Llega el buen tiempo y apetece sentarse en una terraza a disfrutar de una cerveza fría mientras ves desfilar a guapas muchachas por el paseo de Venice Beach... Para acompañar esa cervecita, nada mejor que el debut de Autograph que rescatamos hoy del polvoriento archivo de El Portal de METAL...
Cuando Steve “Plunk" Plunkett se puso a buscar músicos para su nuevo proyecto en solitario era ya un curtido veterano de la escena californiana con alguna grabación de bastante peso y ahí está el segundo álbum de Silver Condor, con colaboraciones de Neal Schon o Rick Derringer incluidas, para demostrarlo. Quiso la fortuna que uno de estos músicos, el batería Keni Richards, amigo de la infancia de David Lee Roth, tuviese la brillante idea de pasarle esas primeras grabaciones a Diamond Dave y el lío ya estaba hecho. En pocas semanas se encontraban abriendo la gira del multimillonario "1984" sin siquiera haber editado nada y, como era de esperar, el contrato con una multinacional no tardó en llegar. Con semejante mecenazgo...
En menos de tres meses los cinco de Pasadena estaban estampado su firma junto a RCA y camino de los estudios Record Plant en Los Ángeles para certificar su álbum de debut con todo un Neil Kernon recién salido de grabar con unos ya legendarios Kansas. Era 1984, el momento perfecto, en la ciudad perfecta y, seguramente, con la música perfecta... ¿Qué se podía torcer para ellos? Seguramente ni la propia banda lo sabe a día de hoy y más cuando su primer single pronto entró en el top 40 del Billboard y acabó aupando a "Sign in Please" a convertirse en disco de oro menos de un año después de su edición. Single que, por cierto, sigue siendo todo un hit de los 80 y, curiosamente, estuvo a punto de no entrar en el álbum, como tantos otros clásicos de la época. "Turn Up the Radio" fue, además, mi primera exposición a la música de la banda por medio de la impresionante BSO de aquel divertidísimo Grand Theft Auto: Vice City al que me pasé buena parte de 2003 jugando con bandas como Anthrax, Judas Priest, Tesla, Ozzy Osbourne, Iron Maiden, Megadeth, Quiet Riot, Twisted Sister, Alcatrazz, el propio David Lee Roth... de fondo. Por esa misma razón ese tema y el álbum estarán siempre vinculados a unos años muy especiales de mi vida, mi época universitaria, sobre la que, huelga decir, no daré detalles.
Es muy posible que esto que os cuento me impida juzgar a "Sign in Please" en su justa medida, pero es que ahora mismo estoy escuchando la final "All I’m Gonna Take" (tema escogido para la secuela de Vice City, por cierto) y me están entrando escalofríos al recordar aquellos años. Bien sabéis todos los que amáis la música que es muy difícil luchar contra esa sensación. Cuando un tema te produce eso, se convierte en algo muy poderoso y, en buena medida, el criterio objetivo se ve enturbiado. Es curioso porque, ahora que mi vida se encuentra en un punto completamente diferente (y más aún en estos tiempos de enclaustramiento forzoso... Esto se escibió en pandemia, por cierto), es ponerme este álbum y sentir unas irrefrenables ganas de salir de marcha. A eso es a lo que te anima "Sign in Please", a llamar a unos colegas, beber unas copas y salir a lucir palmito por el Sunset Strip, aunque en mi caso eran las calles de Santiago de Compostela, casi lo mismo jajaja.
Bueno, perdonad mi digresión porque lo que se acaba de apoderar de mí es el insondable peso de la nostalgia, a ver si me recompongo y sigo con un poco de coherencia. Decía, "Sign in Please" es un álbum de su momento y de su lugar. Veamos, esto es glam metal, hair metal, hard rock americano, o como demonios queráis llamarlo, en el sentido más estricto del término. No busquéis otra cosa. Canciones muy coreables, estribillos facilones, esponjosos colchones de teclados, estratosféricos solos de guitarra y canciones sobre nenas, fiestas, rock ‘n' roll, más fiestas, música a todo volumen, descapotables y otra vez fiestas. Realmente yo tampoco me explico muy bien por qué no llegaron a capitalizar mejor su éxito inicial, pero lo cierto es que con cada álbum se fueron desvaneciendo en una escena que cada vez les parecía más propicia. Conforme avanzaban los años 80, los excesos se iban exacerbando y todo se tornaba más artificial, Autograph, que encajaban en esa filosofía como anillo al dedo, se diluían y quizás ahí estaba su mayor problema. De todos aquellos que aparecieron junto a ellos, los más grandes, los Mötley Crüe, W.A.S.P., Dokken, Quiet Riot (aunque estos últimos pronto se desinflaron también)... todos tenían algo que los hacia especiales, un punto de chicos malos, un aura de canallas que les daba un aire de peligrosidad que Autograph no tenían. Aquí todo está cuidado a la perfección. La producción de Neil Kernon es impresionante, de lo mejor que te puedes encontrar en 1984, los solos de Steve Lynch (casi tan bueno como George, aunque nada tiene que ver el uno con el otro) impresionantes y variados, cada tema concebido para romper las listas de éxitos... pero falta algo de garra, algo de actitud que termine por agarrarte de los huevos y decir: “sí, llevamos el pelo cardado y mallas, pero aún podemos partirte la cara, gilipollas”.
