A cuatro años de su debut, los alemanes Gràb nos presentan un “Kremess” que renueva su habilidad para contar historias, afianzándose en ese pedestal de bandas que saben encaminar sus delirios atmosféricos sin verse en la necesidad de aflojarse los pantalones.
Matthias “Azathoth” Jell, un bávaro de Baviera, de los que tienen el lederhosen tatuado en la piel. Y Dan Capp (ex-Winterfylleth), que es britanico, y que si es por tocar, el tipo toca prácticamente cualquier estilo, siendo esta faceta la que mejor le calza aparentemente. Este es el dúo que conforma la nueva apuesta de Prophecy Productions, con vistas de arropar un conjunto que ahora sí parece despegar definitivamente.
Estamos ante uno de esos discos que se gustan demasiado a sí mismos. Un Black Metal atmosférico a la alemana, de parsimonia, que se estructura con paciencia y atención a los detalles. De entrada, la pesadez de las guitarras marcarán el camino a seguir, pero el disco no tardará mucho en revelar su verdadera cara y hundirse en el terreno de lo misterioso, rozando lo fantástico, que es cuando salen a relucir sus mejores virtudes.
En esas carreteras secundarias el grupo se desploma. Me parece evidente que es el territorio donde más cómodos se sienten. Nevadas de arpegios, teclados, dulcémele, violín y flautas que serpentean tímidas al compás de una batería que promete pocos sobresaltos. Y aunque la voz de Jell empieza siendo el único halo de luz visible entre la gelidez instrumental, este también terminará sucumbiendo y fusionándose con el temporal tras un final realmente emocionante. Para destacar el gran solo de V. Santura, uno de los tantos invitados que tramitan por aquí.
A cada canción de este “Kremess” el trabajo va tomando un ritmo casi cinematográfico, supeditado por el estado de contemplación y desolación que traen consigo esas ocho odas a la amargura. Todo capitalizado por una portadaza de Benjamin König (ex-Lunar Aurora e ilustrador de varios viejos conocidos) que refuerza esa fascinación por la muerte que la banda lleva por bandera. No una muerte expectante y serena, sino una despiadada y burlesca, de la que toma partido y acecha con sadismo a los desdichados personajes que el grupo plantea. La misma muerte que ya vimos en el anterior “Zeitlang” acorralando los pasos de un anciano con el tiempo contado, y que ahora viene a augurarle un largo y funesto invierno a un niño famélico.
Buen disco por parte de Gràb. Maduro, sentimental y fantasmagórico. He de hacer énfasis en que las repetidas escuchas le hacen un grandísimo favor, dado que es un disco que parece beneficiarse de la misma paciencia con la que fue concebido. Recomendado.
7/10
Pues después de escucharlo, me parece un buen disco de black metal... tiene los ingredientes que más me gustan; algo de velocidad pero no todo el tiempo a todo trapo, melodía, pero sin pasarse y la voz sin mucho eco, reverb o como se diga. Pasajes atmosféricos y acústicas para hacerlo algo más variado.
ResponderEliminarLa guitarra comanda unos buenos riffs, y luego le dan variedad con diferentes ritmos y patrones de batería, que no se limita a blast beats y velocidad. La producción buena... si acaso, por ponerle un pero, algo largo. Quizás con una canción menos sería un mejor disco, pero vamos, que esto es ya por ponerle pegas.
Me han gustado, y volveré a él y a escuchar el anterior.
Un 7,5 para los Alemanes.