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domingo, 14 de septiembre de 2025

Flotsam and Jetsam - When the Storm Comes Down (1990 MCA Records)

1. The Master Sleeps (4:35)
2. Burned Device (6:26)
3. Deviation (3:04)
4. October Thorns (5:33)
5. No More Fun (3:45)
6. Suffer the Masses (6:05)
7. 6, Six, VI (5:05)
8. Greed (4:24)
9. E.M.T.E.K. (5:49)
10. Scars (4:14)
11. K.A.B. (0:24)

“Nunca juzguen un libro por su portada”, reza el dicho y no son pocas las ocasiones en las que estoy más que de acuerdo. Cuántas joyitas de la historia del heavy metal se ocultan detrás de imágenes verdaderamente infames... Sin embargo, no es esta una de ellas. Para nuestra desgracia, y mucho más todavía para la de la propia banda, la cubierta de su tercer álbum es lamentablemente descriptiva de lo que nos vamos a encontrar dentro. Para ser honestos, en el momento en que Flotsam and Jetsam deberían haber dado un golpe sobre la mesa y demostrado de lo que eran realmente capaces, les flaquearon las piernas y “When the Storm Comes Down” transmite, en el mejor de los casos, una pereza impropia de una banda que apuntaba a lo más alto. 

Estos cinco tipos de Phoenix grabaron en 1986 uno de esos imponentes debuts que te situaban de la noche a la mañana en primera línea de fuego. Editado con Metal Blade y grabado junto a Brian Slagel y Bill Metoyer, “Doomsday for the Deceiver" fue el primer álbum de la historia en obtener las famosas 6 k’s en la revista Kerrang!... Algo bueno debía tener, ¿no? El futuro pintaba muy  halagüeño, sin embargo, durante la gira de presentación de su álbum de debut, Jason Newsted, su bajista de aquella, recibía la oferta de su vida y entraba a formar parte de la banda de thrash metal más importante del mundo. En consecuencia, Flotsam and Jetsam perdían a su principal compositor, pero, para ayudarles a recuperarse del golpe, los propios Metallica les pegaban un empujón que los llevaba hasta las filas de Elektra para la edición de su tremebundo “No Place for Disgrace". Un álbum de thrash metal de primer nivel, aún mejor que su debut, que tampoco fue capaz de consolidar a la banda entre las grandes de su época.

Viendo que los Flots no tenían madera de superventas, Elektra les pegó la patada en 1989, pero de nuevo se las arreglaron para caer de pie y MCA Records les ofrecía un nuevo contrato multinacional que podría mantener a la banda entre la élite del thrash. Parecía que los Flotsam tenían una nueva oportunidad y se ponían manos a la obra en el que sería su primer trabajo sin la contribución creativa de Jason Newsted. Grabado entre finales de 1989 y principios del año siguiente, “When the Storm Comes Down” saldría finalmente a la venta el 1 de mayo de 1990... ¿Tendría su tercer LP lo que la banda necesitaba para llegar a las grandes ligas?

Resulta muy ventajista decirlo ahora 35 años después de su edición, pero, obviamente, no, no lo tenía. Lo primero que llama la atención es lo jodidamente mal que suena. Para la grabación, MCA puso a su servicio a Alex Perialas en sus Estudios Ithaca de Nueva York, pero llega a sorprender cómo un veterano en mil batallas puede liarla de esta manera y supongo que sin andar precisamente corto de presupuesto. No es que la producción fuera uno de los puntos fuertes de “No Place for Disgrace", pero pegaba duro y conseguía un efecto muy agresivo dentro de la melodía heavymetalera que era seña de identidad de Flotsam and Jetsam. Sin embargo, “When the Storm Comes Down” es un puto desastre. La mezcla es espantosa y Perialas consigue que una banda tan guitarrera como esta suene sin fuerza. El bajo, la batería y la voz están altísimas, mientras que las guitarras suenan a auténtica mierda, con una distorsión ridícula que deja sensación de banda maquetera. Resulta difícil de creer que una banda que, en directo y en grabaciones anteriores, conseguía sonar compacta como pocas, con una mala mezcla acabe pareciendo una formación amateur. Cierto que de esta época sólo quedan hoy día Erik A.K. y Michael Gilbert, pero los acabo de ver en directo hace poco más de una semana y sonaron como un tiro. Concretamente, Erik A.K., un tío con una voz peculiar, pero uno de los vocalistas más dotados de aquella segunda generación thrash, resulta hasta desagradable por momentos, sólo un par de años después de dejarnos a todos boquiabiertos con temazos como “I Live You Die" o “Escape from Within". Para que os hagáis una idea, es un álbum que sigue las directrices de un “Practice What You Preach”, grabado unos meses antes en el mismo estudio, sólo que aún peor. Un despropósito, vamos...

