balance final de una hora de música, si incluimos los dos bonus que vienen en todas las versiones menos en el CD “pelao" de Nuclear Blast. No es fácil. Si, por un lado, me encuentro a unos Paradise Lost perfectamente conocedores de su oficio, combinando todos los elementos de su rica paleta con habilidad y sabiduría, por otro me encuentro escuchando el álbum más obligado por las circunstancias que por pura devoción. Y no es buena señal porque soy perfectamente consciente de que no me lo volveré a poner tras publicar este texto y que, casi con toda seguridad, no se me va a pasar por la cabeza comprarme una copia (salvo que me encuentre un vinilo a precio de saldo un día de estos). Y, ¿sabéis qué? Parece que hasta me siento un poco culpable por no disfrutar más de un álbum que objetivamente está bien hecho y que tiene algunos momentos verdaderamente inspirados (con la broma, “Silence Like the Grave" me gusta cada vez más). No sé si os estoy sirviendo de ayuda con esta visión tan parcial sobre “Ascension", pero es la mayor objetividad de la que soy capaz. Solo sé que, cuando quiera volver a escuchar a Paradise Lost, iré a por aquellos que editaron entre 1991 y 1995, o incluso a por “In Requiem", “Faith Divides Us - Death Unites Us" o “Tragic Idol", antes que a por este o cualquiera de los tres anteriores... Es lo que hay, qué le vamos a hacer.
7/10

Pues a mi me ha parecido un muy buen álbum de Paradise Lost, ni por asomo una obra maestra como dicen por ahí, eso lo dejo para Icon, Draconian Times y si me apuras un Tragic Idol que creo que está a la altura de estos dos.
ResponderEliminarYo si que me lo he comprado en vinilo y he de decir que el formato está bastante bien, disco doble y a un precio más que asequible, unos 30 euros me costó que está muy bien en comparación a otros artistas que piden 36 euros como mínimo. Yo prefiero disco sencillo, así no me tengo que levantar cuatro veces del sillón para cambiar de cara jajaja.
El caso es que cuando me lo compré no lo escuche mucho por que en esa época estaba yo escuchando cosas más "festivas" y cuando lo oi no me pareció gran cosa, pero ahora me parece un muy buen álbum. Claramente gana mucho con las escuchas.
Ya lo dije en otro comentario y lo reafirmo, en el disco destaca la variedad de registros de Holmes y la guitarra de Mackintosh que sin ser la repera técnicamente es muy efectiva y está muy bien compuesta.
Yo le pongo un 7.5 le subo medio punto objetivamente. Subjetivamente yo le pondría un 8 y te diría que lo escucharas más veces haber si le coges el punto
No creo que sea cuestión de tiempo, Black Rose, porque lo mismo me lleva ocurriendo con sus álbumes desde The Plague Within. Ojo, me han parecido todos ellos correctos, pero ninguno me ha entusiasmado. No siento eso desde Tragic Idol. Y tampoco es por falta de oportunidades. The Plague Within y Medusa sí que me los compré en vinilo en cuanto salieron, pero, a pesar del entusiasmo que se generó en torno a ellos, a mí me dejaron bastante frío. Lo mismo me ocurrió con Obsidian, aunque este ya ni me lo compré y eso que lo escuché mucho durante el confinamiento para reseñarlo en el Portal. Obviamente, siempre rescato buenos momentos y aquí hay tres o cuatro temas que están a gran nivel, pero el grueso del álbum me deja bastante indiferente. Y te reconozco otra cosa, creo que la elección vocal de Nick Holmes desde 2015 me desconecta un poco de lo que hacen. De verdad, no es ya lo que identifico con ellos y, por mucho que me gusten normalmente los guturales, no creo que sea lo que necesitan Paradise Lost en cuanto al tratamiento de voces.
Eliminar¡Manda huevos! Estaba buscando Icon en la estantería y resulta que sí que me había comprado el Obsidian en su día... Y yo sin acordarme. Bueno, tampoco es que me vaya a molestar tenerlo ahí, aunque hoy me lo he puesto y me ha gustado aún menos de lo que recordaba.