Quizás la presencia de un Steven Isham a los teclados (el tercer Steve de la banda jajaja) los hiciese apoyarse demasiado en ese instrumento, o quizás esa influencia tan reciente de un exitazo como "1984" fuese una losa demasiado pesada que sacarse de encima. El caso es que yo echo de menos un poquito de fuerza que hubiese sacudido un el álbum y sacarlo de esa impresión general tan “radio friendly” que le resta enteros al ponerlo en la balanza con los "Shout at the Devil", "Tooth and Nail", "Stay Hungry", "Out of the Cellar", "Great White", "Metal Health", "Ready to Strike"... que pusieron el mundo patas arriba en aquel momento.
En conclusión, esta es la música ideal para conducir un descapotable por Ocean Drive camino de Malibú mientras sientes el cálido aire del Pacífico en tu cara, para sentarte en una terraza de Venice Beach con una Budweiser bien fría mientras ves pasar guapas jovencitas con sus minúsculos bikinis. Pero, si piensas que nada es comparable a cabalgar por la extensa estepa con halcones en tu puño y el viento en tu cabello, como rezaba Conan el Bárbaro, definitivamente, Autograph no son para ti, pasa de ellos. Si has escogido la opción A, te los recomiendo con cuatro cuernos justos que podrían haber sido un poco más si los chicos de "Plunk" hubiesen avivado un poquito más las brasas. Firma aquí, por favor.
8/10
Magnífico disco de una época irrepetible, un producto de su tiempo, como bien dices, que quizás merecía mas, tal vez la inconsistencia de sus posteriores lanzamientos (nunca llegaron a igualar su debut), o quizás un cantante al que le faltaba algo (personalidad, carisma, mas voz...)lo lastraron, pese a todo un muy buen disco, aunque a mi me chirría un poquito Plunket con tanto gallito al terminar las frases, una manía de muchos cantantes (¿alguien ha dicho Alex Strandell?) que se afean la escucha.
ResponderEliminarNo tengo ni la menor idea de quien es el tal Alex Strandell ese... A mí me recuerda un poco a Steve Hayman de Heavy Pettin', aunque sin llegar a ser tan repelente. Y eso que Heavy Pettin' me gustan bastante. Yo creo que es muy buen álbum, con melodías irresistibles y una marcadísima atmósfera ochentera. Es puro 1984, pero me encanta como suena y es una banda sonora fundamental durante mis veranos... Sólo le echo en falta un poco más energía de vez en cuando, un filo un poquito más heavy, como sí tenían Ratt, Dokken o los primeros Mötley Crüe. Pero se nota que lo de Alcatrazz es hacerlo bonito, parir hit singles y quizás esa fue en parte su condena. Creo yo que su gran error fue preocuparse en exceso de conseguir el éxito y se les fue escapando entre las yemas de los dedos conforme pasaban los años. That's the Stuff es básicamente esto mismo, pero más flojito, con menos gancho y peor producido y esos movimientos el público los huele. Fue un intento totalmente protocolario de reproducir la fórmula y de Sign in Please, que aún estaba calentito en aquel momento, igual que intentaron Quiet Riot con Condition Critical, y ambos fracasaron. That's the Stuff es otro de los que me quedaron pendientes en el Portal y cualquier día asomará por aquí, creo que es un caso que merece un análisis en detalle.
EliminarPues sí, fiel reflejo de una época que (espero) que no vuelva... la música va que va, pero lo del pelo cardado... no sé, el glam visualmente nunca me gustó. Por más que he disfrutado de un montón de grupos y discos buenísimos.
ResponderEliminarRespecto a estos Autograph, pues bien. Producción que, para lo desconocidos que son, está mucho más que bien. Canciones y coros bien, algún gritito para dar garra, pero echo de menos, como ponéis por arriba, un poco más de crunch en las guitarras. Unas rítmicas mas duras. Por lo demás, buen disco, que me pilla ya trasnochado de esto del glam, pero como soy un catacaldos, los podré en la lista para escuchar poco a poco, que no tengo tiempo para tanta "novedad" que estoy descubriendo.
Un 8 ganado a base de estribillos quedones.
Volver, nunca volverá, pero yo cada vez miro para ella con más nostalgia. En mis años mozos fue un ferviente activista anti-glam, en cambio, conforme me hice mayor, más me fue gustando. Ya ves que yo ni siquiera utilizo habitualmente ese término (glam), ya que es considerado despectivo por las bandas implicadas. Fue algo que empezó como una broma cuando estaba en la carrera porque tenía varios colegas que escuchaban mucho hard de los 80 y, claro, era habitual banda sonora en nuestras actividades nocturnas... al final acabé cayendo en la red. Empecé ya seriamente con Dokken allá por el 2007-2008, que yo recuerde, y ya no hubo vuelta atrás... Hoy son un fan confeso y sin pudor y, sí, también añoro el spandex, los pelos cardados y esa atmósfera de juerga sin fin. Este Sign in Please es una pequeña debilidad, pero reconozco que a Autograph les falta un poco de mordiente. That's the Stuff me suena aún más esponjoso, sin embargo, en el final Loud and Clear parece que querían apuntar a una evolución algo más heavy, pero la banda se acabó separando antes de grabar un cuarto álbum que se dice que habría salido ya sin teclista...
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