Por tanto, tengo la sensación de que las composiciones no son tan culpables por sí mismas de la impresión general que dejan, como el deficiente envoltorio que las rodea (portada y producción). Realmente, dudo que canciones como “The Master Sleeps", “Suffer the Masses”, “Greed”, “6, Six, VI”, la épica “E.M.T.E.K.” o la furiosa “Scars", sean tan flojas como parecen con estos parámetros de sonido tan inapropiados. Otro asunto es que lo mejor del LP se encuentra oculto en la cara B y sólo “Suffer the Masses" recibió cierta atención en base a un videoclip que tuvo bastante rotación en la MTV en su momento... Es como si aquellos aspectos que hacían a Flotsam and Jetsam sobresalir entre la masa en sus dos primeros trabajos se hubieran vuelto en su contra. Ni la combinación entre acústicas y eléctricas funcionaba de igual manera, ni Erik A.K. parecía ya ese solvente vocalista de pulmones de acero y hasta el constante percutir de las cuatro cuerdas de Troy Gregory (ya desde su debut con Newsted concedieron mucho protagonismo al bajo) acaba molestando y sonando fuera de lugar. Hablando de molestar, la batería de Kelly David-Smith también suena mal de cojones con esos bombos disparados y esa caja que suena como la tapa de un cubo de basura... ¡No dio usted ni una, señor Perialas! Michael Gilbert y Edward Carlson están correctos a las guitarras, como siempre, jugando con estructuras más complejas y ambiciosas. No es que hubieran sido nunca unos fenómenos en lo suyo, pero siempre los encontré en el lugar adecuado en el momento adecuado. Lo que ocurre es que aquí Perialas los entierra hasta tal punto que a veces las guitarras son lo que menos importa y esto, me perdonarán, es una jodida banda de thrash metal... ¡Nada importa más que las guitarras!

Curiosamente, y a pesar de todos sus contratiempos, “When the Storm Comes Down" fue junto a “No Place for Disgrace" el álbum de más éxito de la banda, síntoma bastante manifiesto del mercado que había para su estilo en 1990 y de que estaban en el lugar correcto en el momento adecuado. Sin embargo, ellos, MCA, Alex Perialas (con razón no volvieron a trabajar juntos), o, seguramente, todos a la vez, la cagaron en el momento clave y dieron un paso en falso del que nunca se llegarían a recuperar. Aún harían una última intentona comercial en 1992 con Neil Kernon a los controles, pero “Cuatro" fracasaría otra vez en su propósito de convertirlos en una banda grande... y hasta ahora, que parece que gozan de una segunda juventud gracias al resurgir de las bandas clásicas en los últimos años. Puede que no sea tan terrible, pero no va a ser esta una de esas ocasiones en los que intentaré resucitar la memoria de un álbum “maldito" que realmente era mejor de lo que recordábamos. Supongo que “When the Storm Comes Down" obtiene, ni más ni menos, lo que se merece.

6/10

8 comentarios:

  1. Este disco es horrible. Las voces de Erik suenan muy altas y chillonas, la batería más de lo mismo y las guitarras bueno...sin comentarios...pero lo peor de todo es que las propias canciones tampoco es que tengan una composición demasiado buena.

    Si por aquellos años mis discos más escuchados eran su debut, Doomsdaty For The Deceiver y todo un Digital Dictator, creo que no hace falta señalar lo mucho que esta gente ha llegado a gustarme. Y ya ni decir lo que significó No Place For Disgrace: En una cassette por la cara A éste (quitando la versión de Elton John) y en la B el The New Order de Testament, que daban para casi las dos horas de dibujo lineal en el instituto (imagina cómo salían aquellas proyecciones trazadas a Rotring tras la sesión...).

    En este disco veo yo, que aparte de estar poco inspirados en las canciones, la producción es de vergüenza ajena. No sé que coño pretendía el Perialas ese, seguramente el hombre pondría toda su mejor voluntad para que todo sonora lo más decente posible, pero joder, es que hay un buen puñado de discos que suenan a culo "gracias" a la mano de este señor. Y la verdad, es que la portada no ayudaba en absoluto. De hecho, cuando en su día me llegó el vinilo por correo, al desempaquetarlo pensaba que se trataba de un bootleg o una mierda así.