EliminarPues vaya, si que no te ha gustado, para tenerlo y no acordarte... a mí el Obsidian si que me gusta, lo que pasa es que considero que es su trabajo más flojo desde que sacaron In Réquiem, que para mi es mejor que el último. Se podría decir que In Réquiem, Faith Divides... y Tragic Idol es lo mejor que han sacado en los dos miles. Aunque Medusa no está nada mal y Plague Within, bueno empezaron a meter guturales que parece ser que es lo que no te agrada
EliminarSi es que me gustan las voces guturales, no te creas. Soy muy fan de gente como Dave Ingram o David Vincent con sus voces ultra cavernosas, pero no termino de verlo del todo en Paradise Lost. Incluso te diría que me gusta mucho cómo encaja la voz de Nick Holmes en Lost Paradise, Gothic y en Bloodbath... Es cierto que para mí Faith Divides Us y Tragic Idol vendrían representando el ideal estilístico para los Paradise Lost modernos y también el registro vocal perfecto para su música. Esa voz que en su día empleaba entre Shades of God y Icon es para mí LA voz de Nick Holmes...
EliminarY si, me olvidé por completo de que me había comprado Obsidian, demostración evidente de que mucha gracia tampoco me hizo y de que no lo volví a escuchar desde su salida. Y eso que tampoco recuerdo que me causara mala impresión en su momento, pero ayer me lo puse y meh... me pareció aún más flojete de lo que recordaba. Por eso estoy bastante convencido de que no voy a volver a este Ascension en el futuro.
Pues a mí si me ha gustado... están todos los elementos reconocibles de PL (lo modernos, claro), las melodías y las líneas vocales (a mí no me disgusta el uso de la voz mas death; al contrario, me gusta menos cuando meten voces "normales"). Sólo me disgusta que la guitarra rítmica está "perdida"; para mí le falta algo de punch. Subir el volumen de la rítmica y no tanto el de Greg con sus melodías, que lo acapara todo. Que por otro lado es la seña de identidad de PL, lo sé, pero me parece que con algo mas de rítmicas este sería un album para 8-9, al que dejo en un 7.
ResponderEliminarAndo un poco en las mismas que vosotros con este 'Ascension', pero diría que a mi me agrada algo más. Desde que salió le habré metido doce o trece escuchas, y no tengo miedo a decir que es el que más me gusta de PL desde el 'Tragic Idol'. Lo que pasa es que me cuesta mucho valorar adecuadamente los trabajos de esta gente, porque la forma de tocar de Mackintosh es una debilidad personal y lo flipo mucho con todo lo que sale de su guitarra. Y en cuanto al debate de Holmes y los guturales... no sé, a mi no me desentonan tanto. No tengo claro que su estilo 'hetfieldiano' sea más (o menos) apropiado que el otro, aparte de que siento que alterna bien entre todos los registros que maneja. Yo tengo dos pegas con el disco y son las que habéis comentado más arriba: que a la segunda mitad le falta algo de pegada y que las rítmicas necesitan un poco más de protagonismo en la mezcla. Si no fuera por eso, creo que estaríamos hablando de un trabajo sobresaliente. De todas formas, para mí este álbum es un 8 bastante redondo.
ResponderEliminarPor cierto, acabo de echar un ojo a las reseñas del álbum en la metallum y no son tan positivas como con 'Obsidian' o con 'Medusa'. Pensaba yo que este álbum iba a petarlo, pero en absoluto ha sido así.
Cierto, me sorprendió ver que las reseñas de metal-archives estaban siendo bastante discretas, teniendo en cuenta lo infladas que están habitualmente las puntuaciones por allí. Además, los pseudoperiodistas de YouTube ya llevaban un tiempo alimentando el hype tildándolo de obra maestra y no, no lo es. Yo creo que lo más positivo es encontrarnos a una banda veterana, con 17 álbumes detrás, que sigue sacando música relevante, con alma y que suena a sí misma. Ya que nos guste más o menos a cada uno es una cuestión muy personal, pero me parece que todos estamos bastante de acuerdo en que Ascension es un buen trabajo, más allá de sutilezas como si le falta volumen a las rítmicas o si hay más o menos voz gutural. A mí me cuesta entusiasmarme con estos Paradise Lost más recientes y no consigo disfrutar totalmente de un álbum suyo desde Tragic Idol, es un hecho. No tengo un particular problema con las voces guturales, pero sí coincide aquí que, desde que Nick Holmes ha recuperado el registro, me he desenganchado un poco de ellos. Ya si es un factor determinante o pura coincidencia, no puedo afirmarlo con rotundidad. Con todo, no es para nada un mal LP, mi 7 está ahí para demostrar que no me ha disgustado.
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