    Con todo, cuando me compré Cuatro, no me desagradó. Flotsam parecían seguir la senda de un Coundown To Extinction o un Black Album. Tenía mejor producción y mejores canciones, pero definitivamente ya nunca más volvieron a ser lo mismo. Algunos buenos temas aquí y allá en su larga trayectoria pero poco más.
    Y aún así, todo lo que van sacando me gusta más que cualquier cosa de Testament, Exodus, Anthrax o Dark Angel (cualquier cosa no va a ser peor que el disco que han sacado).
    Lo siento en el alma pero When The Storm Comes Down me pone hasta nervioso nada más que empieza a golpear la batería, y para cuando Erik arranca con sus vocales no llego al segundo tema completo.

    Como nota la doy la puntuación del título de su siguiente trabajo.

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    1. No voy a ser yo el que lo salve de la quema en esta ocasión, porque no hay mucho qué hacer... si no, lo habría reservado para los Malditos, pero tampoco voy a ser tan, tan duro como tú porque me parece que las composiciones en sí mismas no son tan malas. A ver, que te doy la razón en que no son ni por asomo las de Doomsday for the Deceiver y No Place for Disgrace (donde, salvo la de Elton John, son todas la hostia), pero también hay temas guapos. Creo que es uno de esos álbumes en los que alterando el orden de las canciones y, sobre todo, grabándolo en condiciones, ganaría mucho. Sin embargo, es lo que es y hay que analizarlo como tal. En ese sentido, un trabajo menor y, sobre todo, uno que pierde mucho en la comparación con lo que vino antes.

      Porque, y de verdad de esto estoy convencidísimo, aquí el que la jode a base de bien es Alex Perialas. Ya no sólo a nivel técnico, ya que esto no hay por dónde cogerlo, sino también a nivel de secuencia de canciones. El propio productor es el que a veces debe ayudar a la banda a ver que algo no va a funcionar y, si no lo hace, es que no es buen productor... o que está pasando del proyecto porque se la pela. Aquí falta algo más de metralla en la primera mitad, las mejores están concentradas en la cara B y luego el sonido es un desastre. A ver, que este tipo tampoco era precisamente un inútil o alguien que no supiera grabar bandas del estilo. Es el mismo que poco antes grababa el The New Order, The Legacy, Game Over, Under the Influence, Gross Misconduct, State of Euphoria... y no es que sonaran precisamente mal, pero no sé qué cojones le pasó entre el '89 y el '90 porque sus grabaciones de esa época suenan como el culo. Igual estaba dando el salto del mundo analógico al digital y se hizo la picha un lío con las nuevas tecnologías y así lo pagaron estos, Testament, Vio-lence y, en menor medida, Holy Moses. Yo qué sé, es sólo una teoría, pero cuesta escuchar un álbum con esta producción a estos niveles... el pobre Erik A.K. hasta molesta cuando entra con la voz... Esto lo digo porque a Dan Swanö le pasó algo similar con un equipo nuevo y se ve que en su día le jodió el debut a Dark Funeral a base de bien. Tanto, que lo acabaron regrabando con Peter Tägren.

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    2. Se sale bastante del disco pero mi profesor de música me dijo que la forma de producir cambió en esos tiempos bastante(el uso de reverb y el autotune en la voz,los triggers y esas cosas)y que hubo gente como el que tuvo que recibir clases.Entre otras cosas decia que gran parte del buen sonido de los 90 se debe a esto,a los avances en la producción musical

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    3. Bueno, tampoco se sale mucho del tema, Harry, porque para mí la producción es un factor determinante que condena este When the Storm Comes Down. Insisto, sólo un par de años antes, Alex Perialas grababa The New Order y State of Euphoria y suenan ambos de maravilla, y en 1993 produce un I Hear Black en el que escuchamos una historia totalmente diferente, pero también pega muy duro. Yo aquí me decanto por esa opción. Hacia finales de los 80, se estaban digitalizando los procesos de grabación y yo creo que algunos productores de la vieja escuela tuvieron dificultades para adaptarse a las nuevas tecnologías. No me extrañaría lo más mínimo que Perialas tuviera problemas para modernizar sus métodos y álbumes como Practice What You Preach, Ther New Machine of Liechtenstein, Opressing the Masses y, particularmente, When the Storm Comes Down fueran los grandes perjudicados. Es curioso porque entre 1991 y 1993 sólo graba el 3-D de Wrathchild America y el Foul Taste of Freedom de Pro-Pain, con lo que llego a la conclusión de que intentaba reciclarse tomándose las cosas con calma durante esa etapa. Sin ir más lejos, pocos productores me gustan más que Martin Birch, pero creo que también pasó ciertas dificultades por esta época que se notan en No Prayer for the Dying y Fear of the Dark. No en vano, se retira en 1992 con tan sólo 44 años, algo que siempre me ha parecido muy llamativo.

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    4. Es que un curro bastante duro y encima si te ponen cacharros nuevos y vienes de la vieja escuela de los 70-80s pues es para dejarlo o adaptarse,de hecho,.mi profe tiene 55 años y ha tenido que adaptarse a grabar con ordenadores en vez de utilizar las mesas grandes y todo ese rollo.

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    5. Al final no deja de ser como cualquier otro trabajo del sector técnico en el que van apareciendo constantes innovaciones. O te vas adaptando, o te quedas obsoleto. Lo que no deja de ser curioso es observar como en los últimos años se han vuelto a imponer sistemas de grabación más vintage y hay mucha gente volviendo a los equipos analógicos. Yo, personalmente, lo agradezco ya que estoy bastante aburrido de las grabaciones digitales que suenan siempre iguales. Todos los discos que me han llamado últimamente la atención huyen de ese tipo de producciones modernas que dominan en la actualidad.

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  2. No quiero que os riaís con lo que voy a escribir porque me da un poco de pena por los Flotsam, pero este es uno de los pocos discos inescuchables que me he cruzado en mi vida. El patinazo de Perialas (¡no sabía que lo había producido él!)... es difícil que en un álbum todo suene mal, pero él lo consiguió. No comprendo como alguien pudo dar luz verde a esto. Recordaba este 'When the Storm Comes Down' por no haber podido terminarlo ni la primera ni la segunda vez que me lo puse; y ahora, repitiendo la experiencia, me estoy quedando igual de estupefacto que en aquel momento. Intento sacar algo positivo de las canciones, pero no puedo dejar de pensar en lo mal que suena lo que estoy escuchando. Da hasta un poco de vergüenza ajena. Puede que, como dices, sea bastante ventajista decirlo 35 años después (a lo mejor el tío pensaba que estaba innovando o algo por el estilo), pero es que esta mezcla es un despropósito sideral. Juro que os envidio a los que le poneis nota, porque madre mía...

    Y voy a dejar el comentario aquí, porque si me extiendo más sería para continuar tirándole 'hate' al bueno de Perialas. Y es que mentiría si dijera que no le tengo un poco de tirria a pesar de la cantidad de trabajazos que se ha cocinado; el hecho de que se cargara este álbum no es algo que me importe en demasía, pero su ineptitud torpedeó dos discos que sí que me gustan muchísimo (pese a su nefasta contribución) y eso no se lo perdono. ¡Lo que serían 'Oppressing the Masses' y 'The New Machine of Liechtestein' con una producción medio normal!

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    1. Cuanto más nos leo, más convencido estoy de mi teoría. Si lo pensáis bien, hacia 1989-90, las producciones en el mundo del heavy metal pegaron un cambio considerable. También fue el momento en el que se impuso el CD como formato principal y se consumó en buena medida el proceso de digitalización que se llevaba tanteando desde 1985. Perialas difícilmente se podría considerar un inútil ya que es un clásico en la génesis del thrash metal americano y no dejó de jugar un papel importante con algunas de sus grabaciones. Sin embargo, a partir del '89 algo pasó y sus grabaciones de esa época no me convencen lo más mínimo. Además, parece que bajó considerablemente su producción musical y en 1991 sólo se le conoce el 3-D de Wrathchild America y en 1992 el Foul Taste of Freedom de Pro-Pain. En cambio, a partir de 1993 parece que vuelve a recuperar el ritmo con Overkill, Strip Mind, Piece Dogs, Last Tribe, otra vez Pro-Pain, Accu§er... No sé, me parece muy plausible que, después de esos patinazos decidiese tomarse un par de años para recliclarse.

      Con el Opressing de Masses, tío, me encuentro muy peleado, pero mi problema se extiende a toda la discografía de Vio-lence... La verdad es que no soporto a Sean Killian, odio su forma de cantar y me acaba amargando por completo la experiencia de escuchar cualquiera de sus discos. Soy consciente de que la gente flipa con Eternal Nightmare, pero yo no puedo con él... ¡puto Sean Killian! Le tengo más manía que a Perialas, jajaja. ¡Lo que serían Vio-lence sin él!

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